Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

martes, 16 de octubre de 2012

INOLVIDABLE


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Capítulo 38: Siempre lo supe.

Bella pov.

Nuestras pequeñas vacaciones en la casa Cullen terminaron, no porque tuviéramos que trabajar o no tuviésemos ganas, si no que teníamos que preparar todo lo del juicio y yo tenía que llamar al señor Andrew para ultimar detalles para el evento de la semana que viene...
Mierda...
Se me había ido por completo avisar a Ángela.
-¿Qué pasa?- miré a Edward mientras conducía de vuelta a casa.
-Tengo que llamar a Ángela y al señor Andrew para ultimar todos los detalles de la fiesta...- suspiré mientras que con la mano que tenía libre, ya que la otra la tenía agarrada de la de Edward, acariciaba mi vientre.
-¿Qué dijimos del trabajo?- su mirada jade penetró la mía en un nanosegundo y volvió su atención a la carretera.
-Si, Edward, lo sé y no pienso ir a trabajar, pero no puedo dejar al señor Andrew ahora, él ha apostado todo por este proyecto, confía en mí- dije mientras miraba su perfecto perfil.
-Si, lo sé y no creas que me agrada la idea de que estés así de nerviosa- hizo una pausa mientras se paraba en un semáforo en rojo y me miraba directamente a los ojos- Te entiendo y harás ese proyecto- sonreí triunfal y me acerqué para besarle en los labios- pero nada de alterarte, ¿de acuerdo?
-Entendido, mi capitán- sonrió torcidamente y reanudó la marcha- Además, será mi despedida total de mis preciados y fantásticos zapatos de tacón...
-Gracias Dios…- miró hacia el techo en un intento de mirar al cielo y yo rodé los ojos.
-¿No decías que te encantaban?- ahora sí que lo miré directamente a su perfecto rostro.
-Sí, pero sabes que para el embarazo es malo, te podrían salir hernias discales, dislocamiento de la espina dorsal y problemas en los huesos…- rodé los ojos una vez más, pero con una sonrisa en mis labios, ya que se preocupaba en demasía por mí y eso era imposible de cambiar en él…- Además de que no quiero que me tengas a tu merced los meses que quedan antes de que des a luz… no puedo controlarme cuando estás subida a esos zapatos tan eróticos…- eso último lo dijo con una voz demasiado ronca y tuve que cerrar mi boca abierta por sus calientes palabras y tragarme el gemido que estaba a punto de salir de mis labios.
-Claro…- fue lo único que pude decir para ignorar la humedad que crecía entre mis piernas…
Joder… ¿esto nunca iba a cambiar entre él y yo? ¿Tenía que ser así de caliente siempre?
Llegamos en menos de lo esperado y esperé pacientemente en el asiento para que mi amado esposo me abriese la puerta, como era costumbre.
-Vaya, vaya… ya no tengo que correr hacia tu puerta para abrirla- me sonrió con esa sonrisa que debería ser ilegal y me atrajo a su cuerpo suavemente- Cada vez estás más hermosa- se acercó a mis labios y mordió mi labio inferior de manera demasiado caliente para que mi pobre y erótica mente pudiera sopórtalo por más tiempo…
Coloqué mis manos en su trasero y lo apreté fuertemente a la vez que acostaba esos pequeños centímetros y me lo comía literalmente con mi lengua vívida…
De sus labios escapó un gemido demasiado caliente y sonreí sobre sus labios por ser la causante de ese maravilloso sonido… Sus manos bajaron por mis caderas y rozaron levemente mis muslos desnudos, haciendo que la piel se me pusiera totalmente de gallina con su toque.
Demasiado pronto tuvimos que separarnos por falta de aire y pegó su frente a la mía.
-Dime una buena excusa para no subirte encima del capó y joderte bien duro…- suspiró con los ojos cerrados y esa voz condenadamente caliente y sexy.
JODER.
-Tu hijo- solté con voz frustrada al saber que él jamás me jodería duro estando en mi estado.
-Joder- dijo Edward en el mismo tono y a pesar de estar frustrada, sonreí al saber que estaba tan ansioso como yo… Se agachó a la altura de mi vientre y lo tocó con ambas manos- Perdóname, bebé, pero te juro que tu madre será mi muerte…- tuve que soltar una carcajada al ver su cara totalmente abatida.
