Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

viernes, 21 de diciembre de 2012

Capítulo 9: Disfraces


 

Cuando hablamos de "disfraces" me vienen dos ideas a mi cabeza: la primera, una frase de uno de mis autores favoritos en este mundo y que me ha hecho soñar infinidad de veces y que, aún hoy, lo sigue haciendo: "El mundo es un escenario y los hombres y mujeres meros actores". 

 

¿Os habéis parado a pensar lo que Shakespeare quería expresar con estas palabras? Yo si lo he hecho en muchas ocasiones en mi vida. ¿Alguna vez habeis tenido que expresar o decir algo muy importante a una persona especial para vosotros y la única manera que de hacerlo al final ha sido sin que ella estuviera delante?...a través de una carta, un mensaje o de cualquier otro modo...porque simplemente cuando la tienes en frente se te atoran las palabras en la garganta, imposibles de salir, os sudan las manos o simplemente tiemblas, sólo de pensarlo te pones a temblar....en mi caso, por ejemplo, me da la fuerza suficiente el sentarme delante de mi escritorio, imaginar que es la última carta que voy a poder escribirle a esa persona, que es la única forma de que se entere de lo que siento, de mis sentimientos...el tener un papel en blanco delante de mi y un boligrafo y el imaginar estar diciendo cada palabra que escribo a esa persona....

Podeis llamarme cobarde...puede que un poco si lo sea...por no poder decir ciertas cosas a la cara...pero os diré que nunca me he sentido así, todo lo contrario...cuando lo he hecho de este modo, siempre he encontrado las palabras justas, el momento ideal, el significado correcto...simplemente, el momento perfecto para expresar y decir todo aquello que puedo y quiero expresar.

El disfraz, ese atuendo, o ese sentimiento de ser una persona distinta a la que normalmente eres; una mucho más atrevida, más fuerte, más segura de sí misma....en muchos ámbitos de vuestra vida, os sentireis así y todo ello lo acompañará algo (un objeto, el veros diferente por cualquier cambio, ya sea físico, o mental) que os proporcionará esa fuerza y energía que necesitareis para enfrentaros a cualquier obstáculo que se os presente.

Lo mismo me ocurre en cierta manera, con este blog. Hay cosas que delante de una persona no podría contar, por miedo, inseguridad....pero el no teneros en cierta forma físicamente, el imaginar que estareis leyendo cada palabra que os pongo cada viernes, cada semana, por pequeña o mínima que sea... y que eso os hará esbozar una sonrisa, o un sentimiento, es lo que me hace tener o albergar las fuerzas y el coraje suficiente de escribiros cada línea...claro y, sin lugar a dudas, con el apoyo y la amistad que me dieron aquellas personas que me han dado también el pequeño empujoncito de embarcarme en esta aventura.

Es curioso como un simple disfraz, el engaño, el representar un papel...el hecho de que nadie nos pueda reconocer o el no estar delante de esa persona, nos da las fuerzas necesarias para expresar todo aquello que queremos decirle....que nos paraliza, que nos da miedo enfrentar por multiples motivos...cuando nos disfrazamos nos sentimos libres y hacemos cosas que no haríamos en nuestra vida diaria, hacemos cosas que nunca hubieramos creído posibles...el disfraz simplemente cambia las reglas.

 

En mi mundo, en el pequeño mundo en que será mi profesión algún día de mañana, también muchas veces he tenido que lidiar con estos miedos; cuando tenemos que estar delante de muchas personas, encima de la tarima para realizar una exposición, los miedos siempre te alcanzan de una u otra manera, pero no por ello, hemos de dejarles ganar. Me siento mucho más fuerte, cuando me visto (cuando me pongo el atuendo perfecto y me veo como quiero que me vean los demás), cuando después de tanto trabajo, por el esfuerzo realizado, empiezo a expresar y a decir las primeras palabras, cuando me llegan mensajes de aliento, o simplemente cuando pienso que no muchas personas de las que se encuentran sentadas querrían estar en la misma posición en la que estoy yo...y que, simplemente por eso, ya me tengo que sentir una valiente, una afortunada. 

 

¿Alguna vez os habeis sentido así? Es una sensación embriagadora...sientes que puedes cambiar el mundo, que puedes hacer y decir todo aquello que te resulta imposible...un ejemplo de ello también lo podemos encontrar en las películas: V de Vendetta puede ser un ejemplo (El disfraz, el sentimiento de querer cambiar las cosas y tener por una persona la oportunidad de hacerlo, son las fuerzas necesarias, que le dieron a los habitantes de Inglaterra, para estar delante o enfrente del parlamento, sin el miedo, sin las cadenas que los retienen por lo que puediera pasarles en ese momento, en el futuro...

 

La segunda idea que me viene a la cabeza cuando pienso en un disfraz, son los carnavales; al ser de Tenerife, he podido disfrutar desde que era pequeña de la feria, de la cabalgata, del cozo, de las murgas...y de toda la alegría y color que se vive en el mes de febrero. Muchísimas veces las disfrute cuando era una niña, yendo con mi familia o con mis padres a disfrutar de las mismas a las principales calles de la capital, disfrazándome infinidad de veces, de osita, de batman, de payaso, de ovni, de hada, de reina, de dama antigua, de vampiresa....y siempre me encantaba crear una historia alrededor de mi personaje...

 

Aún hoy, sigo disfrutando de estas fiestas como si fuera una niña pequeña...me encanta pasear por las calles, disfrutar de la alegría y color, de las risas, de la fiestas, ya sea de noche o de día...con los amigos, con la familia, sin tener que preocuparme de nada más.


Bueno chic@s, espero que disfruteis tanto como yo de estas pequeñas palabras y que me perdoeis por lo corto de este pequeño relato :) Espero que esteis también disfrutando de estos días que nos acercan tanto a aquellas personas que queremos, de la ilusión, de la alegría de estas fiestas navideñas :) Este relato va dedicado a todas aquellas personas que siguen este blog y, en especial, para Romii para darle las fuerzas y la energía necesaria para que todos estos días de auténtica locura, los sobrelleve lo mejor posible y pueda en algún momento estar de vuelta con todos nosotros, que ya se la extrañamos y la añoramos. Muchos besos para todosss y para ella en especial!!!! Nos vemos el próximo viernes!!! Os quiere, CM

 


  


viernes, 14 de diciembre de 2012

Capítulo 8: Sueños...




¿Alguna vez echais la vista atrás y pensais en cuando erais pequeños? ¿Qué es lo que soñabais? ¿Cuáles eran vuestras ilusiones? ¿Qué os hacia mover el mundo? 

