Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

viernes, 19 de octubre de 2012

¿AMARTE U ODIARTE?



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Capítulo 10: Melancolía.
Yess pov. 

Parpadeé un par de veces antes de abrir completamente los ojos.
Lo que pude ver fue la tersa y suave piel del pecho de Jasper pegada a mi mejilla. 

Sonreí. 

No podía ser más hermoso… 

Su ancho pecho subía y bajaba acompasadamente. Sus brazos estaban encadenados a mi cuerpo, provocando que no pudiera moverme ni un ápice. Sus piernas estaban completamente rectas, tapadas con la fina sábana, sabiendo que debajo de ella no había absolutamente nada. Sólo su piel nívea y perfecta como el mármol. 

Mis mejillas se tiñeron de rojo, sintiendo fuego en ellas al pensar en todo lo que había pasado anoche… 

Mi mirada viajó hacia su esculpido rostro y pude darme cuenta que sus labios estaban completamente hinchados… me puse más roja aún, como si eso fuera posible… 

Me fijé en sus interminables y espesas pestañas, eran de un color indefinido en realidad… parecían del color del oro con un toque castaño. Sus cejas, completamente pobladas, pero definidas, eran ligeramente más rubias. 

Decidí no mirar mucho más a su perfecto rostro y miré a mi alrededor sin moverme ni un centímetro, más que nada porque no quería, no porque estuviera aprisionada. 

La cama tenía un hermoso dosel beige, que dejaba ver toda la habitación de manera disimulada. La enorme cama se encontraba justo en medio y al lado de ésta, se encontraba dos mesitas de noche forjadas delicadamente. Parecían más del siglo XVIII que del siglo XXI. 

Seguí mi mirada y me topé con unos gigantes ventanales que daban a lo que parecía una terraza. A su lado, se encontraban dos puertas corredizas que seguramente era el vestidor. 

-Buenos días, hermosa- sentí sus cálidos labios en mi pelo y cerré los ojos por la sensación- ¿Te gusta lo que ves?- me preguntó antes de que pudiera decir nada. 

-Hola- suspiré con una sonrisa que no pude evitar y abrí los ojos a la vez que giraba mi cabeza y me encontraba con esos dos pozos azules que tanto amaba- La verdad que es preciosa- me referí a su pregunta y sonrió. 

-Me alegro- me besó en la frente- ¿Cómo has dormido? 

-Estupendamente- me acomodé mejor en su pecho y con mi mano, le acaricié los finos vellos de su pecho- La verdad que hacía mucho que no dormía de esta forma- le sonreí ampliamente y sus ojos brillaron. 

-Es curioso… pero a mí me ha pasado exactamente lo mismo, preciosa- me sonrió de nuevo antes de levantar mi mentón y posar sus labios en los míos. 

-Te amo- le susurré sobre sus labios y sentí su sonrisa. 

-Yo te amo mucho más, Yess- se separó un poco de mí y me miró directamente a los ojos- No sabes el tiempo que llevaba esperándote, te amo más que a mi vida- una traicionera lágrima se escapó de mi ojo y él la limpió con un beso tierno. 

-Yo te amé desde el primer momento que te vi, pero era tan necia para verlo…- hice una pausa tragándome el sollozo que estaba a punto de salir de mi pecho de pura felicidad- Fui una cobarde… sólo quería desviar mis verdaderos sentimientos hacia otro lado para querer hacer lo correcto. 

-Yo también lo hice, Yess, créeme cuando te digo que lo hice- me miró más intensamente- Te juro que pensé en ti en todo momento y busqué a Romina, la busqué porque quería saber realmente lo que sentía por ella- hizo una pausa viendo mi reacción- Sólo me pude dar cuenta cuando le estaba haciendo el amor…- esa frase fue como una cuchilla para mi pobre corazón, pero fui valiente y no flaqueé- Sé que es duro escuchar esto, pero pensaba que te estaba haciendo el amor a ti, pronuncié tu nombre, Yess, no sabes lo mal que me sentí cuando lo hice y más aún cuando abrí los ojos y vi que Romina gemía el nombre de Emmett… joder, pensaba que esto era una puta mala pesadilla odiosa y que sólo quería salir de ella…- de mi pecho salió un enorme sollozo mientras pensaba la última vez que Emmett me había hecho el amor… 

Joder… ¿cómo era todo esto posible? 

