Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

jueves, 26 de julio de 2012

¿AMARTE U ODIARTE?

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Capítulo 6: Aunque no sea conmigo.

Yess pov.

Qué bien se sentía su boca sobre la mía…

Dios… ¿alguien me creería si dijese que ya era adicta a los besos de JasperWithlock?

No… nadie se creería esa barbaridad… pero por otro lado, estaba demasiado dolida como para pasar otra madrugada como la del domingo…

Definitivamente tenía que parar esto…

Cuando sus manos comenzaron a acariciar mis mejillas, suavemente, abrí los ojos y me separé totalmente de él, quizás con un poco de rudeza…

-¿Qué demonios haces?- me limpié la saliva que tenía mi labio inferior con el dorso de la mano y lo miré a esos pozos azules, ahora, totalmente oscurecidos…

-¿No es obvio?- se acercó a mí, pero yo retrocedí dos pasos.

-No, no lo es- le aclaré con enfado- No quiero que se vuelva a repetir.

-Tu boca me dice una cosa, pero tu cuerpo otra- me aseguró con una sonrisa preciosa en el rostro.

-Jasper, no quiero esto, ¿vale?- bajé mi mirada y me tragué el cúmulo de lágrimas que juraban con salir- No quiero volver a verte, no quiero que me dirijas la palabra y mucho menos, no quiero que nos besemos…- cuando terminé mi pequeño discurso, una parte de mí, pequeña, pero condenadamente importante, se desboronó…

Mi pequeño y frágil corazón se había desboronado… pero, ¿por qué?

-Está bien- dijo derrotado al cabo de los minutos y yo levanté mi mirada, viendo en esa mirada celeste, la mayor culpabilidad y pena del mundo entero.
No entendía nada…

Dios… ¿por qué la vida era tan difícil a veces?

-Adiós, Jasper- fue lo último que le dije antes de volverme sobre mis talones y alejarme del que quizás era el amor de mi vida…

Me golpeé mentalmente al pensar en tanta estupidez y muy pronto, sentí algo cálido derramarse por mis mejillas…

El torrencial de lágrimas había llegado demasiado pronto, ni si quiera me había dado tiempo de llegar a casa…

Me senté en un banco a las afueras del campus y dejé mi bolso encima de él. Lloré y lloré como nunca lo había hecho, pensaba que mi madrugada del domingo iba a ser la peor de mi vida… me equivocaba totalmente… 

Lamentablemente, sentía que estas lágrimas eran las primeras de las muchas que derramaría…

No sé cuánto tiempo estuve ahí, sujetándome las piernas con los brazos y escondiendo mi dolida cara entre mis rodillas… pero decidí levantarme e ir hacia el despacho de la señora Brenda Simon.

Cuando llegué, tuve que esperar al menos treinta minutos antes de que me atendiese.

-Señorita Dawson, pase, por favor- me dijo su secretaria y yo intenté sonreírle a pesar de las circunstancias.

-Muchas gracias, Analie- entré en el despacho de la directora del campus y me saludó con dos besos en la mejilla.

La verdad era que no mentía cuando decía que era la mejor alumna del área de arte, además de Jasper…

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal al pensar tan sólo en su nombre…
-Buenos días, Yess- me sonrió cálidamente y yo agradecí que me tuviera tanta confianza y poder tutearme.

-Buenos días, señora Brenda- ella me indicó con la mano que me sentase.
-Puedes tutearme, Yess- me volvió a sonreír- ¿Qué te trae por aquí?

-He tenido un problema con el profesor Spencer…- susurré directa al grano y ella abrió mucho los ojos.

-Oh, ¿qué ha pasado?

-Ha intentado ridiculizarme ante todos mis compañeros- hice una pausa tragándome la bola de dolor que tenía instalada en mi garganta- Se ha sobrepasado con sus palabras y yo no se lo he permitido- declaré y ella asintió.

-Entiendo- me miró- ¿Cuáles han sido las palabras exactas?

Le contó todo desde el principio, desde que me había separado de Jasper… hasta que me “invitó” a salir de clase.