-¿Sabes?- Edward levantó su mirada y me miró directamente a los ojos- No creo que a tu hijo le importe que vayamos a casa y me hagas el amor como tú sólo sabes hacerlo- me mordí mi labio inferior y pude ver cómo sus pupilas se dilataban, provocando que sus ojos parecieran del negro más oscuro y azabache, comprobando en el estado que estaba.
Sonreí.
-Supongo que no- me sonrió sexymente y se levantó muy rápido, no sin antes de besar mi vientre y cogerme en brazos.
-Oh, vamos, Edward- le rogué cuando comenzó a andar hacia el ascensor- Te harás daño, no es como si pesara lo mismo de antes…- rodé de nuevo los ojos.
-Hieres a mi ego- dijo con voz aparentemente derrotada.
-No dudo de tu fuerza, cariño, pero sí de que te vas a cansar antes de que lleguemos a la cama- sonreí como una niña pequeña y  sonreí aún más cuando conseguí lo que estaba buscando. Que me besara como si el mundo se fuera a acabar en este mismo instante…
Escuchamos el sonido que nos indicaba que estábamos en nuestra planta y sentí cómo Edward rebuscaba en sus bolsillos y abría la puerta de casa sin ningún problema.
-Eres mala- me susurró antes de cerrar la puerta con el pie y besarme candentemente.
Ni qué decir que hicimos el amor tres veces… por supuesto que nunca dudaría ni de su fuerza ni de su resistencia…
-Te amo- me susurró en el oído mientras me enjabonaba suavemente en los pechos.
Después de nuestra sesión de sexo, decidimos darnos una ducha y ahora me encontraba recostada en su pecho, escuchando el rítmico golpeteo de su corazón en mi espalda mientras me susurraba lo mucho que me amaba…
¿Se podía ser más perfecto?
Absolutamente, no.
-Y yo a ti, guapo- le sonreí y le besé justo en su dedo anular, donde descansaba el anillo que nos había unido para siempre.
Me recosté aún más en pecho y puse mi cabeza en un lado de su cuello para no incomodarlo. Cerré los ojos y casi me estaba quedando dormida con el agua caliente y los suaves masajes de Edward en mi vientre, cuando me llamó.
-Mi amor- su voz era la de un ángel.
-Dime, mi vida- siguió con sus manos en mi vientre y sentimos una patada- Le gusta que hagas eso- le dije con una emoción increíble en mi voz.
-Pues tendré que hacerlo más a menudo- me besó en el lóbulo de la oreja y sonreí ampliamente, tanto que me estaba preocupando severamente por quedarme sin mandíbula. Sonreí por mi ocurrencia.
Definitivamente no podía ser más perfecto.
-Estaba pensando en ir a casa de Alice mañana, tengo ganas de verla- sonreí más, como si eso fuera posible.
-Yo también, la pequeña tiene que estar histérica…- sentí la carcajada de Edward y en ese momento se me ocurrió una idea…- Se me ha ocurrido algo- giré un poco mi cuello para poder mirarlo a los ojos.
-Dime- me besó en la punta de la nariz.
-He pensado que podemos avisar a Rose y a Emmett para que vayamos a comer a algún lado, ¿qué te parece?
-Me parece una idea estupenda- me sonrió y me besó dulcemente en los labios, como si temiera romperme o algo por el estilo- Podemos ir al nuevo restaurante que han abierto en Central Park- sugirió y yo le sonreí.
-Me parece estupendo- me sonrió y volvió a unir nuestros labios en una suave caricia.
Nos quedamos así por unos minutos, disfrutando del calor del otro y uniendo nuestros labios por largos periodos de tiempo.
-Vamos, preciosa, el agua se enfría- susurró muy cerca del oído y me ayudó a levantarme.
Salimos de la bañera y ahora sí noté el frío que hacía. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza y Edward cogió una esponjosa toalla canela y la envolvió por todo mi cuerpo.
-Estás helada- murmuró antes de coger una toalla y envolverla en su cintura, haciendo que se pareciera a un puto adonis…
Debería ser ilegal que fuese tan guapo, con tan buen cuerpo…
Sonreí.
-¿De qué te ríes?- susurró, de nuevo, en mi oído y sentí otro escalofrío, pero esta vez no era por el frío… más bien por el placer que me daba su cálido aliento en la sensible piel de mi oído…
-Que eres un puto adonis te pongas lo que te pongas- soltó una carcajada mientras frotaba mi espalda contra la toalla con suavidad.