A Emmett y a mí nos había pasado exactamente lo mismo… 

El destino estaba siendo demasiado macabro con nosotros… demasiado. 

-Cálmate, pequeña, perdóname si te he causado dolor, pero tenía que decírtelo, era importante que lo supieras- asentí apenas cuando él me atrajo nuevamente a su pecho, mojando esa piel perfecta con mis lágrimas. 

La verdad era que estaba llorando por la situación, no por todo lo que me había dicho Jasper. Era duro, sí, pero prefería saberlo todo de un tirón y pasar el dolor de una vez.

Me tranquilizó con sus caricias en mi pelo y en mi espalda y me besó innumerables veces en la frente. 

-No dejo de pensar en por qué no te conocí a ti primero en vez de a Emmett… te juro que hubiera sido lo correcto y nada de esto hubiera pasado- hipé y Jasper me secó las lágrimas de mis mejillas con sus pulgares. 

-Lo sé… pero miremos por el lado positivo- me besó en la punta de la nariz y me sonrió- Si no hubiera conocido a Romina, lo más seguro es que no me hubiera inscrito este año en artes- abrí mucho los ojos con sorpresa- Pensaba irme a Oxford y estudiar historia universal y no quedarme aquí, pero me quedé por Romina- sonreí a duras penas. 

-¿Tanto la amabas para haber declinado tu sueño? 

-La verdad te diré que llegué a amarla, la amé mucho, era… era increíble, ¿sabes?- sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa como recordando algo- Era inteligente, preciosa y sobretodo, con un corazón gigante- asentí sabiendo cómo era mi hermosa hermana- Y su carácter… Dios… me atrapó por completo- solté una carcajada al recodar su valentía. 

-Lo sé… es realmente increíble. 

-Pero tú…- pareció ignorar mi comentario- Tú, me cogiste de improviso… Entraste ese día en clase y supe que debería haberte conocido unos meses atrás… no me malinterpretes, jamás me arrepentiré de haber estado con Romina, nunca dejaré su amistad y su cariño, la quiero como una verdadera amiga- sonreí de nuevo- Ese día supe que estaba completamente enamorado de ti… Tu pelo, tu cara de niña buena, esos ojos de un extraño color entre verde, amarillo y naranja, tu cuerpo, ese fino vestido y esos tacones fueron mi locura ese día…- me ruboricé un poco al recordar ese día- Todo de ti me llamó la atención y la guinda del pastel fue cuando mandaste a paseo al señor Spencer… te juro que me excitó, de verdad que lo hiciste… tu rudeza cogiendo los libros y tu altanería andando hacia él completamente valiente… me gustó tanto que no pude evitar seguirte- ahora sí fui yo la que se acercó a él o más bien lo medio violé… 

Me senté a horcajadas encima de él, comprobando el grado de excitación que tenía. Gemí cuando mi centro húmedo, por sus palabras, rozaron su miembro. 

-No te voy a negar que tu cuerpo perfecto y esa cara esculpida en mármol no hicieron de las suyas en mi cuerpo…- le susurré antes de atacar sus labios y bajar hacia su envergadura y llenarme por completo de él. 

-Yess…- gimió en mi boca y sonreí como una auténtica posesa al saber la causante de tan maravilloso gemido… 

Me moví suavemente sobre su cuerpo, sin prisas, pero manteniendo un ritmo constante. 

Sus manos se dirigieron a mi trasero y lo apretó mientras atacaba uno de mis pezones sin ninguna piedad. Y las mías descansaban en su fuerte pecho, sintiendo los latidos erráticos de su corazón a medida que aceleraba el ritmo de mis bajadas y subidas. 

No nos faltó mucho más para llegar a nuestro clímax. La verdad era que estaba demasiado sensible por todo en general, la situación, sus palabras, sus pensamientos, su increíble cuerpo… todo. 

