******************************
****************************
Capítulo
37: Insaciable…
Bella pov.
Juro que
esa sonrisa me derritió por completo…
Me llegó
hasta la última fibra de mi ser, sintiendo cómo me humedecía tan sólo con ese
simple gesto…
¿Algún día
terminaría las sensaciones que me causaban sus simples gestos?
No, definitivamente
siempre sería así.
Sonreí.
-Ese helado
estaría perfecto, Esme- le dije con voz un poco más ronca de lo normal sin
dejar de mirar a la espécimen más perfecta hecha por el hombre.
Mi esposo.
Mi Adonis. Mi Edward.
-Entonces
vayamos por ese helado- me sonrió y comenzó a quitar los platos y algunos vasos
de la mesa.
-Te ayudo-
aseguré, no le iba a preguntar porque ya sabía la respuesta.
-No
importa, yo la ayudaré- insistió Carliste mirándome con una sonrisa en sus
labios.
-Insisto-
dije con una media sonrisa cogiendo algunos cubiertos y la bandeja del pescado.
-No cojas
demasiado peso- gruñó Edward, que el salió más a un gruñido erótico, que
temeroso…
-No te
preocupes- le aseguré y le guiñé un ojo cuando pasé por su lado, provocando que
un pequeño gemido saliera de sus labios.
Sonreí con
el ego por las nubes al causarle esas sensaciones…
Quitamos la
mesa entre los cuatro en muy poco tiempo. Justo cuando iba a dejar el último
cubierto en el lavavajillas, sentí una patada de mi hijo.
-¿Otra
vez?- Edward se puso a mi costado y me ayudó a levantarme, ya que me había
quedado muy quieta.
-Si- sonreí
tocándome el vientre.
-¿Pasa
algo?- preguntó Esme con Carliste mirándome preocupado.
-Mi hijo
saldrá futbolista- declaró Edward con una sonrisa completamente arrebatadora y
si no fuera porque una nueva patada me azotó con suavidad, ahora mismo estaría
sin despegar mi vista de esa boca pecaminosa.
-¿Enserio?-
Esme se acercó a mí- ¿Puedo?- preguntó acercando su mano a su vientre y yo
asentí con una sonrisa.
-Por supuesto,
no hacía falta que preguntases- le sonreí y cogí sus dos manos y la puse donde
había dado la patada.
-Vaya…
estoy sintiendo su manita o su piececito justo aquí- señaló con la barbilla el
sitio en el que estaba tocando y yo sonreí.
-Si, desde
hace unos días, es constante- le aclaré y ella me miró con un brillo maternal
en los ojos.
-Hija, me
dirás pesada, pero me recuerdas tanto a mí cuando estaba embarazada de Edward…-
sólo pude sonreír y sentir los abrazos de Edward en mi cintura, quedando sus
manos justo encima de mi vientre.
-Edward
estuvo dando patadas desde el tercer mes, justamente como tú- intervino
Carliste acercándose y cogiendo a su esposa por la cintura, atrayéndola a su
pecho- Fueron muchas siestas para que el pequeñajo se tranquilizase- solté una
carcajada al escuchar eso y miré a Edward de reojo.
-Será un
clon tuyo, mi vida- sonreí más ampliamente y sentí sus labios en mi mejilla,
besándome con mucha suavidad.
-Sólo
espero que sea igualito a ti- declaró muy seguro.
-Y tú te
pareces tanto a tu padre… él también me decía lo mismo- justo cuando Esme iba a
despegar sus manos de mi vientre, mi hijo dio una patada donde se encontraba su
mano derecha- Oh, Dios…- varias lágrimas rodaron por las mejillas de Esme y se
quedó mirando a mi vientre como si fuese la cosa más hermosa del mundo.
-Parece que
le gusta tu tacto maternal- declaré mirando nuestras manos apoyadas sobre mi
hijo.
-Mi nieto…
oh, Bella, será tan perfecto- Esme me abrazó, provocando que ambos hombres se
despegaran de nuestros cuerpos y rieran feliz.
Después de
que Esme llorase un buen rato y yo la tranquilizase diciéndole que era yo la
que iba a ser madre, nos separamos con una sonrisa pintada en nuestros rostros.