-Vale… ¿hay algún alumno que pueda apoyarte en tus palabras?- lo pensé en un breve instante…

Sabía que Jasper lo haría, declararía en contra del señor Spencer si yo se lo pidiese, a pesar de las circunstancias, lo había conocido tan profundamente en tan poco tiempo… pero le había dicho un “Hasta nunca” de la manera más civilizada posible…

-Si, tengo un compañero que declare igual que yo- pensé en el tal Robert, ése sí haría lo que fuera por mí, la verdad era que su mirada me decía que sólo pensaba en sexo, pero sabía que en el fondo podía ser una buena persona- Incluso si hablo con mis compañeros, probablemente, traiga a más de uno- le aclaré segura y la señora Brenda asintió.

-Bien- hizo una pausa- De momento, te autorizo para no ir a esa clase.

-¿Y qué pasará conmigo?- dije indignada- Perderé clases y eso no me conviene.

-Te prometo que será por unos días, tres a lo máximo, además tengo dos opciones para ti- me miró directamente a los ojos- La primera es pedirles a tus compañeros los apuntes que de el señor Spencer- asentí- Y la otra opción es que se vaya con la profesora Santos- la sonrisa de mi cara no le pasó desapercibida- ¿La conoces, verdad?

-Si, fue mi antigua profesora- le sonreí.

-No te preocupes por el señor Spencer- cogió mi mano y la apretó en señal de apoyo- Te he pedido la palabra de tus compañeros, no porque me estés mintiendo, si no que, para despedir a alguien, tengo que tener testigos de su comportamiento- asentí entendiéndola perfectamente.

-Lo sé, nunca he pensado en que dudes de mi palabra- le sonreí y me levanté de mi asiento- Gracias por todo, Brenda- me acerqué a ella y la abracé.

-No te preocupes, Yess, muy pronto se solucionará todo- me aseguró y yo suspiré de alivio.

Sabía que decía la verdad.

-Vale- me separé de ella y le sonreí.

-Tendrás noticias mías mañana, tengo que saber a los compañeros que apoyarán tu defensa- yo asentí- Probablemente, nuestra querida Michelle Santos de las nuevas clases de arte- me guiñó un ojo y yo le sonreí ampliamente.

-Hasta mañana, Brenda- abrí la puerta del despacho y salí al hall que había, encontrándome de lleno con la presencia de mi pesadilla/sueño más reciente…

-Hola de nuevo- me sonrió cálidamente, pero no como siempre…

Algo había cambiado en él, algo relativamente importante…

-Adiós, Jasper- le dije pasando por su lado, muy cerca de él, rozando mi brazo con el suyo y fue lo peor que pude hacer porque su inconfundible aroma varonil me golpeó de lleno en la cara…

Cerré los ojos brevemente y los abrí de golpe al sentir esa fragancia más cerca que antes, se había acercado a mí…

-Sólo espero que tengas una vida feliz- me besó en la mejilla, sin nada de pasión de por medio, tan sólo sinceridad y amistad…

Decidí no decirle nada, sería demasiado doloroso…

Sólo pude asentir y salir de allí lo más rápido que pude con mis altos zapatos.
Cuando llegué a casa, dejé el bolso y las llaves encima de la mesita de la entrada y tan sólo me llevé mi móvil conmigo.

En ese momento, cogí mi Iphone y llamé a la única persona que sabía qué decirme a cada momento.

-Hola- no pude más que sonreír nada más escuchar su dulce voz.

Hablamos muy brevemente, ya que venía en el ascensor, pero su voz era muy parecida a la de Jasper cuando me había despedido “finalmente” de él fuera del despacho de la señora Brenda…

El deje de culpabilidad y nerviosismo no había cambiado, pero ahora notaba un reflejo de duda y tranquilidad a partes iguales, aunque minúsculas…

Quizás me estaba volviendo completamente loca y no lo sabía…

Salí del apartamento para esperarla y la cara con la que me recibió mi amiga no me gustó nada… aun así no dije nada y me limité a sonreírle y preguntarle por su viaje…

Entramos en casa y ella se sentó en el sillón individual que había y yo me pegué a su costado, escuchando su relato…

Al parecer estaba muy deprimida por dentro, aunque su boca dijera que estaba estupendamente bien…

-No suenas muy convencida- dije mirándola a los ojos y se quedó en un silencio total- ¿Es por ese chico? ¿Qué pasó que te trastocó tanto?