Gritamos nuestros nombres cuando la fuerte sacudida nos dio la bienvenida en nuestros cuerpos y sentí que me llenaba por completo con su líquido caliente derramándose en mi interior. 

Me desplomé en su pecho y él me abrazó delicadamente, como temiendo romperme en cualquier momento. Sonreí por su ternura. 

Estuvimos un tiempo así, mi cara descansando en el hueco de su cuello mientras aspiraba su delicioso olor adictivo, mientras él acariciaba toda la extensión de mi espalda y me daba besos en mi hombro izquierdo. 
 
-¿Te apetece desayunar?- murmuró después de un rato. 

Levanté un poco mi cabeza para mirarle a los ojos. 

-¿Te importaría si vamos a mi apartamento?- le sugerí- Quiero ver a ver cómo está Romina- sonrió mientras asentía. 

-Por supuesto- me besó en la frente y me cogió sin ningún esfuerzo para ponerme recostada en la cama- ¿Te apetece una ducha?- me ruboricé y bajé mi mirada totalmente avergonzada. 

Ya estaba de vuelta la Yess vergonzosa y no la valiente que había salido a flote hacía tan sólo media hora… 

-¿Ves?- se acercó a mí y levantó mi mentón, encontrándome con su mirada penetrante- Por eso te amo tanto, porque combinas esa dulzura con esa pasión que me vuelve loco- me acarició la mejilla- No voy a ver nada que no haya visto ya- me sonrió y me guiñó divertido. 

-Claro- dije irónica y le besé en los labios antes de levantarme de la cama y esperarle con valentía. 

-Chica traviesa- murmuró antes de girarse y cogerme en peso, lo que causó un grito por mi parte y me llevó hacia el baño. 

Está de más decir que hicimos nuevamente el amor mientras los chorros del agua chocaban contra nuestros cuerpos… 

Si era hermoso de todas las maneras imposibles, mojado era todo un pecado… 

Su pelo estaba hacia atrás, dejándome contemplar por completo su cara. 
Su piel estaba más suave que de costumbre y sus labios hinchados y mojados eran una tentación demasiado grande para mi débil mente. 

Me enjabonó como si fuera el tesoro más preciado del mundo entero y me enjuagó con una suavidad increíble, mojando cada centímetro de mi piel.

Salió él de la ducha y luego se puso una toalla en sus caderas. 

Oh, por Dios… 

¿Se podía ser más perfecto? 

Si la imagen de su cuerpo desnudo y mojado me había impactado, ésta tampoco tenía precio… 

Me ofreció su mano como el buen caballero sureño que era y salí de la ducha sin ninguna dificultad. Me acercó a su cuerpo y me tapó con una esponjosa toalla que tapaba casi todo mi cuerpo. 

Me secó de la misma forma, suave y tierna y me llevó hasta la habitación en brazos. 

-Creo que voy a acostumbrarme a esto- le señalé mientras estaba en sus brazos. 

-Me encantaría que lo hicieras- sonrió y me besó en los labios dulcemente antes de dejarme en la cama. 

Nos vestimos, o más bien, me visitó con parsimonia y salimos, cogidos de la mano, de la habitación, dirección a su BMW. 

Me empecé a encontrar mal de repente, tenía unas ligeras arcadas y una fatiga increíble. 

Abrí la ventanilla y aspiré el aire puro mientras intentaba por todos los medios no vomitar, no delante de Jasper… 

-¿Qué te pasa?- murmuró y pude ver por el rabillo del ojo su preocupación. 

-Me encuentro un poco mal- pude decir a duras penas. 

-Tranquila- me cogió la mano que tenía apoyada en mi regazo y la apretó-Te llevaré al hospital- sólo pude asentir con debilidad y pensar en no vomitar por todos los medios. 

Llegamos muy pronto, gracias a su conducción rápida y le agradecí a Dios porque fuera un coche con una estabilidad increíble para no notar los vaivenes de la carretera ni nada por el estilo… 

Esperamos unos cinco minutos antes de que la amable enfermera nos dejara pasar y entramos en la consulta, donde un hombre de unos cuarenta y tanto años, muy atractivo, nos esperaba sentado en su sillón con una sonrisa en su rostro. 

