Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

lunes, 22 de octubre de 2012

INOLVIDABLE


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Capítulo 39: Hormonas…

Bella pov.

Me desperté con un precioso sueño.
Mi hijo ya había nacido y era igualito a Edward… igual de hermoso.
Sonreí sin poder evitarlo mientras que bajaba mi mano libre, ya que la otra la tenía posada en el pecho de Edward, hacia mi vientre y lo acariciaba.
-Pequeñín, ¿qué tal has dormido?- susurré muy bajito para no despertar a Edward y sentí una pequeña patada en respuesta.
Sonreí de nuevo.
Abrí los ojos de una vez y me encontré con el rostro de Edward a escasos centímetros del mío. Respirando pausadamente mientras que sus labios estaban entreabiertos.
Simplemente, hermoso.
Sonreí una vez más y me acerqué lo justo para acariciar sus labios con los míos. Se removió un poco y su agarre se afianzó aun más en mi cintura, dejándome encarcelada en sus brazos.
Subí mi mano hacia su cara y toqué sus perfectas mejillas calientes. Se removió de nuevo e hizo una mueca muy graciosa de fastidio.
Solté una pequeña carcajada y decidí dejarle dormir. Me daba mucha pena tener que despertarle cuando verdaderamente no tenía que hacer nada que no pudiera hacer yo.
Con mucho cuidado de no despertarlo, quité sus brazos de mi cuerpo, con gran dificultad, y los dejé caer con cuidado.
-Descansa, mi vida- susurré antes de besarle en la frente mientras le tapaba su hermoso cuerpo.
Salí de la cama y me dirigí directamente hacia la ducha. Me desnudé lentamente mientras acariciaba mi vientre, provocando otra patada por parte de mi hijo.
Sonreí de nuevo y miré mi reflejo en el espejo.
La verdad era que no había engordado exageradamente, claro que sólo estaba de tres meses y medio… pero no por eso no se notaban los cambios en mi cuerpo…
Mis pechos estaban más grandes, eso sí que era evidente. Habría aumentado al menos dos tallas y eso era realmente alarmante, ya que tenía que comprarme ropa nueva cuanto antes… la verdad que eso no me disgustaba demasiado si era en compañía de Edward. Bajé mi mirada y me fijé detenidamente en mi vientre. Parecía estar ligeramente más abultado, más picudo en realidad.
Me puse de perfil y seguí mirándolo.
Sí, definitivamente estaba más picudo.
Giré para ponerme en la posición anterior y seguí bajando mi mirada, topándome con mis caderas. Tenía que decir que estaban más anchas, no exageradamente, pero sí se notaba que estaba un poco más ancha. De momento, nada preocupante.
Sonreí por mis pensamientos.
Por último, me fijé en mis muslos. Éstos estaban definitivamente más anchos también, al igual que todo mi cuerpo en general.
¿Cuántas tallas habría ganado?
La verdad era que no había lo sabía, ya que         no me había comprado ropa en estos últimos cuatro meses…
Menos mal que Alice estaba ocupada con su embarazo y el trabajo, porque si no, dudaría mucho que no hubiera pisado un centro comercial en tanto tiempo…
Definitivamente tenía que comprarme ropa.
En ese momento, me acordé el por qué no sabía las tallas que había aumentado… Sólo me había puesto vestidos en este último mes y medio, y algún vaquero ocasional que normalmente me quedaba un poco ancho.
Claro… ¿cómo no me había dado cuenta antes?
Joder… tenía que comprar ropa y era urgente… o mejor dicho, probarme toda la ropa que tenía en el armario y averiguar si mi antigua figura se había ido al garete…
Entré a la ducha con esos pensamientos y me enjaboné rápidamente el cuerpo y me lo enjuagué de la misma forma. Me envolví en un albornoz, me cogí un moño informal y salí hacia la habitación, encontrándome con un Edward dormido aún.
Sonreí por su postura.
Estaba dormido en mi lado, agarrando la almohada con los dos brazos y aspirando de manera exagerada mientras estaba boca abajo, dejándome ver su ancha y fuerte espalda.
En ese momento, escuché algo romperse contra el suelo y segundos más tarde, sentí los pasos apresurados de Yuna y entró en la habitación como si su vida dependiera de ello.
¿Qué había hecho esta vez?
Una trastada de las suyas, seguro…
-Ey cariño, ¿qué haces?- Yuna me vio y retrocedió los pasos que había dado hacia la cama y vino hasta mí con su rabito moviéndose rápidamente- ¿Cómo has amanecido, mi amor?- me lamió toda la mejilla y sólo pude sonreír.
Me puse mis zapatillas y salí con Yuna en brazos de la habitación.
-Tendrás hambre por supuesto, pero antes veremos qué travesura has hecho- no dejó de lamerme en ningún momento.
Entré en el salón y me encontré el mayor desastre hecho historia…
Los sofás estaban hechos una verdadera mierda…
Toda la tela estaba roída y rota, dejando ver plumas y trozos de tela por todos lados. La mesita de café no había corrido mejor suerte y mi Iphone estaba tirado en el suelo, con la pantalla de cristal hecha añicos…
Eso había sido el puto ruido de antes…
-Yuna…- murmuré verdaderamente enfadada.
Joder… jamás se había comportado de esa forma y había que pararle los pies.
La miré con cara de total enfado y ella bajó su cabecita y me lamió la mano.
-¿Por qué coño has hecho esto?- mi voz era normal de momento, pero dudaba mucho que no me pusiera a gritar como una loca.
Me volvió a lamer la mano, pero esta vez la dejé en el suelo.
-¡A TU CAMA, YA!- le grité por primera vez y ella escondió su rabito entre las piernas y se metió debajo de su manta en su cama- Joder…- murmuré y cerré los ojos mientras masajeaba mi frente con la mano.
Decidí no lamentarme más… a última hora eran cosas materiales, pero tenía que tener un tope, porque si no, sería un desastre.
Me dirigí hacia la cocina y decidí llamar a Alice para avisarle de que comeríamos todos juntos, pero claro… sería desde el teléfono fijo, ya que mi preciado Iphone se había ido a la mierda…