Se hundió más en el sillón y me miró con esos dos chocolates que tanto adoraba… a la vez que me explicaba de principio a fin todo lo que había pasado en Chicago.

Dios… ¿era un juego del destino o es que la vida era tan perversa como para que mi hermana y yo estuviésemos sufriendo por lo mismo?

No podía ser posible…

Nos habíamos besado con hombres que no eran nuestros novios…

¿Cómo era posible?

Yo sólo pude acercarme un poco más a ella y dejarla en mi regazo.

Le dije algunas palabras, con la más absoluta sinceridad, aunque yo no me creyera ni la mitad…

No iba a decirle que yo me sentía igual de cruel que ella, simplemente no podría jamás…

-Es comprensible que te sientas culpable, tienes novio, una relación que creíste estable y crees que has defraudado su confianza, pero nadie sabe cómo reaccionar en una situación así…- que me lo dijeran a mí…

¿Cómo podía aconsejarle en algo que ni yo misma tenía idea?

Fácil, porque la amaba con todo mi ser y haría cualquier cosa por ella, hasta aconsejarle en algo que no tenía ni idea y que yo estaba muy dolida…

-La pasión inunda y trastoca, se puede evitar el desenfreno cuando tienes experiencia… pero cuando la pasión se mezcla con el amor, no hay ser humano que la pueda controlar- así me sentía yo… por primera vez había sido absolutamente sincera…

Lo demás también lo sentía, pero como esto último… no.

-Pero Yess… no es justo hundir y lastimar a otros por un arrebato- sollozó nuevamente y se me partió el corazón.

Dios… ¿por qué había sido tan mala persona en besar al novio de mi casi hermana?

Por Dios… ella lo estaba pasando realmente mal…

Sólo pude decirle lo que sentía en ese mismo instante…

-Tienes razón, no es justo. Sin embargo, el destino tiene a veces caminos extraños y entrecruzados, nada pasa porque sí en esta vida, las casualidades no existen, sólo lo inevitable- esperaba por Dios que no siguiese pidiéndome palabras de apoyo. Esto era demasiado, me había sincerado con la novia de mi desliz y no era cabal… 

Por Dios… era de locos…

Todo lo que le había dicho hasta ahora era una mera excusa de mi mente para poder defenderme, pero muy en el fondo, sabía que todo era cierto…

Nos quedamos en un silencio cómodo, cada una pensando en lo suyo y hubo una pregunta que no pude evitar realizar, por mucho que me partiera el pecho…

-¿Piensas volver con Jasper? ¿Explicarle lo sucedido?- la miré directamente a los ojos y qué egoísta era…

Una parte de mí ansiaba, anhelaba con que dijera que no, que no lo amaba, pero otra parte de mí, la cabal, estaba rogando con que dijera que sí…

-Sí, ¡claro!- dijo presurosa y muy segura y yo sentí cómo las lágrimas se acumulaban en mis ojos…

-Es lo correcto, me alegro mucho por ustedes- me apresuré a decir, porque… ¿Qué se supone que tenía que decirle?

“Oye, Romina, mira, estoy total e incondicionalmente enamorada de tu novio, ¿a qué es genial?”…

En ese momento decidí algo de lo que estaba segura era lo mejor y por una parte no me arrepentiría…

Dejaría que fuese feliz, aunque no fuese conmigo…

-¿Qué ocurre? Te noto extraña…- su voz era de total preocupación…

¿Qué iba a decirle? Le tenía la suficiente confianza como para decírselo, de todas formas no le diría quién era él…

Me era imposible decírselo, su felicidad estaba antes que la mía.

-Es que… me ocurrió algo similar con un compañero de clase, pero me di cuenta de que tenía novia, además…- respiré profundamente e intenté que mi voz no se quebrara…- Lo nuestro era sol… solo con… confusión- pero fracasé estrepitosamente.

Nos despedimos maternal y cálidamente, como siempre, eso nunca cambiaría… al menos haría todo lo posible para que así fuera.

-Por cierto, me he trasladado a la habitación de al lado porque, en cualquier momento, nuestro pequeño armario iba a reventar de tanta ropa…- susurré antes de girar el pomo de mi habitación.

-¿No hay nada más, verdad?- inquirió inquieta y yo negué con la cabeza.

-No, no te preocupes, piensa, que ahora que tenemos novio, lo mejor será que cada una tenga su privacidad- ella suspiró cansada.