Yo soñaba y creía que los seres humanos podríamos tener varias vidas como los gatos y que en ellas podría hacer cumplir todos mis sueños y fantasías...pero al final me di cuenta que sólo tenemos una y que, por lo tanto, hemos de aprovecharla para vivirla al máximo...

Cuando era pequeña deseaba hacer muchas cosas: quise en su tiempo ser médico y así ayudar a las personas que tenían la misma enfermedad que yo para que se curaran, también quería ser paleóntola, e ir a desenterrar dinosaurios por todo el mundo...de hecho, llegua estudiarme todas las características de todos los dinosaurios y llegue a ser una expera, jjajajajajjaa

También quise ser astronauta, para irme al espacio para descubrir nuestras estrellas y nuevos planetas...porque me encantaba la astronomía...y todavía hoy es un mundo que me apasiona y me fascina :)
Pero al final de todo y por lo que aún sigo luchando es por estudiar derecho y ser una buena jueza, porque quería ejercer justicia y hacer de este lugar un mundo mejor...pero también, quería ayudar a mis seres queridos...y creo que esa fue la razón que me movio para hacer lo que a día de hoy todavía me esfuerzo por terminar y comenzar al mismo tiempo.

Acontecimientos que aún hoy, tantos años después, se me aoran en la garganta y en el pecho, cada vez que los recuerdo...fueron momentos muy duros y dificiles pero que, por otro lado, hicieron que me marcara una meta y un camino....no me arrepiento de hberlo escogido y elegido porque fue mi elección, pero muchas veces soñe con tener una vida totalmente diferente a la que tuve en esos instantes....

Se dice que no se puede elegir a la familia en la que uno nace, que has de aprender a convivir con ella, porque no tienes elección...pero si puedes elegir el rumbo de tu camino, hacia donde quieres ir y con quién...y yo en esos instantes de tanto dolor y sufrimiento que embargaron a mi familia, lo supe...quería ser fuerte, quería lograr que esa situación, por muy dificil que fuera no se volviera a repetir nunca más...no sólo a la gente que me importaba sino a tantas y tantas que se ven afectadas por la misma...quería que las personas culpables de tanto sufrimiento pagaran por lo que hicieron un precio justo...y quería ante todo ser valiente y por primera vez en mi vida afrontarlo...

Como os dareis cuenta aún hoy todavía me cuesta muchísimo hablar de todo esto...y de mi boca aún no han salido las verdaderas palabras que dislumbran tanto horror...y no van a salir...creo que hay cosas que debo quedarme para mí sobre todo porque son una dura carga que tengo que sobrellevar...y que, aunque las heridas ya están cicatrizadas y ya no sangran ni escuecen, fueron episodios que mi memoria todavía guarda como si hubieren sucedido ayer...

Sólo espero algún día poder hablar de todo ello con total libertad...pero ese no es el punto de todo este relato...lo más importante, es que gracias a los pequeños detalles que tenemos en nuestra vida, a esos pequeños momentos, sean buenos o malos, algo me hizo despertar y darme cuenta de mi verdadero camino....hoy sigo luchando por mis sueños y por las causas en las que creo...por los valores qu un día tras otro me inculcaron y también día a día lucho por mi misma, por mejorar cada día y por las personas a las que quiero.

Espero que vosotros encontréis también vuestro camino y que cuando lo encontreís lucheis con todas vuestras fuerzas...no permitais que nadie os diga que no podeis lograrlo, porque esas personas son aquellas que no se arriesgan por luchar por lo que quieren...así que dadlo todo en el intento y recordad, que las batallas se pueden ganar o perder...pero que las derrotas no son batallas pérdidas....sino intentos y pasos pequeños que nos acercan a conseguir el éxito y a seguir intentándolo. Mucha suerte, chicos en esta aventura!!!! :)

Chicos, os dejo un nuevo capítulo, un poco más corto que el anterior pero que espero que se de vuestro agrado y que os guste. Me lo planteee hace mucho tiempo y hoy esos recuerdos han venido a mi memoria y por eso los he querido plasmar en estas líneas. Espero también que tengais un maravilloso fin de semana por delante y que lo disfruteis al máximo con las personas que os quieren. Muchos besos a todos y nos vemos por el blog!!!! Saludos, CM

viernes, 7 de diciembre de 2012

Capítulo 7: Encrucijada**




-Disculpe, ¿Señorita Cullen?-

-Si… ¿Qué desea?-

-Mi nombre es Regina y soy entrenadora del club de natación de este polideportivo. Nos gustaría que formara parte del mismo, pues, creo que tiene las cualidades necesarias para ello. Si lo desea, nos vemos aquí a esta hora mañana y hablamos de ello más detenidamente, ¿le parece?-

-Si, por supuesto-, respondí escuetamente.

-Hasta mañana, pues- y con la misma la vi desaparecer por las escaleras del centro.

Aún no me podía creer todo lo que me había ocurrido y mucho menos lo que me había dicho…cuando llegué a casa, después del trayecto en coche con mis padres y de oír la retahíla de palabras que tenían por decirme, en especial, mi padre (pues él, había pertenecido al mismo club en su juventud y se enorgullecía enormemente de que yo también fuera parte del mismo) sobre que era una buena oportunidad, que no la podía desperdiciar, y bla, bla, bla…muchas cosas más…aún tenía la mente bloqueada pensando en que es lo que haría y por qué se había fijado en mí.

No tuve que hacer muchos esfuerzos para recordar todo lo que me había dicho…pero, aún así, mi mente se negaba a creer del todo en sus palabras….y sabía exactamente por qué.

Todos los años de mi vida me lo habían recodado una y mil veces….no valía para nada, no era guapa o agraciada físicamente y mucho menos podría tener amigos de verdad que me aceptaran por lo que era y no por lo que aparentaba ser….todas esas palabras las tenía grabadas a fuego en mi alma…y, más importante, hacían que mi autoestima estuviera por los suelos, porque, además, de mi familia, nunca nadie me había dado a entender lo contrario, salvo en esta ocasión.

Después de decidir no darle más vueltas a la cabeza por un rato y concentrarme en lo importante, decidí acabar de hacer los deberes que tenía para mañana, repasar las lecciones y darme una gran ducha que me permitiera por momentos relajarme y olvidarme de todo lo que tenía en la mente.

Pero mi cabeza no me daba tregua…tenía el corazón hecho un puño, entrecerrado por diversas emociones que embargaban mi cuerpo en ese instante: miedo y felicidad…miedo, por no saber a lo que me enfrentaba; felicidad, porque estaba segura de que sería una oportunidad única pertenecer a un club y ser buena en algo…o por lo menos, intentarlo…pero, como me enseñaron, decidí apostar por no dejarme llevar por el miedo y aprovechar esta oportunidad que se abría frente a mí…después de todo, eran los valientes y los perseverantes los que conseguían lo que querían y, en este caso, (otra vez, para no variar) me uniría a ellos.