-¡JODER!- grité cogiendo con fuerza el teléfono y marcando el tan conocido número.
-¿Bells?
-Hola, Alice…- susurré con voz cansada, dejándome caer en la silla con pesadez.
-Vale… no he sido yo la que te he despertado, ¿qué pasa?- me conocía tan bien…
-Pasa que me he levantado con el mejor humor de la historia, pero se ha ido a la mierda porque una señorita de color canela y con cuatro patas, ha destrozado mi sofá y mi Iphone…
-Joder… si es que la pobre Yuna necesita gastar sus energías y salir más…- lo pensé por un momento y supe que tenía razón.
Con todo lo que había pasado, las pequeñas vacaciones con Esme y Carliste y pensar en la fiesta para el nuevo proyecto del señor Andrew, me había olvidado completamente de ella…
-Mierda, Alice… tienes razón- susurré mientras me levantaba e iba hacia la cama de Yuna.
-Que Jasper le haya dado de comer y la haya sacado en estos días no ha sido suficiente para ella- hizo una pausa para dejarme pensar.
-Lo sé… y lo peor de todo es que tienes razón, me la debería haber llevado con nosotros a la casa Cullen…- pude ver a Yuna acostada en su cama temblando.
Mierda.
-Es muy buena, Bella, sabes que es muy obediente, pero sabe lo que pasa a su alrededor y se está dando cuenta que ya no es la princesita de la casa- asentí aunque no pudiera verme y me agaché para cogerla.
-Ven, cariño- la cogí y ella tembló una vez más mientras se escondía de mí- Ven, mi amor, no te voy a hacer daño- la cogí y al acerqué a mi pecho, escuchando sus lloriqueos.
-Pobrecita… está soportando tus ataques de ira por las putas hormonas…- le acaricié la cabecita y ella me lamió la mano- Créeme cuando te digo que las hormonas son las cabronas más grandes que existen sobre la tierra- asentí de nuevo y me dirigí de nuevo para la cocina y sentarme en la misma silla que antes.
-Mierda, Alice… me estoy convirtiendo en una insensible- se me escapó una lágrima mientras acariciaba el lomo de Yuna y ésta se quedaba dormida en mis brazos.
-No, cariño, te estás volviendo más sensible a todo… créeme.
-Puede ser…- seguí acariciándola y se quedó completamente dormida- Nunca le había gritado así, Al, me deberías haber visto, parecía una loca de atar…- susurré mientras miraba a Yuna con pena.
-No será el primer ataque de hormonas que te de, cariño, enserio- no sabía qué decir- ¿Y mi hermano? Porque debería haber sido casi gracioso que te hubiera visto en ese estado…
-Sí… muy gracioso… me hubiera dejado, Alice…- cerré los ojos y sentí una nueva patada por parte de mi hijo- Y no, no me ha visto. Dudo mucho que se despierte si no lo han hecho mis gritos…
-Joder… y encima durmiendo el príncipe azul… si es que se han unido todos los factores para que tu faceta de rabia explote- dijo convincente.
-Alice, no tengo ninguna faceta de rabia…
-Sí, claro, ya me lo dirás en unos dos meses…- declaró segura y sólo pude rodar los ojos- Bien… y a todo esto, ¿para qué me llamabas? ¿Para contarme tu asqueroso mal humor?- tuve que sonreír ante sus palabras.
Sí, había conseguido su objetivo.
-Pues la verdad es que Edward y yo queríamos invitaros a comer a ti, a Jasper, a Rose y a Emm- sentí su risa- ¿Podréis?
-¡Por supuesto!- su hiperactividad me estaba afectando hasta mí- Ya es hora de ir a comer y de visitar el centro comercial- por primera vez no tuve miedo de ir de compras con Alice Cullen.
-Sí, Alice, por favor, necesito comprar ropa urgente- imploré de forma muy patética…
-¿En serio me estás pidiendo ir a comprar ropa?- dijo incrédula- Chica, tus hormonas y yo nos llevaremos de puta madre- solté una carcajada y en ese momento sentí las manos de Edward rodear mi cuerpo y posar la cabeza en mi hombro.
-Buenos días, Terminator- susurró y mi risa se fue a la mierda en un nanosegundo.
-¿Acaba mi hermano de llamarte Terminator?- soltó la carcajada de su vida.
-Me alegro que te haga gracia, Alice… ¡PORQUE NO LA TIENE!- grité provocando que Yuna se removiera incómoda en mi regazo.
-Oh, sí, sí que la tiene- siguió con su risa…
-Vamos, mi vida, no te enfades, pero es que tus gritos me han despertado y te juro que había parecido que había saltado La Tercera Guerra Mundial…- dijo con voz burlona y yo le golpeé en el brazo.
-Idiota- murmuré mientras escuchaba las risas de los dos mellizos…
Rodé los ojos.
-Me encanta cuando estás enfadada, estás aún más hermosa- susurró en mi oído y mis hormonas enfadadas ya estaban flaqueando…
-Sí, tontina, iremos a comer, ahora me encargaré de llamar a Rose porque por lo que veo habrá sexo y del duro- soltó otra carcajada y yo bufé.
-Bien, adiós, Alisantor- ahora fue mi turno de reír al decirle el mote que le decíamos cuando apenas tenía diez años y era imparable…
-Sí, Terminator, después te llamaré, bueno… al móvil de mi hermano- soltó y me colgó.
-Será, será…- ya no tenía calificativos para nombrarla, porque aun así de cabrona, la amaba.
-Vamos, mi vida, no te enfades- Edward dio la vuelta y se agachó a mi altura- He visto lo del salón y créeme que te entiendo, pero como ya sabes, son cosas materiales y que suelen pasar…- lo miré con los ojos muy abiertos.
-Sé lo que pasa, ¿piensas que no?- su mirada era divertida- Lo que pasa que me he levantado con un humor fantástico en tus brazos y después he mirado a mi cuerpo y he descubierto que estoy más gorda, Edward, y después Yuna ha hecho todo eso, le he gritado y…- me acalló abruptamente con uno de esos besos que me volvían completamente loca y mi verborrea tendría que esperar para otro momento…
Su lengua pasó por mi labio inferior y me incitó a que abriera mi boca y le dejara adentrarse como yo lo estaba deseando. Mi mano izquierda jugó con los pelos de su nuca y la otra, se posó en su cuello, acariciándolo e incitándolo a que siguiera con esa danza perfecta que tanto me gustaba.