-Buenos días, siéntense, por favor- miré su placa y ponía “Carliste Cullen”.

-Gracias, Doctor Cullen- murmuré con una media sonrisa. 

Le expliqué brevemente mis síntomas y me preguntó si había comido algo recientemente. En ese momento, me acordé que anoche habíamos pedido comida china y no le había quitado las gambas al arroz… 

-Sí, comí marisco y soy alérgica- dije con voz débil y el médico se levantó y se acercó a mí. 

-¿Comiste mucha cantidad?- su mirada era tranquilizadora. 

-No, mucha, la verdad- asintió despacio la mano de Jasper, que no me había dejado nunca, me dio un ligero apretón para que me tranquilizara. 

-Bien… le pondré una inyección para que todos los componentes del marisco, que haya en su cuerpo, desaparezcan- asentí y esperé pacientemente a que el Doctor Cullen fuese por la inyección y me sintiese mejor. 

Llegó en muy poco tiempo y no sentí si quiera el pinchazo, lo cual agradecí. 

-Tendrá vómitos y podrá tener mareos, pero no se preocupe, son los efectos secundarios de la inyección- me sonrió y se sentó en su sillón- Voy a recetarte algunos medicamentos por si te da fiebre y dolor abdominal, ¿de acuerdo?- asentí. 

-Sí, mándele todo lo que sea necesario- intervino Jasper y el Doctor Cullen sonrió por entusiasmo de mi… ¿novio? 

Oh, por favor… no sabía aun lo que éramos… 

Salimos de la consulta y nos dirigimos hacia el coche con prisa para ir a la farmacia más cercana. 

-¿Te encuentras mejor?- me preguntó con voz tierna mientras nos dirigíamos hacia la farmacia. 

-Sí- le sonreí y eso pareció tranquilizarlo- Jasper…- lo llamé y él desvió un momento su mirada para mirarme y volver hacia la carretera- He pensado… ¿qué somos realmente?- mi pregunta al parecer le hizo gracia. 

-Bueno…- su voz era divertida- Después de hacer el amor, em… ¿diez veces?, bañarnos juntos, traerte al hospital y cuidarte, ¿quién se supone que hace eso?- solté una pequeña carcajada por su respuesta y asentí. 

-Bien, novio Whitlock, me parece estupendo- soltó una carcajada y me cogió la mano para besarme el dorso de la misma. 

Ahora sí que era completamente feliz… 

PVO ROMINA 

La noche había sido larga, digna de recordar por días, horas y segundos de todo el resto de mi vida, era como vivir en un cuento de hadas donde aunque haya tempestad al final siempre la alegría reinara.

A la mañana siguiente me sentía muy bien, mi corazón oprimido, dolido y herido, comenzaba a sanar y podría decir que ya faltaba muy poco para que estuviera completamente bien, Emmett me hacía bien era como mi remanso de paz en plena guerra, mi manantial en medio del desierto…

Estaba convencida que en la vida hay muchas cosas que no podemos explicar, una es ¿por qué nacemos?, quizá todos pensamos porque nuestros padres así lo desearon, porque así lo quiso Dios, si… pero ¿por qué?, en esta vida había demasiados porque por responder, como decía Mario Benedetti “Cuando creíamos tener todas las respuestas, de repente cambiaron todas las preguntas”, cosa que tenía razón, la vida cambia a cada instante, en cada decisión, anhelo y sueño que resguarda nuestro corazón hay un cambio en el destino.

Yo me preguntaba por qué paso todo esto, por qué no haber conocido desde el principio a Emm y ahorrarnos este sufrimiento a todos, pero ciertamente dicen que “debes equivocarte varias veces para disfrutar del acierto”, no me arrepentía de esta noche y deseaba que por fin, esta ya fuera una tranquilidad permanente.

Justo estaba inmersa en esos pensamientos cuando el suave roce de su mano en mi hombro me hizo sonreír de medio lado.