-Hombre… ya pensaba que las hormonas del embarazo te estaban haciendo inmunes a mi belleza…- dijo con la voz más arrogante y tierna que había escuchado jamás…
-Arrogante.
-Pervertida- su voz estaba alcanzando serios límites de ronquez…
-Idiota- le contesté sin ocultar mi sonrisa traviesa y maliciosa.
-Pero aun así me quieres- me abrazó desde atrás y en ese momento sentí todo el calor de su cuerpo.
-No, no te quiero- se tensó a mi alrededor y tuve que soltar una pequeña carcajada- Te amo más que a mi vida- me giré para poder mirarle a la cara y la suya no tenía precio…
-Eres perfecta- bajó su mirada de mis ojos a mis labios y se acercó sólo para sentir ese cálido y adictivo aliento en mi boca- Te amo- susurró antes de darme un beso de película… de esos que hacen que tu corazón vaya a 1.000 por hora y que tu corriente sanguínea se dispare a todos los lados de tu cuerpo en un nanosegundo…
-Hazme el amor- le imploré con todas las hormonas disparadas.
-Bella…- gimió en mi boca y tuve que sonreír al saber lo que le provocaban mis palabras.
No hizo falta mucho más para que me cogiese en brazos y me llevase a la cama como una pieza de cristal que se podía romper con sólo mirarla…
Me dejó suavemente en la cama recostada, sintiendo la cómoda almohada en mi cabeza, lo cual agradecí, pero cuando sentí el ruido de la toalla de Edward caer al suelo, me incorporé rápidamente, apoyándome sobre mis brazos, admirando, otra vez, su perfecto y caliente cuerpo… 
Primero le miré a la cara, esos ojos negros como la noche y esa boca entre abierta por la respiración acelerada, iban a ser mi muerte… Bajé mi mirada hasta sus anchos hombros y me relamí los labios al mirar cómo las gotas de agua bajaban por su tersa piel nívea y se perdían por la tira de vello del sur…
JODER.
Estaba en un serio problema de hormonas, sin duda… Acabábamos de hacer el amor hacía tan sólo una hora y ya parecía que no lo hubiera tenido dentro de mi cuerpo en años… Eso y que su cuerpo era un puto pecado.
Seguí bajando mi mirada y me topé con esos abdominales bien trabajados… estaban mejor marcados que una maldita tableta de chocolate…
Volví a relamerme los labios y me mordí el labio inferior cuando mi pervertida mirada bajó hacia la zona sur, dándome cuenta que había acertado de lleno cuando miré todas las gotas de agua enganchadas en esa tira de vello…
Estaba más qué decir que estaba más que preparado para invadir mi cuerpo…
-¿Ha disfrutado ya de su vista, señora Cullen?- su ronca voz me sacó de mi ensoñación y subí mi mirada hasta la suya.
-Nada más lejos de la realidad, señor Cullen…- le respondí de la misma forma y ése fue el detonante para que se subiera a la cama y comenzara a besar mis pantorrillas mientras sus manos subían hasta mi tan necesitado centro…
Besó cada centímetro de mi piel con adoración y vehemencia mientras que sus dedos acariciaban mis labios inferiores con suavidad. A cada beso que daba, sus dedos bajaban hasta mi cavidad, lo que hacía que me volviera loca…
-Joder… estás demasiado empapada…- susurró roncamente cuando sus dedos pasaron alrededor de mi centro y extendió todos mis flujos por toda mi extensión, haciendo que sintiera el cálido líquido por toda mi zona sur…
Gemí.
-Edward, por favor….- rogué mientras mis manos se convertían en puños agarrando las suaves sábanas de seda a la vez que me arqueaba.
-¿Qué quieres? Dime lo que quieres y lo tendrás- sabía que se estaba conteniendo… y eso era demasiado erótico y tierno a la vez.
-Hazme el amor- susurré con un medio gemido cuando uno de sus dedos se adentró en mi cavidad, haciéndome suspirar y gemir su nombre.
-Por supuesto- dijo socarronamente y subí un poco mi mirada para verle quitar mi toalla suavemente y recorrer con su mirada todo mi cuerpo. Con esa mirada que me hacía querer tirarme sobre él y violarlo hasta cansarme…
Su mirada alcanzó la mía y sonrió ampliamente.
-Cada vez estás más hermosa- susurró quitándome de un jalón la toalla y dejándola al lado a la vez que se recostaba suavemente a mi lado. Lo miré con confusión.