-Tienes razón- dijo antes de encerrarme en mi habitación.

Me encaminé hacia mi cama y me tiré en ella de manera muy poco femenina, me daba igual, ya me daba igual todo…

Comencé a pensar en todo en general… cómo conocí a Emmett, cómo unimos nuestros labios por primera vez, mi primera vez con él, dulce e hipnótico, mi primer beso con Jasper…

Dios… no me estaba gustando nada por donde estaban yendo mis pensamientos…

Y por último en Romina…

Ella no se merecía nada de lo que yo estaba haciendo.

Dios… ¿Por qué era tan injusta la vida? ¿Por qué podía manejarnos a su cruel antojo?

En ese momento sonó la melodía de mi móvil, lo cogí al cabo de los segundos sin siquiera mirar a la pantalla.

-¡Yess!- la voz de Emmett provocó que un escalofrío recorriese mi columna vertebral…

-Emm… Emmett…- dije cerrando los ojos e intentando que mi voz no se quebrara en ningún instante…

-¿Qué pasa, nena?- una lágrima rodó por mi mejilla derecha.

-Na… nada- me limpié rápidamente la lágrima y suspiré intentando normalizar mi tono de voz.

-Yess, por favor, cuéntame lo que sea, ¿qué te pasa?- su voz estaba totalmente apagada, nada que ver con su espectacular saludo…

-Tenemos que hablar- le dije al fin sin saber muy bien lo que decir.

-Lo sé- dijo apenado- Y me huelo que no puedes decirlo por teléfono, ¿verdad?- asentí a pesar de que no me veía.

-Así es…- susurré con voz muy baja.

-Vale…- suspiró- Haremos una cosa- abrí los ojos por primera vez desde que comenzamos a hablar.

-¿Qué?

-Mañana iré para allá- abrí mucho los ojos y una sonrisa se formó en mi rostro involuntariamente.

Una parte de mí deseaba o, mejor dicho, anhelaba que viniera para poder besar sus labios y poder olvidarme de este fatídico fin de semana… pero, por otro lado, no quería que viniese y se diese cuenta de que ya no era la misma y mucho menos, mentirle en mis sentimientos…

Estaba entre la espada y la pared, de nuevo…

-¿De verdad?- fue lo único que salió de mis labios.

-Si, no comienzo las clases hasta el jueves, así que podré estar allí dos días- su voz parecía más animada que antes, pero seguía sin ser EmmettMcCarty…

-Vale, tengo muchas ganas de verte- esa era la única verdad que mi cuerpo sentía en ese momento, además de mis conflictos internos…

-Yo también- sentí que su voz estaba cansada- Mañana te llamaré cuando llegue, ¿vale?

-¿Quieres que te vaya a recoger al aeropuerto?- le dije animada, era mi novio y lo quería, el problema estaba en que si lo seguía amando…

Dios mío…

-Como quieras- su voz era tranquila, pero estaba reflejada con preocupación.

-Vale, llámame antes de salir y te iré a recoger.

-Vale, hasta mañana, Yess, ya hablamos.

-Si, ya hablamos- y colgué.

No esperé si siquiera a decirle un “te amo” o un “te quiero”, nada más de pensarlo, mi lengua parecía quemarme…

PVO ROMINA

Una vez en el aeropuerto no supe cómo había llegado tan pronto a casa, el camino se había hecho tortuosamente confuso, era una extraña mezcla entre viajar demasiado a prisa como cuando quieres evitar algo, pero a la par era como viajar demasiado lento para algo que de alguna manera ansiaba; a estas alturas me preguntaba si no me estaba comenzando a volver loca por la culpa…

Entre esos pensamientos me perdí, sin darme cuenta, cuando menos lo esperé ya estaba yo fuera de mi edificio, con las maletas a mis costados en el suelo y mis manos jugueteando nerviosas con el cierre de mi chamarra azul petróleo, ya que con el estrés y el cambio de clima, sentía como si hubiese pasado de Canadá en pleno invierno a Hawái; sin embargo, sabía que mucho era mi sugestión… justo cuando estaba intentando calmarme el sonido de mi móvil me provocó un vuelco al corazón, sin saber a ciencia cierta quién era, contesté la llamada lo más tranquila que pude aparentar:

-Hola-. Saludé con la voz algo temblorosa, al otro lado escuché una alegre risita y de inmediato supe quien era… me llegó como baldazo de agua fría… era mi hermana, ¿Qué le diría?, había tenido varias horas para pensarlo y aún no tenía a ciencia cierta una idea de que pasaría o mejor dicho… aún no quería creer lo que pasaría.