-Buen día preciosa-. Me dijo  Emmett mientras yo me giraba y lo miraba llena de amor.

-Hola amor-. Dije y me sorprendí de mis propias palabras, yo jamás había sido así con ningún hombre, más que mi familia, los mimos los dejaba para mi hermanita, “estás enamorada y sin marcha atrás” me dijo una vocecita mental y solo pude sonreír, era cierto, estaba completa e irrevocablemente enamorada de este hombre.

-¿Sabes algo?-. Me dijo mientras yo me perdía en sus maravillosos orbes azul cristalino.

-¿Qué?-. Pregunté entre suspiros.

-Te amo, eres una mujer maravillosa, mereces ser besada a cada instante, cada momento, cada segundo de cada día de tu vida-. Murmuró mirando mis labios para después darme un largo beso, este era distinto a los otros no era arrebatado ni pasional, sino lleno de amor, ternura y comprensión.

-Yo también te amo-. Dije entre besos, haciendo una hermosa y transparente sonrisa resplandeciera en el rostro de mi amado.

-Vamos a desayunar ¿te apetece?, ¿dónde vamos?-. Preguntó mientras se levantaba de la cama.

-¡Claro!, vamos a cualquier sitio, estando contigo soy feliz-. Respondí honestamente, lo más honesta que había sido con él desde el día en el que le conocí… me levanté como resorte y corrí hacia la mesita de noche donde estaba mi ropa para vestirme, cuando recordé un detalle… Yess… no sabía nada de ella, además que mi ropa estaba sucia ya después de un día de tenerla, por lo que apurada dije:

-¿Podemos pasar a casa?, quiero cambiarme y cerciorarme de cómo está mi hermanita-. Emm sonrío de medio lado, me besó en la coronilla y dijo:
-Siempre tan maternalista-. Mencionó mientras asentía contento y se terminaba de vestir.

El camino a mi apartamento fue demasiado corto a mi gusto, jamás había hecho tan poco tiempo de orilla a orilla de la ciudad, aunque lo más probable era que si hubiese pasado mucho tiempo y yo no me diese cuenta, por lo que saqué mi móvil del bolso y mire la hora, pasaban de las once y media, en lo que me cambiaba y chequeaba como estaba mi amiga, seguro pasarían del medio día…

-Esto será almuerzo más bien-. Suspiré un poco avergonzada.

-No te preocupes nena, mi vuelo sale hasta las dos, tenemos tiempo suficiente de almorzar-. Contestó atento y optimista como siempre…

-¿Tu vuelo?, ¿te irás hoy?-. Inquirí triste de su partida.

-Sí, debo llegar antes a Chicago para conseguir las piezas del motor que debo arreglar en la semana de clases, ¿Por qué no te vienes conmigo?, seguro aún quedan tickets de abordaje disponibles-. Ofertó con una sonrisa y mirada demasiado convincente.

Me lo pensé unos segundos…. Hasta que caí en cuenta es que si algo puedo tener seguro, es que la vida es un riesgo, un azar, puede ser un 50 – 50, así que… ¿por qué no?

-¡Vale!, verifica eso en la aerolínea en lo que hago mi maleta y me visto-. Dije dándole un corto beso en los labios y saliendo como alma que lleva el diablo del jeep.

Hay muchas cosas que comentarle a Yess, los planes, que ya me iría, acomodar mi agenda para volver el domingo, empacar algunas cosas urgentes y ver cuánto tiempo duraría mi estancia fuera, me pesaba en el alma dejar sola a mi pequeña.

Al abrir la puerta del apartamento me encontré con Jazz sirviendo el desayuno, que cabría resaltar se notaba a leguas era para dos, sonreí y decidí compórtame amablemente, ante todo, éramos amigos…

-Buenos días, Jassper, ¿Qué tal estás?-. Pregunté amablemente mientras cerraba la puerta y dejaba mi bolso en la sala.

-Hola Romina, estoy muy bien,  ¿gustas desayunar?-. Ofertó caballeroso como siempre, sin embargo, no molaba mucho la idea de hacer un mal trío…

-Gracias, pero deberé declinar la oferta, tengo planes…. Por cierto, ¿Y Yess?-. Cuestioné preocupada.