-¿Qué haces?- murmuré.
-Quiero que me hagas el amor tú, quiero que tú seas la que marques el ritmo, quiero verte disfrutar y que esos lindos pechos se muevan en mi cara cada vez que me adentre en ti- esa voz y esas palabras fueron lo que faltó para, que con una agilidad increíble para tener el vientre que tenía, me levantara y me sentara a horcajadas encima de él.
-Hoy te estás ganando el premio a hablar sucio- le susurré mirándole directamente a los ojos, provocando una carcajada por su parte.
-Y esto es sólo el principio- me cogió de los brazos e hizo que me acercara a su boca, pero cuando estuvo a punto de besarme, se desvió y alcanzó mi oído como sólo él sabía hacerlo- Cuando ya no tengas a nuestro hijo en tu vientre, verás lo que es hablar sucio- luego me lamió todo el lóbulo de la oreja y rozó su miembro con mi entrada palpitante… provocando un nuevo gemido por mi parte.
-Estás jugando con una mujer llena de hormonas revolucionadas…- murmuré antes de bajar y meterme toda su longitud de una sola estocada. Ambos gemimos al unísono por la increíble sensación.
-Joder… recuérdame embarazarte de nuevo…- gimió mirándome con ese verde oscuro que sólo me indicaba una cosa: follarle hasta el cansancio. Y así lo hice.
Seguí subiendo y bajando lentamente, pero cuando estaba a punto de llenarme por completo, bajaba con más rapidez, chocando nuestras pelvis sonora y deliciosamente.
-Oh, Bella…- gimió con voz amortiguada al estar su boca en uno de mis pezones sensibles… poniéndolos duros y erectos.
-Edward…- cerré los ojos y apoyé mis manos en su fuerte pecho, sintiendo su corazón errático.
Seguí con ese ritmo hasta que mi orgasmo estaba a punto de golpearme fuertemente, por lo que aceleré los movimientos, haciendo que su miembro saliera completamente de mi cuerpo para después adentrarlo en mí con fuerza, pero con ternura. Justo como lo quería en este momento.
Sus manos no paraban de acariciar mi cuerpo. Desde mis hombros hasta mis muslos, haciendo que me abriera más para él y poder sentirlo en todo su esplendor.
No nos faltó mucho más para explotar. Yo me tensé a su alrededor y sentí su caliente y delicioso líquido derramarse en mi interior violentamente.
-Dios, Bella…- gimió audiblemente en mi oído justo cuando caí sobre su pecho, agotada y totalmente saciada.
Estuvimos así por un tiempo, hasta que sentí una pequeña patada de mi hijo, lo que hizo que ambos saltásemos sobresaltados.
-Creo que ya ha tenido suficiente meneo por hoy…- dijo Edward separándome un poco de él para poder acariciar mi vientre.
-Sí y tiene hambre, mucha hambre…- Edward soltó una carcajada por mi comentario y negó divertido con la cabeza.
-Pues claro- sonrió más- ¿Qué le apetece a mi hijo?- alcé una ceja por su diversión.
-Nos apetecería una rica dorada con salsa a la pimienta verde, ¿puede ser?- lo reté y él asintió sin ninguna duda.
-Por supuesto, vístete mientras hago la cena- me besó en los labios dulcemente antes de ayudarme a bajar de su cuerpo y colocarme a su lado.
-¿Puedes ser más perfecto?- le cogí la cara con las dos manos y le besé con todo el amor que le tenía.
-Supongo que no- sonrió sobre mis labios y le di un golpe en el brazo.
-Arrogante- le grité tirándole un cojín a la cabeza.
-Auch- se quejó porque le di de lleno y yo me reí de su cara- ¿Te ríes de mí? Estás siendo muy mala, señora Cullen- me advirtió con ese deje erótico que me encantaba.
-Y tú un arrogante- le saqué la lengua como una niña mala y me levanté de la cama para ir hacia la cómoda y sacar mi ropa interior y un camisón ligero.
Abrí el cajón y justo cuando iba a coger un precioso tanga negro de encaje, regalo de Alice por cierto, Edward me cogió de la cintura y me acercó a su cuerpo desnudo.
-Me encanta cuando me llamas arrogante- susurró en mi oído para después apartarme el pelo del cuello y comenzar con un camino de besos suaves, como el toque de un plumero, pero no por eso no me estaba volviendo loca…
-Si sigues así, te juro que no saldrás de esta habitación ni para respirar- sentí su sonrisa contra la sensible piel de mi cuello.