Tomada mi decisión y pensando en la emoción de mi padre porque entrara a formar parte del club al que él perteneció en su juventud, decidí que ya era hora de descansar y pensar que todo saldría bien….que no habría motivos para pensar lo contrario y que sólo me enteraría de lo que se esperaba de mí, cuando hablará con la entrenadora al día siguiente.

Finalmente, llegó el día tan esperado y la reunión con una de las entrenadoras del club. A las seis de la tarde, me encontraba esperando a Regina en el mostrador de información del pabellón.
Estaba pensando en lo que me tendría que decir, cuando la vi aparecer por uno de los despachos que se encontraban al lado del mostrador de información. Mis nervios empezaron a florecer en esos instantes, en cuanto mi mano apretó la suya:

-Buenas tardes, señorita Cullen. Me alegro de que haya venido, tenía deseos de hablar con usted-

-Buenas tardes y muchas gracias por la invitación; la verdad es que después de la conversación que tuvimos ayer, me gustaría saber que es lo que me tenía que proponer, pues, me quede con muchas dudas-

-No se preocupe, señorita Cullen, que yo se las resolveré todas. Nos gustaría, tal y como le comenté ayer, que entrara a formar parte del club. La verdad es que es muy buena, tiene buen fondo y es rápida, pero creo que con un buen entrenamiento y algo de disciplina y dedicación, podría mejorar muchísimo más y ser mejor nadadora de lo que lo es ahora-

-Llámeme Alice, por favor. En cuanto a la cuestión que nos atañe, ¿De verdad lo cree?, es decir, ¿De verdad cree que soy buena?-

-Por supuesto. Señorita Cullen…disculpe, Alice, no soy de las entrenadoras que van por ahí buscando gente para su club porque si…me gusta de cuando en cuando observar a los nuevos nadadores que no están afiliados a un club en busca de algún potencial que puedan ofrecer a nuestro equipo y de hecho, llevo observándola a usted durante un par de semanas…es constante en su trabajo, disciplinada y sé que con un buen entrenamiento, esfuerzo y ganas puede mejorar considerablemente y formar parte del equipo y participar en las competiciones en la que nuestros equipos, en este caso, dos de ellos participan y compiten todos los años-

-La verdad es que no se que decir…gracias por sus palabras-

-No me las de. Mejor vayamos a dar una vuelta por la oficina de nuestro club y allí le explicamos todo lo referente a él, ¿le parece?-

-Por supuesto-

Así fue como empezamos mi tour por las instalaciones del club y como mi emoción iba en aumento cada vez más al ver la nueva oportunidad que se abría frente a mí...sabía que sería dificil, que sería un trabajo muy duro, que tendría que poner en él todas mis emociones y mi mayor esfuerzo, pero también que tendría que ser consecuente con ello, es decir, no podría tomartelo a la ligera...tendría que ser responsable al máximo si realmente quería entrar en él y hacer todo esto...pero, realmente quería???
si, por supuesto....¿o no?

Después de tomada la decisión de pertenecer al club y de hacer una prueba para ver como me defendía en el agua (aunque ella ya me había visto en multitud de ocasiones...pero había que tomarme los tiempos para saber cuanto tardaba y hacerme una media al final de cada año...así sabría cuanto había evolucionado), me comento que después de cambiarme me esperaba en recepción para exlicarme todo lo referente a mi "nuevo entrenamiento".

3 días de entrenamiento durante una hora con la entrenadora, dos días de entrenamiento libres, controlar el peso y la comida con una dieta, hacer una tabla de ejercicio diario, las pruebas para comprobar el rendimiento al final de cada mes y las competiciones dos veces al año eran las reglas de mi nueva rutina.

Durante 7 años esa fue mi vida...estuve totalmente vinculada a la natación con todo lo que ello conllevaba...pero dentro de mí, algo iba mal...a pesar de todos los premios ganados, de los diplomas y de las condecoraciones...eran más fuertes los inconvenientes: el estar acostándome a las tantas de la mañana para acabar las tareas y el repaso de las lecciones, el no poder salir mucho con los amigos o las personas conocidas por no tener tiempo, el no poder comer todo lo que me apetecía por estar día si y día también con una alimentación estricta, el llegar a ponerme enferma de verdad....pero sobre todo, el que yo no hubiera elegido para mí ese tipo de vida...mi padre la hubiera elegido, pero no yo.

Termine descubriendo que simplemente me gustaba la natación como hobbie y no como una vida a la que vincularme profesionalmente....fue una dura lección, pero también fue una dura decepción el saber que era así, pues, esa decisión hacía daño a personas a las que quería; en especial a mi padre, el cual, estaba vinculado a mi entrenamiento mucho más de lo que me esperaría en la vida...paso de ser mi padre a ser mi entrenador personal...pero, por mucho que me doliera tenía que admitir que estaba viviendo su vida y no la mía.

Fue duro desvincularme hasta cierto punto de todo esto, pero peor aún fue ver la decepción de mi elección en los ojos de mi padre; fue una decisión dificil de tomar e hice mucho daño a gente a la quiero tratando de decidirme y de saber si era el camino adecuado, pero hoy por hoy no me arrepiento de haberla tomado porque mi salud y, en especial, mi día a día me lo pedían....tal vez, podría haber llegado a ser una gran nadadora y hoy estar compitiendo o nadando fuera de Tenerife...pero como ya dije, no era mi camino. Durante un tiempo me amargue pensando que si no tomaba este camino, sería porque era una cobarde por no querer enfrentar lo nuevo, lo no explorado....tal vez mi padre tuviera razón....

No creo ni mucho menos que fuera así...he sido valiente en muchos ámbitos de mi vida y lo seguiré siendo...pues, me gusta saber hasta donde pueden llegar mis ilusiones y mi fuerza de voluntad...no veo este hecho como un fracaso sino como una lección de que hay caminos que no son para uno...tal vez en otro momento podría hber funcionado, pero no ese día...hoy en día, sigo disfrutando la natación como nunca antes y estoy feliz de mi misma, por haber logrado por lo menos durante 8 años el haber participado y ser parte de algo...no creo que ese día sea el final....todo lo contrario, fue el principio...un comienzo para aprender una valiosa lección; que, si ponía todo mi empeño y mi esfuerzo podía ser mejor de lo que era, que no podía rendirme ante la adversidad y lo que es más importante que tenía muchísima fuerza de voluntad....

