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Capítulo escrito
por Romiina.
Capítulo
10: Te amo incondicionalmente.
Bella pov.
Habíamos
ido a una discoteca de Seattle.
Si… la
adorable enana diabólica se había empeñado en seguir a Emmett y éste se había
dirigido a Seattle, a la mejor discoteca de allí.
Había
bailado con Edward hasta la saciedad, dándome cuenta del buen bailarín que era.
Era perfecto en todo.
La verdad
tenía que reconocerlo, nos lo habíamos pasado de lujo. Sonreí.
-¿Por qué
sonríes, angelito?- dijo Ali, como siempre sin escapársele ni una…
-Pues de la
maravillosa noche que hemos pasado- agarré la mano de Edward y se la apreté.
-¿A sí? ¿No
era una idea descabellada?- dijo con una sonrisa triunfal en el rostro.
-Y lo era-
le aclaró Edward.
-Sois unos
amargados, tal para cual- se cruzó de brazos y bufó.
Yo miré a
Edward y éste me miró de reojo, aguantando la carcajada que estaba a punto de
salir…
-Si, enana,
nos lo hemos pasado estupendamente, pero si te lo decimos te pondrás muy pesada
para que volvamos…- rodé los ojos y Edward sonrió.
-Bueno…
sabéis que me adoráis de todas formas- dijo segura.
-¿Cómo no
hacerlo, pequeña bruja?- me sonrió y yo le devolví la sonrisa- Si no fuera por
la pelea, diría que ha sido una noche 10…- dije bufando al recordar al odioso
dúo…
-No tienes
que pensar más en ellas- me dijo Edward quitando la atención un segundo de la
carretera para mirarme y luego volver la mirada hacia la carretera.
-No puedo
evitarlo… sé que no se quedarán con los brazos cruzados…
-Lo harán o
le daremos guerra- dijo la enana y Jazz la relajó abrazándola.
-Al, no
debéis entrar en su juego- dijo Jazz con su típica tranquilidad- Eso es lo que
quieren ellas, buscar alguna excusa para volver a pelear.
-Exacto-
dijo Edward muy seguro.
-Son unas
zorras que sólo les interesan robar los hombres de los demás- dijo Alice y yo
asentí.
-Ya vale-
intervino Jazz- No robarán nada porque nosotros no las dejaremos, ¿de acuerdo?
-Eso
espero- dijo la enana acurrucándose en el pecho de su novio.
-¿Cómo te
lo has pasado?- me preguntó Edward- Aparte de lo obvio.
-Muy bien,
estando contigo no podría ser de otra manera- cogió mi mano y la besó con
dulzura.
-Te amo- me
susurró y yo le besé en el brazo.
Al cabo de
unos minutos, llegamos a mi casa y Edward se bajó para ayudarme a bajar del
coche.
-Mañana nos
veremos, Bells- me dijo una Alice somnolienta.
-Claro,
cuidaros- les sonreí y ellos me devolvieron la sonrisa.
-Espero que
te lo hayas pasado tan bien como yo- me susurró Edward cuando me bajé del
Volvo.
-Siempre
que estoy a tu lado, me lo paso genial, pierdo la noción del tiempo- le sonreí
y él se pegó a mi cuerpo para poder besarme.
-Te amo,
señorita Isabella Swan- sonreí ante su declaración tan elegante y formal.
-Y yo
también te amo, señor Cullen- me sonrió y unió, nuevamente, nuestros labios.
-Te
recogeré mañana para que vayamos a dar una vuelta, ¿te parece?
-Por
supuesto- él me sonrió torcidamente.
-Chicos, la
señora renacu… Swan os verá haciendo cositas malas…- dijo Emmett antes de
meterse en el enorme jeep, sentí mi cara arder…
-No le
hagas caso- me tocó dulcemente mi mejilla encendida totalmente- Sólo tiene
envidia- me sonrió y me besó con ternura en los labios.