-Vale, vale, ya me voy- dijo derrotado antes de darme un beso en la cabeza y salir disparado de la habitación, no sin antes coger un bóxer y ponérselo sensualmente ante mi mirada de reojo.
Tuve que reprimir el gemido que estuvo a punto de salir de mi garganta cuando tu pedazo de miembro erguido se metió de un jalón dentro del bóxer, no queriendo hacerlo…
-Bella, estás teniendo serios problemas de ninfomanía…- me susurré a mí misma mientras me deslizaba el tanga por mis piernas y ponerlo en su sitio.
Me puse el camisón a juego con el tanga, muy sexy y salí descalza hacia la cocina.
Un sexy y caliente Edward estaba de espaldas a mí. Estaba cortando lo que parecían ser patatas y poniéndolas perfectamente en la bandeja del horno. Se agachó para verificar la temperatura el horno y puso dos deliciosas doradas encima de las patatas y las metió en el horno. No sé si no se dio cuenta de mi presencia o simplemente quería provocarme, pero cuando volvió a levantarse, pude notar que sus músculos se tensaban y miraba hacia abajo.
-Eres insaciable…- susurró mirando hacia su zona sur y no pude más que soltar una carcajada.
En ese momento, se giró y sonrió ante la escena que seguro le estaría dando… Estaba apoyada en el marco de la puerta con una mano y con la otra aguantando mi vientre mientras estaba ligeramente inclinada por las fuertes carcajadas…
-¿Otra vez riéndote de tu pobre marido?- reí aún más al escuchar su voz divertida.
-Es que… es que eres muy gracio… so- dije entre risas mirando cómo se acercaba a mí.
-Me alegro que te haga reír tanto- desde mi posición podía ver perfectamente su miembro en todo su estado de excitación, lo que provocó que dejara de reír…- ¿Ahora no te ríes tanto?- dijo burlón y yo subí mi mirada mientras me erguía y le miraba a los ojos.
-La verdad es que sí- y comencé con otra ronda de risas, ignorando por completo su estado…
Era eso o tener otra ronda de sexo y no poder ni meterme el tenedor en la boca. Estaba realmente cansada…
Cuando dejé de reírme y ver su cara abatida, me acerqué a él y le abracé. Una muy mala acción por mi parte ya que sentí su miembro duro en mi cadera…
-Da gracias porque estoy tan cansada que no sé si podré esperar a la cena, porque si no fuese así, ahora mismo estaría encima de ti cabalgándote- le guiñé un ojo y me separé lo justo de él para notar su respiración acelerada en mi mejilla. Sonreí y le besé en los labios lentamente.
Estuvimos no sé cuánto tiempo así, de repente se me había quitado todo el cansancio que tenía y sólo quería seguir bebiendo del néctar de su cuerpo, cuando el sonido del horno nos interrumpió, anunciando que la cena ya estaba lista.
-Da gracias porque la cena está lista, nena- dijo lo mismo que yo hacía unos minutos y me guiñó con la misma arrogancia que yo hace tan sólo un momento.
-Porque… ¿sí no, qué?- le reté.
-Porque mañana no podrías ni salir de la cama con el dolor entre tus piernas- gemí ante sus palabras, lo que provocó una sonrisa torcida por su parte.
Se giró y sacó la cena del horno.
Cenamos entre risas y viendo la televisión, saliendo, por desgracia, el caso “Tanya Denali”…
Joder…ya me estaba olvidando de esa maldita mujer.
-Tranquila, la cogerán- murmuró Edward mirándome directamente a los ojos y cogiéndome la mano con dulzura.
-Lo sé, pero eso no impide que sienta una rabia enorme por esa mujer.
-Lo sé, mi vida, créeme que lo sé, pero no te tiene que afectar, te juro que no te pasará nada más- se levantó y me abrazó como si el mundo se fuera a acabar en este mismo instante.
Nos fundimos en ese tierno abrazo y bostecé de manera más que audible.
-Vamos, estás agotada- me cogió como si pesara dos kilos y me llevó a la habitación.
-¿No vas a venir conmigo?- le dije mirándole a los ojos cuando me dejó en la cama.
-Sí, voy a recoger la cocina y ahora vuelvo- me sonrió y me besó en la frente antes de irse de la habitación.
No sé cuándo volvió porque justo cuando mi cabeza tocó la almohada, caí en los brazos de Morfeo.

