Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

miércoles, 5 de diciembre de 2012

INOLVIDABLE


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Capítulo 44: Fiesta (PARTE II).

Edward pov.

No pude evitar sonreír al ver su radiante sonrisa.
Tampoco pude evitar mirar hacia abajo a su cuerpo, deleitándome, nuevamente, por su perfecta figura…
Sonreí aun más, como si eso fuera posible, cuando me quedé mirando fijamente a su vientre…
Mi hijo crecía cada vez más y yo no podía estar más orgulloso de que mi hermosa mujer llevase su vida en su interior.
En ese momento, unos camareros muy bien uniformados y con una enorme sonrisa en la cara, comenzaron a repartir, de entre todos lo invitados, copas de champán.
-Por favor, señor Collins, acérquese aquí- llamó el señor Andrew a mi amigo, que se encontraba a mi lado.
Miré por el rabillo de ojo para ver su reacción y sólo pude sonreír más…
Estaba coqueteando completamente con un pobre camarero que tenía cara de poema.
-Eleazar, te llaman- le susurré bajito para que nadie se diese cuenta del flirteo, ya que todos los invitados comenzaban a mirarse entre ellos al ver que nadie subía al escenario.
-Cla… claro- tartamudeó y yo sólo pude soltar una pequeña carcajada- Muy gracioso…- susurró antes de darme un codazo en las costillas mientras pasaba por mi lado para ir hacia el encuentro de Bella y el señor Andrew.
Yo por mi cuenta, sonreí aun más y dejé de mirarle para posar mi mirada en esos pozos chocolates que me miraban con atención.
Pude ver cómo no nos quitamos la mirada en ningún momento, siquiera cuando me tendieron mi copa de champán y sólo murmuré un “gracias”, pero yo no fui el único… Bella, tampoco prestó demasiada atención a la chica que le tendía la copa, simplemente, la cogió y sus labios se movieron lentamente, diciéndole algo.
Su mirada dejó la mía tan sólo cinco segundos, el tiempo que tardó en susurrarle algo al señor Andrew y ponerse en su lugar, justo enfrente del micrófono, a la vez que su mirada se posaba en la mía nuevamente.
-Ahora dirá unas palabras mi compañero y amigo, Eleazar Collins- comenzó de nuevo a decir con su melodiosa voz- Pero antes de eso, tengo que agradecerle a otra persona el poder llevar a cabo todo esto y todo lo que soy- me miró más profundamente con esos ojos preciosos y profundos que destilaban amor- Tengo que agradecerle a la persona con la cual quiero pasar el resto de mis días, esa persona que le di un “si, quiero” hace tan sólo dos meses- sus ojos estaban muy brillantes, provocado por las lágrimas que más pronto que tarde se escaparían de sus hermosos ojos- Mi hombre, mi esposo y el amor de mi vida, Edward Cullen- me señaló con la copa- Eres la persona a la que más amo en esta vida y sólo espero que nuestro hijo nazca sano y fuerte- se tocó su vientre con la mano libre y se escuchó un “oh” por parte de todas las féminas presentes- Sé que he sido una testaruda… - todo el público, incluido el señor Andrew y Eleazar, que ahora se encontraba en las escaleras laterales del escenario, sonrieron- Por querer ir a trabajar cuando verdaderamente no podía por mi delicado estado- una solitaria lágrima se escapó de su ojo derecho sin poder contenerlo, recordando ese trágico día, ya pasado y solucionado, y yo sólo quería borrar esa lágrima con mis labios y hacerla sentir mejor. Me moví hacia delante para ir hacia el escenario y consolarla, pero, de nuevo, escuché su voz angelical- Pero no por eso no he dejado de quererte ni un poquito- me paré en seco y la sonrisa que tenía al principio, se amplió más, haciéndolo casi doloroso, pero me daba lo mismo… mi esposa se estaba luciendo con creces esta noche y saber todos sus pensamientos y que todos los supieran, me llenaba el corazón y el pecho de alegría y amor por ella- ¡Te amo, Edward Cullen!- dijo antes de sonreír con la sonrisa más preciosa y radiante que podía tener, la misma que hicieron sus labios cuando me dijo que llevaba la vida de nuestro hijo en su interior.
Ya no podía tener mis brazos por más tiempo vacíos sin su cuerpo entre ellos, ya no podía seguir sonriendo de lejos y mirarla con todo el amor que le profesaba.
Ya no.
