Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

martes, 23 de octubre de 2012

EL AMOR CONTRA TODO


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Capítulo escrito por Romiina.

Capítulo 12: Hasta nunca.

Bella pov.

No sé de dónde saqué las fuerzas para no seguir llorando, pero lo hice.
Miré a mi pobre hermana y estaba completamente aferrada a mi cuerpo, con sus brazos alrededor de mi cintura y su cara en el hueco de mi cuello, apretándome contra su pecho.
Acaricié sus sucios rizos por el agua y la porquería de la calle y me tragué el gemido de dolor al verla así… completamente desecha. Sus ojos ya no tenían vida, parecía como ausente. Ese azul precioso ahora sólo era de un azul apagado… Su hermosa cara no estaba mucho mejor. Tenía un hondo corte en la frente y su labio inferior reventado.
Cerré los ojos y subí mi cara al cielo.
¿Por qué? ¿Por qué el hombre de mi vida me había hecho esto? ¿De verdad merecía tanto dolor?
Le había dado todo, absolutamente todo…
En ese momento, me acordé de la única cosa que no le había dado y que había conseguido a la fuerza…
Mi pureza.
Mi virginidad.
Mi niñez.
Lo más importante que le puede ofrecer una mujer a un hombre.
Grité de pura furia y dolor, provocando que mi garganta quemara como si ese grito hubiese sido un cuchillo demasiado afiliado, raspándola con violencia.
Rosalie se estremeció a mi lado y me juré que sería el último alarido que saldría de mi cuerpo. Edward no se merecía ninguna de mis lágrimas, ni siquiera ese horroroso grito.
-Rose- mi voz era extraña, demasiado ronca y dolorosa.
No me contestó, simplemente me agarró más fuerte y me apretó más contra su cuerpo.
Ahora, por desgracia, sabía lo que había sentido mi hermana cuando Demetri le había roto el corazón. Claro que lo sabía, pero con un grado más fuerte y doloroso.
Decidí que ya era hora de levantarnos, había comenzado a amanecer y nuestros padres estarían como locos buscándonos.
Oh, Dios mío… ¿qué les diríamos a ellos?
Cerré mi boca, o más bien, la apreté con mucha fuerza, sintiendo la fuerte punzada de dolor en mi mejilla cortada, para no dejar escapar el llanto que estaba a punto de salir.
-Vamos, cariño, hay que levantarse- mi voz seguía igual, pero esta vez la ignoré por completo.
Me levanté primero y sentí un dolor lacerante en mi centro, provocando que bajara por mis piernas, un líquido caliente, demasiado caliente y asqueroso.
Sangre.
No pensé más en ello o estaría segura que no podría moverme de aquí nunca. Cogí a Rose por ambos brazos, con mucho cuidado, y la levanté con una fuerza indescriptible para mi pequeño cuerpo.
-Lo sien… siento- susurró con la voz más débil que jamás había escuchado en mi vida.
-No- negué frenéticamente con la cabeza, soportando las lágrimas bajar por mis mejillas, provocando que el, seguramente, profundo corte de mi garganta escociera- Nunca digas más eso, no ha sido culpa tuya, Rose, no lo digas más, por favor- le supliqué y ella cerró sus ojos mientras me abrazaba con fuerza.
Sentí que nuestras piernas se pegaban por la humedad de nuestras ropas y maldije a Edward y a Emmett…
De verdad que lo hice, le pedí a Dios que pagaran por lo que habían hecho, sólo quería que pagaran por este maldito sufrimiento por el que estaba pasando mi hermana…
Me separé suavemente de ella y pasé un brazo por su cintura y otro por su abdomen, no se quejó ni murmuró nada, simplemente se aferró a mi cuerpo como si su vida dependiera de ello y comenzó a moverse hacia delante, hacia la salida de ese callejón que jamás olvidaríamos.
Los fuertes rayos del sol me dejaron momentáneamente cegada y parpadeé un par de veces antes de abrirlo por completo.
Las personas iban y venían de sus trabajos, de las tiendas, comprando y haciendo su vida normal, como si nada hubiera pasado hacía tan sólo unas horas…
Claro, las víctimas sólo habíamos sido Rose y yo, nadie más. Todo el mundo estaba ajeno a todo.
-¿Muchachas?- murmuró una voz grave a nuestras espaldas y giramos con una lentitud inhumana para ver a un hombre mayor vestido de policía.
Demasiado tarde.
Mis ojos se conectaron con los suyos y pude notar la pena y la tristeza con la que me miraban.
-¿Qu… qué les ha pasado?- susurró mirando a nuestras caras y bajando su mirada hacia nuestras ropas.
-Nos han violado, agente- murmuró mi hermana un poco más alto de lo normal, sobresaltándome por su tono y porque al fin había hablado.
-¿Qué dice, joven?- el hombre abrió mucho los ojos y pude ver que lo que había sospechado era verdad…
Nos habían violado.
-¿Acaso no me ha escuchado?- le dijo en modo de repulsión y amenaza en la voz- Nos han violado- el hombre abrió más los ojos si cabe y cogió su walkie talkie de su cinturón.
-Aquí Brandon- murmuró sin dejar de mirarnos- Necesito una ambulancia urgentemente en la nueve de la calle Watts.
-Ahora mismo, agente Brandon- dijo una voz femenina desde el otro lado.
-Cameron, lo más urgente posible, por favor- la voz del hombre no decayó ni un momento mientras nos miraba y hablaba.
-Enseguida- se cortó la línea y puso el aparato en su sitio.
-¿Cómo os llamáis?- el hombre era amable y sólo quería ayudarnos, eso estaba claro.