-Te quiero
mucho, Bella, y ya verás cómo me darás el nieto más hermoso de todos- sonreí
ante sus palabras y le besé en ambas mejillas con mucho amor y cariño-
Descansa, hija, te irá bien- me sonrió y Carliste se acercó a mí para
despedirse.
-Que
duermas bien, hermosa- me besó en ambas mejillas y me sonrió con la misma
sonrisa arrebatadora de Edward.
-Sin duda,
Edward es igualito a ti- susurré con una sonrisa y él alzó su perfecta ceja.
-¿Por qué
lo dices?- Esme y Edward me miraron divertidos.
-Bueno…
supongo que Esme sufrió lo mismo que yo con las “queridas” enfermeras del
hospital…- Esme soltó una carcajada y Edward sonrió torcidamente, arrebatándome
un suspiro.
-Totalmente,
hija- asintió Esme riéndose de nuevo y miré a Carliste que me miraba
completamente confundido.
-Esa
sonrisa torcida y esos genes Cullen, no nos pasan a ninguna desapercibidos…- le
guiñé un ojo y le besé en la mejilla con una sonrisa en mis labios.
-Sois
increíbles…- murmuró sonrojado mi querido suegro y yo sólo pude reírme junto
con Esme.
-Tienes
toda la razón- Esme me guiñó un ojo y cogió a Carliste del brazo y lo acercó a
ella- Que descanséis, hijos, hasta mañana- se despidió.
-Hasta
mañana- dijo Carliste con el rubor todavía implantado en sus mejillas.
-No os
tengo que decir que podéis comer y coger lo que queráis- nos murmuró antes de
salir definitivamente de la cocina.
-Así que…-
Edward de acercó a mí y me cogió por la cintura con posesividad, por supuesto,
sin hacerme ningún daño en ningún momento- ¿Te parece sexy mi padre?- abrí
mucho los ojos y por su cara, burlona y completamente sensual, supe que estaba
de broma.
Sonreí lo
más sensual que pude y me mordí el labio inferior antes de acercarme a su oído,
teniéndome que poner de puntillas.
-No más que
tú- pasé mi lengua por el lóbulo de su oreja y emitió un gemido sordo
encantador que provocó que mi tanga se mojara un poco más.
-Entonces…-
tragó en seco- ¿Tu suegro te parece sexy?
¿Quería
jugar?
Bien…
juguemos.
-Totalmente-
susurré en su oído y él me apretó más contra su cuerpo cuando mis dientes
atraparon esa sensible piel.
-Vaya… ¿no
tienes suficiente conmigo o que?- fingió enfado y yo sonreí y reprimí la
carcajada que estaba a punto de salir de mis labios.
-No voy a
tener suficiente de ti nunca porque cada vez tengo más hambre de tu cuerpo…-
mis manos bajaron de su cuello a sus perfectos abdominales, sintiendo ese
tonificado cuerpo aún con la camiseta, arrancándole un gemido gutural- De tu
boca…- hice la línea de su mandíbula con mi lengua y besé la comisura de sus
labios con total sensualidad- De tu miembro…- bajé mis manos y lo atrapé con
habilidad, sintiendo el grado de su excitación…
Alto, muy
alto… estaba en todo su esplendor…
Gemí ante
su duro contacto.
-No puedo
soportarlo más- fue lo último que susurró con voz muy ronca, demasiado, antes
de cogerme en peso y dejarme en el filo de la barra americana- Voy a hacerte el
amor como nunca- sus hábiles labios atraparon los míos, arrancándome un sonoro
gemido.
Mis manos
se dirigieron a su cintura, cogiendo el borde de su camiseta de algodón
subiéndola, sintiendo el calor emanar de su cuerpo y deleitándome con su piel
suave y sus músculos tonificados… hasta quitársela por completo y dejarla caer
a mi lado.
-Edward…-
gemí sobre sus labios cuando su brazo me alzó sin ninguna dificultad,
facilitándole el trabajo de quitarme los pantalones de chándal.