-Bella…- gimió en mi boca y no pude evitar sonreír- No me tientes más, por favor- susurró frente a mis labios mojados por su saliva- Tenemos que vestirnos e ir a por sofás nuevos y a por un Iphone- me recordó y yo asentí mientras me mordía el labio inferior.
-Sí, pero antes tengo que probarme la ropa que tengo en mi armario, seguramente no me valga ningún Versace, ningún Gucci, ningún Dolce & Gabbana…- gemí.
¿Dónde coño se había ido mi autoestima de esta mañana?
Ah, sí, cuando mis hormonas decidieron explotar…
-Bella- me cogió la mano y la puso sobre su miembro, provocando que soltara un gemido- ¿Ves lo que provocas en mí?- su voz era ligeramente ronca- No estás gorda, estás preciosa y esos nuevos pechos, juro que me volverán loco- cerré los ojos por sus palabras y mordí aun más mi labio inferior, tanto que temía que probablemente me lo reventaría.
-Ahora lo veremos…- me levanté y me fui hacia la habitación con Yuna encima, mientras Edward seguía mis pasos.
Dejé a Yuna en la cama y le besé suavemente en su cabeza.
-¿Has descargado toda tu ira sobre ella, no?- dijo burlón y le di una mirada envenenada- Vale, vale- dijo con las manos en alto y tuve que rodar los ojos.
La tapé con una mantita suave que utilizaba cuando veía pelis en los ya, sofás destrozados, y me dirigí hacia mi armario, abriéndolo y sacando todo.
Comencé con probarme los pantalones y tuve que morderme la lengua cuando averigüé que casi todos me estaban bien…
-Te quedan todos mejor que antes- declaró mi hermoso marido con Yuna encima de su regazo.
-No exageres, mis muslos están más anchos y como siga así, mi culo parecerá un puto parachoques- dije medio en broma medio enserio y Edward dejó a Yuna a su lado y se levantó para acerarse a mí.
-No vuelvas a decir más eso, estás preciosa y lo seguirás estando aun así engordes veinte kilos- me cogió de la mano y me llevó al baño.
Me deshizo el nudo de la bata y me dejó completamente desnuda.
-Tu cuerpo es perfecto, mi vida, tienes una piel increíble y tus curvas son tentadoras- sus manos comenzaron a acariciar mis hombros y fueron bajando por mis brazos mientras miraba todo mi cuerpo- Tus caderas están más anchas, sí, pero no por eso, no me provocan- restregó su miembro en mi trasero y cerré los ojos- Eres preciosa, Bella, mírate- hice lo que me dijo y sus palabras y probarme mis pantalones y que casi todos me estuvieran bien, fue un indicio fuerte para que mi autoestima subiera al menos, cinco puntos.
-Gracias, Edward, de verdad, te amo- le sonreí y me giré para besarlo.
-Que estés desnuda y besándome de esa manera, es ilegal, vístete mientras arreglo el desastre del salón- se separó de mí y pude ver el grado de su excitación.
No quise ser más malvada y lo dejé ir.
Sólo pude sonreír al saber lo que le provocaba.
Me puse un pitillo blanco y cuando me iba a poner el sujetador, supe que hoy, sí o sí, tendría que comprarme al menos uno, o dos, o diez… tampoco quería exagerar, porque sabía que seguirían creciendo… Me lo puse como pude, dejando sobresaltar mis pechos y me puse una camisa marinera con rayas blancas y azules con escote de barco, que me estaba ahora ajustada, dejando ver mi pequeño vientre. Menos mal que me la compré holgada… y la combiné con el colgante de la insignia Cullen.
Me puse mejor mi moño informal y me maquillé suavemente. Después me calcé unas bailarinas azules y cogí el bolso a juego. Y antes de salir de la habitación, cogí una chaqueta fina del mismo color y salí al encuentro con el hombre más sexy del mundo, sin camiseta, cogiendo las bolsas de basura llenas con todo lo que quedaba de los sofás…
-Yuna, tendremos que lidiar con las hormonas de mamá por algún tiempo, pero valdrá la pena- la susurró a Yuna mientras dejaba las bolsas al lado de la puerta principal- Aun así es la mujer más maravillosa del mundo, la amo más que a mi vida, ¿sabes?- una solitaria lágrima se escapó de mi ojo y sonreí tiernamente.
Era el hombre más maravilloso de todos.
-Yo sí que te amo más que  a mi vida- giró su cabeza y sonrió torcidamente. Me derretí por completo.
Se acercó a mí y miró mi atuendo y sonrió.
-Eres hermosa- susurró antes de coger mi cintura y acercarme a su cuerpo con suavidad- Preciosa- dijo mientras miraba mis labios y acortaba la distancia para besarlos.
En ese momento, sonó el móvil de Edward.
-Alice, seguro- murmuré y él sonrió.
Cogió el móvil del mueble que estaba detrás de mí y descolgó sin separarse ni un centímetro de mí.
-Hola, Alice- sonrió como un niño pequeño- Sí, ya está más tranquila, al fin y al cabo creo que sólo necesitará sujetadores nuevos- me ruboricé cuando su mirada se clavó en mis pechos- ¿Estás loca? Los pantalones le están mejor que antes- sonreí al saber su opinión por segunda vez- Sí, lo sé, ir contigo al centro comercial y no comprar ropa es como ir al caribe y no ir a la playa, algo imposible- solté una carcajada- Vale, a las tres en Central Park- hizo una pausa- Sí, dónde siempre- hizo otra pausa- Iremos a ver a mamá para que nos aconseje sobre la decoración- ahora sí que lo miré con lo ojo abiertos por la confusión.
¿Decoración? ¿Qué decoración?
Íbamos a comprar dos sofás, no a decorar una casa…
No…
Miré a Edward y éste me dio una sonrisa traviesa.
Algo no andaba bien aquí…
-Vale, cariño, después nos vemos, te quiero, Al, dale besitos a Megan- y colgó antes de dejar el móvil en su bolsillo.
-Vale… dime qué coño estás tramando- me puse las manos en jarras y negó con la cabeza.
-Nada, ¿por qué?- su voz era demasiado inocente y… eso no me gustaba nada.