-Yo soy Bella- dije sin vida- Y ésta es mi hermana Rosalie- el hombre asintió despacio y se acercó a nosotras, yo por inercia propia, me alejé los pasos que él había dado.
-De acuerdo- se paró inmediatamente- Sólo quiero ayudaros, no voy a haceros daño.
-Sí, claro- intervino mi hermana y alejó su cabeza de mi hombro, alzándola ante el hombre- Eso mismo dijeron los hijos de puta que nos hicieron esto- señaló nuestros cuerpos y cerré los ojos, dejando que una solitaria lágrima recorriera mi mejilla derecha.
-Señorita, la entiendo perfectamente, pero… ¿cree que le haría algo en plena luz del día y con todas estas personas mirando?- abrí los ojos cuando escuché la pregunta del policía y miré a mi alrededor.
Había mucha gente, demasiada, mirándonos con cara de horror y pena.
Yo no quería la pena de nadie.
-¿QUÉ MIRAN?- les grité, provocando que algunos retrocedieran- ¡ESTO NO ES UN NÚMERO DE UN CIRCO PARA PODER ADMIRAR, ASÍ QUE YA SE PUEDEN IR A LA MIERDA!- Rosalie me abrazó y vi cómo la gente se dispersaba en un nanosegundo.
-Necesitamos su ayuda, señor Brandon- murmuró mi hermana con un ligero sollozo.
-Está bien, muchacha, les juro que no les haré nada- sentí que mi hermana asentía y me separó un poco de su cuerpo.
-Va a ayudarnos, Bella- su boca intentó regalarme una sonrisa, pero le salió a una mueca horrible.
En ese momento, escuchamos las sirenas de la ambulancia.
-No queremos que nadie nos toque- dije mirando al policía con cara amenazante.
-Les prometo que no les harán daño, yo mismo les acompañaré al hospital- nos tranquilizó el hombre, o al menos lo intentó, mientras se acercaba un poco más, quedando a nuestro lado.
-¿Hospital? ¿Para qué?- en un momento, me puse verdaderamente nerviosa- Tenemos que avisar a nuestros padres, estarán asustados y buscándonos por todos lados…- mi hermana se estremeció a mi lado.
-Por supuesto, os iba a preguntar de camino al hospital para avisarles- el agente hizo una pausa mientras nos miraba a ambas- ¿Cómo se llaman? ¿Pueden facilitarme un número?- asentí con la cabeza y en ese momento, la ambulancia se subió a la acera y aparcó con rapidez- Bien, ahora me lo dirán, pero ahora tenemos que ir al hospital, ¿de acuerdo?- las dos asentimos ya sin fuerzas para poder hablar y dejamos que el agente nos guiara hasta la ambulancia.
-¿Qué les ha pasado?- murmuró una mujer mirándonos con dolor.
-Código penal, artículo 262- agradecí el hecho de que no dijera “violación”.
-Oh…- la mujer cerró los ojos por un instante y luego nos dedicó una sincera sonrisa tranquilizadora- Bien… ¿cómo os llamáis?- cogió dos mantas de la ambulancia y se acercó a nosotras para ponérnosla. Nos alejamos de nuevo.
-No se acerque- intervino el señor Brandon- Yo se las pondré- nos miró pidiéndonos permiso y las dos asentimos como si fuésemos robots.
Ése hombre me daba confianza, por muy imposible que pareciera después de todo lo ocurrido.
El señor Brandon nos puso a cada una la manta por los hombros y nos sonrió débilmente cuando nos hizo un ademán para que pasáramos dentro de la ambulancia. Aceptamos su mano para poder subir, ya que no teníamos ni fuerzas para poder si quiera andar por mucho más tiempo.
-Se llaman Rosalie y Bella- aclaró el agente- Yo las acompañaré al hospital- la mujer asintió y pudimos ver a un hombre y a una mujer más.
No pude evitar mirarlos con desconfianza mientras nos sentábamos en la camilla.
-Chicas- nos llamó la primera mujer y la miramos- Vamos a limpiaros las heridas de la cara y de la cabeza, ¿de acuerdo?- miré a Rosalie sin poder evitarlo y ella asintió con una débil sonrisa.
-Sí- murmuré por las dos.
La amable mujer se acercó a nosotras y no pude evitar tensarme cuando estuvo a penas uno centímetros de mi cara. La inspeccionó y asintió para ella misma. Luego se giró y cogió unas gasas estériles y un desinfectante.
-¿Tú eres Bella, verdad?- murmuró la mujer y yo asentí, todavía desconfiada- Bien, Bella, voy a desinfectarte la herida y te molestará un poco- asentí con todo el valor que tenía, ¿qué mas daba un poco más de dolor en pleno infierno?
Cerré los ojos cuando la gasa impregnada de desinfectante tocó la herida de mi mejilla. Me ardía y mucho, pero no era nada en comparación como el dolor desgarrador de mi corazón.
Sentí las manos de Rose en las mías y me sentí reconfortada.
La mujer fue lo más suave posible, lo sabía, pero no por eso no dejaba de escocer. Me puso una gasa con una crema cicatrizante y me la tapó, sujetándola con un poco de esparadrapo.
-Déjame ver tu labio- miré a la mujer y asentí igual que antes, sin siquiera hablarle.
Hizo lo mismo que con mi mejilla y me dejó la crema cicatrizante en el labio superior.
-¿Te sientes mejor?- la mujer intentó acariciar mi mejilla, pero no le dejé. Me alejé de ella y le espeté un “gracias” por educación- Rosalie, voy a curarte tu frente y tu labio, ¿de acuerdo?
-De acuerdo- la voz de mi hermana seguía sin vida, pero con una significativa diferencia, esta voz estaba afilada como la hoja de un cuchillo y tan fría como el hielo.
