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Capítulo
41: Juicio.
Bella pov.
La comida
en familia fue espectacular, incluso se habían unido Esme y Carliste después de
saber nuestro plan.
Ni que
decir que estuvimos hasta que anocheció de tiendas y comprando de todo en
particular.
Alice me
eligió el vestido para el próximo evento del jueves y la verdad tenía que decir
que era precioso y de mi marca favorita, Versace…
Era rojo
pasión con unas finas tiras de diamantitos muy pequeñitos y discretos. Muy fino
y de tela vaporosa.
Con un
escote elegante, pero sexy. Y mi espalda totalmente descubierta, como ya se
estaban haciendo mis favoritos…
Y por
supuesto, no iban a faltar mis taconazos negros de salón. Era liso, con la suela
roja y absolutamente, precioso, elegante, perfecto…
La cara de
Edward fue un poema cuando me vio vestida así y subida en ellos… jurándome que
esta noche sería digna de recordar…
Bien… ya
sudaba de anticipación por la noche del jueves, dónde me lo pondría por unas
horas…
Y tuve que
soltar una fuerte carcajada cuando me probé, uno a uno, los sujetadores que la
enana me pasaba sin parar…
Edward se
había quedado conmigo en el espacioso probador y al quinto, tuve que salir
porque decía que no podría aguantar sus impulsos de hacerme el amor delante de
todos…
Tengo que
decir que me mojé por completo por su comportamiento.
Nos
despedimos de todos con cariñosos abrazos y besos y nos encaminamos hacia la
que sería nuestra antigua casa en dos meses…
No podía
estar más feliz, la verdad.
-¿Cómo te
encuentras?- me preguntó Edward cuando arrancó el Audi, ya que no tenía
ningunas ganas de conducir.
-Cansada,
pero inmensamente feliz, cariño- me acerqué a él y le besé en la mejilla con
suavidad, notando su incipiente barba.
-Me alegro,
mi vida, y lo seremos aun más el jueves al medio día- me recordó y yo asentí.
-¿Crees que
saldrá todo bien?- pregunté pensando en el juicio.
-Saldrá
todo a pedir de boca, ya lo verás, hermosa- me sonrió torcidamente y le devolví
la sonrisa inmensamente feliz.
-Además… no
espero para verte otra vez con ese vestido… gracias, Al- susurró esto último
para él mismo.
-Me encanta
que me digas esas cosas, guapo- le guiñé un ojo y le sonreí seductoramente.
Llegamos en
muy poco tiempo y me cogió en brazos como si pesase dos kilos y nos encaminamos
hacia los ascensores.
Cuando
entramos, vimos a Yuna completamente dormida y sonreí al verla así de
indefensa.
-Hay que
bajarla- le recordé a Edward cuando me dejó en una silla sentada.
-Lo sé, yo
lo haré, tú desvístete y ponte el pijama- me besó brevemente en los labios y se
giró para coger la correa de Yuna.
-¿Ponerme
el pijama? ¿No quería hacer el amor conmigo?
-Por
supuesto, por eso mismo- le miré confundida- Me encanta quitarte el pijama y
hacerte esperar- me sonrió seductoramente y sabía que me hubiera desmayado si
no hubiera estado sentada.
Era
increíble lo que sus palabras me hacían, sin tocarme si quiera.
Cogió a
Yuna con suavidad y la despertó, ésta cuando vio la correa en sus manos, se
puso como loca y vino hacia mí, me lamió el pie y se fue corriendo hacia la
puerta mientras Edward negaba divertido.
-Mujeres…-
susurró mientras enganchaba la correa a su collar y abría la puerta- Te amo, mi
vida- me sonrió y cerró la puerta detrás suya.
Me encaminé
hacia la habitación con una sonrisa e hice lo que me dijo.
Lo esperé
acostada en la cama y comencé a tocar mi vientre con una delicadeza extrema.
-Tengo
tantas ganas de tenerte entre mis brazos, cariño…- le susurré y obtuve una pequeñísima
patada por su parte.