Aún hoy sigo sin saber cual es mi límite...y estoy orgullosa por ello...me gusta cada día enfrentarme a lo desconocido pero aún más saber que cada paso que doy me lleva a conocerme un poco más a mí misma...puede que algún día conozca realmente mi límite, algo que por primera vez sea incapaz de hacer...pero cuando llegue el día, no me quedaré con ese sinsabor...lograré reunir todas mis fuerzas para poder superarlo...tal vez no hoy, ni mañana, pero lo conseguiré...porque la verdadera importancia reside en no dejarse vencer por los miedos ni por el temor...así no sobreviven los valientes ni los luchadores...y cada uno de nosotros es uno de ellos...como bien aprendí, para ganar tienes que estar dispuesto a perder.

Chic@s, perdón por el retraso...aquí os dejo el nuevo capítulo!!!! Mis disculpas por no haberlo podido subir antes, pero he tenido días bastante liados y malos, por otro lado. Espero que lo disfrutéis y que paseis un gran fin de semana. Se lo dedico a todos aquellos que día a día sueñan con que algún día sus sueños se harán realidad....hoy por hoy, yo sigo buscando los míos y luchando porque se cumplan. :)

Muchos besos y abrazos para tod@s!!!!!

CM  


 

 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

INOLVIDABLE


************************
***********************
Capítulo 44: Fiesta (PARTE II).

Edward pov.