-Hey hermosa-. Dijo cantarina mi amiga, seguro estaría preguntándose donde estaría, solo deseaba que no se asomase por la ventana de nuestro apartamento y me viera congelada como estatua hecha por  la petrificadora mirada de Medusa sin expresión alguna.

-¿Cómo estás?, ¿Qué tal amaneciste?-. Pregunté tomando más del aire necesario para poder hablar.

-Muy bien, ¿ya vienes en camino?, ¿voy por ti?, ¿mando a que lleven tu Audi?-. Ofreció amablemente Yess, a lo que yo por fin después de varios minutos pude moverme un poco y sonreí de medio lado, ella era una muy buena chica, casi mi hermana, siempre estábamos al pie del cañón una de la otra; sólo esperaba que como en las Vegas… lo que pasara en Chicago… se quedara en Chicago.

-Voy llegando justamente, ya tomé el ascensor, te veo en el piso-. Respondí antes de cortar la comunicación, guardar mi recién reparado móvil en el bolsillo de mis pantalones, tomar las maletas y entrar a paso decidido a mi hogar.

Una vez que se detuvo el elevador en nuestro piso, tomé aire, inflé mi pecho y caminé con la mejor sonrisa que pude poner en mi rostro hacia mi amiga, no la quería preocupar, y más aún, quería tiempo para poder aclarar mis ideas y saber cómo explicarle sin dañarla a ella o a Jassper.

Yess ya me esperaba con los ojos luminosos como alhajas, corrió y antes de que incluso terminara de salir del ascensor ya me tenía envuelta en un gran y fraternal abrazo, dándome una linda bienvenida que si fuera otra la circunstancia me pondría muy alegre, pero hoy por desgracia, sólo me causó un picón de culpabilidad que adoloró mi alma y mi cuerpo… ¿Cómo pude haber hecho algo que hiriera a mi hermana?, ¿Dónde estaba la Romina que había sido antes de estos días en Chicago?, ¿Qué sentía por Emmett?, ¿Soportaría ver su felicidad…aunque no sea conmigo?

-¿Cómo te ha ido en tu viaje?, ¿te agradó la Universidad Utopía?, ¿Qué planes hay?-. Preguntó eufórica Yessi dando pequeños saltitos de júbilo mientras entrabamos a nuestro piso, para después sentarse a un costado de mi en un sofá individual.

-Me fue de maravilla, Chicago es hermoso, a pesar de que realmente no lo conocí por los trámites escolares y demás, tiene un ambiente muy característico; el campus de la Universidad es enorme, dos veces la nuestra, los edificios son la mayoría de estilo arquitectónico modernista… de hecho ya tomé una de mis primeras clases-. Mi voz fue decayendo conforme avanzaba mi relato ya que lo último que había pronunciado esperaba que no le tomara mucha importancia.

-No suenas muy convencida-. Atinó haciendo un mohín mi hermanita.

No supe que contestar, ayer creí haberme quedado sin lágrimas de tanto llorar, pero aparentemente mi cuerpo aún tenía más agua de gran cantidad salina por derramar; mis ojos comenzaban a picar, alertándome que estaba a muy poco de romper en llanto.

-¿Es por ese chico?, ¿Qué pasó que te trastoco tanto?-. Inquirió al ver mi mutismo y mis ojos con lágrimas arremolinadas, tenía el ceño fruncido y me escudriñaba con sus intensos orbes color verde hoja, que siempre tenían una mirada maternalista y comprensiva para mí.

 -Verás-. Comencé enderezándome en mi asiento, intentando olvidar un poco lo acalambrado de mi cuerpo por mi falta de descanso, para después continuar: -Cuando recién llegué a Chicago, en el aeropuerto me estrellé contra él causando que derramara sobre mí su café, luego resultó ser mi compañero de carrera y por ende de varias materias, cuando le vi en el salón de mecánica comencé a coquetear con él, ambos jugamos con fuego… y sin pensarlo me quemé, la pasión se desbordó y mi sentido común se fue al carajo; nos besamos y ahora heme aquí arrepentida, habiendo… de…defraudado a un… hombre q..que me ama…-. Mi voz se terminó de quebrar y adolorida me ovillé, soltando pequeños sollozos.