Dejé mi copa en la misma bandeja de la misma chica que me la había servido y me encaminé hacia mi bella esposa. Creo que corrí un poco rápido hacia ese escenario, que se encontraba a unos escasos cincuenta metros.
Pasé por el lado de Eleazar, que me palmeó el hombro y me subí inmediatamente encima del escenario, viendo la enorme sonrisa y los ojos brillantes de Bella y la sonrisa feliz del señor Andrew.
La aparté con suavidad y le cogí la cara con ambas manos.
-Te amo más que a todo en esta vida, Isabella Marie Swan, lo eres todo para mí, absolutamente todo- le susurré a escasos centímetros de su boca, haciendo que su boca se entreabriera y me mirara con los ojos más oscurecidos de lo normal.
No esperé a nada más, su mano, la que tenía libre de la copa de champán, se posó en mi brazo y uní nuestras bocas en un beso cargado de amor y dulzura.
Escuché de fondo todos los aplausos del público, pero yo sólo era consciente de cómo su mano había subido hacia mi nuca y cómo su tranquila respiración pasaba a ser incontrolada…
Su aliento se coló en mi boca cuando un pequeño jadeo salió de su boca, provocado por mi lengua insaciable.
Decidí parar, por el bien de nosotros, porque si esperaba más tiempo, dudaba, gravemente, que lo pudiera hacer en un futuro próximo…
-Te amo- le volví a susurrar con voz jadeante y ella me dedicó una preciosa sonrisa que me llegó hasta el fondo de mi corazón.
-Y yo a ti, hermoso, más que a nada- me susurró antes de abrazarme y aspirar en mi cuello, llenándose por completo de mi aroma.
Sonreí como un auténtico imbécil sin poder evitarlo.
Nos separamos al cabo de los minutos y miramos hacia todo el público, Bella con sus evidentes mejillas sonrosadas.
Era completamente adorable.
-Buenas noches- saludé cogiendo el micrófono con una mano y con la otra, atrayendo a mi mujer a mi cuerpo- Yo soy Edward Cullen, el hombre más afortunado de todo el mundo- todo el público sonrió ampliamente- Y me tienen que perdonar por mi atrevimiento…- dije nombrando lo evidente y en ese momento, sentí una mano apoyarse en mi ante brazo.
-No te preocupes, Edward, yo hubiera hecho lo mismo- el señor Andrew sonrió y todo el público aplaudió escuchando todo lo que había dicho, provocando que el hombre sonriera más ampliamente.
-Muchas gracias, Andrew- el hombre me guiñó un ojo e hizo que Eleazar subiera al escenario.
-Voy a bajar de aquí, no quiero quitaros vuestra importancia en esto- le susurré muy cerca de su oído, provocando que un leve estremecimiento pasara por su cuello, erizando los vellos de su suave piel.
Sonreí de nuevo.
-No tienes por qué hacerlo- me susurró de la misma forma, provocando que mi amiguito se despertara un poco…
Bien… esto no podía pasar ahora y aquí delante de mucha gente…
Y no ayudaba en nada mirar sus labios, ahora rojos por mis labios, y con el labial completamente distorsionado por sus perfectos labios, haciéndola salvaje y dulce a la vez.
-No te preocupes, mi vida, te estaré esperando como la reina y mejor arquitecto de todo el mundo- me separé de ella y me dedicó una sonrisa preciosa.
-Está bien, no te alejes demasiado, guapo- me guiñó y le besé en el dorso de la mano antes de encaminarme hacia las escaleras.
-Eso sí que es romanticismo…- me susurró Eleazar cuando pasé por su lado y sólo pude sonreírle como si el mundo se fuera a acabar en este instante…
No me pasó por desapercibido las miradas de varias chicas cuando pasé de largo delante de ellas, tampoco cuando una mujer, de unos treinta años, me rozó el hombro por “accidente”, pero me daba absolutamente igual…
Esta noche me daba igual todo lo que no tuviera que ver con Bella y mi hijo…
Me puse justo enfrente del escenario, justo enfrente de ella y no escuché ni miré nada más…
De lo único que pude cerciorarme fue de que Eleazar se puso detrás del micrófono con su sonrisa Colgate y de cómo mi mujer me miraba directamente a los ojos.
No sé cuánto tiempo pasó, tampoco era que me importara, simplemente estaba admirando la perfección hecha mujer y lo mejor de todo, es que era mía.
Absolutamente mía.