La mujer nos volvió a mirar con una pena infinita y lo que obtuvo fue la mirada más gélida que le pude dar a alguien. Puso una gasa con el mismo desinfectante que me había puesto a mí en la frente de Rose y le limpió la herida.
-Probablemente te tengan que poner puntos, hija- murmuró la mujer mientras se la limpiaba en profundidad.
-Me da igual los puntos que me pongan a estas alturas, ¿no cree?- escupió Rose y la mujer asintió sin saber qué hacer o qué decir.
Le puso cuatro puntos de aproximación y luego se los tapó con una gasa. Después bajó hacia su labio e hizo lo mismo que conmigo.
-Sé que os dará igual lo que os diga- nos tuteó la mujer con temor en la voz- Pero no todo está perdido, de verdad, que no lo está- con esas últimas palabras se giró y salió de la ambulancia con paso determinado.
-Chicas- nos llamó el señor Brandon y ambas giramos en su dirección- Vuestros padres ya están avisados- las dos nos levantamos de la camilla de inmediato, provocándome un ligero mareo- Siéntanse- nos ordenó el hombre y le hicimos caso- Vuestros padres van camino del hospital, ¿de acuerdo?- asentimos ligeramente mientras él se sentaba en un banco de plástico que había justo enfrente de nosotras- Ahora iremos al hospital y me quedaré aquí con vosotras- volvimos asentir y la mujer que nos curó, volvió a montarse y cerró las dos puertas de la ambulancia.
Segundos después sentimos cómo nos movíamos.
-¿Cómo se lo han tomado?- murmuró Rose después de unos minutos.
El señor Brandon la miró con dulzura y le sonrió tristemente.
-¿Cómo crees que se lo han tomado?- mi hermana miró al hombre por primera vez ante su pregunta.
-¿Mi madre?- hizo una pausa- Se habrá puesto a llorar y estará desquiciada- el hombre no hizo ni dijo nada, sólo espero pacientemente- ¿Mi padre?- mi hermana soltó una risa diabólica- Querrá arrancarles la cabeza a esos hijos de puta.
-Rose- murmuré acariciando su mejilla izquierda y su mano se puso encima de la mía.
-Bueno… no dudes que yo también le arrancaría la cabeza y los huevos si algún hijo de puta violase a mi hija- murmuró el señor Brandon sinceramente y por primera vez, mi hermana sonrió sinceramente.
No hablamos más durante el camino que nos quedaba para llegar al hospital. Ni siquiera, el señor Brandon nombró algo más sobre mis padres. Ni desmintió ni aceptó nada, simplemente se quedó ahí, mirando al suelo mientras se perdía en sus pensamientos.
Llegamos al hospital y nos tumbaron a cada una en una camilla, ya que nuestro estado de verdad que era deplorable…
Rose me cogió la mano y no me la soltó en ningún momento. Su mirada estaba en la mía y me dedicaba sonrisas para tranquilizarme. Pude ver por el rabillo del ojo y por el movimiento, a muchas personas caminando rápidamente a nuestro alrededor, pero lo que verdaderamente hizo que girara la cabeza fue escuchar la voz de nuestra madre.
-¡ROSALIE! ¡BELLA!- gritó, haciéndose notar incluso por todo el murmullo y el gentío de la sala de urgencias.
-¡MAMÁ!- gritamos Rose y yo a la vez y en un nanosegundo tuvimos a nuestra hermosa madre a nuestro lado.
-Mis niñas, mis pequeñas…- sollozaba mientras nos cogía una mano a cada una y se las llevaba a los labios- ¿Cómo estáis, mis amores? ¿Cómo estáis…?- se rompió, su voz se quebró y de su pecho salió el grito más aterrador y doloroso que jamás había escuchado antes de esta mañana…
-Mamá, no te preocupes, ¿si?- murmuró Rose soltando mi mano y acariciando su mejilla para tranquilizarla.
-Hijas- era nuestro padre.
-¡PAPÁ!- intenté levantarme de la camilla, pero no pude.
Los fuertes brazos de mi padre me lo impidieron.
-No te levantes, preciosa- me acarició la mejilla sana y pude ver el reflejo de dolor en sus ojos chocolates, tan iguales a los míos.
-Papá, papi…- sollocé dejándome llevar por todos los sentimientos y sobretodo, el dolor que había soportado todas estas horas ante Rose.
-Shh, cálmate, pequeña, ya estás a salvo- fue lo último que escuché antes de que notara un pinchazo en mi brazo y me dejara llevar por la inconsciencia.
Un rostro de ojos verdes siniestros y maquiavélicos me persiguió durante todo el tiempo…
Sus asquerosas y hábiles manos me desnudaban con rudeza, demasiada para que mi sensible piel no doliese…
-Nena, voy a follarte hasta perder el conocimiento…- susurró aquella asquerosa voz en mi oído y lo siguiente que sentí fue su miembro invadir mi interior con fuerza, rasgándome por dentro…
Pataleé, pegué y mordí con fuerza uno de sus brazos, pero pareció no por es paró…
-Zorra- me golpeó en la boca y sentí el asqueroso sabor de la sangre en mi boca- No eres más que una puta- me envistió con una rabia increíble, haciendo que la sangre chorreara entre mis muslos.
-Suéltame, por favor, suéltame- le rogué con la vista nublada por las inmensas lágrimas, pero a él le dio por reírse.
-No, puta, no voy a soltarte jamás…- puso su sucia mano en mi boca, impidiéndome siquiera respirar y sólo era consciente del dolor tan horrible en mi centro y de mis lágrimas cayendo a borbotones por todo mi rostro…- Oh, joder…- su ronco gemido me dio tantas náuseas que estaba segura de que vomitaría en algún momento- ¿Creías que te ibas a escapar de mí?