Mis manos
pasaron hacia su cuello y las enrollé alrededor de éste, tocando su pelo tan suave
como la propia seda.
Cuánto lo
amaba…
Me separé
porque ya estaba notando que estaba haciendo demasiado calor… y lo que menos
quería era que un involuntario gemido saliese de mi boca…
Sería
totalmente vergonzoso…
-Mañana nos
vemos- le susurré mirándole a las dos esmeraldas verdes que tenía por ojos.
-Seguro, mi
pequeña angelito- me sonrió y me besó en la frente- Sueña conmigo, preciosa- me
sonrió de manera que debería ser ilegal y esperó a que entrase en casa- Sin
duda, el mejor disfraz que jamás veré- dijo mirándome de arriba abajo y yo
sentí que mi cara estaba en llamas…
Sólo pude
sonreírle antes de cerrar la puerta. Me deslicé por ella y sentí el frío suelo
en mi trasero desnudo.
Cerré los
ojos y sonreí, era demasiado perfecto para ser verdad… era absolutamente mío,
sólo mío.
Debería ser
una locura que lo amara tanto en tan poco tiempo…
-Bells- la
voz de mi hermana me despertó de mi ensoñación.
-Dime,
Rose- me levanté y la miré.
-Perdona
por lo de esta noche- su cara mostraba total tristeza y yo avancé hasta ella y
la abracé.
-No me
pidas disculpas, se lo han merecido y lo sabes- dije segura y ella se apretó
más contra mi cuerpo.
-Lo sé,
pero jamás he sentido tanta rabia en mi vida…- susurró con voz rota- Sé que
puedo ser más fría que el hielo- sonreí- Pero esas dos zorras no me gustan
nada, Bells… lo leo en sus asquerosos ojos, sólo quieren una cosa…- se
estremeció y me separé lo justo de ella para poder mirarla a los ojos.
-Sé
perfectamente lo que sientes- ella me miró directamente a los ojos- Sé que son
unas zorras y que sólo quieren quitarnos a Emmett y a Edward- ella asintió-
Pero no las dejaremos, no dejaremos que nos quiten a nuestros hombres, nos
cueste lo que nos cueste- dije segura y ella me abrazó de nuevo y de repente
soltó una carcajada.
-¿De qué te
ríes?- le dije totalmente descolocada por su cambio de actitud.
-Que sería
yo la que debería estar animándote y no tú- sus ojos brillaron y yo la abracé
de nuevo.
-Recuerda
que he crecido y sé defenderme sola- ella asintió.
-Y que lo
digas… menuda tunda le has dado a Victoria…- rio y yo la acompañé.
-No me
alegro por ello, pero se lo merecía- Rose asintió- ¿Cómo ha estado Emmett?
-Bien… le
estaba molestando un poco la mandíbula, ya sabes como es, jamás se quejaría de
dolor…- sonreí al recordar las bromas que hacía constantemente.
-Si-
susurré.
-¿Has
quedado con Edward mañana?
-Si, no sé
dónde iremos, pero lo veré mañana.
-Me alegro
tanto de que seáis novios, Bells- me sonrió- Se ve tan bueno contigo… sin duda,
los nenes Cullen son toda una excepción- las dos soltamos una enorme carcajada,
provocando que Danco viniera a nuestro rescate- Dios… yo me voy ya, dicen que
tres son multitud…- puso cara de asco hacia Danco y éste le ladró, a lo que yo
rodé los ojos.
-¡Danco,
shh!- le mandé a callar- Nunca cambiaréis vosotros dos, ¿verdad?- Rose miró
desafiante a Danco y éste ladró de nuevo- ¡Danco!- le volví a gritar, lo que
menos quería era que despertara a mis padres y sobretodo mi padre, no quería
que nos viera con estos diminutos disfraces…
-Parece que
lo entiendes todo…- le dio un golpecito en la cabeza y Danco le gruñó- Maldito
perro… no tiene la misma inteligencia que mi hermosa gatita…- susurró
perdiéndose por las escaleras. Yo sólo pude sonreír.