Pude volver a la realidad, o mejor dicho, al entorno exterior cuando todos se bajaron del escenario. Seguí con mi mirada el movimiento de sus caderas y sus piernas al andar, dejando, de nuevo, ese trozo de piel expuesta que me volvía completamente loco.
Les sonrió a todos con su copa de champán en la mano y siguió su camino para rencontrarse conmigo, pero yo no pude esperar más tiempo del necesario y caminé, rápidamente, en su dirección.
Muy pronto, se coló en mis fosas nasales su inconfundible perfume sólo pude sonreírle antes de abrazarla con toda la delicadeza del mundo, como su fuera una muñeca de un fino y precioso cristal.
-Te amo- le volví a repetir y sentí la sonrisa de sus labios en mi cuello.
-Y yo a ti, te amo, Edward, te amo- se apretó más contra mi cuerpo, sintiendo toda su calidez y dulzura y ahora podía ir al cielo perfectamente.
Podría morir en sus brazos una y otra vez sin que me importara…
Miré a todas las personas de nuestro alrededor y pude darme cuenta cómo nos sonreían y nos miraban con melancolía. También otras, más bien, féminas, miraban a Bella con odio y envidia.
Sí, tener una belleza inigualable es lo que conllevaba a eso.
Las taladré con la mirada y miraron hacia otro lado mientras pasaban a lo que supuse sería el comedor. Tampoco había prestado demasiada atención al personal de servicio si nos habían avisado o no para pasar a cenar…
-Todo el género femenino ha quedado encantado con tus palabras…- me susurró mi ángel y sólo pude sonreír mientras la separaba lo justo de mí para poder mirarla a los esos dos chocolates.
-La verdad es que me da lo mismo lo que opinen mis palabras…- le susurré de la misma forma- Sólo me importas tú, mi ángel hermoso- sonrió ante mis palabras y se acercó a mí.
-Me alegra saberlo- sonrió arrebatadoramente y me cogió el cuello con sus pequeñas manos y unió nuestros labios.
Fue un beso lento, sin prisas, pero con una pasión indescriptible…
Se separó al cabo de los pocos segundos, para mi angustia, y me sonrió de la misma forma que antes.
-Vamos, todos nos esperan para cenar- me dijo sin dejar de mirarme a los ojos, penetrándome con toda su pureza y sensualidad.
No tenía por qué decir que mis pantalones se estaban haciendo pequeños, de nuevo, ante mi amiguito medio espabilado…
-Seguro- fue lo único que le dije antes de coger su mano e incitarla a caminar hacia el comedor.
En ese momento, que vi las copas de champán medio llenas y otras completamente vacías encima de la barra del bar, me acordé de algo.
-Bella- la llamé antes de pasar por las dos puestas abiertas del enorme salón y pararme justo donde comenzaba la elegante alfombra negra que decoraba el suelo- ¿Te has bebido la copa de champan entera?- le dije apretando su mano un poco y ella me miró con su perfecta ceja alzada.
-No, ¿por qué?- me dijo con cara de confusión.
-Porque no deberías beber alcohol, ya sabes que es malo par…- no me dejó acabar. Su dedo índice se puso encima de mis labios, sellándolos por completo.
-Sí, lo sé- sonrió deliciosamente y pude ver, por el rabillo del ojo, cómo la testosterona estaba subiendo a niveles críticos…
Algunos imbéciles la estaban mirando como si fuera un trozo de carne completamente comestible, dejando sus asquerosas miradas demasiado tiempo en su trasero…
Estaba comenzando a ver todo completamente rojo…
-Edward- escuché que me llamaba y centré toda mi atención a su preciosa cara de ángel para poder tranquilizarme y no sacar a patadas a algunos idiotas de aquí- ¿Qué pasa?- me preguntó con la ceja más alzada que antes.
-Nada- le dije sin querer decir más nada y ella lo dejó pasar, sabía perfectamente que me pasaba algo o mejor dicho, me conocía demasiado bien.
-Te decía que sólo me he mojado los labios con el champán…- me sonrió seductoramente y cerré los ojos, sólo dos segundos, para poder tranquilizarme y no imaginar esos jugosos labios mojados de champán encima de mi boca…
-Me alegro- le sonreí y le besé en los labios rápidamente antes de reanudar nuestro camino.
-Eres increíble…- murmuró Bella mientras negaba con la cabeza divertida.