No comprendía como el destino podía ser tan cruel, moviendo la vida de las personas como si fuésemos peones a su disposición y no importara las heridas o daños que nos infringiera su ridículo juego.

Yess caminó hacia mí y me acurrucó en su regazo, dando pequeñas palmadas en mi espalda, físicamente sabía que estaba bien, dejando de lado mi catarro por la noche de dormir a la intemperie… pero mi alma estaba desmoronada, ya no sabía qué hacer o decir.

-Es comprensible que te sientas culpable, tienes novio, una relación que creíste estable y crees que has defraudado su confianza, pero… nadie sabe cómo va a reaccionar en una situación así, la pasión inunda y trastoca; se  puede evitar el desenfreno cuando ya se tiene experiencia… pero cuando la pasión se mezcla con el amor, no hay ser humano que lo pueda controlar.

Aquél que se diga capaz de dominarse a sí mismo cuando ama a alguien, es que nunca ha sentido lo que es el amor; es una bomba que al explotar arrasa con todo y todos-. Explicó mi amiga con ternura, había mucha seguridad y sinceridad en sus palabras, como cuando me aconsejaba de algo ya vivido, aparentemente yo no era la única que había aprendido un par de lecciones dolorosas este fin de semana.

-Pero Yess… no es justo hundir y lastimar a otros por un arrebato-. Afirmé  con un nuevo sollozo saliendo de mi garganta, mi amiga sacó de golpe todo el aire de su pecho y me intentó sonreír, aunque solo logró una mueca extraña… algo de lo que dije le había provocado esta sacudida, pero… ¿Qué?

-Tienes razón, no es justo. Sin embargo el destino a veces tiene caminos extraños y entrecruzados, nada pasa porque sí en esta vida, las casualidades no existen, sólo lo inevitable-. Respondió más tranquila.

Su última frase había hecho eco en mi mente… “las casualidades no existen, sólo lo inevitable”, ¿Por qué habría tenido que conocer a Jassper antes que  a Emmett?, ¿Por qué justamente tenía que ser el primer amor de mi mejor amiga, de mi TODO?

Finalmente, asentí de manera lenta, aún con muchas preguntas sin respuesta rondando mi mente, esperando a que dentro de unas horas al ver a Jazz pudiese aclarar algunas de ellas; tomé aire y sonreí, por alguna razón sentía que el tema también la hería a ella, por lo que era momento de darlo por zanjado… justo cuando iba a sugerir un nuevo tema de conversación, Yess llegó a la carga con una pregunta que me cortó el aire:

-¿Piensas volver con Jassper?, ¿Explicarle lo sucedido?-. Cuestionó mirándome directo a los ojos, como queriendo que dijera que sí.

-Sí, ¡claro!-. Me apresuré a decir, aunque mi corazón no sentía ya lo mismo.

-Es lo correcto, me alegro mucho por ustedes-. Sonrió con los ojos razados de lágrimas, a lo que la miré confusa y terminé por preguntar:

-¿Qué ocurre?, te noto extraña-. Inquirí preocupada por su bienestar.

-Es que… me ocurrió algo similar con un compañero de clase, pero me di cuenta que tenía novia, además… lo nuestro era sol…solo con… confusión.
Las cosas seguirán igual mañana que vea a Emmett.

Bueno Romi, te dejo, perdona que me vaya pero estoy algo cansada, te veo más noche para cenar, ¿vale?-. Respondió dándome un último abrazo, antes de dirigirse casi con prisa a su habitación.

-Yess-. Llamé justo antes de que ella cerrara la puerta a sus espaldas.

-¿Si?-. Contestó ecuánime.

-Te quiero hermana, gracias por escuchar-. Dije sincera.

-No hay de qué hermosa, siempre que lo necesites y yo también te quiero hermosa-. Dijo sonriendo mientras se adentraba en su alcoba.
En cuanto recobré un poco fuerzas, tomándolas de mis últimas reservas de esta semana, creo yo, agarré mis maletas y las dejé sobre mi cama, me metí al baño y me lavé el rostro para tranquilizarme un poco, faltaban unos cuantos minutos a las  8 de la noche, hora en la que Jassper salía de trabajar y seguro me buscaría.