Sonreí.
En ese
momento, llegó Edward y me miró con una sonrisa pintada en su esculpido rostro.
-Te amo
mucho, hermosa- me dijo antes de acercarse a mí y hacer maravillas con su
lengua y sus manos.
Está de más
decir que hicimos dos veces el amor… nunca me cansaría de él.
Y sin
siquiera pensarlo, llegó el día del juicio, con llamadas de todos a todas horas
y demás…
Yo, por mi
parte, estaba tranquila, Edward lo había hecho posible y hoy me podría comer el
mundo sin siquiera proponérmelo.
Acordamos
con toda la familia que ellos estarían allí antes que nosotros, ya que Edward
no quería que pisara esa sala más de la cuenta y nos encaminamos hacia el
Juzgado Penal.
Edward
jamás soltó mi mano y aparcó el Volvo con la elegancia que le caracterizaba. Se
bajó del coche y me abrió la puerta, ya me estaba acostumbrando al caballero
que era y no podía estar más que encantada.
Anduvimos
hasta dentro y cogimos el ascensor para llegar a la planta cinco. Recorrimos
las diferentes puertas y entramos en la última, encontrándonos en la sala y nos
sentamos en la misma mesa dónde se encontraban el señor Steve y Eleazar.
-Buenos
días, señores Cullen- nos saludó el señor Steve.
-Buenos
días, señor Steve- saludó Edward con un estrechamiento de manos y me miró a mí.
-¿Cómo se
encuentra, señora Cullen?- preguntó amablemente y yo le sonreí.
-Me
encuentro muy bien, gracias- esperaron a que me sentara y ellos hicieron lo
mismo después.
Miré a
todos en particular, encontrándome con Carliste, Carmen, el Doctor Wilson y
Ángela en el mismo banquillo del público, justo detrás de nosotros.
Y más
atrás, se encontraba toda la familia al completo, lo cual agradecí.
Todos me
sonrieron y yo les respondí con una sonrisa débil, la verdad es que tenía las
fuerzas suficientes para mandar a ese cabrón a la cárcel, pero mi miedo interno
estaba ahí más latente que nunca.
-Tranquila-
Edward me cogió la mano que tenía en mi regazo y la besó con ternura- Todo
saldrá bien- me sonrió tranquilizadoramente y yo asentí, teniendo unas fuerzas
renovadas increíbles…
Ahora sabía
que podría con esto y con todo lo que la vida me pusiera por delante. Lo haría
por Edward y lo haría por mi pequeño hijo que crecía dentro de mí.
Instintivamente,
con la mano que tenía libre, me acaricié mi vientre con suavidad,
tranquilizándome mas aún mientras notaba cómo se movía.
-No mires
hacia tu derecha- me susurró Edward muy bajito y asentí.
Escuché el
sonido de algo metálico rozar con la madera de la mesa que se encontraba justo
a unos tres metros de la nuestra.
No pude
evitar mirar hacia allí y la mirada más fría, calculadora y asquerosa me dio la
bienvenida.
Abrí más
los ojos y lo miré con todo el odio, rencor y asco que le tenía a ese cabrón,
él sólo sonrió arrogantemente.
-¿Por qué
has mirado?- me volvió a susurrar Edward y yo lo miré.
-No he
podido evitarlo…- giré mi cabeza para mirar más allá del público y justo en la
primera fila, detrás de ese malnacido, se encontraba el Doctor Thomson…
Ahora sí
que mi pulso se aceleró por la rabia y el rencor que le tenía a ese miserable.
-Tranquilízate,
por favor- Edward notó mi pulso en mi muñeca y lo miré, dejándome llevar por la
tranquilidad de sus ojos- Ya sabías que vendrían, por favor, tranquila, mantén
la cabeza fría ante esto, Bella- asentí y me besó en la frente con ternura-
Pasará pronto- me sonrió tranquilizándome.