Rosalie pov.

Vi cómo le ponían un tranquilizante a Bella en el brazo por su estado de nerviosismo.
-¿Quién os ha hecho esto? ¿Quién, Rose?- preguntó mi padre sin dejar de acariciar la mejilla de Bella.
-Han sido los Cullen- espeté con asco y rabia en mi voz.
En ese momento, llegó el Doctor Carliste Cullen, padre de los mayores hijos de puta del mundo entero.
-TÚ- gritó mi padre antes de abalanzarse a Carliste y darle un puñetazo en la nariz, haciendo que sangrara de inmediato.
-¡TE ODIO, CARLISTE CULLEN, TE ODIO!- grité, provocando que todo el murmullo, que me estaba dando un dolor de cabeza horrible, se callara abruptamente- ¡OS ODIO A TODOS! ¡PODÉIS PUDRIROS EN EL INFIERNO!- grité desgarrándome la garganta ante la mirada de confusión y dolor en su rostro.
Al segundo sentí un pinchazo en mi brazo y desvanecerme por completo.
No sé cuánto tiempo estuve sumida en la inconsciencia, pero me pesaba el cuerpo como si hubiera dormido toda una vida…
Intenté mover mi cuerpo, pero no podía. Hice lo mismo con mis ojos y tuve más suerte…
Parpadeé al menos diez veces antes de que mis ojos pudieran abrirse completamente y vi a pobre madre con los ojos y la nariz hinchada.
-¿Mamá?- mi pregunta la sobresaltó, ya que estaba mirando en su bolso algo y cuando me miró, supe que algo iba mal, algo iba muy, muy mal…
-Mi pequeña…- se levantó del sillón y vino rápidamente para abrazarme- Te quiero tanto, mi bebé- la abracé con un brazo, ya que en el otro tenía el jodido gotero…
-Estoy mejor…- suspiré y se separó de mí- ¿Dónde está Bella?
-Está, está…- un sollozo horrible y atronador salió de lo más profundo de su pecho e incontroladas lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas.
Se me encogió el corazón tanto, tanto, que yo también me vi envuelta entre sollozos y lágrimas.
Abracé de nuevo a mi madre como pude, no entendía muy bien de dónde estaba sacando las fuerzas, pero lo necesitaba. Necesitaba de mi mamá en este momento.
Al cabo de un rato, pudimos tranquilizarnos y mi pobre madre limpió mis lágrimas con besos por toda mi cara.
Sonreí con añoranza.
-Tu hermana está con la ginecóloga del hospital, mi vida- un escalofrío me recorrió por toda la espina dorsal- Tienen que cerciorarse que no le han roto ningún tejido y que no está dañada de por vida- sollocé, sollocé tan fuerte que me atoré con mi propia saliva y tosí.
¿Qué le había hecho ese desgraciado a mi hermanita?
Oh, Bella… perdóname.
-No puedo creer que los Cullen os hayan hecho esto… no lo puedo creer- sollozó y cuando escuché eso, me aparté como pude de su cuerpo y la miré gélidamente. Mi sollozo se escondió temeroso en mi garganta y me recompuse como pude.
-No tienes que dudarlo en ningún momento- le grité- HAN SIDO ELLOS LOS QUE NOS HAN VIOLADO, MAMÁ Y LO PEOR DE TODO, ¿SABES QUÉ ES? EH, ¿SABES QUÉ ES?- le escupí mientras se tapaba la cara con dolor- QUE LO AMABA, MAMÁ, QUE LO SIGO AMANDO A PESAR DE LO QUE ME HA HECHO, ¿TE DAS CUENTA? VOY A ESTAR CONDENADA TODA MI VIDA- las lágrimas se escapaban de mis ojos como si fuera un mar bravo que no cesaba ante su bravura.
En ese momento, llamaron a la puerta y seguidamente entró mi pobre hermana con el rostro tranquilo y sin una mirada fija aparente.
¿Qué coño estaba pasando ahora?
-Bella- la llamé, ignorando por completo los gritos que le había dado a mi madre hacía tan sólo unos segundos. Y cómo lloraba…
-Rose- me sonrió con una sonrisa débil y el celador puso su camilla a mi lado- ¿Cómo estás?- preguntó mientras cogía mi mano y miraba a mi madre llorar, totalmente deshecha- ¿Qué pasa, mamá?
-Hija…- mi madre se acercó a ella y la abrazó, ignorando por completo mi última confesión- ¿Cómo te encuentras?- no sé por qué, pero lo que me había dicho mi madre de que no se podía creer que los jodidos Cullen nos habían hecho esto, no me gustaba nada, más bien, en absoluto.
-Bien… Claudia ha sido muy amable- murmuró mi hermana sin dejar de mirarme- ¿Cómo te encuentras, Rose?- me apretó la mano y le sonreí.
-Mejor- ella asintió- ¿Qué te han dicho de tus pruebas?
-Estoy bien, en lo que cabe- cerró los ojos por un momento- No tengo ningún deterioro permanente en mi interior- asentí sonriendo sinceramente por primera vez desde ayer- pero…- mi sonrisa se esfumó tan rápido como había venido- He tenido que tomarme una de éstas- me señaló una tableta con dos huecos para dos pastillas, una ya estaba vacía y la otra estaba allí.
Eran las pastillas del día después…
-Bella…- cerré los ojos y gemí interiormente de dolor…
¿Cuándo iba a acabar esta maldita pesadilla?
Sólo tenía ganas de despertar y que todo fuera un mal sueño…
No se me había pasado por la cabeza la posibilidad de un embarazo… eso sería, eso sí que sería asqueroso…
Tener a un hijo, cuyo padre era el ser más despreciable de todo el mundo. Viendo sus ojitos, su carita, su cuerpecito y jamás podrías olvidar ni esa noche ni quien te lo hizo…