-Aún con
ropa deportiva estás irresistible, nena- susurró en mi oído, provocando que
todas mis terminaciones nerviosas se pusieran al límite.
Cuando bajó
mi pantalón, lo dejó caer al suelo con un golpe sordo y sus manos acariciaron
mis pies, mis empeines, mis pantorrillas, subiendo hasta mis muslos…
-Puedo oler
tu excitación desde aquí- gimió en mi oído y yo cerré los ojos por lo que
estaba provocando sus palabras en mi cuerpo- ¿Qué voy a hacer contigo?-
preguntó con voz sensual y sexy.
-Hacerme el
amor- contesté rápidamente, provocando que sus manos se quedaran cerca de mi
palpitante centro y su cabeza se moviera lo justo para que nuestros ojos se
encontrasen.
-Te amo- me
susurró antes de meterse entre mis piernas y atacar mis labios con posesividad.
Su lengua
me pidió permiso, lamiendo mi labio inferior y haciendo trazos imaginables,
volviéndome completamente loca. Yo abrí mis labios queriendo más de su boca,
más de su lengua. Mi lengua encontró la suya y danzaron juntas en una lucha sin
final, en una lucha donde no existía un perdedor, simplemente dos ganadores
fusionados…
Gemí sobre
sus labios cuando sus dedos deslizaron mi tanga hacia un lado y palpó mi
clítoris como sólo él sabía hacerlo.
-Oh,
Edward…- sus ojos se oscurecieron aun más, a tal punto de verse completamente
negros, completamente irresistibles…
-Estás tan
húmeda…
Mis manos
no se quedaron quietas en su cuerpo, siguieron acariciando ese torso ilegal y
bajaron hasta encontrarse con la cinturilla de su pantalón, sintiendo esa tira
de vello que se perdía bajo mis dedos.
-Bella…-
gimió sobre mi cuello, mordisqueándolo y lamiéndolo a su antojo.
No pude
esperar a nada más y bajé el pantalón y el bóxer a la misma vez, con mucha
desesperación y ansiedad.
-Hazme el
amor, por favor…- supliqué mirándolo con mucho deseo y lujuria contenida.
-No tienes
que suplicarme, mi vida- me sonrió sensualmente y me acarició la mejilla a la
vez que posaba sus labios en mi boca, lenta y pausadamente.
Dejó mi
boca y atacó mi cuello con besos húmedos mientras cogía su miembro y lo acercaba
a mi caliente sexo.
-Edward…-
cerré los ojos cuando la punta de su miembro entró en mí, sintiéndolo hinchado
y enorme, completamente enorme, como era él…
-Oh,
Bella…- gimió enterrándose un poco más en mí, sólo un poco para hacerme
enloquecer.
Mis piernas
rodearon su cintura y mis brazos rodeó su torso, clavando mis uñas en su
espalda suavemente, dándole el aliciente que el faltaba para saber que estaba
bien, jodidamente bien…
Se enterró
más en mí, sintiendo como me invadía por completo, dejando una buena parte
fuera, sin poder llenarme más…
Gemí.
Enredé aun
más mis piernas en su cintura y lo sentí más profundamente, provocando que
algunos gemidos salieran de nuestras bocas.
-Estás tan estrecha…
oh, joder- gimió cuando mis caderas empujaron justo cuando él lo hacía,
haciendo una sincronización perfecta.
Sus
estocadas eran suaves y delicadas, pero con ese matiz salvaje que tanto me
gustaba, que me hacía ver las estrellas y no querer nada más.
Sus manos
subieron de mis muslos hacia mi espalda baja, exponiéndome aun más a él,
quedando la mitad de mi trasero en la barra y la otra mitad en el aire…
-¡Edward!-
gemí demasiado fuerte y sus labios se posaron en los míos, acallando cualquier
gemido que pudiese salir de mis labios.