Hice lo que
me pidió y sólo me detuve a mirar a la enorme mesa de madera que había frente a
mí y al habitáculo en dónde me encontraría en breves momentos para declarar…
-Buenos
días- dijo con voz grave el juez cuando apareció en la sala y todos nos
levantamos ante su presencia.
Ni siquiera
me había dado cuenta que había entrado en la sala…
Lo miré con
detenimiento y me fijé que era el típico juez de las películas, grueso, con una
barba espesa y gafas de pasta. Sí… parecería infantil, pero eso me estaba
ayudando a olvidar a los sin vergüenzas que tenía a unos pocos metros de mí…
-Pueden
sentarse- dijo con voz más dura que antes, una vez sentado.
Todos nos
sentamos en nuestros asientos, al igual que la mujer de mediana edad, rubia,
que se encargaría de escribir todos los acontecimientos del juicio.
-Hoy
estamos aquí para celebrar un juicio penal entre la señora Cullen- me levanté y
el hombre me lo agradeció- y el señor Denali- pude ver por el rabillo del ojo
cómo se resistía a levantarse de su asiento, pero un policía lo obligó a
hacerlo, provocando una mueca por parte de su abogado- Bien… pueden sentarse-
hice lo que me pidió- Ahora pasará a declarar el señor Denali- escuché el
tintineo de unas llaves y luego a una mujer dirigirse hacia la mesa donde se
encontraba James y su abogado.
-Señor
Denali, ¿jura ante esta biblia y ante Dios, decir la verdad y sólo la verdad?-
pude ver cómo James sonreía con arrogancia y posaba su asquerosa mano encima de
la biblia.
-Juro que
diré la verdad verdadera- dijo patéticamente en un intento de parecer
divertido, sólo se escuchó el carraspeo de su abogado.
-Bien-
murmuró la mujer cogiendo la biblia y después, se encaminó hacia un lateral de
la sala y se quedó de pie allí.
-Señor
Denali, puede pasar para declarar- dijo solemnemente el juez haciendo un ademán
con la mano hacia el habitáculo que se encontraba a su izquierda.
Vi cómo
James se dirigía hacia allí, sin esposas y vestido de preso.
-Tranquila-
susurró Edward y bajé mi mirada para mirar cómo había relajado el agarre de mi
mano en la suya.
-Muy bien,
puede hacerle las preguntas pertinentes a su cliente, señor Backus.
El abogado
de James se levantó y se puso delante de él.
-Señor
Denali, cuéntele, a esta sala y al magistrado, cómo sucedieron los hechos del
día diez de abril de 2012- James sonrió de nuevo y arqueé una ceja por su
desdén.
-Por
supuesto- su voz la recordaba igual de asquerosa que ahora…- La señora Cullen-
cerré los ojos cuando su sucia boca me nombró- me envió a hacer un informe
sobre los proyectos que le convenían a la empresa y los que no- abrí los ojos y
sonrió de nuevo con más asquerosidad que antes- Me dijo que tendría que tenerlo
listo a las siete de la tarde y yo, como buen trabajador, así lo hice- se
retorció ambas manos en su regazo en un intento de parecer nervioso…- Estuve en
la puerta de su despacho a las seis y cincuenta y cinco minutos y llamé a la
puerta, como el buen educado y caballero que soy- Dios… ¿de verdad tenía que
soportar toda esta grosería?- Me dijo que pasara y me encontré con la señora
Cullen y la señorita Webber- bien… di lo cerdo que fuiste, cabrón- La señora
Cullen le pidió a la señorita Webber que, por favor, nos dejara solos, justo
como siempre hacía- lo miré taladrándole con la mirada y él ni se inmutó- Le di
mis informes y ella comenzó a tocarme de manera muy pecaminosa para una mujer
casada y me dijo que me deseaba con todo su ser- abrí más los ojos y pude
sentir cómo el señor Steve, se levantaba violentamente de su asiento y gritaba.
