Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

jueves, 1 de noviembre de 2012

INOLVIDABLE


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Capítulo 41: Juicio.

Bella pov.

La comida en familia fue espectacular, incluso se habían unido Esme y Carliste después de saber nuestro plan.
Ni que decir que estuvimos hasta que anocheció de tiendas y comprando de todo en particular.
Alice me eligió el vestido para el próximo evento del jueves y la verdad tenía que decir que era precioso y de mi marca favorita, Versace…
Era rojo pasión con unas finas tiras de diamantitos muy pequeñitos y discretos. Muy fino y de tela vaporosa.
Con un escote elegante, pero sexy. Y mi espalda totalmente descubierta, como ya se estaban haciendo mis favoritos…
Y por supuesto, no iban a faltar mis taconazos negros de salón. Era liso, con la suela roja y absolutamente, precioso, elegante, perfecto…
La cara de Edward fue un poema cuando me vio vestida así y subida en ellos… jurándome que esta noche sería digna de recordar…
Bien… ya sudaba de anticipación por la noche del jueves, dónde me lo pondría por unas horas…
Y tuve que soltar una fuerte carcajada cuando me probé, uno a uno, los sujetadores que la enana me pasaba sin parar…
Edward se había quedado conmigo en el espacioso probador y al quinto, tuve que salir porque decía que no podría aguantar sus impulsos de hacerme el amor delante de todos…
Tengo que decir que me mojé por completo por su comportamiento.
Nos despedimos de todos con cariñosos abrazos y besos y nos encaminamos hacia la que sería nuestra antigua casa en dos meses…
No podía estar más feliz, la verdad.
-¿Cómo te encuentras?- me preguntó Edward cuando arrancó el Audi, ya que no tenía ningunas ganas de conducir.
-Cansada, pero inmensamente feliz, cariño- me acerqué a él y le besé en la mejilla con suavidad, notando su incipiente barba.
-Me alegro, mi vida, y lo seremos aun más el jueves al medio día- me recordó y yo asentí.
-¿Crees que saldrá todo bien?- pregunté pensando en el juicio.
-Saldrá todo a pedir de boca, ya lo verás, hermosa- me sonrió torcidamente y le devolví la sonrisa inmensamente feliz.
-Además… no espero para verte otra vez con ese vestido… gracias, Al- susurró esto último para él mismo.
-Me encanta que me digas esas cosas, guapo- le guiñé un ojo y le sonreí seductoramente.
Llegamos en muy poco tiempo y me cogió en brazos como si pesase dos kilos y nos encaminamos hacia los ascensores.
Cuando entramos, vimos a Yuna completamente dormida y sonreí al verla así de indefensa.
-Hay que bajarla- le recordé a Edward cuando me dejó en una silla sentada.
-Lo sé, yo lo haré, tú desvístete y ponte el pijama- me besó brevemente en los labios y se giró para coger la correa de Yuna.
-¿Ponerme el pijama? ¿No quería hacer el amor conmigo?
-Por supuesto, por eso mismo- le miré confundida- Me encanta quitarte el pijama y hacerte esperar- me sonrió seductoramente y sabía que me hubiera desmayado si no hubiera estado sentada.
Era increíble lo que sus palabras me hacían, sin tocarme si quiera.
Cogió a Yuna con suavidad y la despertó, ésta cuando vio la correa en sus manos, se puso como loca y vino hacia mí, me lamió el pie y se fue corriendo hacia la puerta mientras Edward negaba divertido.
-Mujeres…- susurró mientras enganchaba la correa a su collar y abría la puerta- Te amo, mi vida- me sonrió y cerró la puerta detrás suya.
Me encaminé hacia la habitación con una sonrisa e hice lo que me dijo.
Lo esperé acostada en la cama y comencé a tocar mi vientre con una delicadeza extrema.
-Tengo tantas ganas de tenerte entre mis brazos, cariño…- le susurré y obtuve una pequeñísima patada por su parte.
Sonreí.
En ese momento, llegó Edward y me miró con una sonrisa pintada en su esculpido rostro.
-Te amo mucho, hermosa- me dijo antes de acercarse a mí y hacer maravillas con su lengua y sus manos.
Está de más decir que hicimos dos veces el amor… nunca me cansaría de él.
Y sin siquiera pensarlo, llegó el día del juicio, con llamadas de todos a todas horas y demás…
Yo, por mi parte, estaba tranquila, Edward lo había hecho posible y hoy me podría comer el mundo sin siquiera proponérmelo.