-Bella…-
gimió sobre mis labios y eso fue todo lo que me faltó para que mi orgasmo
llamara a la puerta…
-Oh, Dios…
Edward…- cerré los ojos cuando mis paredes se encogieron, sintiendo su sexo ser
invadido por mi cuerpo completamente, ahogándolo y asfixiándolo a su antojo,
provocándome más placer aún…
-Mírame-
susurró y yo abrí mis ojos, mirando sus ojos llenos de deseo y d su boca salir
hermosos gemidos- ¡Bella!- sus manos me apretaron un poco más, perdiendo el
control y sólo le faltaron dos estocadas más para venirse conmigo.
Su cara de
placer era inigualable, jamás la olvidaría…
-Dios…-
gemí dejándome caer sobre su sudoroso pecho, pegándome a su piel como si fuera
un guante.
-Eres
perfecta- susurró con voz amortiguada al estar sus labios pegados a mi frente.
Sus brazos
me rodearon y me abrazaron con mucho amor y yo me recosté aun más en su pecho,
sintiendo un cansancio imponerse contra mi cuerpo de manera brutal.
-Tú sí que
eres perfecto- le susurré cerrando los ojos y rodeando su cintura con mis
brazos.
-Gracias
por estar a mi lado, princesa, eres todo lo que anhelo- sonreí sobre su pecho
ante sus palabras y me separé un poco de él para mirarle directamente a los
ojos.
-Te amo más
que a todo, esposo- su sonrisa perfecta apareció en sus perfectos labios.
-Te amo-
susurró antes de posar sus labios sobre los míos, suavemente.
-Yo más-
susurré sobre sus labios y abrazándolo de nuevo con mucho amor.
Me dejé
vencer un poco por el cansancio y cerré los ojos a la vez que dejaba caer mi
cabeza en su fuerte pecho.
-¿Estás
cansada?- susurró acariciando mi pelo y oliéndolo como si su vida dependiera de
ello- Hueles tan bien…- sonreí antes de contestarle.
-Si-
susurré sin dejar de abrazar su cuerpo y sentí cómo salía de mi interior con
suavidad para no hacerme daño- Te amo- le dije de nuevo con una sonrisa y sentí
cómo se subía el bóxer y el pantalón.
Se separó
de mí y cogió mi pantalón del suelo.
-Vamos,
preciosa- me cogió en peso, a la vez que cogía su camiseta y yo me recosté como
si fuera una niña pequeña en su hombro, sintiendo la suavidad de su piel en mi
cara.
Fue
apagando todas las luces y justo cuando iba a apagar la última antes de subir
las escaleras, se paró en seco.
-¿No quería
helado?- me preguntó siempre acordándose de todo y yo no pude más que sonreír.
-He tenido
suficiente postre, ¿no crees?- soltó una pequeña carcajada y pude sentir cómo
asentía antes de apagar la última luz que quedaba y encendía la de las
escaleras.
-Completamente-
susurró bajito para no despertar a nadie, yo sólo pude acercarme más a su
cuerpo, impidiéndome mi intención mi pequeño bultito.
Sonreí.
Nos
adentramos en nuestra habitación y encendió la luz con cuidado de no caerme.
-¿No te
cuesta nada cogerme, eh?- murmuré burlona y él soltó una carcajada.
-La verdad
es que no, eres un peso pluma- cerró la puerta y se encaminó hacia la cama para
dejarme con mucho cuidado en ella.
-No dirás
eso en unos meses…- él rodó los ojos.
-No seas
exagerada, además estoy fuerte- dijo guiñándome un ojo y marcando sus
pecaminosos músculos…
-No hagas
eso, señor ego por las nubes- le sonreí coquetamente y él se acercó a mí y me
besó ligeramente en los labios.
-Tú haces
que lo crea- dijo recordando las mismas palabras que yo le había dicho hace
unos días.
-Lo sé y
más te vale que lo creas porque es la pura verdad- le guiñé un ojo de manera
sensual y me levanté de la cama.
-¿Dónde
vas?- me cogió del brazo e hizo que me apoyase en su cuerpo.
-A
ducharme, ¿o crees que voy a dormir con este sudor?- negó con la cabeza con una
sonrisa y le cogí de la mano para encaminarnos hac ia el baño.
Cuando
entramos en el baño, Edward me giró para quedar enfrente de mí y me besó
ligeramente en los labios antes de comenzar a quitarme toda la ropa.