Subí las
escaleras con Danco y cuando llegué a mi habitación, cerré la puerta y me quité
con mucho cuidado el disfraz, quedándome sólo en ropa interior.
Me até el
pelo en un alto moño me dirigí hacia mi baño, no quería que se me mojase el
pelo, lo te nía demasiado perfecto como para eso. Me desnudé por completo y me
duché con agua caliente, relajando todos mis músculos tensionados.
Salí y me
envolví en una toalla, haciendo que un olor exquisito subiera a mis fosas
nasales…
Edward…
A pesar de
que me había duchado, el olor de mi hermoso novio seguía en mí como grabado a
fuego… ni el agua lo había quitado de mi piel…
Sonreí y
aspiré el delicioso aroma.
Salí hacia
mi habitación y cogí el disfraz. Tuve que sonreír al recordar las palabras de
Edward…
“Sin duda, el mejor disfraz que jamás veré”
Mi sonrisa
se ensanchó aun más, me dirigí hacia mi armario y lo colgué.
Me giré y
me pude dar cuenta que Danco me miraba con atención, con sus dos orejitas hacia
arriba y moviendo su rabito.
-¿Qué
pasa?- Danco salió disparado hacia mí y me tumbó en el suelo. Se subió encima
de mí y empezó a lamerme toda la cara y los brazos- Danco, ya- dije entre
carcajada y carcajada, me estaba haciendo demasiadas cosquillas…- Sé que he
estado poco tiempo contigo, pero te prometo que lo estaré más mañana.
Cuando se
dio por vencido, me dejó vía libre y pude escapar de sus zarpas.
Me dirigí
de nuevo al baño y me lavé la cara y los brazos. Salí, nuevamente, a mi
habitación y cogí mi ropa interior y mi pijama. Me los puse y me metí en la
suavidad de mi cama.
-Buenas
noches, Danco- fue lo último que susurré antes de caer en la inconciencia.
Estaba esperando a Edward sentada en
un banco, cuando una tormenta me cogió por sorpresa. Comenzó a llover
incontroladamente y tuve que refugiarme en la seguridad de un árbol, no podía
permitir que mi precioso vestido nuevo se estropease…
Al cabo de los minutos, escampó y
pude salir de debajo del árbol justo cuando unas ruedas chirriaron a mi lado.
Era Edward.
Sonreí al ver que se bajaba con su
elegancia innata. Llevaba sus gafas de sol Ray Ban, las de aviador, y qué bien
le quedaban…
Me encaminé hacia el Volvo, pero él
pareció no verme y en vez de dirigirse hacia mí, se dirigió hacia la puerta del
copiloto, abriéndole la puerta a alguien. Me acerqué más y pude ver la
inconfundible cabellera pelirroja de Victoria…
Edward le tendió su mano y ésta la
tomó con su asquerosa sonrisa. Se bajó de Volvo y pude ver su atuendo…
Un diminuto vestido corto, que no le
llegaba ni a la mitad de sus muslos, con un zapato de tacón de unos 15 cm,
complementaban su atuendo…
Ella se acercó a él y le plantó un
beso totalmente apasionado, agarrando su suave pelo con sus sucias manos…
-Edward…- susurré a la vez que
varias lágrimas se escapaban de mis ojos…
Mi voz no le impidió que la siguiera
besando y que sus manos atrapasen su cintura, más bien lo incitó a ello…
-Edward…- me arrodillé en el suelo,
sintiendo todo el barro en mi precioso vestido y en mis zapatos altos, pero no
me importó, ya no me importaba nada…
Bajé mi mirada, ya no podía verles
por más tiempo, mi corazón estaba acelerado y mi alma estaba gritando con un
dolor desgarrador…
-Vaya…- dijo la inconfundible voz de
Victoria. Mis ojos se percataron de que estaba justo enfrente de mí, sus pies,
con sus perfectas uñas pintadas, estaban delante de mí.