Acordamos con toda la familia que ellos estarían allí antes que nosotros, ya que Edward no quería que pisara esa sala más de la cuenta y nos encaminamos hacia el Juzgado Penal.
Edward jamás soltó mi mano y aparcó el Volvo con la elegancia que le caracterizaba. Se bajó del coche y me abrió la puerta, ya me estaba acostumbrando al caballero que era y no podía estar más que encantada.
Anduvimos hasta dentro y cogimos el ascensor para llegar a la planta cinco. Recorrimos las diferentes puertas y entramos en la última, encontrándonos en la sala y nos sentamos en la misma mesa dónde se encontraban el señor Steve y Eleazar.
-Buenos días, señores Cullen- nos saludó el señor Steve.
-Buenos días, señor Steve- saludó Edward con un estrechamiento de manos y me miró a mí.
-¿Cómo se encuentra, señora Cullen?- preguntó amablemente y yo le sonreí.
-Me encuentro muy bien, gracias- esperaron a que me sentara y ellos hicieron lo mismo después.
Miré a todos en particular, encontrándome con Carliste, Carmen, el Doctor Wilson y Ángela en el mismo banquillo del público, justo detrás de nosotros.
Y más atrás, se encontraba toda la familia al completo, lo cual agradecí.
Todos me sonrieron y yo les respondí con una sonrisa débil, la verdad es que tenía las fuerzas suficientes para mandar a ese cabrón a la cárcel, pero mi miedo interno estaba ahí más latente que nunca.
-Tranquila- Edward me cogió la mano que tenía en mi regazo y la besó con ternura- Todo saldrá bien- me sonrió tranquilizadoramente y yo asentí, teniendo unas fuerzas renovadas increíbles…
Ahora sabía que podría con esto y con todo lo que la vida me pusiera por delante. Lo haría por Edward y lo haría por mi pequeño hijo que crecía dentro de mí.
Instintivamente, con la mano que tenía libre, me acaricié mi vientre con suavidad, tranquilizándome mas aún mientras notaba cómo se movía. 
-No mires hacia tu derecha- me susurró Edward muy bajito y asentí.
Escuché el sonido de algo metálico rozar con la madera de la mesa que se encontraba justo a unos tres metros de la nuestra.
No pude evitar mirar hacia allí y la mirada más fría, calculadora y asquerosa me dio la bienvenida.
Abrí más los ojos y lo miré con todo el odio, rencor y asco que le tenía a ese cabrón, él sólo sonrió arrogantemente.
-¿Por qué has mirado?- me volvió a susurrar Edward y yo lo miré.
-No he podido evitarlo…- giré mi cabeza para mirar más allá del público y justo en la primera fila, detrás de ese malnacido, se encontraba el Doctor Thomson…
Ahora sí que mi pulso se aceleró por la rabia y el rencor que le tenía a ese miserable.
-Tranquilízate, por favor- Edward notó mi pulso en mi muñeca y lo miré, dejándome llevar por la tranquilidad de sus ojos- Ya sabías que vendrían, por favor, tranquila, mantén la cabeza fría ante esto, Bella- asentí y me besó en la frente con ternura- Pasará pronto- me sonrió tranquilizándome.
Hice lo que me pidió y sólo me detuve a mirar a la enorme mesa de madera que había frente a mí y al habitáculo en dónde me encontraría en breves momentos para declarar…
-Buenos días- dijo con voz grave el juez cuando apareció en la sala y todos nos levantamos ante su presencia.
Ni siquiera me había dado cuenta que había entrado en la sala…
Lo miré con detenimiento y me fijé que era el típico juez de las películas, grueso, con una barba espesa y gafas de pasta. Sí… parecería infantil, pero eso me estaba ayudando a olvidar a los sin vergüenzas que tenía a unos pocos metros de mí…
-Pueden sentarse- dijo con voz más dura que antes, una vez sentado.
Todos nos sentamos en nuestros asientos, al igual que la mujer de mediana edad, rubia, que se encargaría de escribir todos los acontecimientos del juicio.