-¡PROTESTO,
SEÑORÍA!- el juez dejó de mirar a James y miró a el señor Steve.
-Se acepta-
James y su abogado se callaron abruptamente.
-Bien…-
murmuró el señor Backus- ¿Qué sucedió después?
-Justo
cuando estábamos divirtiéndonos, el señor Cullen entró sin avisar y con una
violencia desbordada- miró a Edward con la misma sonrisa cínica de antes- Se
abalanzó hacia mí y golpeó mi estómago sin ningún miramiento, causándome un
dolor extremo y que cayera al suelo con violencia.
-Parece ser
la que palabra “violencia” el encanta, señor Denali- intervino el juez y fue mi
primera sonrisa tranquilizadora- Bien, siga.
-Después,
el señor Collins, Eleazar Collins- no pude evitar mirar a Eleazar y éste le
sonreía con la misma sonrisa cínica que adornaba su asqueroso rostro- Entró en
el despacho de la señora Cullen con la misma violencia que el señor Cullen y me
insultó a la vez que me sacaba como una rata de aquel lugar.
-Muy bien-
ahora le presté atención a la mujer que estaba con el ordenador escribiendo la
declaración del jodido James, sus dedos parecían volar por el teclado…- ¿Tiene
que añadir algo más, señor Denali?
-Nada más,
señoría- le sonrió falsamente.
-Puede
sentarse, señor Backus- le contestó secamente y James palideció- Señor Steve,
su turno- miré a nuestro abogado y tenía varios papeles en sus manos.
Edward me
cogió la otra mano y pude sentir su calidez y tranquilidad haciendo eco en mi
cuerpo.
Se lo
agradecí con la mirada y volví a mirar hacia delante.
-Muchas
gracias, señoría- el juez asintió y miró a James con desprecio- Señor Denali- lo
llamó para captar su atención- Usted, ha declarado que la señora Cullen tiene
una obsesión enfermiza con su persona, ¿Por qué piensa eso?
Ahora sí
que lo miré con el mayor odio que tenía reservado para éste día.
-Bueno…
usted, señor Steve, debe entenderlo.
-La verdad,
es que no, no lo entiendo- dijo secamente cortando el comienzo de otra
asquerosa sonrisa de las suyas- ¿Por qué lo piensa, señor Denali?
-La señora
Cullen me confesó que estaba completamente enamorada de mí desde que entró en
esa empresa, ¿no cree que es más que suficiente?- lo retó con la mirada y sentí
que iba a vomitar en cualquier momento por sus asquerosas palabras.
-¿Enamorada
de usted?- dijo con desprecio- ¿Piensa que la señora Cullen, de verdad, está
enamorada de usted?
-Sí, lo
creo y es la verdad- negué por la falsedad de sus palabras.
-Bien… si
así lo cree, estupendo- el señor Steve pasó una hoja- ¿Y por qué cree que el
señor Cullen entró en ese despacho con tanta violencia, llegando a agredirle?
-¿No es
obvio?- soltó una risilla- Se habría enterado de nuestro romance y quiso
matarme- dijo como si fuera lo más obvio y ahora le tocó al señor Steve, el
reír.
-No, no lo
es- negó momentáneamente con la cabeza- ¿Y me puede decir, si la señora Cullen
estaba tan enamorada de usted, por qué lo ha denunciado y acusado de intento de
abuso sexual?- ahora la cara de James palideció hasta límites preocupantes por
su abogado…
-PROTESTO,
SEÑORÍA- gritó el señor Backus y el juez lo miró.
-Se
rechaza- dijo sin más- Puede continuar, señor Steve.
-Gracias,
señoría- se dirigió, de nuevo, hacia James- ¿Me puede decir por qué la señora
Cullen entró en estado de pánico cuando se acercó a ella? ¿Me puede decir por
qué entró en el hospital con un cuadro de ansiedad y nervios graves?- le tiró
unos papeles donde estaba apoyando sus sucias manos- ¿ME LO PUEDE DECIR?- le
escupió con la voz más alta de lo normal y James no daba crédito a lo que sus
ojos veían.