-Vamos, Edward, te conozco casi mejor que Esme, ¿qué estás tramando?- su cara cambió a una de pillada total.
-Vale, te lo diré, pero que sepas que me has estropeado la sorpresa…- murmuró con voz apenada y me dio un beso en la frente y se alejó hacia el despacho y volvió con una carpeta repleta de hojas.
-¿Qué es eso?
-Esto- señaló la carpeta- Era una sorpresa para dentro de dos meses, pero ya que eres muy lista, tendré que decírtelo- sonrió.
-Me parece perfecto- murmuré con otra sonrisa.
-Ven, vamos a sentarnos- asentí y me cogió la mano y nos dirigimos hacia las sillas del comedor- He comprado una casa- soltó sin más y abrí mucho los ojos.
-¿¡Qué!?
-Que he comprado una casa- aclaró pausadamente y abrí aun más los ojos, como si eso fuera posible.
-¿Cómo?- volví a preguntar y Edward se dedicó a sacar las fotos de la casa, bueno… de la construcción de ella.
-He comprado una casa con un inmenso jardín, piscina y sólo tiene una planta- recordó mi odio a las escaleras.
-Pero…- no sabía que decir…
Seguí mirando las fotos y me maravillé con la edificación…
Era perfecta. Tal y como la que había diseñado yo cuando soñaba con tener una casa así, pero me acostumbré a este maravilloso piso y ya me olvidé de ella…
Un momento, ¿cómo sabía que tenía yo un diseño hecho?
-Edward, es mi diseño- me maravillé mirando todas las fotos.
-Lo es- asintió mientras sonreía.
-¿Cóm… cómo te enteraste de que tenía un diseño de la casa de mis sueños?- lo miré y pude ver su ilusión en sus ojos.
-Ali… ella fue la que me lo dijo- aclaró.
-Traidora…- sentí su risilla y le pregunté de nuevo… me hubiera gustado estar al pendiente de todo desde el principio y poder avisar a los mejores constructores de toda la ciudad.
-Edward, ¿por qué no me has dicho nada?- levanté mi mirada por primera vez desde que me dejó ver las fotos y pude ver un brillo especial en sus ojos- Podría haber ayudado a contratar a los mejores constructores de la ciudad…
-Porque era una sorpresa, ya te lo dije y sí están contratados los mejores constructores de toda la ciudad.
-¿Cómo…?
-Eleazar- me aclaró y se giró en su silla antes de girar mi silla también. Me cogió la cara con ambas manos y me sonrió- Siempre quisiste una casa con un jardín enorme y una piscina y ahí lo tienes, quería esperar a los dos meses que quedan para que terminasen de construirla, pero te has adelantado- me sonrió de nuevo y le abracé con todo el amor que sentía por él.
-Gracias, mi amor, de verdad, gracias- comencé a llorar como una magdalena y él se separó de mí para limpiar mis lágrimas con los pulgares.
-No tienes nada que agradecerme, princesa, eres lo más importante de mi vida y pienso consentirte en todo lo que quiera- sonreí como una tonta y en ese momento, Yuna se subió en mi pierna, dándome a entender que quería ver qué pasaba y por supuesto, que la cogiese.
La cogí y le enseñé las fotos.
-¿Qué te parece éste nuevo jardín?- ella ladró en respuesta, lo que me causó mucha gracia- Oh, sí, allí podrás correr y jugar todo lo que quieras- Edward soltó una carcajada y me acarició la mejilla con ternura.
-Entonces… ¿aceptas?- me dijo ilusionado y giré mi cabeza para mirarle.
-¡Por supuesto que acepto!- grité sobresaltando a Yuna y la dejé en el suelo antes de subirme al cuerpo de Edward- Te amo- le susurré en el oído mientras lo abrazaba- Gracias por esto y por todo, me haces sentir la mujer más afortunada del mundo- lo apreté más contra mi pecho.
-Te lo meres porque eres la mujer más maravillosa, hermosa e inteligente de todo el mundo- sonreí ante sus palabras y le besé en el cuello.
-¿Cómo querrás decorarla?- le dije sin dejar de abrazarlo.
-Eso es elección tuya, mi vida, o más bien, elección de Esme Cullen…- sonreí al saber que me encantaría que me ayudase con la decoración.
Me separé de él y lo miré con una sonrisa.
-¿Crees que querrá ayudarme a decorarla?- su cara fue de ¿eres imbécil?
-Pues claro que querrá ayudarte, eres su predilección- sonreí ante sus palabras- Además ella ya estaba viendo texturas, colores y demás…- abrí mucho los ojos.
-¿Ella ya lo sabe?- Edward asintió con mi sonrisa favorita- Entonces… ¿yo he sido la única ingenua de toda la familia, verdad?
-Bueno… digamos que toda la familia ha contribuido para ayudarme en todo lo necesario…- hizo una pausa mientras cogía mis manos- ¿Por qué crees que mamá trabajó un domingo? Eso es impensable… fue a la casa y comenzó a maquinar en su cabecita dónde iría cada cosa- no pude evitar sonreír, pero se esfumó en un segundo.
-¿Y qué se supone que haremos con la habitación del bebé? Ya está todo equipado y ordenado…
-No te preocupes- me sonrió y sus manos cogieron las mías y las posó en mi vientre con las suyas encima- La habitación del bebé mide lo mismo que ésta para que todo estuviera exactamente igual que como está aquí- asentí.
-Entonces… ¿será exactamente como la que yo diseñé?- mi voz era aguda por la emoción.
-Sí, a excepción de la habitación del bebé que será más grande- asentí y lo abracé de nuevo con todo el amor que pude reunir.
-No sabes la ilusión y la emoción que tengo en estos momentos- le mordí sensualmente en el cuello y de su boca salió un gemido audible- Podríamos declinar la oferta de salir de casa por hoy… ¿no te parece?- solté el suave mordisco de su cuello y mi mano bajó hacia su miembro- Se me ocurren millones de formas de hacerte sudar aun más…- susurré con voz ronca mientras mi otra mano recorría su pecho desnudo con una ligera capa de sudor.
Uhmmm… completamente irresistible.