No pude evitar sonreír al ver su radiante sonrisa.
Tampoco pude evitar mirar hacia abajo a su cuerpo, deleitándome, nuevamente, por su perfecta figura…
Sonreí aun más, como si eso fuera posible, cuando me quedé mirando fijamente a su vientre…
Mi hijo crecía cada vez más y yo no podía estar más orgulloso de que mi hermosa mujer llevase su vida en su interior.
En ese momento, unos camareros muy bien uniformados y con una enorme sonrisa en la cara, comenzaron a repartir, de entre todos lo invitados, copas de champán.
-Por favor, señor Collins, acérquese aquí- llamó el señor Andrew a mi amigo, que se encontraba a mi lado.
Miré por el rabillo de ojo para ver su reacción y sólo pude sonreír más…
Estaba coqueteando completamente con un pobre camarero que tenía cara de poema.
-Eleazar, te llaman- le susurré bajito para que nadie se diese cuenta del flirteo, ya que todos los invitados comenzaban a mirarse entre ellos al ver que nadie subía al escenario.
-Cla… claro- tartamudeó y yo sólo pude soltar una pequeña carcajada- Muy gracioso…- susurró antes de darme un codazo en las costillas mientras pasaba por mi lado para ir hacia el encuentro de Bella y el señor Andrew.
Yo por mi cuenta, sonreí aun más y dejé de mirarle para posar mi mirada en esos pozos chocolates que me miraban con atención.
Pude ver cómo no nos quitamos la mirada en ningún momento, siquiera cuando me tendieron mi copa de champán y sólo murmuré un “gracias”, pero yo no fui el único… Bella, tampoco prestó demasiada atención a la chica que le tendía la copa, simplemente, la cogió y sus labios se movieron lentamente, diciéndole algo.
Su mirada dejó la mía tan sólo cinco segundos, el tiempo que tardó en susurrarle algo al señor Andrew y ponerse en su lugar, justo enfrente del micrófono, a la vez que su mirada se posaba en la mía nuevamente.
-Ahora dirá unas palabras mi compañero y amigo, Eleazar Collins- comenzó de nuevo a decir con su melodiosa voz- Pero antes de eso, tengo que agradecerle a otra persona el poder llevar a cabo todo esto y todo lo que soy- me miró más profundamente con esos ojos preciosos y profundos que destilaban amor- Tengo que agradecerle a la persona con la cual quiero pasar el resto de mis días, esa persona que le di un “si, quiero” hace tan sólo dos meses- sus ojos estaban muy brillantes, provocado por las lágrimas que más pronto que tarde se escaparían de sus hermosos ojos- Mi hombre, mi esposo y el amor de mi vida, Edward Cullen- me señaló con la copa- Eres la persona a la que más amo en esta vida y sólo espero que nuestro hijo nazca sano y fuerte- se tocó su vientre con la mano libre y se escuchó un “oh” por parte de todas las féminas presentes- Sé que he sido una testaruda… - todo el público, incluido el señor Andrew y Eleazar, que ahora se encontraba en las escaleras laterales del escenario, sonrieron- Por querer ir a trabajar cuando verdaderamente no podía por mi delicado estado- una solitaria lágrima se escapó de su ojo derecho sin poder contenerlo, recordando ese trágico día, ya pasado y solucionado, y yo sólo quería borrar esa lágrima con mis labios y hacerla sentir mejor. Me moví hacia delante para ir hacia el escenario y consolarla, pero, de nuevo, escuché su voz angelical- Pero no por eso no he dejado de quererte ni un poquito- me paré en seco y la sonrisa que tenía al principio, se amplió más, haciéndolo casi doloroso, pero me daba lo mismo… mi esposa se estaba luciendo con creces esta noche y saber todos sus pensamientos y que todos los supieran, me llenaba el corazón y el pecho de alegría y amor por ella- ¡Te amo, Edward Cullen!- dijo antes de sonreír con la sonrisa más preciosa y radiante que podía tener, la misma que hicieron sus labios cuando me dijo que llevaba la vida de nuestro hijo en su interior.
Ya no podía tener mis brazos por más tiempo vacíos sin su cuerpo entre ellos, ya no podía seguir sonriendo de lejos y mirarla con todo el amor que le profesaba.
Ya no.
Dejé mi copa en la misma bandeja de la misma chica que me la había servido y me encaminé hacia mi bella esposa. Creo que corrí un poco rápido hacia ese escenario, que se encontraba a unos escasos cincuenta metros.
Pasé por el lado de Eleazar, que me palmeó el hombro y me subí inmediatamente encima del escenario, viendo la enorme sonrisa y los ojos brillantes de Bella y la sonrisa feliz del señor Andrew.
La aparté con suavidad y le cogí la cara con ambas manos.
-Te amo más que a todo en esta vida, Isabella Marie Swan, lo eres todo para mí, absolutamente todo- le susurré a escasos centímetros de su boca, haciendo que su boca se entreabriera y me mirara con los ojos más oscurecidos de lo normal.
No esperé a nada más, su mano, la que tenía libre de la copa de champán, se posó en mi brazo y uní nuestras bocas en un beso cargado de amor y dulzura.
Escuché de fondo todos los aplausos del público, pero yo sólo era consciente de cómo su mano había subido hacia mi nuca y cómo su tranquila respiración pasaba a ser incontrolada…
Su aliento se coló en mi boca cuando un pequeño jadeo salió de su boca, provocado por mi lengua insaciable.
Decidí parar, por el bien de nosotros, porque si esperaba más tiempo, dudaba, gravemente, que lo pudiera hacer en un futuro próximo…
-Te amo- le volví a susurrar con voz jadeante y ella me dedicó una preciosa sonrisa que me llegó hasta el fondo de mi corazón.
-Y yo a ti, hermoso, más que a nada- me susurró antes de abrazarme y aspirar en mi cuello, llenándose por completo de mi aroma.
Sonreí como un auténtico imbécil sin poder evitarlo.
Nos separamos al cabo de los minutos y miramos hacia todo el público, Bella con sus evidentes mejillas sonrosadas.
Era completamente adorable.
-Buenas noches- saludé cogiendo el micrófono con una mano y con la otra, atrayendo a mi mujer a mi cuerpo- Yo soy Edward Cullen, el hombre más afortunado de todo el mundo- todo el público sonrió ampliamente- Y me tienen que perdonar por mi atrevimiento…- dije nombrando lo evidente y en ese momento, sentí una mano apoyarse en mi ante brazo.
-No te preocupes, Edward, yo hubiera hecho lo mismo- el señor Andrew sonrió y todo el público aplaudió escuchando todo lo que había dicho, provocando que el hombre sonriera más ampliamente.
-Muchas gracias, Andrew- el hombre me guiñó un ojo e hizo que Eleazar subiera al escenario.
-Voy a bajar de aquí, no quiero quitaros vuestra importancia en esto- le susurré muy cerca de su oído, provocando que un leve estremecimiento pasara por su cuello, erizando los vellos de su suave piel.
Sonreí de nuevo.
-No tienes por qué hacerlo- me susurró de la misma forma, provocando que mi amiguito se despertara un poco…
Bien… esto no podía pasar ahora y aquí delante de mucha gente…
Y no ayudaba en nada mirar sus labios, ahora rojos por mis labios, y con el labial completamente distorsionado por sus perfectos labios, haciéndola salvaje y dulce a la vez.
-No te preocupes, mi vida, te estaré esperando como la reina y mejor arquitecto de todo el mundo- me separé de ella y me dedicó una sonrisa preciosa.
-Está bien, no te alejes demasiado, guapo- me guiñó y le besé en el dorso de la mano antes de encaminarme hacia las escaleras.
-Eso sí que es romanticismo…- me susurró Eleazar cuando pasé por su lado y sólo pude sonreírle como si el mundo se fuera a acabar en este instante…
No me pasó por desapercibido las miradas de varias chicas cuando pasé de largo delante de ellas, tampoco cuando una mujer, de unos treinta años, me rozó el hombro por “accidente”, pero me daba absolutamente igual…
Esta noche me daba igual todo lo que no tuviera que ver con Bella y mi hijo…
Me puse justo enfrente del escenario, justo enfrente de ella y no escuché ni miré nada más…
De lo único que pude cerciorarme fue de que Eleazar se puso detrás del micrófono con su sonrisa Colgate y de cómo mi mujer me miraba directamente a los ojos.
No sé cuánto tiempo pasó, tampoco era que me importara, simplemente estaba admirando la perfección hecha mujer y lo mejor de todo, es que era mía.
Absolutamente mía.
Pude volver a la realidad, o mejor dicho, al entorno exterior cuando todos se bajaron del escenario. Seguí con mi mirada el movimiento de sus caderas y sus piernas al andar, dejando, de nuevo, ese trozo de piel expuesta que me volvía completamente loco.
Les sonrió a todos con su copa de champán en la mano y siguió su camino para rencontrarse conmigo, pero yo no pude esperar más tiempo del necesario y caminé, rápidamente, en su dirección.
Muy pronto, se coló en mis fosas nasales su inconfundible perfume sólo pude sonreírle antes de abrazarla con toda la delicadeza del mundo, como su fuera una muñeca de un fino y precioso cristal.
-Te amo- le volví a repetir y sentí la sonrisa de sus labios en mi cuello.
-Y yo a ti, te amo, Edward, te amo- se apretó más contra mi cuerpo, sintiendo toda su calidez y dulzura y ahora podía ir al cielo perfectamente.
Podría morir en sus brazos una y otra vez sin que me importara…