Mi celular sonó desde la cama, a lo que me dirigí hacia el y leí el mensaje que me envío mi… ¿novio?

¡Hola Romina!,
Me alegra mucho que hayas vuelto ya,
Acabo de salir del trabajo, te veo en 10 minutos  fuera de tu edificio.
Abrazos.
Jassper W.

Suspiré cerrando fuertemente mis ojos, y poniendo mi cabeza entre las rodillas, tomando aire y tranquilizándome, ya que como siempre, cada que me preocupaba me mareaba, entonces evitando desmayarme decidí prever un poco, calmarme e ir a la cocina por un vaso de agua helada.

Tomé mis llaves, la cartera y el móvil, cerré la puerta del apartamento y bajé por las escaleras del edificio sin prisa alguna por llegar a la planta baja.

Al abrir la puerta de las escaleras que conectaba al lobby, vi la imagen que  48 horas antes me arrebataba el aliento y ahora sólo me causaba ternura y aprecio, Jazz estaba recargado sobre el marco de la puerta mirando distraídamente hacia el horizonte, su  playera negra y sus jeans azul oscuro hacían un gran contraste con sus grandes ojos azul cielo, que hoy denotaban, tristeza y tranquilidad a la par.

-Hola-. Saludé sonriéndole con estima, si bien me sentía culpable, también me embargaba una extraña sensación que desde que lo conocí reinaba alrededor de él, era como sí tu cuerpo se relajara y la mente encontrara un pequeño remanso de paz a su lado… desafortunadamente, en mí ya no daba el gran efecto que hacía antes.

-Me alegra verte, estas muy guapa-. Sonrío caballero como siempre, caminando hacia mí, para después extenderme su brazo, el cuál tomé y apoyada en el caminamos hacia el estacionamiento.

-¿Cómo estás?-. Pregunté una vez dentro del coche, pasados unos segundos de un extraño silencio.

-Bien, pensando, es todo… ¿Y tú?, ¿Qué te tiene tan nerviosa?, ¿Pasa algo?-. Preguntó acertando de lleno en el blanco, sus ojos se desviaron solo un segundo de la carretera, uno y otro nos perdimos  en nuestras miradas, justo cuando me iba a acercar a besarlo, una luz blanca nos iluminó de lleno y el sonido del claxon retumbó haciendo eco…

-¡Jassper!-. Grité atemorizada, mi vida comenzó a pasar a prisa frente a mis ojos,  no tenía si quiera lágrimas, estaba tan horrorizada que el miedo me sedaba…

Jazz giró el volante estrepitosamente, el chirrido de los neumáticos contra el asfalto fue el único sonido que se escucho, el coche dio una, dos, tres vueltas cual trompo sobre el piso, cuando por fin se detuvo Jassper me miró asustado y cuestionó:

-¿Estás bien?, ¿Te has hecho daño?-. Dijo a la par que sus ojos me escudriñaban rápidamente, al no poder distinguirme en la totalidad, debido  a la oscuridad de la noche prendió la luz del auto, una vez que se  cercioró de que estaba completamente sana y sin ni un rasguño, aparcó a la orilla de la calle.

-¡Dios!-. Dije angustiada al ver un manchón café y húmedo sobre su camisa negra… ¿era sangre?

-Madre mía te debemos llevar a chequeo-. Murmuré quitándome  a toda prisa el cinturón de seguridad y alzándole la camisa del pecho para ver de dónde provenía la herida, al ver que no era más que un simple rasguño que se había hecho con el filo de una de sus llaves al momento de maniobrar, tomé el botiquín que había en la cajuela  y curé la herida.

-Estoy bien, tranquila-. Me dijo sonriendo, mientras se reacomodaba su camiseta.

-¿Seguro?-. Inquirí mirando el sitio en donde se localizaba la herida,  a pesar que ahora ya estaba tapada.

-Sí, ¿Qué era lo que me querías decir?-. Cuestionó sin rodeos, a lo que suspiré y bajé del coche, comenzando a caminar hacia una de las bancas del parque donde sin querer habíamos terminado.