-Joder…- susurró y cogió mi nuca y acercó sus labios a los míos, justo quedaban dos escasos centímetros para que mi boca degustara la suya- No puedes jugar conmigo de esta manera, me excitas y me enloqueces como no te imaginas, soy una puta marioneta en tus manos…- sonreí aun más al escuchar esas palabras y acaricié con más ímpetu su miembro- Mierda- gimió antes de adentrar su lengua en mi boca sin previo aviso.
Esa rudeza y pasión me volvió completamente loca.
Lo empujé contra la silla y me senté a horcajadas encima de él, sin ninguna delicadeza por mi parte. Sólo quería sentirlo de todas las formas posibles…
-Vamos a la cama…- sugirió sobre mis labios y yo sonreí contra ellos, completamente excitada y loca por su boca, voz, cuerpo y palabras…
Me cogió sin previo aviso y enrollé mis piernas en su cintura, provocando que su miembro erguido, totalmente preparado para mí, diera en mi centro de lleno.
-Mierda…- gemí cerrando los ojos y atacando su suave y varonil cuello.
-Bella…- gimió en mi oído cuando le mordí el lóbulo de la oreja y sonreí por ser la causante de su excitación.
Llegamos a la habitación y me dejó en la cama con suavidad.
Justo cuando iba a quitarme los pantalones, sonó el maldito teléfono.
Maldije entre dientes.
-Oh, venga, no me jodas…- susurró Edward con voz demasiado caliente.
-No lo cojas, por favor, te necesito dentro de mí ya- su mirada se oscureció y cuando iba incorporarse para coger el móvil de su bolsillo, me levanté y lo cogí por el cuello con todas mis fuerzas, provocando que cayera encima de mí, pero sin aplastarme.
-Puede ser importante…- susurró apartándose un poco de mi cuerpo para no aplastarme y se quedó mirando mi pantalón desabrochado y parte del encaje de mi ropa interior.
-¿Más importante que esto?- me quité la camisa como pude y dejé que viera mis pechos salientes sobre mi sujetador…
La mirada y la mordida de labio inferior que se dio mientras admiraba mi cuerpo fue tal, que dejó que el móvil sonara y atacara mis labios como si se fuese a acabar el mundo en este instante.
Sonreí como la consentida que era…
Sus labios estaban en todas partes, al igual que sus manos.
Gemí cuando sus dedos bajaron lo justo de mi sujetador y tocaron mis pezones ya excitados.
-Ese sujetador ha terminado de matar mi autocontrol…- susurró en mi oído y después me mordió el lóbulo de la oreja, provocando que gimiera alto, muy alto.
La sensibilidad era lo que estaba amando del embarazo.
Mis manos se dirigieron hacia la cinturilla de su pantalón y los bajó, junto con el bóxer, de un solo jalón… fuerte, rudo y sin pudor.
-Veo que estás ansiosa, princesa- me mataba cuando me llamaba así…
Lo cogí de la cara, haciendo que no lamiera uno de mis pezones y miré ese par de ojos oscuros de pura excitación.
-Quiero que te entierres en mí de una puta vez, ahora mismo mi paciencia no es mi gran virtud…- mis palabras lo excitaron más de lo que estaba y quitó mis pantalones y mi tanga de un fuerte jalón, tanto que sentí el rasgón de alguna tela… pero me importaba un carajo ahora mismo.
Sólo quería que se enterrase en mí como un puto animal…
Dios… estaba cachonda y mucho.
-Eso es…- susurré cuando entró en mí lentamente- Más fuerte- pedí agarrando los pelos de su nuca.
Me hizo caso y entró en mí de una estocada, precisa y fuerte, como yo necesitaba en este momento.
Enrollé mis piernas alrededor de su cuerpo y él levantó mis piernas con cuidado, quedando casi en sus pechos. Suerte que era totalmente flexible y que no tenía panza que pudiera impedirme nada…
Lo sentí aun más cuando se enterró en mi cuerpo en esa postura y mis manos bajaron a su espalda, provocando que mis uñas se clavaran en sus omoplatos como una demente…
-¡EDWARD!- grité fuera de sí.
Ahora mismo estaba rozando su punta con mi punto G y juro que iba a matarme…
-Joder, Bella… eres tan estrecha…- gimió en mi oído y le clavé aun más mis uñas en su suave piel- Sigue arañándome así y te joderé todo el día…- no era una amenaza, era una promesa y joder que sí quería que la cumpliese…
Clavé aun más mis uñas, provocando un gemido gutural por su parte. Sonreí como la zorra que era en la cama y mordí su cuello mientras cerraba mis piernas en torno a él, sintiéndolo aun más, como si eso fuera posible.
-Dios, Edward… me enloqueces… me excitas tanto…- gemí más fuerte y sentí su respiración errática en mi cuello.
-Como sigas hablando así, voy a venirme ya…- mordió mi cuello y metió otra estocada más fuerte que la anterior- Bella…- sus gemidos eran los sonidos más maravillosos de todo el planeta.
No me faltó mucho más para llegar a mi tan ansiado clímax…
-Edward…- susurré entre gemidos cuando todo mi cuerpo se convulsionó y apretó el miembro de Edward como si quisiera ahogarlo.
-Joder… no puedo más…- susurró sobre mi cuello antes de sentir cómo se derramaba en mí con un gemido demasiado erótico.
-Te amo…- susurré cuando se quedó sobre mi pecho con cuidado de no aplastarme, sintiendo su respiración erráticas en mi pecho.
-Yo aun más, más que a todo en esta vida- me besó en el centro de mis pechos y bajó una mano para acariciar mi vientre- Si sigues escuchando todo esto, serás un pervertido de mayor, bebé…- solté una carcajada y él me miró burlón.
En ese momento, sonó el puto móvil de nuevo.
-Cógelo de una vez- le dije divertida y él se levantó un poco para coger sus pantalones que se encontraban a los pies de la cama y descolgó el móvil con la elegancia que le caracterizaba, dejándome ver su perfecta anatomía.
-Edward Cullen- dijo a modo de saludo y cómo me ponía que fuese así de rudo…
Me mordí el labio inferior y me mentalicé en tranquilizar mi acelerado corazón.
-Oh, Señor Steve, me alegro escucharle- saludó amablemente.
Era nuestro abogado…
¿Llamaría para saber el día y la hora del juicio o eran problemas?
Miré a Edward a la cara y parecía tranquilo, incluso aliviado…
¿Qué estaría pasando?