-Ese osito
es un pervertido por estar ahí- señaló al osito de mi tanga y sólo pude sonreír
como una niña pequeña.
-Si- susurré
mientras yo también le ayudaba a despojarse de toda la ropa.
Cuando
estuvimos completamente desnudos, nos miramos y Edward me cogió en peso para
ayudarme a meterme en la bañera.
-No hay
cuerpo más perfecto que el tuyo, mi vida- susurró haciendo trazos imaginarios
por todo mi pecho, mi vientre, mis caderas y mis muslos, sintiendo todo el amor
que me profesaba, sin nada de sexo, simplemente todo el amor que sentía por mí.
-Te amo, mi
amor- le besé en los labios y me recosté en su cuerpo con mucho cansancio.
Sentí cómo
abría el grifo y cómo pronto el agua caliente dio en contacto con mi piel,
poniéndose mis vellos de punta completamente al sentir un aire frío.
-¿Tienes
frío?- negué con la cabeza a la vez que me agarraba más fuertemente a su
cintura.
-Desde que
estoy embarazada, el mínimo contacto con el agua caliente provoca que mi cuerpo
se estremezca- susurré con voz soñolienta y él sonrió sobre mi frente.
-Me lo
imaginaba- dijo mientras cogía una esponja y me separaba lo justo de mi cuerpo
para frotar sobre mi piel ese gel de almendras que tanto me gustaba.
-Te amo- le
dije sin más con los ojos cerrados aspirando el dulce aroma de las almendras
dulces.
Cuando nos
enjabonó a ambos con una habilidad pasmosa, cogió, de nuevo, la alcachofa de la
ducha y nos enjuagó con una delicadeza inigualable.
-¿Todo lo
tienes que hacer tan perfecto?- mis palabras provocaron una carcajada por su
parte y nos sacó de la ducha y nos envolvió en una toalla gigantesca, al menos
tendría el tamaño XXL para tapar nuestros cuerpos, inclusive mi barriguita.
-Lo hago
con todo el amor que siento por ti, princesa- sonreí ante sus palabras y nos
secó el cuerpo, primero a mí para que no cogiera frío y después él, deleitándome
con su cuerpo del pecado.
-Tienes un
cuerpo espectacular- le aseguré y él me sonrió torcidamente dejando la toalla
en su sitio y cogiéndome en peso, de nuevo, para dejarme en la cama con mucha
suavidad.
-Tú sí que
eres espectacular, hermosa- me besó en la frente y sacó nuestra ropa interior-
Toma- me tendió un tanga de algodón, que aparentaba ser muy cómodo y le sonreí
en respuesta.
-Me parece
que me voy a tener que acostumbrar a los tangas de algodón…- susurré alzando
mis caderas y poniéndome el tanga sin ninguna dificultad.
-Quería que
me esperaras para que te lo pusiera yo- hizo un hermoso puchero, muy parecido
al de Alice y sonreí.
-Si me lo
hubieras puesto tú, no lo hubiera conseguido- alzó su perfecta ceja cobriza- Te
hubiera violado sin más, cariño- le guiñé un ojo y negó con la cabeza mientras
sonreía.
-Eres
insaciable.
-No puedo
ser de otra manera contigo- le aseguré y sonrió más ampliamente mientras iba al
armario y sacaba una camiseta de algodón para él- Quiero ponerme esa camiseta-
le dije antes de que estuviera a punto de ponérsela- Tú dormirás con ese
perfecto torso desnudo- me sonrió torcidamente y asintió mientras se acercaba a
mí.
-Está bien,
pero te la pondré yo- yo asentí y me quedé quieta para que pudiera ponérmela.
Me la puso
con mucha suavidad y sentí su fragancia, a pesar de que no se la había puesto
nunca, en ella.
-Me encanta
tu olor- le dije mientras cerraba los ojos y aspiraba ese dulce olor varonil.