Edward pov.

Recogí la cocina mientras escuchaba las noticias de fondo y de nuevo, el caso de Tanya salió a flote.
-“Todavía no se sabe nada del paradero de Tanya Denali, pero lo más seguro es que siga en la ciudad…”- salté de golpe al escuchar esas palabras y le di un poco más de volumen- “Su marido, el señor James Denali no ha confesado nada más, ni siquiera dónde está su mujer y eso es algo que le preocupa a la policía porque han catalogado a Tanya Denali como una persona que ha perdido la razón por completo”- abrí mucho los ojos al escuchar eso y apagué la tele casi con violencia…
Joder… ya sabía yo que era una puta psicópata…
Que hija de puta.
Pensando en los trágicos días en los que estuve con ella y en todos los acontecimientos para el juicio, apagué la luz de la cocina y me dirigí hacia la habitación.
Bella estaba acurrucada con sus brazos alrededor de su vientre. Tenía el pelo esparcido por la almohada y sus labios rojos e hinchados, por los besos tan candentes de hacía unos momentos, entreabiertos.
Sonreí ante la imagen tan preciosa y dulce.
Me acerqué a ella y le aparté algunos mechones que tenía en la cara. Le besé en los labios, haciendo que se removiera un poco y puse mis dos manos en su vientre.
-Que descanses, bebé, te amo- besé su pequeño ombligo y le puse mejor la sábana para que la tapara por completo.
Rodeé la cama y me acosté a su lado, atrayéndola a mi pecho y sintiendo todo el calor que desprendía.
Me quedé dormido en segundos…
Noté unos besos suaves y húmedos por mi pecho desnudo. No sabía exactamente si estaba despierto o por el contrario, lo estaba soñando…
Abrí un ojo para cerciorarme qué de las cosas eran y tuve que sonreír porque era la primera… Bella estaba apoyada en mi pecho, dándome besos, con su larga melena haciendo de pantalla entre mi piel y su cara.
Le aparté el pelo de la cara y subió su mirada para encontrarse con la mía. Sonrió como sólo ella sabía hacerlo y gateó hasta mis labios para atacarlos sin ninguna piedad. No forcejeé en absoluto, estaba más que encantado.
-Buenos días, guapo- susurró sobre mis labios cuando tuvimos que separanos para poder respirar.
-Buenos días, hermosa- me sonrió más ampliamente- ¿Cómo has dormido?
-Genial… caí muerta anoche, estaba realmente cansada…- murmuró acariciando mi mejilla derecha.
-Sí- le besé en la punta de la nariz- Te ves adorable mientras duermes- ella alzó una ceja.
-¿Sólo cuándo duermo?- reí ante su tonta pregunta.
-No, cuando estás despierta también, pero con un matiz de perversión- ahora fue su turno de reír y yo no podía amanecer mejor en mi vida…- ¿Cómo has dormido, pequeñín?- le susurré a mi hijo mientras posaba mis dos manos en el vientre de Bella.
-Perfectamente bien, por supuesto gracias a ti y a tus cuidados- me sonrió tiernamente y la abracé con cuidado de no aplastar su vientre y le acaricié el pelo.
-Te amo como no imaginas, mi amor, sin ti mi vida no tendría ningún sentido.
-Yo siempre supe que tú estabas hecho para mí, lo supe cuando te vi con 
apenas siete años…- sonreí al recordar cuando nos conocimos.