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Buenas noches a tod@s!!!
¿Cómo ha ido ese finde? Espero q os haya ido genial y q hayáis descansado y os hayáis divertido muchísimo. Y para que tengáis un poco de lectura antes de acostaros, Ya tenéis aquí un nuevo capítulo de esta maravillosa historia.
De verdad, q lloraré cuando termine...
No sé cuántos capítulos le quedan exactamente, pero unos diez no se lo quita nadie. Espero no defraudaros.
Bueno, bueno... ¿Qué os ha parecido? Esta Bella y sus hormonas matarán cualquier día a alguien... pero para eso está nuestro apacible, encantador, paciente y caballeroso Edward!!! Alice... Alice siempre será tan Alice... C:
¿Qué creéis que estará hablando Edward con el abogado, el señor Steve?
Bueno, bueno... el jueves, o eso espero, sabremos el desenlace ;)
Tengo q comunicaros q estoy mirando y comunicándole a Yess y Flopii que quiero un calendario de publicación y quiero seguirlo al pie de la letra. Para ello hay q ultimar detalles, ya os iré avisando.
Mañana subiré un nuevo capítulo de Mezcla de Sentimientos, espero q os guste de verdad... será intenso... ;)
Le dedico este capítulo a mi querida Yess, mi fiel Claudia, mi siempre amiga Mari, mi encantadora Gem, mis desaparecidas Lumy y Ciritha..., mi adorable Analie, mi guapísima Flopii y para la bienvenida Pauli!
Muchos besos y abrazos,
Romiina R.