-PROTESTO,
SEÑORÍA- dijo el sudoroso señor Backus con exaltación.
-Se acepta-
dijo al fin- Ya me queda claro…- susurró más para él que para cualquier otra
persona- Puede seguir, señor Steve.
-Gracias,
señoría- de nuevo, se dirigió hacia James- ¿Cómo se infiltró en la empresa dónde
trabajan la señora Cullen y el señor Collins?- le miró con odio.
-Soy un
hombre con muchos contactos, señor Steve… no hay forma de que recuerde ese
pequeño detalle…- sonrió dejando ver sus asquerosos dientes.
-¿No se
acuerda? Bien, veamos…- buscó el papel que quería y se lo tiró encima de los
que le había tirado antes- ¿Por qué su contrato está a nombre de la señora
Tanya Denali?- ese nombre…- Porque, por lo que pone ahí- señaló el papel que le
había tirado- Tanya es su mujer y ex del señor Cullen, ¿no cree que es
demasiado obvio, señor Denali?- le preguntó con el mismo desdén que le había
preguntado James anteriormente- ¿Sabe? Todas las pruebas apuntan a que ella
jugó con usted para llevar a cabo su plan de venganza, falsificando contratos
de trabajo y de la seguridad social- hizo una pausa- Queriendo acabar con la
felicidad de mis clientes con su presencia, ¿no es así?
-No sé de
qué habla…- dijo metido entre la espada y la pared.
-¿No? Pues
la señora Denali ha sido bastante concluyente…- buscó otro papel y se lo tiró-
Ahí está su declaración, en la que afirma haberle convencido para llevar su
plan de venganza, aceptando haber contratado al doctor Thomson- se giró y miró
a ese despreciable hombre- Para que mi cliente abortara y acabara su felicidad
definitivamente- James cogió el papel y lo leyó rápidamente con los ojos muy
abiertos y con una rabia indescriptible- Sin contar con la declaración de la
señorita Ángela Webber, el señor Eleazar Collins, el propio, señor Edward
Cullen y su padre, el señor Carliste Cullen, el señor Ricardo Wilson, la señora
Carmen Milton y el señor Andrew Raven- hizo una pausa- Y por supuesto, la
señora Isabella Cullen- sonreí con más felicidad que antes.
¿Por qué
Tanya había declarado en contra de James?
-Esa
zorra…- el juez golpeó fuertemente la mesa con el mazo y me sobresalté un poco.
-Nada de
palabras mal sonantes aquí, señor Denali o tendré que pedirle que abandone la
sala- ahora su voz sí que daba miedo.
-No tengo
más preguntas, señoría- el juez asintió.
-Muy bien,
señor Denali, puede sentarse en su asiento.
James me
miró con odio y yo le sonreí cínicamente, justo como él había hecho
anteriormente, antes de sentarse en su asiento.
-Ahora será
el turno de la señora Isabella Cullen, por favor, pase a declarar- me pidió el
juez y yo asentí.
Noté el
último apretón de la mano de Edward en la mía y me levanté y esperé a la misma
mujer que le había ofrecido la biblia a James.
-Señora
Cullen, ¿jura ante esta biblia y ante Dios, decir la verdad y sólo la verdad?-
la mujer me miró directamente a los ojos y luego a mi vientre, lo que provocó
que su boca de curvara en una sonrisa tierna.
Puse mi
mano encima de la Biblia y miré a la mujer.
-Yo,
Isabella Marie Swan, juro ante Dios y esta Biblia que sólo diré la verdad y
sólo la verdad.
-Muy bien,
señora Cullen- quité la mano de la Biblia y la mujer me sonrió antes de irse a
su sitio.
-Señora
Cullen, puede tomar asiento- el juez me señaló el habitáculo dónde había estado
el sucio de James y asentí mientras me encaminaba hacia el lugar- Muy bien,
puede hacerle las preguntas pertinentes a su cliente, señor Steve- murmuró las
mismas palabras que anteriormente.