-Hoy estamos aquí para celebrar un juicio penal entre la señora Cullen- me levanté y el hombre me lo agradeció- y el señor Denali- pude ver por el rabillo del ojo cómo se resistía a levantarse de su asiento, pero un policía lo obligó a hacerlo, provocando una mueca por parte de su abogado- Bien… pueden sentarse- hice lo que me pidió- Ahora pasará a declarar el señor Denali- escuché el tintineo de unas llaves y luego a una mujer dirigirse hacia la mesa donde se encontraba James y su abogado.
-Señor Denali, ¿jura ante esta biblia y ante Dios, decir la verdad y sólo la verdad?- pude ver cómo James sonreía con arrogancia y posaba su asquerosa mano encima de la biblia.
-Juro que diré la verdad verdadera- dijo patéticamente en un intento de parecer divertido, sólo se escuchó el carraspeo de su abogado.
-Bien- murmuró la mujer cogiendo la biblia y después, se encaminó hacia un lateral de la sala y se quedó de pie allí.
-Señor Denali, puede pasar para declarar- dijo solemnemente el juez haciendo un ademán con la mano hacia el habitáculo que se encontraba a su izquierda.
Vi cómo James se dirigía hacia allí, sin esposas y vestido de preso.
-Tranquila- susurró Edward y bajé mi mirada para mirar cómo había relajado el agarre de mi mano en la suya.
-Muy bien, puede hacerle las preguntas pertinentes a su cliente, señor Backus.
El abogado de James se levantó y se puso delante de él.
-Señor Denali, cuéntele, a esta sala y al magistrado, cómo sucedieron los hechos del día diez de abril de 2012- James sonrió de nuevo y arqueé una ceja por su desdén.
-Por supuesto- su voz la recordaba igual de asquerosa que ahora…- La señora Cullen- cerré los ojos cuando su sucia boca me nombró- me envió a hacer un informe sobre los proyectos que le convenían a la empresa y los que no- abrí los ojos y sonrió de nuevo con más asquerosidad que antes- Me dijo que tendría que tenerlo listo a las siete de la tarde y yo, como buen trabajador, así lo hice- se retorció ambas manos en su regazo en un intento de parecer nervioso…- Estuve en la puerta de su despacho a las seis y cincuenta y cinco minutos y llamé a la puerta, como el buen educado y caballero que soy- Dios… ¿de verdad tenía que soportar toda esta grosería?- Me dijo que pasara y me encontré con la señora Cullen y la señorita Webber- bien… di lo cerdo que fuiste, cabrón- La señora Cullen le pidió a la señorita Webber que, por favor, nos dejara solos, justo como siempre hacía- lo miré taladrándole con la mirada y él ni se inmutó- Le di mis informes y ella comenzó a tocarme de manera muy pecaminosa para una mujer casada y me dijo que me deseaba con todo su ser- abrí más los ojos y pude sentir cómo el señor Steve, se levantaba violentamente de su asiento y gritaba.
-¡PROTESTO, SEÑORÍA!- el juez dejó de mirar a James y miró a el señor Steve.
-Se acepta- James y su abogado se callaron abruptamente.
-Bien…- murmuró el señor Backus- ¿Qué sucedió después?
-Justo cuando estábamos divirtiéndonos, el señor Cullen entró sin avisar y con una violencia desbordada- miró a Edward con la misma sonrisa cínica de antes- Se abalanzó hacia mí y golpeó mi estómago sin ningún miramiento, causándome un dolor extremo y que cayera al suelo con violencia.
-Parece ser la que palabra “violencia” el encanta, señor Denali- intervino el juez y fue mi primera sonrisa tranquilizadora- Bien, siga.
-Después, el señor Collins, Eleazar Collins- no pude evitar mirar a Eleazar y éste le sonreía con la misma sonrisa cínica que adornaba su asqueroso rostro- Entró en el despacho de la señora Cullen con la misma violencia que el señor Cullen y me insultó a la vez que me sacaba como una rata de aquel lugar.
-Muy bien- ahora le presté atención a la mujer que estaba con el ordenador escribiendo la declaración del jodido James, sus dedos parecían volar por el teclado…- ¿Tiene que añadir algo más, señor Denali?
-Nada más, señoría- le sonrió falsamente.
-Puede sentarse, señor Backus- le contestó secamente y James palideció- Señor Steve, su turno- miré a nuestro abogado y tenía varios papeles en sus manos.
Edward me cogió la otra mano y pude sentir su calidez y tranquilidad haciendo eco en mi cuerpo.
Se lo agradecí con la mirada y volví a mirar hacia delante.