Miré a todas las personas de nuestro alrededor y pude darme cuenta cómo nos sonreían y nos miraban con melancolía. También otras, más bien, féminas, miraban a Bella con odio y envidia.
Sí, tener una belleza inigualable es lo que conllevaba a eso.
Las taladré con la mirada y miraron hacia otro lado mientras pasaban a lo que supuse sería el comedor. Tampoco había prestado demasiada atención al personal de servicio si nos habían avisado o no para pasar a cenar…
-Todo el género femenino ha quedado encantado con tus palabras…- me susurró mi ángel y sólo pude sonreír mientras la separaba lo justo de mí para poder mirarla a los esos dos chocolates.
-La verdad es que me da lo mismo lo que opinen mis palabras…- le susurré de la misma forma- Sólo me importas tú, mi ángel hermoso- sonrió ante mis palabras y se acercó a mí.
-Me alegra saberlo- sonrió arrebatadoramente y me cogió el cuello con sus pequeñas manos y unió nuestros labios.
Fue un beso lento, sin prisas, pero con una pasión indescriptible…
Se separó al cabo de los pocos segundos, para mi angustia, y me sonrió de la misma forma que antes.
-Vamos, todos nos esperan para cenar- me dijo sin dejar de mirarme a los ojos, penetrándome con toda su pureza y sensualidad.
No tenía por qué decir que mis pantalones se estaban haciendo pequeños, de nuevo, ante mi amiguito medio espabilado…
-Seguro- fue lo único que le dije antes de coger su mano e incitarla a caminar hacia el comedor.
En ese momento, que vi las copas de champán medio llenas y otras completamente vacías encima de la barra del bar, me acordé de algo.
-Bella- la llamé antes de pasar por las dos puestas abiertas del enorme salón y pararme justo donde comenzaba la elegante alfombra negra que decoraba el suelo- ¿Te has bebido la copa de champan entera?- le dije apretando su mano un poco y ella me miró con su perfecta ceja alzada.
-No, ¿por qué?- me dijo con cara de confusión.
-Porque no deberías beber alcohol, ya sabes que es malo par…- no me dejó acabar. Su dedo índice se puso encima de mis labios, sellándolos por completo.
-Sí, lo sé- sonrió deliciosamente y pude ver, por el rabillo del ojo, cómo la testosterona estaba subiendo a niveles críticos…
Algunos imbéciles la estaban mirando como si fuera un trozo de carne completamente comestible, dejando sus asquerosas miradas demasiado tiempo en su trasero…
Estaba comenzando a ver todo completamente rojo…
-Edward- escuché que me llamaba y centré toda mi atención a su preciosa cara de ángel para poder tranquilizarme y no sacar a patadas a algunos idiotas de aquí- ¿Qué pasa?- me preguntó con la ceja más alzada que antes.
-Nada- le dije sin querer decir más nada y ella lo dejó pasar, sabía perfectamente que me pasaba algo o mejor dicho, me conocía demasiado bien.
-Te decía que sólo me he mojado los labios con el champán…- me sonrió seductoramente y cerré los ojos, sólo dos segundos, para poder tranquilizarme y no imaginar esos jugosos labios mojados de champán encima de mi boca…
-Me alegro- le sonreí y le besé en los labios rápidamente antes de reanudar nuestro camino.
-Eres increíble…- murmuró Bella mientras negaba con la cabeza divertida.
Yo sólo pude sonreír y pegarla más a mi costado mientras pasaba mi mano por su baja espalda, sintiendo su piel desnuda y expuesta, haciéndome enloquecer con cada caricia que le daba. Sentí cómo su piel se estremecía y de su boca salió un suspiro que hizo que mi miembro, ahora medio dormido, diera un latigazo en mis pantalones.
Bien… contrólate, Edward Cullen.
-Allí está nuestra mesa- susurró Bella con la voz un poco ronca mientras señalaba, con su preciosa barbilla, hacia la derecha.
Levanté mi vista y dejé de mirar por el rabillo del ojo el movimiento que hacían sus pechos sueltos y libres de cualquier sujeción.
Por el bien de mi autocontrol.
Pude ver al señor Andrew, a una hermosa mujer de mediana edad, a Eleazar, a Ángela y a otras personas en la mesa dónde nos sentaríamos. Justo en medio de la mesa, había dos sitios libres.
-Hola, chicos- nos saludó Eleazar con una sonrisa y todos los hombres se levantaron cuando vieron que Bella y yo habíamos llegado.
-Buenas noches- dijimos los dos al unísono y todos asintieron sonrientes.
-Mis queridos Bella y Edward- comenzó el señor Andrew con una sonrisa de niño pequeño- Tengo que presentaos a mi hermosa esposa- cogió la mano de la hermosa mujer que estaba a su lado y la besó con un cuidado increíble- Ella es Betty, la mujer de mi vida- todos soltamos una pequeña risilla  la mujer se acercó a nosotros- Betty, ellos son Bella y Edward, mis recientes chicos favoritos- sonreímos ampliamente ante sus palabras y Bella y Betty se besaron en las mejillas antes de que la mujer le diera un abrazo a Bella.
-¡Al fin la conozco, señora Cullen!- dijo con efusividad.
-Dígame, Bella, por favor, señora Raven- le dijo Bella con incomodidad.
-Oh, está bien- la mujer sonrió y se separó de ella- Entonces llámame, Betty- Bella asintió y le sonrió- ¿De cuánto estás, querida?- Betty le pidió permiso a Bella con la mirada para ver si podía tocar su vientre y mi dulce ángel asintió con una sonrisa radiante.
-Estoy de tres meses y medio- le dijo mientras miraba hacia las manos de Betty, ahora apoyadas en su vientre.
-Oh- exclamó con una enorme sonrisa- Muchísimas felicidades, debes estar feliz.
-Lo estoy, créeme que lo estoy- dijo con una sonrisa.
-Oh, que falta de educación la mía- exclamó de pronto y me pude dar cuenta que el vocabulario de esta mujer se centraba en la palabra “oh”.
Sonreí sin poder evitarlo y vi cómo se ponía enfrente de mí con una sonrisa sincera.
-Encantada de conocerle, señor Cullen- me estrechó la mano, pero yo se la cogí y se la besé con elegancia.
-Igualmente, señora Raven- la mujer se ruborizó un poco y pude ver cómo Bella me miraba de manera burlona- Puede llamarme Edward.
-Está bien, Edward- sonrió a la vez que sus mejillas se ponían más rojas aún, de manera muy graciosa, pero nada era en comparación con el rubor de mi preciosa esposa- Debes de tenerla muy contenta- me susurró de pronto y yo la miré fijamente- Sus ojos brillan con una felicidad increíble- sonreí sin poder evitarlo- Me recuerda tanto a mí a su edad…
Esta mujer, definitivamente, me recordaba a mi madre. Tanto por su amabilidad como por su sinceridad.
-La verdad es que no sería nadie sin ella- le confesé y ella soltó una pequeña carcajada que nos hizo reír, con ella, a todos.
-Me alegro mucho, hijo- me sonrió y se giró para susurrarle algo a Bella en el oído, que hizo que su melodiosa risa sonara por todo el salón, y volvió al lado del señor Andrew.
-Buenas noches, señores Cullen- nos saludó Ángela y Bella el dio un abrazo.
-Hola, Ángela- murmuró Bella y la muchacha sonrió- Ya te he dicho miles de veces que no me llames señora Cullen ni a Edward tampoco- se separó de ella y cogió mi mano para entrelazarla con la suya.
-Bella, tiene razón, Ángela- ambas me miraron- Puedes llamarme Edward- le sonreí y las dos me devolvieron la sonrisa.
-Está bien- dijo ella un poco incómoda.
-¿Cómo está yendo todo?- le preguntó Bella con una sonrisa.
-Perfectamente bien, Bella- sonrió- Creo que no quedará ni una casa por vender cuando termine la noche- Bella amplió más su sonrisa al igual que yo. Eso eran buenas noticias, muy buenas noticias.
-¿¡Enserio!?- medio exclamó medio gritó.
-Sí, enserio, está gustando mucho, Bella, están más que encantados con todos tus bocetos y tus ideas- Bella se acercó más a mí y me besó en la mejilla sin dejar de mirar a Ángela.
-Me alegro tanto, Ángela, estoy tan contenta- dijo Bella apretando mi mano en un claro signo de euforia- ¿Te han preguntado mucho?
-Bueno… unos más que otros…- los tres soltamos una pequeña risilla- Pero sí, han preguntado bastante y han quedado totalmente satisfechos con mis respuestas- dijo la chica entusiasmada.
-Muy bien, Ángela, muchas gracias por todo- Bella le sonrió de nuevo.
-No tiene que dármelas- la chica sonrió- Es mi trabajo y disfruto con él- aclaró- También preguntaron por el señor Collins.
-Ah, claro- Bella miró hacia Eleazar y le guiñó un ojo- ¿Le habrás dicho que este proyecto es tan mío como de él, verdad?
-Por supuesto- Ángela amplió su sonrisa- Le ha parecido increíbles que unos chicos tan jóvenes como ustedes, hayáis podido llevar a cabo todo esto.
-Eso es muy, peor que muy buena señal- intervino Eleazar y lo miré con una sonrisa.
-¿Has escuchado? Está gustando, Eleazar y se va a vender todo el proyecto completo- dijo entusiasmada Bella antes de abrazar a nuestro amigo.
Sonreí.
-Somos un buen equipo, siempre lo hemos sido- murmuró Eleazar mientras me miraba con una sonrisa.
-Sí- Bella se separó de él y le besó en la mejilla.
-Ángela, quiero que te vayas en cuanto termine la fiesta, no quiero que estés aquí y que algún listillo te aborde a preguntas que no tienes por qué responderlas tú- dijo Eleazar serio.
-Cla… claro, señor Collins.