Yo sólo pude sonreír y pegarla más a mi costado mientras pasaba mi mano por su baja espalda, sintiendo su piel desnuda y expuesta, haciéndome enloquecer con cada caricia que le daba. Sentí cómo su piel se estremecía y de su boca salió un suspiro que hizo que mi miembro, ahora medio dormido, diera un latigazo en mis pantalones.
Bien… contrólate, Edward Cullen.
-Allí está nuestra mesa- susurró Bella con la voz un poco ronca mientras señalaba, con su preciosa barbilla, hacia la derecha.
Levanté mi vista y dejé de mirar por el rabillo del ojo el movimiento que hacían sus pechos sueltos y libres de cualquier sujeción.
Por el bien de mi autocontrol.
Pude ver al señor Andrew, a una hermosa mujer de mediana edad, a Eleazar, a Ángela y a otras personas en la mesa dónde nos sentaríamos. Justo en medio de la mesa, había dos sitios libres.
-Hola, chicos- nos saludó Eleazar con una sonrisa y todos los hombres se levantaron cuando vieron que Bella y yo habíamos llegado.
-Buenas noches- dijimos los dos al unísono y todos asintieron sonrientes.
-Mis queridos Bella y Edward- comenzó el señor Andrew con una sonrisa de niño pequeño- Tengo que presentaos a mi hermosa esposa- cogió la mano de la hermosa mujer que estaba a su lado y la besó con un cuidado increíble- Ella es Betty, la mujer de mi vida- todos soltamos una pequeña risilla  la mujer se acercó a nosotros- Betty, ellos son Bella y Edward, mis recientes chicos favoritos- sonreímos ampliamente ante sus palabras y Bella y Betty se besaron en las mejillas antes de que la mujer le diera un abrazo a Bella.
-¡Al fin la conozco, señora Cullen!- dijo con efusividad.
-Dígame, Bella, por favor, señora Raven- le dijo Bella con incomodidad.
-Oh, está bien- la mujer sonrió y se separó de ella- Entonces llámame, Betty- Bella asintió y le sonrió- ¿De cuánto estás, querida?- Betty le pidió permiso a Bella con la mirada para ver si podía tocar su vientre y mi dulce ángel asintió con una sonrisa radiante.
-Estoy de tres meses y medio- le dijo mientras miraba hacia las manos de Betty, ahora apoyadas en su vientre.
-Oh- exclamó con una enorme sonrisa- Muchísimas felicidades, debes estar feliz.
-Lo estoy, créeme que lo estoy- dijo con una sonrisa.
-Oh, que falta de educación la mía- exclamó de pronto y me pude dar cuenta que el vocabulario de esta mujer se centraba en la palabra “oh”.
Sonreí sin poder evitarlo y vi cómo se ponía enfrente de mí con una sonrisa sincera.
-Encantada de conocerle, señor Cullen- me estrechó la mano, pero yo se la cogí y se la besé con elegancia.
-Igualmente, señora Raven- la mujer se ruborizó un poco y pude ver cómo Bella me miraba de manera burlona- Puede llamarme Edward.
-Está bien, Edward- sonrió a la vez que sus mejillas se ponían más rojas aún, de manera muy graciosa, pero nada era en comparación con el rubor de mi preciosa esposa- Debes de tenerla muy contenta- me susurró de pronto y yo la miré fijamente- Sus ojos brillan con una felicidad increíble- sonreí sin poder evitarlo- Me recuerda tanto a mí a su edad…
Esta mujer, definitivamente, me recordaba a mi madre. Tanto por su amabilidad como por su sinceridad.
-La verdad es que no sería nadie sin ella- le confesé y ella soltó una pequeña carcajada que nos hizo reír, con ella, a todos.
-Me alegro mucho, hijo- me sonrió y se giró para susurrarle algo a Bella en el oído, que hizo que su melodiosa risa sonara por todo el salón, y volvió al lado del señor Andrew.
-Buenas noches, señores Cullen- nos saludó Ángela y Bella el dio un abrazo.
-Hola, Ángela- murmuró Bella y la muchacha sonrió- Ya te he dicho miles de veces que no me llames señora Cullen ni a Edward tampoco- se separó de ella y cogió mi mano para entrelazarla con la suya.
-Bella, tiene razón, Ángela- ambas me miraron- Puedes llamarme Edward- le sonreí y las dos me devolvieron la sonrisa.
-Está bien- dijo ella un poco incómoda.