-Muchas gracias, señoría- el juez asintió y miró a James con desprecio- Señor Denali- lo llamó para captar su atención- Usted, ha declarado que la señora Cullen tiene una obsesión enfermiza con su persona, ¿Por qué piensa eso?
Ahora sí que lo miré con el mayor odio que tenía reservado para éste día.
-Bueno… usted, señor Steve, debe entenderlo.
-La verdad, es que no, no lo entiendo- dijo secamente cortando el comienzo de otra asquerosa sonrisa de las suyas- ¿Por qué lo piensa, señor Denali?
-La señora Cullen me confesó que estaba completamente enamorada de mí desde que entró en esa empresa, ¿no cree que es más que suficiente?- lo retó con la mirada y sentí que iba a vomitar en cualquier momento por sus asquerosas palabras.
-¿Enamorada de usted?- dijo con desprecio- ¿Piensa que la señora Cullen, de verdad, está enamorada de usted?
-Sí, lo creo y es la verdad- negué por la falsedad de sus palabras.
-Bien… si así lo cree, estupendo- el señor Steve pasó una hoja- ¿Y por qué cree que el señor Cullen entró en ese despacho con tanta violencia, llegando a agredirle?
-¿No es obvio?- soltó una risilla- Se habría enterado de nuestro romance y quiso matarme- dijo como si fuera lo más obvio y ahora le tocó al señor Steve, el reír.
-No, no lo es- negó momentáneamente con la cabeza- ¿Y me puede decir, si la señora Cullen estaba tan enamorada de usted, por qué lo ha denunciado y acusado de intento de abuso sexual?- ahora la cara de James palideció hasta límites preocupantes por su abogado…
-PROTESTO, SEÑORÍA- gritó el señor Backus y el juez lo miró.
-Se rechaza- dijo sin más- Puede continuar, señor Steve.
-Gracias, señoría- se dirigió, de nuevo, hacia James- ¿Me puede decir por qué la señora Cullen entró en estado de pánico cuando se acercó a ella? ¿Me puede decir por qué entró en el hospital con un cuadro de ansiedad y nervios graves?- le tiró unos papeles donde estaba apoyando sus sucias manos- ¿ME LO PUEDE DECIR?- le escupió con la voz más alta de lo normal y James no daba crédito a lo que sus ojos veían.
-PROTESTO, SEÑORÍA- dijo el sudoroso señor Backus con exaltación.
-Se acepta- dijo al fin- Ya me queda claro…- susurró más para él que para cualquier otra persona- Puede seguir, señor Steve.
-Gracias, señoría- de nuevo, se dirigió hacia James- ¿Cómo se infiltró en la empresa dónde trabajan la señora Cullen y el señor Collins?- le miró con odio.
-Soy un hombre con muchos contactos, señor Steve… no hay forma de que recuerde ese pequeño detalle…- sonrió dejando ver sus asquerosos dientes.
-¿No se acuerda? Bien, veamos…- buscó el papel que quería y se lo tiró encima de los que le había tirado antes- ¿Por qué su contrato está a nombre de la señora Tanya Denali?- ese nombre…- Porque, por lo que pone ahí- señaló el papel que le había tirado- Tanya es su mujer y ex del señor Cullen, ¿no cree que es demasiado obvio, señor Denali?- le preguntó con el mismo desdén que le había preguntado James anteriormente- ¿Sabe? Todas las pruebas apuntan a que ella jugó con usted para llevar a cabo su plan de venganza, falsificando contratos de trabajo y de la seguridad social- hizo una pausa- Queriendo acabar con la felicidad de mis clientes con su presencia, ¿no es así?
-No sé de qué habla…- dijo metido entre la espada y la pared.
-¿No? Pues la señora Denali ha sido bastante concluyente…- buscó otro papel y se lo tiró- Ahí está su declaración, en la que afirma haberle convencido para llevar su plan de venganza, aceptando haber contratado al doctor Thomson- se giró y miró a ese despreciable hombre- Para que mi cliente abortara y acabara su felicidad definitivamente- James cogió el papel y lo leyó rápidamente con los ojos muy abiertos y con una rabia indescriptible- Sin contar con la declaración de la señorita Ángela Webber, el señor Eleazar Collins, el propio, señor Edward Cullen y su padre, el señor Carliste Cullen, el señor Ricardo Wilson, la señora Carmen Milton y el señor Andrew Raven- hizo una pausa- Y por supuesto, la señora Isabella Cullen- sonreí con más felicidad que antes.