-Llámame Eleazar- sonrió- Hazme caso, los últimos compradores siempre hacen lo mismo para querer enterarse más allá de lo que tienen que saber y eso no nos interesa, más que nada porque habrá empresas infiltradas aquí que quieran esto- susurró Eleazar más bajo de lo normal mientras señalaba con la barbilla a todo en general y Ángela asintió- Si necesitan algo, dales el número de Bella o el mío y ya nosotros sabremos qué hacer- le guiñó el ojo y la chica volvió a asentir.
-Entendido- murmuró Ángela.  
El señor Andrew me presentó a todos los presentes, ya que eran los compañeros de Bella y por tanto, los conocía.
Todos los hombres ayudamos y esperamos que las damas se sentaran en sus respectivas sillas para, después, sentarnos nosotros.
Todos los camareros comenzaron a moverse rápidamente, trayendo copas de vino, tanto blanco como rosado, y los entrantes a cada mesa con una elegancia exquisita.
Bella me cogió la mano y me sonrió antes de girar su cabeza y comenzar a hablar con Betty.
-Tío, la tienes completamente loca…- me susurró Eleazar en el oído y lo miré con una sonrisa y una ceja alzada.
-Es mi mujer y todo lo que he dicho es la completa verdad- le aclaré y él sonrió.
-Lo sé, pero desde que estás aquí, ella ha cambiado mucho- dejé de sonreír y lo miré con confusión- Verás… Bella sonreía y se divertía, pero jamás la había visto con esta vida- señaló con su barbilla hacia mi derecha, que era donde se encontraba mi esposa y sólo pude sonreír ante la imagen que me mostraban mis ojos.
Bella estaba con mi mano agarrada, apoyada en su delicado muslo y la otra, estaba encima de su pequeño vientre, haciendo círculos por encima de la fina tela del vestido.
-Sus ojos brillan de una forma muy especial- siguió hablando Eleazar- No sabes las ganas que tenía de que volvieras…- ahora sí que me giré hacia su dirección, ¿qué le habría contado Bella sobre mí?
-¿Qué es lo que sabes exactamente?- le pregunté con curiosidad y él sonrió de nuevo.
-Todo- dijo sin más- Absolutamente todo- asentí y le animé a que siguiera- Cada vez que Alice venía y le contaba que había hablado contigo, su cara se iluminaba y la sonrisa el duraba todo el día, incluso cantaba mientras trazaba los bocetos…- sonreí al imaginármela así- Pero, había otros días que tenía que sacarle la sonrisa con un saca corchos- solté una pequeña risa sin poder contenerme- No sonreía si no sabía nada de ti, la excusa que ponía era que no podía tener todo el día una sonrisa en su boca…
-Sí, muy típico de Bella…- le dije mientras negaba con mi cabeza ligeramente y la veía por el rabillo del ojo.
-La cuestión es que quiero darte las gracias, tío- volví a girar mi cabeza en su dirección y alcé una ceja.
-¿Por qué?- ahora sí que estaba confundido.
-Por todo- dijo como su fuera obvio- Por devolverla a la vida, por amarla como la amas, por todo, no creo que encontrara a un hombre igual de bueno que tú- sonrió como si estuviese recordando algo- No sabes la de veces que la escuché gritando tu nombre mientras cantaba…
Sonreí sin poder evitarlo.
¿Podía ser más perfecta?
No.
No podía.
-¿Mientras cantaba?- le pregunté de manera burlona y él asintió de la misma forma.
-Sí, le cambiaba el nombre de la letra original por el tuyo y la verdad es que era muy gracioso- ambos reímos, provocando que todas las miradas de nuestra mesa y algunas de nuestros alrededores, se clavaran en nosotros.
-No tienes que dármelas, Eleazar, enserio- le palmeé el hombro con la mano que tenía libre- Siempre la amé, quise olvidarla, te juro que quise olvidarla porque no podía estar lejos de ella por más tiempo…- Eleazar me miró con pena- Pero el amor que sentía por ella era tal que me obsesioné- le aclaré y él me miró confundido- Le hacía a mi hermana un interrogatorio todos los putos días para saber qué era lo que hacía, con quién salía… todo- ahora fue el turno de palmearme el hombro a mí.
-Lo imagino… habéis tenido que pasarlo realmente mal- asentí- Bella tampoco dejó de amarte nunca- sonreí asintiendo.
-Lo sé y la verdad es que el que tiene que agradecer algo soy yo- le sonreí- Gracias por cuidarla como si fuera tu propia hermana, gracias, de verdad.
-Bah- agitó su mano restándole importancia- No tienes que dármelas, la he cuidado y cuidaré porque, como tú has dicho, la quiero como a mi propia hermana y eso nunca va a cambiar- asentí sonriente y ambos cogimos nuestras copas de vino blanco espumoso e hicimos un pequeño brindis entre nosotros mientras sonreíamos ampliamente.
-Te amo- me susurró mi esposa en el oído, rozando con su lengua el lóbulo de mi oreja, provocándome e incitándome a que me la besara con todas las ganas que tenía, aquí y ahora.
Y quizás algo más si no tuviésemos tanto público…
-Te amo- le dije de la misma forma antes de acercarme a su rostro y besarle en la mejilla, lo que provocó que sonriera dulcemente.
Yo pedí pescado, al igual que Bella, Eleazar y Betty, mientras que todos los demás pidieron carne.
Comenzamos a comer la deliciosa comida entre risas y conversaciones muy entretenidas. Al parecer Betty era decoradora de interiores, al igual que mi madre, y casualmente, muy casualmente, había concordado una cita con ella para mañana.
-Esme es increíble- dijo Bella antes de meterse un trozo de pescado en su pequeña boca.
-Seguro que lo es, teniendo a este Edward como hijo, seguro que será un encanto- sonreí ante las palabras de la amable mujer y bebí un sorbo de mi vino blanco.
-Es una mujer excepcional- le dije sinceramente- Es leal, amable, cariñosa, dedicada a los suyos y tremendamente maternal.
-Ojalá y todos los hijos hablaran de una madre de esa forma, Edward, querido- dijo con una hermosa sonrisa en su rostro y yo me encogí de hombros.
-Es lo que opino y jamás cambiaré mi opinión sobre ella- todos asintieron en la mesa, que hasta ahora, no me había dado cuenta de que estaban pendiente a nuestra conversación.
-Créeme, Betty, Esme te encantará, os haréis muy buenas amigas- intervino Bella con una preciosa sonrisa en su hermosa boca.
-Ojalá, la verdad es que necesito a una amiga que tenga mis mismos gustos en este enorme ciudad…- todos sonreímos- Allí, en Inglaterra, tenía algunas amigas y las tuve que dejar al venirnos aquí, así que ya es hora de encontrar a alguien con quien comunicarme libremente… y por supuesto, que no sea mi marido- ahora sí, todos soltamos una carcajada, incluso el señor Andrew.
-No sabía que te molestara mis interesantes conversaciones…- dijo el señor Andrew burlón y Betty le dedicó una sonrisa que derretiría a cualquiera, por supuesto, a mí no me hizo el efecto, porque la única que podría conseguirlo era mi mujer.
Mi esposa.
Mi diosa personal.
La sensualidad hecha mujer.
-Y no me molesta, querido- le besó en la mejilla suavemente- Pero necesito una charla de chicas y una tarde de compras urgentes- otra ronda de carcajadas se escuchó en la mesa, incluso el señor Andrew, que miraba a su mujer con una dedicación y amor increíbles.
-Si no fueras mi esposa, ¿qué sería de mí?- dijo el señor Andrew con una enorme sonrisa en su rostro y todos sonreímos.
-Pues nada, estarías hecho un viejales cascarrabias con el puro en la boca y con una muchacha de unos veinte años a tu lado por puro interés…- ahora sí, ahora sí que sí, todos soltamos la carcajada más grande de nuestras vidas.
Pude ver cómo Bella se limpiaba con un pañuelo, con mucho cuidado, sus ojos, de los que le caían lágrimas de tanto reírse y yo no estaba mucho mejor… veía todo nublado por la acumulación de las lágrimas en mis ojos…
-Esta mujer es alucinante- murmuró mi amigo y lo miré, o al menos lo intenté, mientras me limpiaba los ojos con el dorso de mi mano.
-Lo es, Eleazar, lo es- acordé con él.
Estuvimos más tiempo hablando, hasta que los camareros retiraron nuestros platos y nuestras copas y las suplantaron por una copa de champán y por el postre, que consistía en una bola de helado de vainilla con un trozo de tocino de cielo al lado, junto con sirope de chocolate, decorando el plato magníficamente.
-Joder…- medio gimió medio susurró Bella a mi lado y la miré con una ceja alzada- Esto está delicioso…- cerró los ojos a la vez que se metía la cucharada en la boca, haciendo un movimiento demasiado sensual y erótico para mi calenturienta mente…
Vi como una gota de helado de había escapado de su boca y ahora bajaba libremente por su barbilla. Me acerqué a ella y pasé mi lengua antes de que estuviera a punto de caer hacia abajo.
-Mmmm…- gemí deleitándome con el dulce sabor del helado y de su piel nívea- Sí, está delicioso…- acordé con ella y se giró en mi dirección, quedando a escasos centímetros de mi boca.
-Edward…- gimió bajo, provocando que su aliento se colara por mis fosas nasales, volviéndome completamente loco…
-¿Tenemos que quedarnos mucho?- ella me miró con su provocación hecha en sonrisa.
-Sólo hasta el brindis principal, yo tampoco tengo ganas de quedarme aquí mucho más…- se acercó aun más y cuando estuve casi seguro de que me besaría, su boca se desvió hacia mi oído, haciendo que mi piel se estremeciera con el choque de su aliento- Sólo tengo ganas de que te entierres en mí como tú sólo sabes hacerlo…
Matadme ahora…