-Aquí-. Dijo saliendo de la cocina con una sonrisa enorme, hacía mucho que no veía sus ojos igual de alegres, tenían una chispa que jamás había visto antes…

-Pequeña-. Grité mientras corría hacia ella para abrazarla, mi hermanita me abrazó alegremente y justo cuando quiso hablar se interrumpió, se alejó intempestivamente y corrió al baño, ante la mirada atónita de Jassper y mía.

-¿Qué pasa Yess?-. Preguntó angustiado, mientras se dirigía al baño, a la par que yo le seguía.

-¿Yessi, que sucede?-. Cuestioné verdaderamente desesperada, después de no escuchar más que el sonido de la respiración errática de mi amiga, su novio (creo), abrió de un tirón la puerta.

Al entrar vimos a mi hermana, sentada en el piso del baño, sosteniéndose el cabello atrás de la cabeza y vomitando en el retrete.

-¿Estás bien?-. Preguntamos a la par Jassper y yo.

-Sí, no va de nada, es sólo que ayer comí mariscos en el arroz y creo que me sentaron mal-. Musito apenas audiblemente, con el rostro pálido como serafina.

-Oh, Yess… que angustia me da dejarte así, si vos bien sabes que no debes comer marisco, ¿cómo te lo has almorzado?-. Regañé un tanto molesta y otro tanto preocupada. 

-No te preocupes Romina, yo cuido de ella, tú vete sin pendiente-. Respondió Jazz, mientras levantaba con mucha delicadeza a Yess del piso, quien de un momento a otro tenía una fiebre demasiado alta.

A lo que lo ayudé a recoger un poco el baño, y cerciorarme de que le diese algo para la temperatura.

-Pequeña, me debo ir, prometo volver de Chicago el domingo, discúlpame en verdad…-. Dije afligida, realmente no la quería dejar… ¿Y si me quedaba?

Ella como si hubiese leído mis pensamientos se levantó un poco de la cama, me sonrío cansina y dijo:

-Jassper me cuidará Rom, no tienes nada que temer, todo irá bien, tienes tú móvil y la portátil para hablar por Skype o Facebook cuanto queramos. 

Chicago era tu ilusión, no la echarás a perder por mí-. Dijo intentando persuadirme… la miré, caminé hacia ella, le di un beso en la mejilla y respondí:

-Vale, pero mantenme al tanto de cómo te mejoras, te llamaré para recordarte de tus medicamentos, ¿okay?-. Dije mientras tomaba a prisa un cambio y lo dejaba en el baño para cambiarme una vez que hiciera mi maleta.

-Vale, te quiero muchísimo-. Dijo sonriendo, acurrucándose al lado de su novio.

-Yo te quiero más hermosa, mejórate-. Dije entrando al baño, cambiándome a prisa, di una última mirada al cuarto de Yess, donde estaba el hombre que una vez dije amar… era tan extrañamente agradable y desagradable esto.

Caminé decidida después de soltar un suspiro, tomé mi maleta y bajé las escaleras hacia el estacionamiento, donde encontré al hombre que más he amado y amaré en toda mi vida, recargado al costado de su Jeep, esperándome.

-¡Si encontré boletos!, salimos en una hora-. Dijo felizmente a lo que yo corrí a abrazarlo.

-Vayámonos entonces, comemos algo en el aeropuerto o en el avión-. Respondí echando mis maletas a la cajuela.

-Es el inicio de la aventura nena-. Dijo Emm metiendo a fondo el acelerador de la camioneta.

¿Qué nos depararía esta semana en Chicago?, ¿Estaría bien Yess?, ¿Qué pasará de ahora en adelante con Emmett y conmigo?, ¿Podríamos estar todos juntos en el apartamento algún día como familia?.... entre esas dudas partimos al aeropuerto.