¿Por qué Tanya había declarado en contra de James?
-Esa zorra…- el juez golpeó fuertemente la mesa con el mazo y me sobresalté un poco.
-Nada de palabras mal sonantes aquí, señor Denali o tendré que pedirle que abandone la sala- ahora su voz sí que daba miedo.
-No tengo más preguntas, señoría- el juez asintió.
-Muy bien, señor Denali, puede sentarse en su asiento.
James me miró con odio y yo le sonreí cínicamente, justo como él había hecho anteriormente, antes de sentarse en su asiento.
-Ahora será el turno de la señora Isabella Cullen, por favor, pase a declarar- me pidió el juez y yo asentí.
Noté el último apretón de la mano de Edward en la mía y me levanté y esperé a la misma mujer que le había ofrecido la biblia a James.
-Señora Cullen, ¿jura ante esta biblia y ante Dios, decir la verdad y sólo la verdad?- la mujer me miró directamente a los ojos y luego a mi vientre, lo que provocó que su boca de curvara en una sonrisa tierna.
Puse mi mano encima de la Biblia y miré a la mujer.
-Yo, Isabella Marie Swan, juro ante Dios y esta Biblia que sólo diré la verdad y sólo la verdad.
-Muy bien, señora Cullen- quité la mano de la Biblia y la mujer me sonrió antes de irse a su sitio.
-Señora Cullen, puede tomar asiento- el juez me señaló el habitáculo dónde había estado el sucio de James y asentí mientras me encaminaba hacia el lugar- Muy bien, puede hacerle las preguntas pertinentes a su cliente, señor Steve- murmuró las mismas palabras que anteriormente.
-Muchas gracias, señoría- el señor Steve me dedicó una sonrisa tranquilizadora- ¿Cómo sucedieron los hechos del día diez de abril de 2012?
Miré hacia Edward y éste me dedicó mi sonrisa favorita, tranquilizándome absolutamente.
-Yo me encontraba ultimando detalles con mi secretaria, la señorita Ángela Webber en mi despacho, cuando el señor Denali- me picó hasta la lengua de pronunciar ese asqueroso nombre- entró abruptamente, sin llamar si quiera, importunando mi reunión con mi secretaria- hice una pausa y suspiré- Le pedí a la señorita Webber que abandonara mi despacho para que siguiera con su trabajo y le pedí el informe al señor Denali- cerré los ojos por un breve momento y los abrí- Comenzó a tocar mi mano cuando me tendió el informe y yo le exigí que ésa sería la primera y última vez que me tocaría- escuché la risilla de James, pero la ignoré, sólo tenía ojos para Edward- Él comenzó a acercarse a mí de manera amenazante y me preguntó que…- bajé mi mirada y miré mi vientre. Por él haría todo…- Que si su cuerpo no me atraía, que era irresistible…- pude ver la sonrisa de satisfacción del señor Steve- Yo le dije que saliera de mi despacho inmediatamente, pero él me cogió de la cintura y acercó su boca a la mía, insultándome antes de estampar sus labios en los míos con una agresividad imparable- escuché un gruñido por parte de Edward.
-Tranquila, señora Cullen, ¿necesita un descanso?- me preguntó el señor Steve, pero yo negué inmediatamente.
-No es necesario, gracias, señor Steve- le sonreí y seguí con mi relato- Intenté zafarme de su agarre, pero me fue imposible, me tocó de una manera indeseable y en ese momento, mi esposo, el señor Edward Cullen, junto con el señor Eleazar Collins, entraron en el despacho y me quitaron a James de encima, golpeándole en el estómago sacándolo del despacho- una solitaria lágrima se escapó de mi ojo y rodó por mi mejilla. Pude ver cómo Edward apretaba sus puños hasta tener los nudillos absolutamente blancos y a Eleazar controlarlo…- Estaba muy asustada, señoría, no sabía qué hacer… sólo pensé en el hijo que crece en mi vientre y en nada más- Edward pareció relajarse y bajé mi mirada- Luego, llegué al hospital con un ataque de ansiedad y nervios demasiado grave para mi estado y allí, me atendió el señor Thomson- me picó la lengua de nuevo al no insultar a ese hijo de puta- Sólo pude escuchar su diagnóstico… mi hijo tenía una deformación grave en el cerebro y ahí supe que el mundo me tragaba por completo…- otro lágrima rodó por mi mejilla- Sólo fui consciente de que mi corazón se paró y que no quería vivir esta vida de esa forma- terminé y aspiré y exhalé profundamente antes de levantar mi mirada de nuevo.