**********************************************
Buenas noches a tod@s.
Al fin regreso después de dos semanas de inestabilidades con las publicaciones del blog... 
De nuevo, os pido perdón por el retraso, pero mi vida se ha convertido un poco en una montaña rusa últimamente...
Además de no tener tiempo de nada por problemas personales, no he tenido demasiada inspiración ni ganas para escribir...
Sí, parezco una pequeña novata... como cuando empecé hace un año y unos pocos días... porque sí, mi andadura como escritora no tiene más tiempo que ese: UN AÑO.
Al igual que este fic, mi primer fic y que se está acabando inevitablemente... Me siento muy melancólica al recordar que tengo que decirle un adiós a esta historia. No os podéis imaginar cómo absorben mis poros todas las emociones que escribo en esta historia... tanta pasión, tanta nostalgia, tanta tristeza...
Me sentiré vacía el día que os diga que será el último capítulo, y después, llegará el epílogo, el cual, como os dije hace algún tiempo, quiero decidirme a través de una encuesta. Quiero saber vuestra opinión sobre qué os gustaría más que pasara en el epílogo. Creo que es muy importante para mí y para vosotr@s para que no se olvide jamás esta maravillosa historia (cómo se nota que le tengo un cariño especial...).
Espero ante todo, que os haya gustado el capítulo.
¿Qué creéis que pasará ahora? ¿Será todo camino de rositas en los capítulos que quedan? 
Sólo os diré que e el próximo habrá un poco de todo... pasión, preocupación y felicidad, entre otras...
Os quiero dedicar este capítulo a tod@s, pero en especial a mi querida Yess, mi angelito Clau, mi siempre fiel Mari, mi pequeña Analie, mi paciente Flopii, mi cariñosa Gem y mis desaparecidas Lumy y Ciritha
Espero mañana poder subir otro capítulo de mi también, especial, Mezcla de Sentimientos, ese fic también lo amo. Amo todo lo que ha salido de mi imaginación C: con mucho esfuerzo, por supuesto.
Esta semana no tendréis más capítulos de Inolvidable, si no que, como la semana pasada subí sólo de Inolvidable y hoy he subido otro, se contará como esta semana. Así que subiré dos capítulos más de Mezcla de Sentimientos esta semana. Y si me da tiempo, escribiré el capítulo de El amor contra todo, que la pobre Flopii estará desesperada al igual q vosotr@s.
Os dejo y espero que hasta pronto :D
Muchos besos y abrazos,
Romiina R.