Subí mi mirada y sólo pude
percatarme de la sonrisa siniestra que tenía Edward… su cara era de total
satisfacción y tuve que apartar la mirada de su cara si no quería que de mi
pecho saliese un grito desgarrador.
Sólo pude desviar mi mirada y ver
sus manos unidas y sus costados pegados…
-¿Qué pasa ahora, angelito?- la voz
de Victoria destilaba veneno- ¿Ahora no confías en tu Edward?- yo no podía más,
de nuevo, las lágrimas salieron de mis ojos, pero no como antes, éstas eran más
gruesas, impidiéndome ver lo que había a mi alrededor…- ¡CONTESTA!
Su voz se había elevado
considerablemente y fue tal la rabia que sentí en ese momento, que me levanté
rápidamente y la encaré.
-No eres más que una zorra- le
escupí y su boca se tornó en una sonrisa.
-Si… lo sé, soy una zorra que disfruta
en la cama de tu Edward…- me guiñó un ojo y sentí que la adrenalina se
apoderaba de mi cuerpo… sentía que no podía controlarlo…
Mi mano se formó en un puño, estaba
acumulando tanta fuerza, que sentía que mis nudillos me atravesarían la piel…
Al segundo, lo estampé en su
asquerosa cara, lo que provocó que se tambaleara un poco.
-ZORRA, ¿CÓMO TE ATREVES?- intentó
avanzar hacia mí, pero yo fui más rápida y de nuevo, golpeé su cara con fuerza,
sintiendo algo líquido y caliente en mi mano, la miré y vi que era sangre…
-¡Eso te pasa por ser una
cualquiera!- le escupí- ¡NO ERES MÁS QUE UNA PUTA!– grité fuera de mí.
Sentí que
me zarandeaban con fuerza y abrí los ojos rápidamente, viendo los ojos azules
preocupados de Rose…
-¿Bella?-
me miró con atención y yo cerré los ojos, me estaba molestando en demasía la
luz que entraba por la ventana…
-Hola- dije
con voz pastosa y sentí que en mi cuerpo había una capa espesa de sudor…
-¿Qué ha
pasado?- me preguntó preocupada y yo abrí, de nuevo, mis ojos.
-No lo sé-
estaba momentáneamente desorientada y la miré a la vez que me incorporaba.
-¿El nombre
de Victoria te dice algo?- se sentó a mi lado y me retiró el pelo de la cara,
sintiendo que tenía que mi cara el resto de lágrimas secas…
-¿Victoria?-
cerré los ojos de nuevo y recordé el fatídico sueño que había tenido, más bien,
la fatídica pesadilla…
-Parece que
ya te has acordado por tu mueca de desagrado- me acarició el brazo- ¿Qué ha
pasado?
-He tenido
una pesadilla horrible…- dije abriendo los ojos y mirándola- Edward estaba con
Victoria y se estaban besando y luego yo la golpeé fuertemente en la cara, dos
veces…- susurré esto último con desagrado.
-¿Dos
veces?- su voz era divertida- Waooo, parece que quieres que sea tu saco de
boxeo…- tuve que sonreír por las ocurrencias de Rose.
-No sé por
qué he soñado con eso…
-Quizás la
pelea te haya afectado más de lo que imaginas…- yo asentí- Lo pasado, pasado
está, Bells, no te preocupes por ella, no se saldrá con la suya- me dijo
segura.
-¿Me lo
prometes?
-Te lo
prometo- me abrazó y me besó en el tope de la cabeza- Más vale que te
despiertes, tu príncipe azul te está esperando en el salón- todos lo cables de
mi cerebro se conectaron de nuevo al escuchar lo último…
-¿Qué?
¿Cómo? ¿Cuándo?- me levanté rápidamente, provocando que un ligero mareo llegara
a mi cuerpo.
-Shh,
tranquila- Rose me agarró del brazo y me ayudó a ir hacia el baño- Mientras te
duchas, te prepararé tu ropa y te haré la cama- me dejó sentada en el váter y
me dio un beso en la frente antes de salir del baño y cerrar la puerta.