6 comentarios:

  1. Romi: Uyyyy que maravilla, otro capitúlo más de esta increible, maravillosa historia. Me encanta las hormonas de Bella, ese lenjuage sucio y ese Edward tan tan pero, tan comprensibo que tiene que satifascer los deseos de su amada, uyyy quiero uno así. Creo que lo que el abogado les va informar que ya atraparon a la Zorra de Tania. jeje. Sigue Rommi, esta genial.

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  2. Romina,
    como ya te dije hace tiempo, me encanta esta historia!!! :)
    Fue la primera que leí y le tengo un cariño inmenso, aunque, como ya sabes, lea todas y cada de las que están en el blog.
    Me encantan al igual que a Gem, las hormonas de Bella...afortunadamente, está Alice para ayudarla y, por supuesto, Edward...que bello es!!!! :)
    Espero que lo que le tenga que decir el abogado sean buenas noticias...
    Muchas gracias por este nuevo capítulo...sé que te pondrás muy triste cuando todo esto termine, pero como ya te comente, estoy segura de que todo saldrá bien y que tus nuevos proyectos nos traerán a todos mucha ilusión y alegría :)
    Muchos besos y abrazos guapísima!!!
    CM

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  3. Wow!!! Ha estado genial!
    Besos y gracias por avisarme!