Flash Back.

Mi hermana Alice estaba eufórica porque hoy nos visitaría un amigo de nuestros papás y claro, no por los adultos, si no, porque tenía una hija con un poco de menos edad que nosotros…
-Edward, Edward- me llamó mi hermana mientras llevaba en sus manos una caja más grande que ella envuelta con papel de regalo de princesas.
Rodé los ojos.
-¿Qué quieres, Al?- suspiró cansinamente.
-¿Dónde crees que habrá que ponerlo?- señaló con su pequeña barbilla el enorme paquete.
-Pues… ¿en sus manos?- dije como si fuera obvio.
-No seas bobo, Edward Cullen- dejó el regalo encima de la mesa de la entrada y se acercó a mí con las manos en jarras- Se supone que antes habrá que conocerla y después se lo daremos- aclaró.
-¿Ya estás enfadando a Ali, Eddie?- Emmett revolvió mi indomable cabello y lo despeinó aún más de lo que estaba.
-No me llames así- le dije mirándolo con odio.
-Está bien- intervino Alice- Ya está bien de pelear, ahora tenemos que averiguar dónde lo pondremos…- se supo una mano en la barbilla y se fue girando poco a poco mientras miraba a todo el enorme salón- ¡YA LO TENGO!- gritó y miramos en su dirección.
-¿Dónde?- dijo Emmett sin saber a dónde miraba, pero yo sí que lo sabía.
-¿Crees que es una buena idea dejarlo en la silla donde se supone que se sentará?- murmuré.
-¡CLARO!
-Vosotros dos tenéis un sexto sentido o algo así que jamás comprenderé- hizo una pausa mientras se giraba y nos daba la espalda- No sé si es telepatía o no, pero es imposible que siempre estéis pensando en las mismas cosas…- bufó hastiado siempre de lo mismo y mi hermana y yo nos miramos a la vez y soltamos una carcajada.
-¡¡Emmie!!- llamó Alice y lo abrazó desde atrás, no pudiendo cerrar sus brazos por su ancho cuerpo- Tú serás el que lo ponga en la silla, ¿vale?
Emmett pareció pensárselo y giró hacia Alice, cogiéndola y alzándola por los aires.
-¡Bien!
-Niños, ¿qué hacéis?- intervino mamá mirándonos a los tres- Emmett, cariño, baja a tu hermana, no queremos que se caiga, ¿verdad?- mamá nos sonrió y en ese momento llegó papá y la abrazó desde atrás.
-¿Todo bien, mi amor?- papá besó a mamá en la mejilla y ésta se ruborizó un poco y sonrió ampliamente.
-Por supuesto, ya tendrían que estar aquí…- y en ese momento sonó el timbre.
-¡Yo abro!- chilló Alice y corrió hacia la puerta principal mientras todos nosotros íbamos detrás de ella.
-Buenas noches, tú debes de ser Alice, ¿verdad?- dijo un hombre alto con un bigote muy grande y negro.
-Sí, señor- mi hermana se alzó un poco y el hombre se agachó para darle un beso en ambas mejillas- ¿Dónde está Bella?- miró a su alrededor y el hombre de hizo a un lado.
-Aquí- se hizo a un lado y la niña más hermosa que había visto jamás se presentó delante de mí.
Su pelo le caía en suaves ondas por sus hombros, recogido con una sencilla flor a un lado, haciendo juego con su vestido rosa. Su cara en forma de corazón era preciosa y su piel era tan blanca como la nieve.
-¡BELLA!- gritó mi hermana y la abrazó sin que Bella pudiera hacer nada.
La pobre chica abrió mucho los ojos por la efusividad de mi hermana y en ese momento, nuestras miradas se conectaron y ahí supe que nunca querría dejar de mirarla…