Me quité
con cuidado el pijama y la ropa interior y me metí de lleno en la ducha, abrí
el agua fría y cuando cayó por mi cuerpo, no pude evitar gritar…
-¿¡Estás
bien!?- Rose abrió la puerta rápidamente y se acercó a mí.
-Si, Rose,
no… no te preocupes- hice una pausa porque de verdad, que me estaba congelando-
Es que me estoy duchando con agua fría…- pude sentir que rodaba los ojos.
-Está bien-
dijo antes de salir del baño.
Me duché
rápidamente, quitándome el resto de las lágrimas secas de mi cara y el sudor de
todo mi cuerpo… y restregué mi pelo con mi champú favorito, el de fresas.
Había sido
una pesadilla horrible… pero realmente, tonta, eso no podría pasar jamás…
Me enjuagué
y salí de la bañera. Me envolví en la misma toalla que anoche y salí hacia mi
habitación.
O Rose era
una máquina para prepararme la ropa y hacerme la cama en unos minutos o yo
había tardado más de lo previsto… Sin duda, había sido lo segundo…
Cogí mi
ropa interior y me la puse con mucha suavidad, sentía que mi cuerpo estaba como
adolorido… quizás había sido el ejercicio extra que había realizado mientras
dormía.
Deslicé por
mis piernas el vaquero claro pitillo que había dejado Rose para mí y el
cárdigan blanco que estaba extendido en mi cama.
Me dirigí
hacia el baño y me peiné. Me sequé el pelo y me cogí una coleta alta. Me miré
en el espejo y tenía oscuras ojeras, decidí maquillarme rápidamente, no quería
hacer esperar más a Edward.
Me maquillé
discretamente, tapando, sobretodo, mis odiosas ojeras y salí hacia de mi habitación
con el bolso en mi hombro, poniéndome los zapatos de tacón en el camino.
Bajé las
escaleras lo más rápido que mis tacones pudieron y me encontré de lleno con
papá.
-Buenos
días, papá- le besé en a mejilla y me sonrió.
-Buenos
días, hija- me besó en ambas mejillas y me abrazó- ¿Qué tal lo pasasteis
anoche?
-Genial-
obvié lo obvio…- ¿Qué haréis tú y mamá hoy?- le dije separándome de él y viendo
que vestía con un elegante traje de chaqueta hecho a medida.
-Iremos a desayunar
y a almorzar con unos clientes y después iremos a dar una vuelta- me sonrió y
me pellizcó la mejilla como cuando era niña.
-Me tengo
que ir, ya hablamos, papi- le besé en la mejilla y cuando estuve a punto de
encaminarme hacia el salón, me cogió del brazo con suavidad.
-Edward
Cullen es muy educado, se ve que es un gran chico- yo lo miré y no pude más que
sonreírle.
-¿Has
hablado con él?- papá asintió.
-Si, ha
estado viendo fútbol conmigo y hemos hablado de todo en particular- yo solté
una carcajada.
Era normal
que le hubiera caído tan bien… para Charlie Swan, todo aquel que viera fútbol
con él en la enorme pantalla de cincuenta pulgadas, era la persona más
inteligente y buena del mundo. Sonreí más ampliamente ante mis pensamientos…
-Me alegro-
le sonreí de nuevo y me encaminé hacia el salón.
Mi querida
madre estaba sentada en el sofá individual mientras que Edward se encontraba en
el sofá de tres.
-Se ve que
la quieres mucho, hijo- dijo mi madre tan maternal como siempre.
-La quiero,
Reneé- mi madre sonrió al haberla llamado por su nombre y no por señora Swan.
-Buenos
días- dije a la vez que dejaba el bolso en el respaldar de la silla del
comedor.
Mi madre y
Edward se levantaron y me miraron con una sonrisa.
-Hija,
estás preciosa- mi madre tan cariñosa como siempre.