Emm prendió el radio y una canción comenzó a resonar en el estero, mi novio sonrío, puso su mano en la mía y empezó a cantar:

Tengo un domingo en stand by por si algún lunes te deprime.
Y en la cartera un ánfora que guarda olor a ti.
Tengo boletos de primera fila,
para verte despertar por las mañanas.

Tengo la firme convicción de que si estás me consolido.
Y la sospecha de que ni sospechas cuanto te amo.
Tengo tu foto puesta en la retina,
y con voz baila el estribo el yunque y el martillo.

Tengo risas, tengo llantos,
tengo un termostato que me enciende cuando estas
y que me apaga si te vas para no morir de la nostalgia.

Adiós melancolía,
gracias por la compañía
pero aquí ya no hay mas sitios para usted.
Adiós melancolía,
le agradezco la poesía.

Que entre versos hoy me deja confesarle a esta mujer.
Que me saqué la lotería cuando la vi.

Tengo la dosis de perdón por si haces algo que me duela.
Y una canción de más por si algún día la echas de menos.

Tengo un stock de besos sin estreno,
y un camión del bueno para ti.

Tengo risas, tengo llantos,
tengo un termostato que me enciende cuando estás
y me apaga si te vas para no morir de la nostalgia.

Adiós melancolía,
gracias por la compañía
pero aquí ya no hay mas sitios para usted.

Adiós melancolía,
le agradezco la poesía.

Que entre versos hoy me deja confesarle a esta mujer.
Que me saqué la lotería cuando la vi.

Hoy cuelgo mis sueños en el percing de tu ombligo.
Mientras la melancolía observa y es testigo.
Quiero estar seguro.

Un poco por ti,
un poco por mí,
un poco por celos.

Adiós melancolía,
gracias por la compañía
pero aquí ya no hay mas sitios para usted.

Adiós melancolía,
le agradezco la poesía.

Que entre versos hoy me deja confesarle a esta mujer.
Que me saqué la lotería cuando la vi.

4 comentarios:

  1. Que hermoso, chicas!!!!
    Espero que vuestro deseo se cumpla y que, después de to esto, llegué un momento en que podáis estar los cuatro juntos :)
    Estoy enganchada a esta historia y a las demás...os doy mis más sinceras felicitaciones.
    Espero con ansias leer el nuevo capítulo de esta historia :)
    Muchos besos y abrazos,
    CM

    PD: Muchas gracias por la respuesta Yess...te lo agradezco enormemente. Me alegra saber que te ha gustado el capítulo :)

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    Respuestas
    1. Gracias Claudia, no hay nada mejor para Romina y para mi, que saber que vosotras les agrada lo que escribimos, porque como bien sabes el alimento para cualquier escritor son las palabras de ánimo de los colegas, amigos y lectores.

      Muy pronto tendrás tu siguente capítulo, no desesperes,
      que también créeme que nosotras estamos, mordiendonos las uñas de querer leer lo próximo, jajajaja...

      Y no agradezcas, te soy sincera al decirte que me agradan tus letras.

      Nos leeremos pronto.
      Yess*.*

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  2. Simplemente es... GENIAL, ESPLÉNDIDO, MARAVILLOSO, FANTÁSTICO... Dios... cómo me haces soñar con tus palabras!!!!
    Espero ansiosa el próximo capítulo, cariño.
    Que te lo pases bien en este finde y ya te enviaré un correo ;)
    Te quiero mucho,
    Romiina R.

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    Respuestas
    1. Guapa!!!!, ohhh mi hermosa TODO!!!,
      Al contrario tu me haces soñar a mi con cada regalo que me haces al escribir cada letra, renglón y parrafo de esta nuestra historia, es como soñar despierta....

      ¡Gracias, por ser, existir, estar, comprender, escuchar y querer!
      Te envío millones de abrazos y besos de a montón,
      ya leí tu correo, ahora mismo lo estoy por responder y dentro
      de una hora o menos te envío el capítulo 11, ¡ojalá te guste!

      Mis mejores deseos para esta semana que inicia,
      todo mi cariño.
      Yess*.*

      PD/ Te manda saludos mi Jazz, dice que ya va mejor, que no te angusties, que "mala hierba nunca muere".

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