-¿Cómo está yendo todo?- le preguntó Bella con una sonrisa.
-Perfectamente bien, Bella- sonrió- Creo que no quedará ni una casa por vender cuando termine la noche- Bella amplió más su sonrisa al igual que yo. Eso eran buenas noticias, muy buenas noticias.
-¿¡Enserio!?- medio exclamó medio gritó.
-Sí, enserio, está gustando mucho, Bella, están más que encantados con todos tus bocetos y tus ideas- Bella se acercó más a mí y me besó en la mejilla sin dejar de mirar a Ángela.
-Me alegro tanto, Ángela, estoy tan contenta- dijo Bella apretando mi mano en un claro signo de euforia- ¿Te han preguntado mucho?
-Bueno… unos más que otros…- los tres soltamos una pequeña risilla- Pero sí, han preguntado bastante y han quedado totalmente satisfechos con mis respuestas- dijo la chica entusiasmada.
-Muy bien, Ángela, muchas gracias por todo- Bella le sonrió de nuevo.
-No tiene que dármelas- la chica sonrió- Es mi trabajo y disfruto con él- aclaró- También preguntaron por el señor Collins.
-Ah, claro- Bella miró hacia Eleazar y le guiñó un ojo- ¿Le habrás dicho que este proyecto es tan mío como de él, verdad?
-Por supuesto- Ángela amplió su sonrisa- Le ha parecido increíbles que unos chicos tan jóvenes como ustedes, hayáis podido llevar a cabo todo esto.
-Eso es muy, peor que muy buena señal- intervino Eleazar y lo miré con una sonrisa.
-¿Has escuchado? Está gustando, Eleazar y se va a vender todo el proyecto completo- dijo entusiasmada Bella antes de abrazar a nuestro amigo.
Sonreí.
-Somos un buen equipo, siempre lo hemos sido- murmuró Eleazar mientras me miraba con una sonrisa.
-Sí- Bella se separó de él y le besó en la mejilla.
-Ángela, quiero que te vayas en cuanto termine la fiesta, no quiero que estés aquí y que algún listillo te aborde a preguntas que no tienes por qué responderlas tú- dijo Eleazar serio.
-Cla… claro, señor Collins.
-Llámame Eleazar- sonrió- Hazme caso, los últimos compradores siempre hacen lo mismo para querer enterarse más allá de lo que tienen que saber y eso no nos interesa, más que nada porque habrá empresas infiltradas aquí que quieran esto- susurró Eleazar más bajo de lo normal mientras señalaba con la barbilla a todo en general y Ángela asintió- Si necesitan algo, dales el número de Bella o el mío y ya nosotros sabremos qué hacer- le guiñó el ojo y la chica volvió a asentir.
-Entendido- murmuró Ángela.  
El señor Andrew me presentó a todos los presentes, ya que eran los compañeros de Bella y por tanto, los conocía.
Todos los hombres ayudamos y esperamos que las damas se sentaran en sus respectivas sillas para, después, sentarnos nosotros.
Todos los camareros comenzaron a moverse rápidamente, trayendo copas de vino, tanto blanco como rosado, y los entrantes a cada mesa con una elegancia exquisita.
Bella me cogió la mano y me sonrió antes de girar su cabeza y comenzar a hablar con Betty.
-Tío, la tienes completamente loca…- me susurró Eleazar en el oído y lo miré con una sonrisa y una ceja alzada.
-Es mi mujer y todo lo que he dicho es la completa verdad- le aclaré y él sonrió.
-Lo sé, pero desde que estás aquí, ella ha cambiado mucho- dejé de sonreír y lo miré con confusión- Verás… Bella sonreía y se divertía, pero jamás la había visto con esta vida- señaló con su barbilla hacia mi derecha, que era donde se encontraba mi esposa y sólo pude sonreír ante la imagen que me mostraban mis ojos.
Bella estaba con mi mano agarrada, apoyada en su delicado muslo y la otra, estaba encima de su pequeño vientre, haciendo círculos por encima de la fina tela del vestido.
-Sus ojos brillan de una forma muy especial- siguió hablando Eleazar- No sabes las ganas que tenía de que volvieras…- ahora sí que me giré hacia su dirección, ¿qué le habría contado Bella sobre mí?
-¿Qué es lo que sabes exactamente?- le pregunté con curiosidad y él sonrió de nuevo.