-Muchas
gracias, señoría- el señor Steve me dedicó una sonrisa tranquilizadora- ¿Cómo
sucedieron los hechos del día diez de abril de 2012?
Miré hacia
Edward y éste me dedicó mi sonrisa favorita, tranquilizándome absolutamente.
-Yo me
encontraba ultimando detalles con mi secretaria, la señorita Ángela Webber en
mi despacho, cuando el señor Denali- me picó hasta la lengua de pronunciar ese
asqueroso nombre- entró abruptamente, sin llamar si quiera, importunando mi
reunión con mi secretaria- hice una pausa y suspiré- Le pedí a la señorita
Webber que abandonara mi despacho para que siguiera con su trabajo y le pedí el
informe al señor Denali- cerré los ojos por un breve momento y los abrí-
Comenzó a tocar mi mano cuando me tendió el informe y yo le exigí que ésa sería
la primera y última vez que me tocaría- escuché la risilla de James, pero la
ignoré, sólo tenía ojos para Edward- Él comenzó a acercarse a mí de manera
amenazante y me preguntó que…- bajé mi mirada y miré mi vientre. Por él haría
todo…- Que si su cuerpo no me atraía, que era irresistible…- pude ver la
sonrisa de satisfacción del señor Steve- Yo le dije que saliera de mi despacho
inmediatamente, pero él me cogió de la cintura y acercó su boca a la mía,
insultándome antes de estampar sus labios en los míos con una agresividad
imparable- escuché un gruñido por parte de Edward.
-Tranquila,
señora Cullen, ¿necesita un descanso?- me preguntó el señor Steve, pero yo
negué inmediatamente.
-No es
necesario, gracias, señor Steve- le sonreí y seguí con mi relato- Intenté
zafarme de su agarre, pero me fue imposible, me tocó de una manera indeseable y
en ese momento, mi esposo, el señor Edward Cullen, junto con el señor Eleazar
Collins, entraron en el despacho y me quitaron a James de encima, golpeándole
en el estómago sacándolo del despacho- una solitaria lágrima se escapó de mi
ojo y rodó por mi mejilla. Pude ver cómo Edward apretaba sus puños hasta tener
los nudillos absolutamente blancos y a Eleazar controlarlo…- Estaba muy
asustada, señoría, no sabía qué hacer… sólo pensé en el hijo que crece en mi
vientre y en nada más- Edward pareció relajarse y bajé mi mirada- Luego, llegué
al hospital con un ataque de ansiedad y nervios demasiado grave para mi estado
y allí, me atendió el señor Thomson- me picó la lengua de nuevo al no insultar
a ese hijo de puta- Sólo pude escuchar su diagnóstico… mi hijo tenía una
deformación grave en el cerebro y ahí supe que el mundo me tragaba por
completo…- otro lágrima rodó por mi mejilla- Sólo fui consciente de que mi
corazón se paró y que no quería vivir esta vida de esa forma- terminé y aspiré
y exhalé profundamente antes de levantar mi mirada de nuevo.
-No tengo
más preguntas que hacerle a mi cliente, señoría- el señor Steve me tendió su
pañuelo de tela y lo cogí con una media sonrisa.
-Bien, ¿se
encuentra bien para seguir, señora Cullen?- me giré hacia el juez.
-Sí,
señoría, puedo seguir- mi voz estaba un poco rota, pero no era nada en
comparación como me había imaginado que sería recordar la peor pesadilla de
toda mi vida…
-Muy bien,
puede sentarse, señor Steve- lo hizo y le susurró algo a Edward- Señor Backus,
puede seguir usted- el sudoroso hombre se levantó de su asiento y me miró sin
expresión en su rostro.
-Gracias,
señoría- me miró de nuevo- Señora Cullen, ¿por qué le daba a mi cliente
palabras de desprecio mientras estaba trabajando?- lo miré con un total
cinismo.