-No te preocupes- me dijo segura y me sacó de mi lamentable estado- Esto hará que no tenga que lamentar esta noche aun más…- su voz era de puro dolor y sólo pude asentir mientras me acercaba su mano a mis labios y la besaba.
-Lo siento tanto…- susurré sin voz apenas y ella negó.
-No, no tienes nada que sentir- hizo una pausa y pareció haberse acordado de algo- Me ha dicho Claudia que ahora es tu turno, ¿estás preparada?
Alejé todos esos pensamientos, porque a última hora… ¿para qué servirían? ¿Para hundirme más en mi propia mierda?
No…
Ahora, la antigua dulce Rosalie Swan, no era nada en comparación con la vengativa, gélida y sin sentimientos de la nueva Rosalie Swan. Sí, había decidido que ya no tendría sentido tener corazón y que nadie, jamás, traspasaría esa coraza que había construido desde hacía tan sólo unas horas…
 -Sí, estoy preparada- le sonreí de nuevo y en ese momento, mi madre se acercó a mí y me abrazó, cogiéndome completamente por sorpresa.
-Cariño, perdóname, perdóname por haber sido tan estúpida- susurró muy cerca de mi oído y la apreté contra mi cuerpo- Te juro que jamás imaginé que esos miserables fueron capaz de esto…- cerré los ojos mientras caían por mis mejillas unas traicioneras lágrimas y ahí me juré que nunca más lloraría por Emmett Cullen ni por ningún hombre más.
Mi objetivo ahora era olvidarme completamente de él y vengarme. Sí, tenía sed de venganza…
-¿Dónde está papá?- murmuró Bella sacándome de mis macabros pensamientos.
Mamá se separó un poco de mí, me besó en la mejilla y se giró para mirar a Bella.
-Está en la comisaria- susurró con dolor- Está denunciando a esos miserables…
-Bien…- mi voz era dura, muy dura- ¿Cuándo podremos hacerlo nosotras?- mi madre me miró y cerró los ojos antes de suspirar.
-Cuando salgáis del hospital- hizo una pausa y sentí que Bella me apretaba la mano nuevamente- Tendréis que declarar delante de nuestro abogado- asentí sin temor a nada y en ese momento, llamaron a la puerta- Pase.
-¿Señorita Rosalie Swan?- quité mi mirada de la cara de mi madre y miré hacia la enfermera que se encontraba en la puerta.
-¡EXIJO VER A LAS HERMANAS SWAN!- esa voz… ¿Alice? ¿Qué hacía ella aquí?
Mi hermana me miró con horror y yo la miré con tranquilidad.
Alice Cullen tendría que pagar la misma moneda que sus hermanos. La misma. Era una Cullen, por lo tanto, era una miserable y jodida persona.
-¡TENGO QUE VERLAS, JODER!- gritaba, retumbando por todo el pasillo- MI PADRE ES EL DIRECTOR DEL HOSPITAL, ¿QUIERE QUE LA DESPIDA?
Rodé los ojos ante su impertinencia.
Oh, claro… era una Cullen y se creía que tenía derecho a todo.
-Dígame- le murmuré a la enfermera y ésta dejó de mirar al pasillo y me miró a mí.
-La Doctora Claudia la espera en su consultorio, vengo a acompañarla.
-Por supuesto- me intenté levantar, pero fue imposible sin la ayuda de mi madre.
-No hace falta que se levante, ahora vendrá el celador y la llevará en camilla hacia el consultorio- dijo haciendo el ademán de que me quedara quieta.
No.
No iba a quedarme quieta con esa psicópata gritando como si todo el mundo cediese a sus pies…
-No, puedo sola, gracias- me levanté de un tirón y pude ver por el rabillo del ojo, la sorpresa de la enfermera.
-Es imposible que pueda andar con el sedante que le han inyectado antes… mire a su hermana, no ha podido ni moverse- aclaró y ahora sí se llevó una mirada gélida por mi parte.
-Lo sé, mi hermana es más baja que yo y si nos han inyectado el mismo líquido, lógicamente a mí se me pasará el efecto antes- los ojos de la enfermera se abrieron por el asombro.
-Vaya… veo que entiende perfectamente.
-Sí y si me disculpa, quiero ir a ver a la Doctora Claudia cuánto antes.
-¿Estás segura, hija? ¿Quieres que te acompañe?- me apoyé por un momento en mi madre y con la otra mano cogí el hierro donde estaba colgado el gotero y me puse las zapatillas de hospital.
-Sí, completamente- dejé de apoyarme en mi madre para ver mi estabilidad y tenía que decir que estaba demasiado bien para ser verdad…
-Está Alice ahí afuera…- la voz de mi hermana era totalmente temerosa y la miré con atención.
-Shh, no te hará daño, es más… no entrará aquí en esta habitación, te lo aseguro- besé la mano de mi hermana con mucho cariño y la dejé con cuidado a un lado de su cuerpo.
-Que tengas suerte, Rose- me sonrió con pena y yo asentí antes de emprender mi camino hacia la enfermera.
-Hija, tranquila- susurró mamá y yo asentí.
-Vale, mamá, no te preocupes- hice una pausa y miré a la enfermera- Vamos, por favor.
-Claro- me ayudó a llevar el gotero y salimos de la habitación.
Mi pesadilla hecha persona se presentó ante mí con los ojos más dolorosos y llenos de pena, confusión, agonía, lástima, temor y malestar que jamás pude haber visto en una persona.