-Todo- dijo sin más- Absolutamente todo- asentí y le animé a que siguiera- Cada vez que Alice venía y le contaba que había hablado contigo, su cara se iluminaba y la sonrisa el duraba todo el día, incluso cantaba mientras trazaba los bocetos…- sonreí al imaginármela así- Pero, había otros días que tenía que sacarle la sonrisa con un saca corchos- solté una pequeña risa sin poder contenerme- No sonreía si no sabía nada de ti, la excusa que ponía era que no podía tener todo el día una sonrisa en su boca…
-Sí, muy típico de Bella…- le dije mientras negaba con mi cabeza ligeramente y la veía por el rabillo del ojo.
-La cuestión es que quiero darte las gracias, tío- volví a girar mi cabeza en su dirección y alcé una ceja.
-¿Por qué?- ahora sí que estaba confundido.
-Por todo- dijo como su fuera obvio- Por devolverla a la vida, por amarla como la amas, por todo, no creo que encontrara a un hombre igual de bueno que tú- sonrió como si estuviese recordando algo- No sabes la de veces que la escuché gritando tu nombre mientras cantaba…
Sonreí sin poder evitarlo.
¿Podía ser más perfecta?
No.
No podía.
-¿Mientras cantaba?- le pregunté de manera burlona y él asintió de la misma forma.
-Sí, le cambiaba el nombre de la letra original por el tuyo y la verdad es que era muy gracioso- ambos reímos, provocando que todas las miradas de nuestra mesa y algunas de nuestros alrededores, se clavaran en nosotros.
-No tienes que dármelas, Eleazar, enserio- le palmeé el hombro con la mano que tenía libre- Siempre la amé, quise olvidarla, te juro que quise olvidarla porque no podía estar lejos de ella por más tiempo…- Eleazar me miró con pena- Pero el amor que sentía por ella era tal que me obsesioné- le aclaré y él me miró confundido- Le hacía a mi hermana un interrogatorio todos los putos días para saber qué era lo que hacía, con quién salía… todo- ahora fue el turno de palmearme el hombro a mí.
-Lo imagino… habéis tenido que pasarlo realmente mal- asentí- Bella tampoco dejó de amarte nunca- sonreí asintiendo.
-Lo sé y la verdad es que el que tiene que agradecer algo soy yo- le sonreí- Gracias por cuidarla como si fuera tu propia hermana, gracias, de verdad.
-Bah- agitó su mano restándole importancia- No tienes que dármelas, la he cuidado y cuidaré porque, como tú has dicho, la quiero como a mi propia hermana y eso nunca va a cambiar- asentí sonriente y ambos cogimos nuestras copas de vino blanco espumoso e hicimos un pequeño brindis entre nosotros mientras sonreíamos ampliamente.
-Te amo- me susurró mi esposa en el oído, rozando con su lengua el lóbulo de mi oreja, provocándome e incitándome a que me la besara con todas las ganas que tenía, aquí y ahora.
Y quizás algo más si no tuviésemos tanto público…
-Te amo- le dije de la misma forma antes de acercarme a su rostro y besarle en la mejilla, lo que provocó que sonriera dulcemente.
Yo pedí pescado, al igual que Bella, Eleazar y Betty, mientras que todos los demás pidieron carne.
Comenzamos a comer la deliciosa comida entre risas y conversaciones muy entretenidas. Al parecer Betty era decoradora de interiores, al igual que mi madre, y casualmente, muy casualmente, había concordado una cita con ella para mañana.
-Esme es increíble- dijo Bella antes de meterse un trozo de pescado en su pequeña boca.
-Seguro que lo es, teniendo a este Edward como hijo, seguro que será un encanto- sonreí ante las palabras de la amable mujer y bebí un sorbo de mi vino blanco.
-Es una mujer excepcional- le dije sinceramente- Es leal, amable, cariñosa, dedicada a los suyos y tremendamente maternal.
-Ojalá y todos los hijos hablaran de una madre de esa forma, Edward, querido- dijo con una hermosa sonrisa en su rostro y yo me encogí de hombros.
-Es lo que opino y jamás cambiaré mi opinión sobre ella- todos asintieron en la mesa, que hasta ahora, no me había dado cuenta de que estaban pendiente a nuestra conversación.
-Créeme, Betty, Esme te encantará, os haréis muy buenas amigas- intervino Bella con una preciosa sonrisa en su hermosa boca.