-Estás
absolutamente hermosa- Edward se acercó a mí y me cogió la mano para besármela-
Hola- me susurró con su eterna sonrisa ilegal y yo le sonreí.
-Gracias-
le besé en la mejilla y me encaminé hacia mi madre- ¿Qué tal, mami?- me besó en
ambas mejillas y me sonrió.
-Genial,
estaba hablando con Edward de lo mucho que te quiere- me volví para mirarle y
se extendió un dulce rubor por sus mejillas.
Un momento…
¿Edward
Cullen ruborizándose?
Imposible…
-¿Es
cierto?- lo alenté a que me lo dijese y éste asintió.
-Si, es la
verdad, te quiero con todo mi corazón- mi madre y yo soltamos un suspiro.
-Dios…
cuánto amor…- susurró mi madre- Chicos, me voy, tenemos planes tu padre y yo-
yo asentí- Espero que tengáis un día precioso- nos sonrió y me besó en la
frente antes de acercarse a Edward y susurrarle algo.
-Claro que
si- le dijo Edward antes de besarla en ambas mejillas.
Yo me quedé
mirándolos con mucha curiosidad y mi madre desapareció por la puerta en la que
yo había entrado.
-¿Qué
estáis tramando?- Edward se giró y se acercó a mí con mi sonrisa favorita.
-¿Qué
pasa?- me cogió la cintura y me pegó a él- ¿No puedo tener secretos con mi
suegra?- tuve que sonreírle por sus ocurrencias.
-No, quiero
saberlo todo- refunfuñé como una niña pequeña y él sonrió más ampliamente.
-Sólo
quería que te secuestrase y que estuvieras todo el día conmigo- dijo sin más y
se acercó a mi cuello.
-Vaya… ¿y
qué harás, señorito Cullen?- dije a la vez que sentía cómo aspiraba de la piel
de mi cuello.
-Hueles
deliciosamente bien…- susurró antes de besar esa piel tan sensible de mi
cuello…- Tienes una piel tan suave…- dijo antes de dejar un beso húmedo en mi
sensible piel…
Me
estremecí de inmediato ante la duración de su cercanía y por lo que estaba
provocando en mí…
-Edward…-
medio jadeé y él levantó su ardiente mirada verdad y me sonrió.
-Iremos a
mi casa- miró mis labios- Y te quedarás, junto con Rose, en mi casa- lo miré
extrañada.
-¿Para qué?
-Vamos a
prepararle una fiesta sorpresa a Alice por su cumpleaños- yo sonreí- Por lo
que, Emmett, Jasper y yo, iremos a Seattle a comprar algunas cosas para la
fiesta- yo asentí.
-No me
digas… ¿estaré en tu casa sin ti?- me alarmé.
-Tranquila-
me besó en la frente- Será una tarde de chicas, porque sólo será por la tarde,
durante el día estaré contigo, preciosa- me sonrió y me besó, sin previo aviso,
en los labios.
-Te amo- le
susurré sobre sus cálidos y finos labios que me volvían loca.
Mis manos
accedieron a su nuca, gracias Rose por ponerme tacones, fue lo primero que
pensé. Mis dedos acariciaron sus suaves cabellos cobrizos y él acarició mi
costado con lentitud y sensualidad. Al cabo de los segundos, tuvimos que
separarnos por falta de aire y pegó su frente a la mía.
-Estás
excesivamente guapa- yo sólo pude sonreír ante sus palabras.
-Y tú estás
demasiado galán, señorito Cullen-sonrió y me besó una última vez antes de coger
mi mano y tirar de mí.
En ese
momento me acordé de que no sabía si quiera la hora que era y que no sabía
dónde estaba Rose…
-Edward,
¿qué horas es?
-Las diez
de la mañana- dijo sin más y yo abrí mucho los ojos.
-¿Tan
temprano?
-Si, quiero
pasar el mayor tiempo contigo, espero que no te hayas molestado.