Sí, era Emmett.
-Rose…- su voz era completamente diferente a como hace unas horas… ahora era dulce y tierna, nada que ver con la voz horrenda, amenazante, fría y calculadora de anoche…
Sentí un escalofrío por mi espina dorsal, que me cortó el cuerpo por completo.
-¡ROSE!- gritó Alice y antes de que pudiera hacer nada, tenía su pequeño cuerpo incrustado en el mío, sintiendo la humedad de sus lágrimas en mi cuello.
Me aparté violentamente y le dediqué una mirada gélida.
-No vuelvas a tocarme jamás- dije con voz amenazante y su labio inferior tembló y luego salió un sollozo de su boca.
-Pe… pero… ¿qu… qué te pasa?- me preguntó con voz distorsionada y le sonreí, le sonreí con la sonrisa más falsa que pude encontrar en ese momento.
-Tenemos que ir al consultorio de la Doctora Claudia, señorita Swan- me recordó la enfermera y se llevó la misma mirada que Alica.
-¿Qué, qué me pasa? ¿Qué, qué me pasa?- le escupí mientras podía ver por el rabillo del ojo cómo Emmett intentaba acercarse a mí- No te acerques a mí- le escupí de la misma forma- Ahora no estoy drogada y mucho menos casi inconsciente por tus golpes para soportar sus asquerosos gemidos en mi oído- ahora lo miré directamente a los ojos por primera vez- No quiero volverte a ver nunca más, eres escoria, no vales nada- mi voz era increíblemente tranquila y en el tono adecuado.
-Rose, ¿qu… qué estás hablando?- pude ver la amenaza de las lágrimas en sus ojos, pero no me inmute si quiera un poquito.
-Hasta nunca, Cullen- le miré de manera envenenada, no parecía más que una víbora, pero me daba exactamente igual.
Me giré y miré a la enfermera.
-Ahora sí podemos irnos- ella asintió sin decir nada y me ayudó con el gotero mientras nos dirigíamos hacia los ascensores.
Escuché la voz de Emmett llamarme, incluso la de Edward y Alice, pero no les hice caso. Seguí mi camino y lo último que pude escuchar fue un “jamás te haría daño” de Emmett, provocándome una cuchillada a mi maltratado corazón.
Cerré los ojos y me tragué el sollozo que estuvo a punto de salir de lo más profundo de mi garganta.
-¿Se encuentra bien?- preguntó la enfermera y yo sólo asentí abriendo los ojos.
Fuimos hasta el piso cuatro y allí giramos hacia el pasillo de la izquierda, encontrándonos de lleno con el área de ginecología.
-La dejaré aquí- sólo asentí y toqué a la puerta un par de veces.
-Adelante- dijo una voz femenina.
Entré en la habitación y pude ver a una hermosa mujer de unos treinta y pocos años sentada en un sillón de piel extra grande.
-Buenas tardes- le saludé fríamente… ya me estaba acostumbrando a ser así con todo el mundo y dudaba mucho que eso fuese bueno.
-Buenas tardes, señorita Swan- su voz era amable- Siéntase- yo negué y ella parpadeó dos veces.
-Preferiría que me revisara lo antes posible, por favor- ella asintió y se levantó.
-Muy bien, pues no más esperas- me sonrió y me hizo un ademán con la mano para que la siguiera.
¿Qué decir de la revisión?
Fue bastante dolorosa… sólo pensaba y pensaba, una y otra vez, las innumerables estocadas de ese animal en mi centro, quitándome lo más importante que le podría ofrecer a mi amado…
Lo peor fue cuando tuvo que meter el puto aparatito hasta el fondo…
-Cariño- reprimí las ganas de decirle que no me dijese cariño, ya que tenía ese aparatito entre mis piernas y no quería enfadarla mucho y que me hiciera más daño…- Voy a extraerte un poco de semen para hacer las pruebas pertinentes, ¿de acuerdo?- abrí mucho lo ojos y asentí asqueada.
Dios… ¿todavía tenía semen entre mis piernas?
Reprimí las ganas de vomitar.
La doctora cogió un palito y lo metió en mi cavidad, sacándolo, después de unos segundos, totalmente manchado de un líquido blanco y brillante…
Cerré los ojos para no ver aquella escena y vomitar de verdad.
Una traicionera y solitaria lágrima se escapó de mi ojo izquierda y la quité enseguida de mi mejilla casi con violencia…
Me juré a mí misma que no lloraría más por él.
-Rose, estás perfectamente bien- dijo la amable doctora mientras se quitaba los guantes- No tienes ningún tejido rasgado y eso es tremendamente bueno- asentí sin saber qué decir- Perdona si te he hecho daño o te has sentido incómoda, pero créeme que era totalmente necesario- volví a asentir y la doctora de levantó del taburete que había puesto justo enfrente de mis piernas abiertas y se dio la vuelta para lavarse las manos- Puedes bajarte de la camilla ya- cerré los ojos por el dolor tan horrible cuando intenté levantarme y solté un quejido- Te mandaré una crema y un gel para que te hagas lavados vaginales todos los días, dos veces, ¿de acuerdo?- no le dije nada- Animal… debería de pudrirse en la cárcel- fue lo que susurró para ella misma, pero con lo cerca que estaba de ella, podía oírla perfectamente.
Animal…
Sí, esa era la palabra perfecta para describir a esa escoria.