-El fin de semana… tuve un desliz con un chico, me dejé llevar por el calor del momento, primero pensé en no decirte nada y callarme este remordimiento, pero ahora… que creí que íbamos a morir, me di cuenta de lo mucho que siento por ti y que no te quiero perder.

Por favor, perdóname-. Dije bajando mi mirada, con lágrimas saliendo por tercera vez en el día de mis ojos.

-Romina… Yo comprendo, la tentación, el dolor,  el dejarse llevar y la culpabilidad… porque… yo también tengo algo que admitir-. Confesó avergonzado, alcé mi rostro para encontrarme con su mirada turbia.

-¿Q...qué?-. Pregunté sin dar crédito a mis oídos… ¿En serio el me había sido infiel también?, ¿estaba segura yo de perdonarle?, ¿dejaría ir a Emmett?

-Conocí a una chica, me arrebató los sentidos, su seguridad y ternura; su locura y sensatez, y le arrebaté dos besos, la responsabilidad es sólo mía y espero puedas perdonarme el haberte causado este dolor-. Concluyó con la voz baja pero lo suficientemente clara como para entender lo que decía.

-Te perdono Jassper, ambos somos humanos, hemos cometido un error… pero lo nuestro es más fuerte, ¿vale?-. Dije tomando su rostro entre mis manos  y haciendo contacto visual, con sus maravillosos orbes azules.

-Te amo-. Me dijo acercándose lentamente a mí.

-Te amo-. Respondí sabiendo que no era cierto, pero deseando con todas mis fuerzas que así lo fuera…

El beso fue aumentando de nivel, de un botón pasamos a todo lo demás, las prendas sobraban, el calor aumentaba, la pasión… pero por más que repetía aquella mentira una y otra vez mientras me hacía suya… solo deseaba que otra persona fuera la que estuviera aquí conmigo… compartiendo lecho, noche… amor…

A placer, puedes tomarte el tiempo necesario
Que por mi parte yo estaré esperando
 
El día en que te decidas a volver y ser feliz como antes fuimos.
 

Se muy bien, que como yo estarás sufriendo a diario
 
La soledad de dos amantes que al dejarse
 
Están luchado cada quien por no encontrarse.
 

Y no es por eso, que haya dejado de quererte un solo día
 
Que estoy contigo aunque estés lejos de mi vida…
Por tu felicidad a costa de la mía.
 

Pero si ahora tienes tan solo la mitad
 
Del gran amor que aun te tengo
 
Puedes jurar que al que te quiere lo bendigo,
 
Quiero que seas feliz
 
Aunque no sea conmigo…

Y no es por eso, que haya dejado de quererte un solo
 día 
Que estoy contigo aunque estés lejos de mi vida…
 
Por tu felicidad a costa de la mía.
 

Pero si ahora tienes tan solo la mitad
 

Del gran amor que aun te tengo 
Puedes jurar que al que te quiere lo bendigo,
Quiero que seas feliz
 
Aunque no sea conmigo…

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¡Hey!, pues es un placer publicar un capi más
de esta historia, cada vez sufren màs y todo se confunde
para las pobres de Yess y Romm... pero dicen
que siempre hay una esperanza al final del túnel, ¿ustedes que dicen?

Muchos besos y abrazos.
Yess*.*

2 comentarios:

  1. Nenaaa!!!
    Me ha encantado, es que esta historia me supera :D
    Es tan original y tan delicada... me fascina!
    Te tengo que agradecer que hayas escrito tu parte de capítulo tan rápido y que lo hayas subido :D ¡¡¡Gracias, nena, no sé qué haría sin ti!!!
    El próximo pinta algo delicado... ¿qué pasará?
    Bueno... se verá muy pronto :D
    En unas horas subiré MEZCLA DE SENTIMIENTOS ;)
    Te quiero con toda el alma, mi niña hermosa.
    Gracias, gracias de nuevo por SER Y EXISTIR,
    Romiina^.^

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  2. Romi y Yess este fic me encanta. Nos mantiene en mucha tensión, ya que las personajes principales se encuentran en una encrusijada enorme. De verdad que es una situación bien difícil. Me gusta cada vez más!!! Ansiosa por el próximo capí. Un abrazo!!! Feliz miércoles!!!

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