-No digas
tonterías, sólo deseo estar a tu lado- me paré y cogí su cara para besarle de
nuevo. Me acordé de Rose nuevamente- ¿Y Rose?- susurré sobre sus labios.
-Ya se ha
ido con Emmett, están en mi casa- sonreí y volví a besar esos labios tan
adictivos…
Nos
separamos, de nuevo, por falta de aire y nos encaminamos hacia la salida, pero
antes cogí mi bolso del respaldar de la silla donde lo había dejado.
-¡Danco!-
lo llamé al verlo en la puerta de entrada mirándonos con atención.
Tenía que
sacarlo a la calle y no me iría hasta sin hacerlo, estaba en la puerta
esperándome… de verdad, que era un perro demasiado inteligente.
Danco
brincó hacia mí y me lamió la mano que tenía libre, ya que la otra la tenía
cogida con la de Edward.
-¿Qué tal,
Danco?- lo primero que hizo mi perro fue olerle los zapatos y después le lamió,
pero de repente le ladró- No entiendo el odio que me tiene…- dijo apenado y yo
cogí su barbilla.
-No digas
tonterías… creo que como hueles a Laika y eres un “macho”, te tiene celos…- le
dije mirándolo a los ojos.
-No me
digas que ya…
-Si, ya se
conocen y espero que no hayan hecho nada
indecoroso…- dije esto último mirando a Danco, a lo que él movió su rabito.
-Vaya… a
Alice le dará un infarto comprando ropita para bebés de perros…- solté una
carcajada ante su ocurrencia.
-No habrá
quién la soporte…- susurré imaginándome a la enana con su porche amarillo
canario en la puerta de mi casa todos los días para ir al centro comercial…
-Y que lo
digas- me besó en los labios- ¿Hay que sacarlo?
-Si y he
pensado en algo- Edward se separó un poco de mí y me miró a los ojos.
-¿Qué pasa?
-¿Te
importaría que me lleve a Danco a tu casa?- esta vez me cogió él la barbilla
porque bajé mi mirada avergonzada…
-Para nada,
tienes todo el derecho del mundo- me sonrió y me besó rápidamente en los
labios- Además… creo que una señorita llamada Laika- dijo más alto esto último
para que Danco escuchase y lo logró… mi perro estaba pendiente a Edward- Quiere
verle…- Danco le lamió la mano a Edward y yo no pude más que sonreírle.
-Después
dice que Rose que no es inteligente mi bebé- me agaché sin ninguna dificultad,
a pesar de mis altos tacones y le acaricié el lomo, como a él le gustaba.
Me levanté
y cogí la correa de Danco.
-Vamos,
cariño- se la puse y cogí la mano de Edward para entrelazarla con la mía- Te
amo, mi vida- le dije con el corazón en la mano y él me sonrió y me besó tiernamente
en los labios. Yo sólo pude sonreír contra su boca.
Salimos de
casa y esperamos a que Danco hiciera sus necesidades.
Al cabo de
unos minutos, nos dirigimos al Volvo y enganchamos la correa de Danco en el
enganche del cinturón de seguridad del asiento trasero. Menos mal que los
coches venían preparados para eso, porque si no, no sé que hubiera hecho con lo
nervioso que era Danco subido en los coches…
Edward me
abrió la puerta del copiloto y yo lo besé antes de subirme al coche. Él bordeó
el coche con rapidez y se montó ágilmente.
-Bella- me
llamó y yo lo miré más intensamente- Hoy quiero darte algo- yo lo miré
extrañada- Creo que no esperare a después, te lo daré ahora- dijo seguro y se
acercó a la guantera del coche y sacó una cajita de terciopelo azul.
¿No sería…?