Final Flash Back.

-Te veías realmente hermosa con ese vestido rosa- Bella se tapó la boca ahogando un grito y yo la miré alarmado.
-¿Todavía te acuerdas de ese vestido?- gritó y yo asentí sonriente.
-Por supuesto, ¿cómo podría olvidarlo?
-Eres increíble- me abrazó y me besó en el cuello.
Estuvimos unos minutos más en la cama mientras nos decíamos lo mucho que nos amábamos…




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¡¡¡Buenas, Buenas a tod@s!!!!
Madre mía... que de tiempo hacía que no os escribía...
Por suerte espero que eso quede en una mala pesadilla, ya que tengo mi portátil conmigo y no hay ningún motivo para que siga dejando de subir.
Bien... os quería comentar, antes que nada, que espero que me hayáis perdonado por mi larga ausencia, sé que este casi mes ha sido muy largo, pero creédme cuando os digo que la espera merece la pena. Ahora estoy escribiendo Mezcla de Sentimientos, para que mañana lo tengáis aquí por fin!
También os quería decir que Lourdes, la chica fiel a los comentarios y que se ha ganado mi total confianza, será la próxima y nueva administradora del blog. Comenzará a subir su historia los viernes. Será un fic solamente de ella y os admito que es REALMENTE ALUCINANTE!!! Tiene madera de escritora y me alegro muchísimo de haberla convencido para aprovecharse de ese don.
Os comento también (que de comentos... el tiempo que llevo sin deciros nada...) que pondré un calendario de publicación. Mi objetivo es subir, como ya tenía planeado, dos capítulos por historia cada semana, pero también tenéis que comprender que estoy escribiendo una historia con Yess y otra con Flopii. Además de mis próximos proyectos... Tengo que seguir con el One-shot que se me quedó ahí para el Concurso y otro fic de época...
Por lo que estaré bastante liada... pero mi propósito es terminar en un mes Inolvidable y Mezcla de Sentimientos, a ver si lo consigo.
Bueno, ahora al capítulo...
¿Qué os ha parecido? ¿No ha sido realmente adorable el vestidito rosa de Bella? Edward siempre ha sido así, tan Edward...
¿Qué creéis que pasará con la odiosa de Tanya? ¿Y con el juicio? ¿Saldrá James impune de todo?
Vale... os quedan pocos días por saberlo, mientras tanto, ¡No os comáis las uñas!
Muchos besos y abrazos a tod@s. 
Este capítulo sí que se lo dedico a tod@s mis lector@s sin excepción,
Romiina^.^



3 comentarios:

  1. Hola Romi: como siempre me encanto, tú sabes que este es mi fics favorito lo amo. Me encanto lo del vestidito rosa y que Edward siempre muy formalito, siempre tan él, espero que James se pudra en una carcel, no quiero que salga libre no lo merece y que halle a esa Tanya antes que le vayan hacer daño a Bella.
    Besos

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  2. wAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!! No sabes el gusto que me está dando leer el capi, casi se me salen las lágrimas que tengo atoradas de gusto en los ojos de pura felicidad :D

    Es un capítulo exhuberante, maravilloso, coqueto, abrumador, pasional e intrigante, en fin, mil sentimientos han pasado por mi mente, lo del vestido fue un gran detalle, James... bueno... ¡me dan unas ganas de agarrarle por su fino pescueso y retorcerlo!, pero en fin... que me conformo con toda su vida en la cárcel ;)

    Edward siempre tan bonito, OwO como lo adoro,
    siempre tan... tan... él, formal, dulce, cabal, amoroso, responsable.... (suspiro), es el hombre maravilla, aun así yo siempre preferiré a Jassper xD jajajaja.

    ¡Muchas gracias por todo pequeña!
    ¡POr ser, por existir y por siempre estar!
    Besos y abrazos enormes.

    Espero con ansias el próximo capítulo,
    ¡haber si no me dejo las uñas hasta la cutícula!
    Todo mi cariño.

    Yess*.*

    PD/ ¡Bienvenida Lourdes!, espero leer pronto esa prometedora
    historia tuya, ojalá triunfes y recuerda siempre luchar por
    hacer algo con tus talentos, vida solo hay una y hay que hacer todo lo más que podamos :D

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  3. Neni,
    Me ha encantado el capítulo!!!! Que tierno, increíble, maravilloso y perfecto puede llegar a ser Edward!!! ainsssss, que amor!!!!
    La verdad es que es un encanto por acordarse de esos detalles...de cuando tenía 7 años, nada menos...
    En cuanto a James, espero que se quede una buena pero que muy buena temporada en la cárcel...aunque si no sale más, mejor que mejor...
    lo cierto es que me da un poco de miedillo, el que no se sepa donde está Tania...esa tía no me gustaba nada desde un principio...pero creo que le he ido cogiendo respeto por lo que es capaz de llegar a hacer...espero que aparezca pronto y que no vuelva a hacer de las suyas..en especial a Bella :)
    Espero no dejarme las uñas yo tp, jejejejeje
    Sabes que me tienes para todo lo que quieras. Muchos besitos guapa y nuevamente gracias por todo :)
    Lourdes

    PD: Yess, muchas gracias por la bienvenida!!! :) Te lo agradezco muchísimo...tienes toda la razón...vida solo hay una y hay que aprovecharla al máximo!!! Besoss para ti tb

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