-Te queda
mejor que a mí esa camiseta, vas a hacer que me duche veinte veces con agua
fría esta noche…- susurró mirándome detenidamente con ojos hambrientos,
provocando que un escalofrío recorriera mi espina dorsal al saber lo que podía
tener…
-No te
preocupes, mi amor, prometo ser buena y descansar- abrí las sábanas y me metí
en ellas ante su atenta mirada- Además… si me dejas dormir al menos unas ocho
horas, podrás despertarme y saciar tu deseo- él sólo pudo soltar una carcajada
y negar nuevamente con la cabeza.
-Eres
imposible- se metió en la cama, juntando su cuerpo con el mío, sintiendo todo
el calor emanar de su cuerpo.
-Imposiblemente
buena- le recordé antes de morderle el labio inferior.
-Te amo,
preciosa- me sonrió dejando las palabras y el mordisco que le había dado de
lado y me acunó en su pecho.
-Y yo a ti-
cerré los ojos y muy pronto me dejé caer en los brazos de Morfeo, o más bien,
en los perfectos, fuertes y anchos brazos de Edward…
Edward pov.
Se me
estaba haciendo jodidamente imposible dormir…
Bella estaba
acurrucada en mi pecho, haciendo que la maldita camiseta se subiera como una
condenada por su perfecto cuerpo de diosa…
Sus labios
estaban entreabiertos, invitándome a pasar mi lengua por ellos y perderme en su
dulce sabor. Sus piernas estaban en posición fetal, haciendo que sus perfectas
piernas torneadas se vieran más irresistibles todavía y sus brazos… Su brazo
derecho se encontraba en mi torso, quemándome con su simple roce y el otro se
encontraba debajo de su cuerpo, dejándolo caer en su vientre.
Sonreí ante
el pequeño bultito que ya tenía.
Me levanté
con mucho cuidado de no despertarla y me dirigí hacia el baño. Necesitaba una
jodida ducha de agua fría…
Bella se
pensaba que era broma mía, pero era la jodida verdad…
Me quité el
bóxer y lo dejé en el bombo de la ropa sucia junto con nuestras prendas anteriores
y me metí en la ducha.
-Eres un
jodido insaciable…- le susurré a mi despierto miembro, que amenazaba con
explotar en cualquier momento…
¿Cómo era
posible esto? Acababa de hacer el amor con Bella y sentía que mi cuerpo
necesitaba todavía más de ella.
Me reñí
mentalmente recordando su estado, demasiado era con hacerle el amor todos los
días varias veces…
Con mis
pensamientos contradictorios, abrí el agua fría y sentí que mi cuerpo se
relajaba de inmediato, haciendo que mi amiguito bajase considerablemente.
Después de
enjabonarme nuevamente y enjuagarme, salí de la ducha y me encontré con una
Bella completamente desnuda para mí.
-Bella…-
mis labios arrastraron su nombre y ella me sonrió.
-Hazme el
amor- me pidió sin más bajando sus manos hasta su sexo y tocándose sin ningún
pudor lo que hizo que mi miembro se despertara feliz.
-Tienes que
descansar- susurré ignorando mi miembro saltar como un condenado entre nuestros
cuerpos.
-Ya he descansado
lo suficiente para hacer el amor, cariño, ahora, obedece a las hormonas de una
mujer embarazada- sugirió provocando que una sonrisa se instalara de nuevo en
mis labios.
¿Y era yo
el insaciable?
Ya…
No podía
tener más suerte en mi vida, mi hermosa, sexy, sensual y provocativa mujer me
lo estaba dando todo…
Acorté la
poca distancia que quedaba y la cogí en peso, uniendo nuestros labios en el
transcurso y apretando su trasero con fuerza, pero siempre con cuidado.
De sus
preciosos labios salió un gemido a la vez que sus piernas rodeaban mi cintura. Me
moví y salí del baño para dejarla en la cama y ponerme encima de su cuerpo, con
cuidado de no aplastarla y que no sintiera un solo gramo de mi peso.
Si… no pude
evitar hacerle el amor dos veces más…
-Te amo
tanto- susurró dejándose caer sobre mi cuerpo, completamente rendida y saciada.
-Y yo a ti,
mi amor, lo eres todo- susurré antes de que los brazos de Morfeo nos acogiera a
los dos a la misma vez.