-Ojalá, la verdad es que necesito a una amiga que tenga mis mismos gustos en este enorme ciudad…- todos sonreímos- Allí, en Inglaterra, tenía algunas amigas y las tuve que dejar al venirnos aquí, así que ya es hora de encontrar a alguien con quien comunicarme libremente… y por supuesto, que no sea mi marido- ahora sí, todos soltamos una carcajada, incluso el señor Andrew.
-No sabía que te molestara mis interesantes conversaciones…- dijo el señor Andrew burlón y Betty le dedicó una sonrisa que derretiría a cualquiera, por supuesto, a mí no me hizo el efecto, porque la única que podría conseguirlo era mi mujer.
Mi esposa.
Mi diosa personal.
La sensualidad hecha mujer.
-Y no me molesta, querido- le besó en la mejilla suavemente- Pero necesito una charla de chicas y una tarde de compras urgentes- otra ronda de carcajadas se escuchó en la mesa, incluso el señor Andrew, que miraba a su mujer con una dedicación y amor increíbles.
-Si no fueras mi esposa, ¿qué sería de mí?- dijo el señor Andrew con una enorme sonrisa en su rostro y todos sonreímos.
-Pues nada, estarías hecho un viejales cascarrabias con el puro en la boca y con una muchacha de unos veinte años a tu lado por puro interés…- ahora sí, ahora sí que sí, todos soltamos la carcajada más grande de nuestras vidas.
Pude ver cómo Bella se limpiaba con un pañuelo, con mucho cuidado, sus ojos, de los que le caían lágrimas de tanto reírse y yo no estaba mucho mejor… veía todo nublado por la acumulación de las lágrimas en mis ojos…
-Esta mujer es alucinante- murmuró mi amigo y lo miré, o al menos lo intenté, mientras me limpiaba los ojos con el dorso de mi mano.
-Lo es, Eleazar, lo es- acordé con él.
Estuvimos más tiempo hablando, hasta que los camareros retiraron nuestros platos y nuestras copas y las suplantaron por una copa de champán y por el postre, que consistía en una bola de helado de vainilla con un trozo de tocino de cielo al lado, junto con sirope de chocolate, decorando el plato magníficamente.
-Joder…- medio gimió medio susurró Bella a mi lado y la miré con una ceja alzada- Esto está delicioso…- cerró los ojos a la vez que se metía la cucharada en la boca, haciendo un movimiento demasiado sensual y erótico para mi calenturienta mente…
Vi como una gota de helado de había escapado de su boca y ahora bajaba libremente por su barbilla. Me acerqué a ella y pasé mi lengua antes de que estuviera a punto de caer hacia abajo.
-Mmmm…- gemí deleitándome con el dulce sabor del helado y de su piel nívea- Sí, está delicioso…- acordé con ella y se giró en mi dirección, quedando a escasos centímetros de mi boca.
-Edward…- gimió bajo, provocando que su aliento se colara por mis fosas nasales, volviéndome completamente loco…
-¿Tenemos que quedarnos mucho?- ella me miró con su provocación hecha en sonrisa.
-Sólo hasta el brindis principal, yo tampoco tengo ganas de quedarme aquí mucho más…- se acercó aun más y cuando estuve casi seguro de que me besaría, su boca se desvió hacia mi oído, haciendo que mi piel se estremeciera con el choque de su aliento- Sólo tengo ganas de que te entierres en mí como tú sólo sabes hacerlo…
Matadme ahora…




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Buenas noches a tod@s.
Al fin regreso después de dos semanas de inestabilidades con las publicaciones del blog... 
De nuevo, os pido perdón por el retraso, pero mi vida se ha convertido un poco en una montaña rusa últimamente...
Además de no tener tiempo de nada por problemas personales, no he tenido demasiada inspiración ni ganas para escribir...
Sí, parezco una pequeña novata... como cuando empecé hace un año y unos pocos días... porque sí, mi andadura como escritora no tiene más tiempo que ese: UN AÑO.
Al igual que este fic, mi primer fic y que se está acabando inevitablemente... Me siento muy melancólica al recordar que tengo que decirle un adiós a esta historia. No os podéis imaginar cómo absorben mis poros todas las emociones que escribo en esta historia... tanta pasión, tanta nostalgia, tanta tristeza...
Me sentiré vacía el día que os diga que será el último capítulo, y después, llegará el epílogo, el cual, como os dije hace algún tiempo, quiero decidirme a través de una encuesta. Quiero saber vuestra opinión sobre qué os gustaría más que pasara en el epílogo. Creo que es muy importante para mí y para vosotr@s para que no se olvide jamás esta maravillosa historia (cómo se nota que le tengo un cariño especial...).