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Buenas noches, chic@s!!!
Bueno, bueno... aquí os dejo con un capítulo un poco fuerte... 
Esta historia, como ya os advertí al principio, tiene y va a tener muchos sentimientos y emociones desagradables, además de las palabras y de las escenas...
Está tomando un giro inesperado por tod@s, o al menos, ésa era la intención de Flopi y mía. Yo, personalmente, creo que estamos cumpliendo con los objetivos un 100% por 100%. 
No vayáis a pensar q no me cuesta escribirlo, claro q me cuesta, muchas veces le he tenido que pedir consejo a Flopii. Sin embargo, éste capítulo ha sido increíble... mis dedos no dejaban de escribir y mi mente maquinar a 1000 por hora... ha sido una experiencia realmente gratificante e interesante. Me gustaría sentirme y escribir así más a menudo. A veces, tengo la mente en blanco y no puedo escribir nada. Parece como si estuviera colapsada, pero desde que retomé la escritura, después de mis días de exilio... noto como que me fluyen las palabras solas y que estoy cubriendo todos mis objetivos.
Sólo espero que os haya gustado. A Flopii le ha encantado, lo cual te agradezco, mi hermosísima amiga. Gracias por tus sinceras palabras.
En primer lugar, te lo dedico a ti, Flopii, tú has sido la que me animaste a escribir esta historia contigo, aunque yo te lo comentara primero. Sólo espero q todos los capítulos que escriban, te gusten tanto como éste. ¡Quiero leerte ya! Espero impaciente el próximo, que es tu turno C:  
En segundo lugar, a mi confidente, mi TODO, Yess, vida, gracias por animarme en todo momento y por hacer mi pequeño sueño realidad con tus palabras. Siempre estarás ahí para mí y es un alivio, de verdad, que te adoro!!!
En tercer lugar y no menos importante, Claudia, cariño, eres una persona increíble, capaz de poder con todo y esa fuerza y valentía es lo que más valoro de tu personalidad, además de que eres un encanto :D Gracias por tus bellísimas palabras y por tus inquietudes. Me alegra mucho que te esté ayudando tanto. De nuevo, gracias.
En cuarto lugar, a Mari, nena, gracias por siempre seguirme hasta el fin y dejarme tus preciosas palabras en el chat. Eres muy atenta y eso me anima mucho a seguir.
En quinto lugar, Gem, guapa!!! Mil gracias por seguir ahí, eres mi pequeña mariposita que siempre me hace brillar y florecer. Mil gracias por comentar siempre, pase lo que pase.
En sexto lugar, Analie, preciosa, siempre me acuerdo de ti. ¿Sabes? No pasa ni un día que no me acuerde del precioso regalo que me diste en el montaje e Emmett y yo, fue algo simple como tú bien lo llamaste, pero para mí no lo fue créeme. ME ENCANTA!! Gracias por comentarme y ser tan atenta.
En séptimo lugar, Pauli, nena, espero que sigas leyendo, aunque estés ausente, sabes que ya te ganaste mi atención con tu comentario en Mezcla de Sentimientos ;)
Y en último lugar, mis desaparecidas, Lumy y Ciritha, mis nenas hermosas, espero que estéis perfectamente bien y que sólo sea una larga ausencia. ¡Os hecho de menos!
Os mando muchos besos y abrazos,
Romiina R. 