Estaba con
soñando con un precioso niño de ojos chocolates y cabello castaño con reflejos
rojizos, que se encontraba junto a Bella, sonriendo mientras jugaba con él, cuando
mi cuerpo se movió involuntariamente y notó que había mucho espacio para él.
Abrí los
ojos de golpe y miré hacia el lado de Bella, encontrándolo completamente solo y
me levanté rápidamente de la cama, sintiendo un ligero mareo.
-¿Bella?-
la llamé, pero no me contestó nadie.
Cogí un
pantalón de chándal y me lo puse antes de salir de la habitación.
Bajé
desesperadamente las escaleras hasta tal punto de estar casi tropezando con el
último escalón.
¿Y si le
había pasado algo? ¿Y si había tenido alguna hemorragia o algo por la sesión
extra se sexo de anoche?
-¿Edward?-
escuché su perfecta voz llamarme y levanté mi mirada y la vi en todo su
esplendor…
Estaba
enfundada en un ligero vestido rojo, que se amoldaba perfectamente a sus nuevas
curvas. Su pelo estaba recogido en un moño informal y sus pies estaban calzados
con unas sandalias planas.
Sonreí ante
la imagen tan perfecta que se me ofrecía.
Corrí,
literalmente, hacia ella y la abracé con todo el temor que sentía en este
momento. Sus pequeños brazos rodearon mi torso y apoyó su cara en mi pecho,
sintiendo la suavidad de sus mejillas contra mi piel.
-¿Qué te
pasa?- me preguntó preocupada y la separé un poco de mí para poder mirarle a
los ojos.
-Nada, pero…
¿te pasa algo a ti?- la miré desde todos los ángulos posibles y me cercioré de
que estaba completamente bien.
-¿Qué haces?-
me dijo alzando su perfecta ceja y sólo pude sonreírle al ver que estaba bien a
la vez que la abrazaba de nuevo.
-Estaba muy
preocupado- sus brazos me rodearon de nuevo- Pensé que te había pasado algo
cuando no te encontré en la cama y…- me cortó dándome un beso en los labios.
-Estoy
perfectamente bien, mi vida- me tranquilizó y sonrió mientras negaba con la
cabeza- Sólo he bajado y he venido a hacerte el desayuno mientras tus padres se
han ido a trabajar- me aclaró con una perfecta sonrisa- ¿Qué vas a dejar para
cuando me ponga de parto?- me acarició la mejilla suavemente y yo le besé en el
acto.
Cuando nos
quedamos sin aire, nos separamos jadeantes y apoyé mi frente en la suya.
-Perdóname
por ser tan sobreprotector, preciosa- ella sólo me sonrió y sus ojos brillaron-
Pero me preocupas demasiado, no quiero que te pase nada.
-Y no me
pasará nada, tranquilo- me aseguró y me sonrió antes de besarme en los labios.
-He soñado
con un precioso niño igualito a ti mientras jugaba contigo- ella sonrió con
ternura y me acarició la mejilla.
-Eso será
dentro de poco, mi amor, pero con unos ojos tan verdes como las esmeraldas de
su padre- me aseguró- Y ese pelo sexy tan indomable como el tuyo- le sonreí y
uní nuestros labios en un beso lleno de ternura.
Sin duda,
sólo queríamos que nuestro hijo naciese sano y salvo.
Y así sería…
**********************************************
¡Muy buenas noches a tod@s!
¿Qué tal estáis? Espero que con muchas ganas de seguir leyendo y participando en los sorteos que os estoy subiendo al blog ;)
Este Edward... Ay, Dios... ¿Quién se podría resistir a ese hombre insaciable y lleno de amor y ternura? Es normal que nuestra Bella siga tan deseosa y con tanta hambre que el primer día... Si es que ese cuerpo, esa cara y esa sonrisa torcida hace que a más de una se nos caigan las babas y dejemos escapar un suspiro...
El amor se derrocha en este fic. El próximo capítulo vendrá un poco caldeado, os lo aseguro.
El juicio, el nacimiento de Megan... todo eso y mucho más es lo que falta y hasta llegar al capítulo 45 al menos ¡¡¡no pienso acabarlo!!! Este fic se merece ser narrado con todo lujo de detalles.