-No tengo más preguntas que hacerle a mi cliente, señoría- el señor Steve me tendió su pañuelo de tela y lo cogí con una media sonrisa.
-Bien, ¿se encuentra bien para seguir, señora Cullen?- me giré hacia el juez.
-Sí, señoría, puedo seguir- mi voz estaba un poco rota, pero no era nada en comparación como me había imaginado que sería recordar la peor pesadilla de toda mi vida…
-Muy bien, puede sentarse, señor Steve- lo hizo y le susurró algo a Edward- Señor Backus, puede seguir usted- el sudoroso hombre se levantó de su asiento y me miró sin expresión en su rostro.
-Gracias, señoría- me miró de nuevo- Señora Cullen, ¿por qué le daba a mi cliente palabras de desprecio mientras estaba trabajando?- lo miré con un total cinismo.
-Siempre me he dirigido al señor Denali con respeto, mejor sería al contrario, señor Backus- le sonreí con falsedad- La grosería la desconozco en mi vocabulario- el hombre hizo una mueca de lo totalmente jodido que estaba pude ver cómo Edward, el señor Steve y Eleazar sonreían.
-Vaya…- dijo sin tener más nada que decir- No tengo más preguntas, señoría- abrí mucho los ojos al igual que la boca, no lo pude evitar…
-¿Ya ha terminado, señor Backus?- le preguntó el juez.
-¡VAYA MARICÓN ESTÁS HECHO!- gritó James con la educación que le caracterizaba y lo miré con desprecio.
Todo el público comenzó a murmurar.
-¡ORDEN EN LA SALA!- el juez golpeó con su mazo la mesa, nuevamente y miró a James- Otra grosería por su parte y se puede ir despidiendo de la pena mínima- sólo pude sonreír secamente cuando el juez dijo esas palabras.
Eso significaba que iba a ir a la cárcel sí o sí.
Miré a Edward y éste me sonrió ampliamente.
-Señor Backus, ¿quiere llamar a algún testigo para que declare?
-No es necesario, señoría- se escuchó un bufido por parte de esa asquerosa boca.
-Bien, tome asiento- el señor Backus hizo lo que le pidió- Señora Cullen, puede tomar asiento usted también- le agradecí con la mirada al juez y me encaminé a mi sitio.
-Has estado magnífica, mi vida- me besó en la mejilla y volvió a coger mis manos.
-Sólo gracias a ti- le sonreí.
-Señor Steve, puede llamar a los testigos convenientes- mi abogado asintió y se levantó.
-En primer lugar, el señor Thomson- declaró y toda la sala, absolutamente toda la sala, miró a ese miserable hombre.
-Señor Thomson, venga- la miseria hecha hombre asintió con la mirada gacha.
La mujer de la Biblia hizo lo correspondiente y el cabrón de Thomson se sentó dónde segundos antes había estado yo.
-Señor Thomson- el señor Steve cogió una carpeta azul y sacó todos los papeles que había en ella y se los puso delante de él- Aquí tiene el informe médico de mi cliente- hizo una pausa mientras señalaba los papeles- Por su culpa, la señora Cullen, sufrió una parada cardio respiratoria y tuvieron que reanimarla hasta cuatro veces para no perder su vida, ¿por qué se inventó el estado del bebé de mi cliente?- el hombre me miró con claro perdón, pero yo lo fulminé con la mirada.
-Me mandaron a hacerlo…- dijo el muy cínico- Los señores Denali me pagaron una gran cantidad de dinero si les decía a los señores Cullen que si hijo venía con complicaciones- dijo al fin y el señor Steve soltó una risilla de satisfacción.
-Ya veo…- recogió los papeles que le había dado- ¿Cómo consiguió que lo contrataran en el hospital más importante del estado?
-La señora Denali falsificó los papeles y me presenté unos minutos antes de que los señores Cullen llegaran al hospital, para así, de esa forma, no haber sospechas de esa plaza vacante temporal- que asco que estaban dando sus palabas… si no fuera porque tenía la mano de Edward agarrada a mí, me hubiera desmayado.
-No tengo más preguntas para el señor Thomson- declaró el señor Steve.