Espero ante todo, que os haya gustado el capítulo.
¿Qué creéis que pasará ahora? ¿Será todo camino de rositas en los capítulos que quedan? 
Sólo os diré que e el próximo habrá un poco de todo... pasión, preocupación y felicidad, entre otras...
Os quiero dedicar este capítulo a tod@s, pero en especial a mi querida Yess, mi angelito Clau, mi siempre fiel Mari, mi pequeña Analie, mi paciente Flopii, mi cariñosa Gem y mis desaparecidas Lumy y Ciritha
Espero mañana poder subir otro capítulo de mi también, especial, Mezcla de Sentimientos, ese fic también lo amo. Amo todo lo que ha salido de mi imaginación C: con mucho esfuerzo, por supuesto.
Esta semana no tendréis más capítulos de Inolvidable, si no que, como la semana pasada subí sólo de Inolvidable y hoy he subido otro, se contará como esta semana. Así que subiré dos capítulos más de Mezcla de Sentimientos esta semana. Y si me da tiempo, escribiré el capítulo de El amor contra todo, que la pobre Flopii estará desesperada al igual q vosotr@s.
Os dejo y espero que hasta pronto :D
Muchos besos y abrazos,
Romiina R.





3 comentarios:

  1. Romi,
    Me alegro mucho de que al fin tengas más tiempo y no estés tan ajetreada...en cuanto a las disculpas, sabes que son imnecesarias, pues, a todos nos pasa...así que no te preocupes, ok???
    Entiendo perfectamente por todo lo que estás pasando porque yo he estado igual que tú...espero que tus problemas se solucionen pronto...y ya sabes, que si necesitas algo, aunque solo sea desahogarte, puedes contar conmigo :)
    En cuanto a la historia, entiendo perfectamente que tengas esos sentimientos y que los sientas en cada centrímetro de tu piel...pero como ya te he comentado es hora de dejar paso a cosas nuevas y que estoy segura, serán geniales y una maravilla....estoy segura, de todas formas, que aunque la termines, me la leeré algún que otro día y en algún momento, pues, la verdad es que me encanta, me fascina :)
    En lo referente al capítulo, qué decirte??? he sentido cada emoción que has plasmado en él, dentro de mi piel recorriendome el cuerpo, mi ser al completo...es una sensación increíble, maravillosa y estoy segura de que no la olvidaré. Me encantan todas tus historias pero a ésta le tengo un cariño inolvidable y así será siempre :)
    Muchas gracias por acordarte de mí y ponerme en la dedicatoria...te lo agradezco enormemente!!!! ;)
    Espero saber de ti pronto y que todo te vaya bien...recuerda, que después de los días tormentosos viene la calma y que todo pasa...aún así, mi propuesta sigue en pie, pues, en algunos momentos nos gusta sentirnos apoyados y de alguien que, por lo menos, esté ahí, aunque solo sea para escucharnos.
    Muchos besos y abrazos para tí...esperaré con ansias el próximo capítulo de Mezcla de Sentimientos!!!!
    CM

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    1. Nena, q tal???
      Antes q nada, no tienes q agracederme nada, sabes q lo hago con el corazón y sinceramente, porq sois las.chicas q lo habéis dado todo por mí, q os preocupais y eso es excepcional, es increíble... a vosotras sois a las q os tengo q dar las gracias por vuestras palabras de aliento y vuestra paciencia. GRACIAS!!!
      Hoy, si tú no subes un capi nuevo de tu maravillosa historia, subire Mezcla. Ya me avisas con lo q sea ;-)
      Bueno, nena, q nada, q sé q hay q dejar hueco para la.novedad, pero no puedo evitar sentirme melancolica con Inolvidable. Es q es eso, INOLVIDABLE C:
      Pero nada q no lleve bien jejeje
      La verdad q las emociones y los sentimientos de este capi han sido alucinantes... A mí, personalmente, me ha encantado.cómo ha quedado.
      Muchos besos y abrazos y gracias por tus sinceras palabras.
      Romiina R.

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  2. Simplemente hermosa cada vez te superas mas amiga. Perdona porque estuve perdida, motivos de trabajo, pero ya estoy devuelta y voy a reveindicarme. Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo.
    Besos desde Panama

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