4 comentarios:

  1. GUAPA!!! PERDÓNAME POR ANDAR TAN DESAPARECIA, TE EH ENVIADO UN CORREO AL MAIL.

    Y en cuanto al capítulo... ¿que decirte?, esta historia me maravilla, me conmueve, me alegra, motiva y hace suspirar... me parece encantadora porque a pesar de todo es muy dulce la narración...

    QUEDÓ DE LUJO, ME QUEDÉ CON GANAS DE LEER MÁS, HABER CUANDO TENGO EL PLACER DE LEER MÁS DE ESTA MI SEGUNDA DROGRA XD (LA PRIMERA INEVITABLEMENTE ES INOLVIDABLE JAJAJAA).

    Besos y abrazos a montón.
    Gracias por siempre tenerme tan presente.
    Yess*.*

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  2. Romi y Flppi: Es una historia muy diferente, pense que todo iba ser un sueño, pero, no ha sido así, no puedo creer que ellos fueran capaz de hacerle eso a Rosi y Bella, las marcaron para toda la vida, no lo van ha poder superar, eso es muy dificil, y que pasara con Alice y Esme?. Aunque tengo la esperanza de que no sean ellos, igual lo que les hicieron a las dos es horrible y ellas creen que son ellos. Uffff que dilema.

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  3. Neni,
    En primer lugar, perdóname por estar desaparecida estos días, pero he estado bastante ocupada :)
    En segundo lugar, muchísimas gracias por la dedicatoria...no sabes cuanto te lo agradezco!!!! :)
    Sabes que siempre me tendrás ahí para lo que necesites!!! :)
    En cuanto a la historia qué comentarte??? la verdad es que me gusto muchísimo...tal y como me dijiste, son momentos muy duros y desagradables, pero debo decir que los estáis llevando bastante bien...en el texto se expresan y se transmiten muchas emociones y sentimientos que hacen que el lector se sienta identificado por las mismas...así que sigue para adelante...te doy todas mis energías y mi fuerza, porque la verdad que es una bella historia y diferente a las demás!!!! :)
    La verdad, es que no me lo esperaba para nada que la historia tomara un rumbo como éste...pero creo que eso es lo que la hace especial :)
    En cuanto a mí, esperaré el siguiente capítulo con mucha ilusión y con ansias por leerlo...pues, quiero saber como continúa la historia :)
    Muchos besos y abrazos,
    CM

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  4. Oh nena muchas muchas gracias por tu hermosa dedicacion. Y claro que me gusto el cap!!! como no?? Eres fascinante, lo volvi a leer y se me volvieron a poner la piel de gallina, muchas emociones todo tan intenso.
    Espero no decepcionarte con lo tengo planeado C: para ti y para todas las maravillosas lectoras que se toman el tiempo de chequear nuestras locuras ^^
    Gracias por todo amiga.

    XOXO

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