-Muy bien, puede volver a su asiento, señor Thomson- ni siquiera lo miré cuando pasó por mi lado, cosa que no hizo Edward, que lo miró con el mayor odio que le había visto nunca- ¿Quiere hacerle más preguntas a los testigos que quedan, señor Steve?
-Por supuesto, a todos y cada uno de ellos- declaró impasible y el juez asintió.
La siguiente hora pasó con las declaraciones de todos los testigos que quedaban, Carliste, Carmen, Eleazar, Ángela, el señor Andrew, incluso el propio Edward y más…
-¿Algo más que añadir por ambas partes?- dijo el juez cuando Edward se sentó a mi lado.
-Por nuestra parte, nada más- murmuró el señor Steve.
-Ni por la nuestra- murmuró decaído el señor Backus.
-Muy bien- el juez miró a James- Señor Denali, le declaro culpable por intento de abuso sexual, hurto de propiedades y proyectos futuros, por posesión de drogas y llevar a cabo la prostitución en varios países diferentes y por falsificación de documentos- la cara de James pasó por todos los colores- Le declaro a ochenta años de cárcel sin opción a fianza económica ni de otro tipo- el juez de levantó, haciendo que todos lo hiciéramos- ¡SE LEVANTA LA SESIÓN!- dijo con voz firme y tuvieron que detener a James, nuevamente, porque iba a coger del cuello a su abogado…




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¡Buenísimas tardes a tod@s!
¿Cómo habéis pasado ese Halloween?
Yo... terroríficamente bien!!!!! Jajajaja. Muy bien, la verdad.
Espero q no os hayan tirado huevos ni nada de eso.
¿TRUCO O TRATO?
Siempre Trato para evitar eso... C:
¿Q os ha parecido el capítulo?
Creo, y por ayuda excelentísima de mi angelito de la guarda, Claudia Miller, cariño, millones de gracias por haberme ayudado tanto. Sin ti, digas lo q digas, no hubiera escrito este capítulo ni loca. Muchísimas gracias por todo, creo q nunca podré agradecerte lo suficiente...
Estoy totalmente orgullosa y fascinada por tu opinión, me ha encantado!!!
Espero q os haya gustado, debo decir q me ha costad mucho trabajo escribirlo... no os imagináis lo difícil q es escribir un tema del q no tienes ni idea... ES MUY DIFÍCIL!!!!
¿Q pasará ahora que James estará en la cárcel toda su vida? ¿Y por qué Tanya ha declarado en su contra?
Uhmm... muchas preguntas q pronto se resolverán!!!
Se los dedico a tod@s, pero en especial a ti, Clau, gracias amiga por ser tan especial y tan atenta.
Muchos besos y abrazos,
Romiina R.
   



3 comentarios:

  1. Neni,
    como ya te comente es un capítulo que en pocas palabras puede describirse!!!! has sabido captar perfectamente todas emociones, transmitirlas y hacerlas sentir a flor de piel.
    Me has dejado sin palabras....
    En la declaración de bella, he estado todo el rato en una tensión considerable....como me imagino que habrán estado todos y, en especial, Edward :)
    Es como si estuviera con el corazón a punto de salirme por la garganta...
    Espero que sea el prinicpio de una vida maravillosa, lo que le quede a esta familia, aunque tengamos que esperar todavía un poquito :)
    Lo único que me resta es darte de nuevo mi más sincera enhorabuena y las gracias por hacerme sentir tan especial...no sabes cuanto te lo agradezco, jeejejeje
    Como ya te comente, yo solo te he dado un pequeño empujón, el resto lo has hecho tu sola y es de elogio, créeme.
    Disfruta de este momento neni, porque te lo mereces!!!! :)
    Muchos besos y abrazos, guapísima
    CM

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    1. Neni!!!! Te agradezo de corazón tus palabras, tanto como este comentario como el correo, me han encantado y fascinado a partes iguales. Me ayuda mucho y me levanta e ánimo mucho tu opinión. Gracias por hacerme sentir tan especial!!!
      Muchos besos y abrazos,
      Romiina R.
      pd: sin tu ayuda, no podría haberlo escrito, enserio.

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  2. Rommina excelente, te luciste, hurra al fin va pagar ese condenado de James, y la zorra de Tanya, seguro que negocio para conseguir una condena más baja, pero, no se merece eso debe pagar también. Que lindo que toda la familia los este apoyando.
    Estoy de vuelta, gracias por tu saludos.

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