Bueno, mis cariños míos C:
Os cuento que ya ¡¡¡PODÉIS VOTAR EN EL CONCURSO POLLA-WARD CONTEST 2!!!
Sii... podéis votar por mi OS, si creéis que lo merece, o a los otros 10 que hay concursando. La verdad que no lo tengo nada fácil, hay historias verdaderamente asombrosas y maravillosas, pero bueno... todo es cuestión es gustos ;) Podéis votar hasta dos historias, las que más os gusta. El Poll (que lo podéis encontrar en la parte superior del perfil de FF) durará hasta el 31 de Agosto. Os recomiendo que las leáis todas antes de votar por vuestras dos favoritas.
¡Espero tener mucha suerte! (cruzo los dedos...)
Podéis votar aquí http://www.fanfiction.net/~pollaward2
Mañana un nuevo capítulo de MEZCLA DE SENTIMIENTOS ;) Estará cargado de amor, ternura y ¿pasión?... como siempre :D jejeje.
Le dedico este capítulo en especial a YESS, cariño mío, todavía estoy esperando un correo largo tuyo, como los acostumbras a ser :D y que me cuentes todo con lujo de detalles. ¿Qué decirte del capítulo 8 de nuestra hermosa historia? Que ese adelanto me ha dejado súper picada y emocionada. Espero mañana mandarte un adelanto, guapísima, saber que he estado ocupada con mi madre, nena. ¡Te quiero mil millones! Te mando muchos abrazos y besos, cariño mío.
Y cómo no, a mi querida y encantadora LOURDES, nena, muchísimas gracias por todo lo que has hecho por mí, perdona por no haberme conectado, pero entre escribir y que he estado repasando el inglés (si! me has dado ganas de estudiar la asignatura que más odio :D) no me ha dado tiempo de nada. Mañana, si quieres, podemos hablar a la misma hora que hoy ;) Yo estaré conectada. Mil millones de gracias por todas tus hermosas palabras y tus ánimos, de verdad, que eres una personita muy buena y especial. ¡Muchos besos y abrazos!
Y a todas mis Diosas del Crepúsculo: ANALIE, GEM, LUMY, MARI, FLOPII y a tod@s los que me leéis y no sabéis lo importante que son vuestras palabras para mí. ¡ANIMAROS A COMENTAR!
MUCHOS BESOS Y ABRAZOS A TOD@S,
Romiina^.^
Romina,
ResponderEliminarMe ha encantado el capítulo!!!!! ohhhhh que sentimientos por díos....este capítulo es inolvidable...y la ternura y preocupación que tiene Edward por Bella, es increíble!!!! :)
He disfrutado muchísimo con cada palabra del mismo..me ha maravillado!!!!
Felicidadesssss!!! :)
Muchísimas gracias por la dedicatoria, te lo agradezco enormente, no sólo por tus palabras sino tb por haberte ayudado, aunque sólo sea con algo tan insignificante como el inglés :)
Por cierto, cómo está tu madre??? Espero que se encuentre mucho mejor y que esté un poco más recuperada :)
Espero que por tu parte todo este bien...ya me contarás :)
No te preocupes por lo del msm, yo desgraciadamente, esta mañana tp me puede conectar porque estuve bastante ocupadilla....si quieres esta noche podemos hablar un fisquito...ya me dirás que te parece.
Lo dicho; espero que todo esté bien.
Muchos besoss y abrazosss,
Lourdes
Oh mi Romi, siempre quedo con la boca abierta q capitulo y q Edward, lo amo, wao te felicito muy bien, sigue asi.
ResponderEliminarPequeña hermosa… ¡¡QUÉ CAPITULO!! EN VERDAD QUE ESTUVO BUENÍSIMO, disfrute cantidad de él, tienes magia para escribir, este fic es como su título, en verdad que el día en el que no lo leo me siento hueca y te leo y pff me llena de alegría y regocijo saber de ti, por cierto te eh enviado un correo al e-mail.
ResponderEliminarUn enorme abrazo mi niña, besos.
Todo mi cariño.
Yess*.*