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  4. Muchísimas gracias, chicas!!
    De verdad, de verdad, q os lo agradezco de corazón. No sabéis la ilusión y la satisfación q me da, ver vuestros comentarios. Muchas gracias!! El miércoles o jueves el siguiente ;-) Todavía estoy aclarando con las chicas los días de publicación, ya os iré avisando.
    De nuevo, muchas gracias por tomaros vuestro preciado tiempo y comentar para q esta humilde escritora tenga más y más ganas de haceros soñar.
    Muchos besos y abrazos,
    Romiina R.

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  5. ¡MARAVILLOSO, ESPECTACULAR, ENCANTADOR, SIN PALABRAS!,
    Esta historia es tan especial, es tan dulce pero a la vez tan arrebatada, es como los dulces "agridulces", realmente como la vida misma, con subidas, bajadas, problemas e intrigas, pero el amor siempre vence no cabe duda.

    Esa Bella, si que le sobran hormonas!! jajaja unas buenas duchas de agua fría nunca caen mal xD, y ese Edward tan dulce siempre, todo un caballero no cabe la más mínima duda de ello... en verdad que ¡adoro a Alice!, es tan divertida jajajaja....

    ¡Me quedo con ansias de leer el siguiente capítulo!,
    muchas gracias como siempre por tan dulce dedicatoria hermanita,
    sabes que te quiero a puñados, <3

    Te envío besos y abrazos.
    Yess de W.

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  6. Muchisimas gracias, mi nena hermosa. Sabes q tu opinión es muy importante para mí. Tus palabras son como un balsamo para mi mente y de ahí poder partir con otras nuevas ideas.
    En unas horas te mandare un correo, respondiendote y contandote mi día.
    Muchos besos y abrazos,
    Romiina R.

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