-Siempre me
he dirigido al señor Denali con respeto, mejor sería al contrario, señor
Backus- le sonreí con falsedad- La grosería la desconozco en mi vocabulario- el
hombre hizo una mueca de lo totalmente jodido que estaba pude ver cómo Edward,
el señor Steve y Eleazar sonreían.
-Vaya…- dijo
sin tener más nada que decir- No tengo más preguntas, señoría- abrí mucho los
ojos al igual que la boca, no lo pude evitar…
-¿Ya ha
terminado, señor Backus?- le preguntó el juez.
-¡VAYA
MARICÓN ESTÁS HECHO!- gritó James con la educación que le caracterizaba y lo
miré con desprecio.
Todo el
público comenzó a murmurar.
-¡ORDEN EN
LA SALA!- el juez golpeó con su mazo la mesa, nuevamente y miró a James- Otra
grosería por su parte y se puede ir despidiendo de la pena mínima- sólo pude
sonreír secamente cuando el juez dijo esas palabras.
Eso
significaba que iba a ir a la cárcel sí o sí.
Miré a
Edward y éste me sonrió ampliamente.
-Señor
Backus, ¿quiere llamar a algún testigo para que declare?
-No es
necesario, señoría- se escuchó un bufido por parte de esa asquerosa boca.
-Bien, tome
asiento- el señor Backus hizo lo que le pidió- Señora Cullen, puede tomar
asiento usted también- le agradecí con la mirada al juez y me encaminé a mi
sitio.
-Has estado
magnífica, mi vida- me besó en la mejilla y volvió a coger mis manos.
-Sólo
gracias a ti- le sonreí.
-Señor
Steve, puede llamar a los testigos convenientes- mi abogado asintió y se
levantó.
-En primer
lugar, el señor Thomson- declaró y toda la sala, absolutamente toda la sala,
miró a ese miserable hombre.
-Señor
Thomson, venga- la miseria hecha hombre asintió con la mirada gacha.
La mujer de
la Biblia hizo lo correspondiente y el cabrón de Thomson se sentó dónde
segundos antes había estado yo.
-Señor
Thomson- el señor Steve cogió una carpeta azul y sacó todos los papeles que
había en ella y se los puso delante de él- Aquí tiene el informe médico de mi
cliente- hizo una pausa mientras señalaba los papeles- Por su culpa, la señora
Cullen, sufrió una parada cardio respiratoria y tuvieron que reanimarla hasta
cuatro veces para no perder su vida, ¿por qué se inventó el estado del bebé de
mi cliente?- el hombre me miró con claro perdón, pero yo lo fulminé con la
mirada.
-Me
mandaron a hacerlo…- dijo el muy cínico- Los señores Denali me pagaron una gran
cantidad de dinero si les decía a los señores Cullen que si hijo venía con
complicaciones- dijo al fin y el señor Steve soltó una risilla de satisfacción.
-Ya veo…-
recogió los papeles que le había dado- ¿Cómo consiguió que lo contrataran en el
hospital más importante del estado?
-La señora
Denali falsificó los papeles y me presenté unos minutos antes de que los
señores Cullen llegaran al hospital, para así, de esa forma, no haber sospechas
de esa plaza vacante temporal- que asco que estaban dando sus palabas… si no
fuera porque tenía la mano de Edward agarrada a mí, me hubiera desmayado.
-No tengo
más preguntas para el señor Thomson- declaró el señor Steve.
-Muy bien,
puede volver a su asiento, señor Thomson- ni siquiera lo miré cuando pasó por
mi lado, cosa que no hizo Edward, que lo miró con el mayor odio que le había
visto nunca- ¿Quiere hacerle más preguntas a los testigos que quedan, señor
Steve?
-Por
supuesto, a todos y cada uno de ellos- declaró impasible y el juez asintió.
La
siguiente hora pasó con las declaraciones de todos los testigos que quedaban,
Carliste, Carmen, Eleazar, Ángela, el señor Andrew, incluso el propio Edward y
más…
-¿Algo más
que añadir por ambas partes?- dijo el juez cuando Edward se sentó a mi lado.
-Por
nuestra parte, nada más- murmuró el señor Steve.
-Ni por la
nuestra- murmuró decaído el señor Backus.
-Muy bien-
el juez miró a James- Señor Denali, le declaro culpable por intento de abuso
sexual, hurto de propiedades y proyectos futuros, por posesión de drogas y
llevar a cabo la prostitución en varios países diferentes y por falsificación de
documentos- la cara de James pasó por todos los colores- Le declaro a ochenta
años de cárcel sin opción a fianza económica ni de otro tipo- el juez de
levantó, haciendo que todos lo hiciéramos- ¡SE LEVANTA LA SESIÓN!- dijo con voz
firme y tuvieron que detener a James, nuevamente, porque iba a coger del cuello
a su abogado…
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¡Buenísimas tardes a tod@s!
¿Cómo habéis pasado ese Halloween?
Yo... terroríficamente bien!!!!! Jajajaja. Muy bien, la verdad.
Espero q no os hayan tirado huevos ni nada de eso.
¿TRUCO O TRATO?
Siempre Trato para evitar eso... C:
¿Q os ha parecido el capítulo?
Creo, y por ayuda excelentísima de mi angelito de la guarda, Claudia Miller, cariño, millones de gracias por haberme ayudado tanto. Sin ti, digas lo q digas, no hubiera escrito este capítulo ni loca. Muchísimas gracias por todo, creo q nunca podré agradecerte lo suficiente...
Estoy totalmente orgullosa y fascinada por tu opinión, me ha encantado!!!
Espero q os haya gustado, debo decir q me ha costad mucho trabajo escribirlo... no os imagináis lo difícil q es escribir un tema del q no tienes ni idea... ES MUY DIFÍCIL!!!!
¿Q pasará ahora que James estará en la cárcel toda su vida? ¿Y por qué Tanya ha declarado en su contra?
Uhmm... muchas preguntas q pronto se resolverán!!!
Se los dedico a tod@s, pero en especial a ti, Clau, gracias amiga por ser tan especial y tan atenta.
Muchos besos y abrazos,
Romiina R.
Neni,
ResponderEliminarcomo ya te comente es un capítulo que en pocas palabras puede describirse!!!! has sabido captar perfectamente todas emociones, transmitirlas y hacerlas sentir a flor de piel.
Me has dejado sin palabras....
En la declaración de bella, he estado todo el rato en una tensión considerable....como me imagino que habrán estado todos y, en especial, Edward :)
Es como si estuviera con el corazón a punto de salirme por la garganta...
Espero que sea el prinicpio de una vida maravillosa, lo que le quede a esta familia, aunque tengamos que esperar todavía un poquito :)
Lo único que me resta es darte de nuevo mi más sincera enhorabuena y las gracias por hacerme sentir tan especial...no sabes cuanto te lo agradezco, jeejejeje
Como ya te comente, yo solo te he dado un pequeño empujón, el resto lo has hecho tu sola y es de elogio, créeme.
Disfruta de este momento neni, porque te lo mereces!!!! :)
Muchos besos y abrazos, guapísima
CM
Neni!!!! Te agradezo de corazón tus palabras, tanto como este comentario como el correo, me han encantado y fascinado a partes iguales. Me ayuda mucho y me levanta e ánimo mucho tu opinión. Gracias por hacerme sentir tan especial!!!
EliminarMuchos besos y abrazos,
Romiina R.
pd: sin tu ayuda, no podría haberlo escrito, enserio.
Rommina excelente, te luciste, hurra al fin va pagar ese condenado de James, y la zorra de Tanya, seguro que negocio para conseguir una condena más baja, pero, no se merece eso debe pagar también. Que lindo que toda la familia los este apoyando.
ResponderEliminarEstoy de vuelta, gracias por tu saludos.