No podía
ser…
-Bella,
quiero que recibas esto en prueba de mi amor- abrió la cajita y en ésta
apareció la pulsera más hermosa que había visto jamás…
Era de oro,
eso lo gritaba por doquier, pero lo que más me gustó fue el precioso corazón
que tenía como borde, unas preciosas piedrecitas verdes…
Me fijé más en
él y en el centro tenía una “E” grabada elegantemente y Edward la cogió,
provocando que el corazón se girase hacia el otro lado y pude ver una “B” igual
de elegante…
Dios…
-E… es pre…
preciosa…- tartamudeé sin dejar de mirarla y pude sentir la risilla de Edward.
-Es tuya,
princesa- me aseguró- Quiero que la lleves siempre, quiero que siempre te
acuerdes de mí- varias lágrimas rodaron por mis mejillas y lo abracé con
fuerza.
-Es
demasiado para mí, no puedo aceptarlo- le dije entre sollozos.
De verdad
que estaba demasiado sensible…
-Shh, la
aceptaras porque te la mereces y porque es un regalo, preciosa- se separó de mí
y me la puso, con mucho cuidado, en mi muñeca derecha- Sabía que te quedaría
genial en tu piel blanca- me sonrió y me besó en los labios, el sonido que hizo
nuestras bocas provocó que Danco ladrase.
-No tenías
que haberte molestado, Edward, te ha debido de costar una fortuna…- dije
separándome de él y tocando el fino oro.
-No me
molesta en lo más mínimo y si me ha costado o no una fortuna, es cosa mía- me
sonrió y miró el corazón- Si te habrás dado cuenta, el corazón tiene nuestras
iniciales- lo miré a los ojos y le sonreí.
-Es en lo
primero que me he fijado, en la hermosa “E”- me sonrió me besó suavemente en
los labios.
Me deleité
una vez más con su hermosa lengua y nos fundimos en un abrazo.
-Gracias,
Edward, gracias- le susurré y él negó frenéticamente.
-No tienes
que darlas- se separó de mí y me besó en la frente- Por cierto, las piedrecitas
verdes que ves alrededor del corazón- dijo a la vez que yo tocaba el delicado
corazón- Son esmeraldas- yo volví a mirarlo y puse mi boca en una perfecta “o”.
-¿Qué?-
dije un poco aturdida.
-Si, quiero
que tengas lo mejor, princesa, todo para una bella dama- me cogió la mano y me
la besó con ternura.
Arrancó el
motor del coche y nos encaminamos hacia la mansión Cullen.
Yo no podía
dejar de mirar la preciosa pulsera, era auténticamente bonita.
-Es
sencilla- susurró Edward- Pero a la vez elegante, preciosa, perfecta y
delicada- paró en un semáforo en rojo y me miró- Igual que tú, hermosa- me robó
un beso en los labios antes de emprender la marcha nuevamente.
-Tú eres
simplemente perfecto- le dije con la mayor sinceridad del mundo y él me sonrió
torcidamente, provocando que mi pobre corazón se saltase dos latidos al menos…
Muy pronto
estuvimos en la mansión Cullen. Edward se bajó del coche con elegancia y me
abrió a mí la puerta.
-Gracias-
la verdad es que nunca me acostumbraría a su caballerosidad.
-De nada,
hermosa- me sonrió y me besó en los labios antes de coger mi mano y emprender
nuestro camino hacia la puerta.
Edward sacó
sus llaves y abrió la puerta, encontrándonos con una Esme sonriente.
-Buenos
días, hijo- besó a Edward en ambas mejillas y le abrazó- Hola, cariño- me
sonrió y me besó en ambas mejillas a la vez que me abrazaba cálidamente.
-Buenos
días, Esme- le sonreí y ella me apretó más contra su pecho.
-Me encanta
verte aquí de nuevo, mi hijo es tan feliz a tu lado- susurró y yo sonreí como
una auténtica idiota al saber eso.
-Me alegro,
Esme, yo soy la mujer más feliz de la tierra- le confesé y ella se separó de mí
y me dio un beso en la frente.
-Nos haces
tan feliz, hija- me sonrió maternalmente y nos dejó paso.
-Uhmmm…
huele delicioso- susurré oliendo a lo que tenía pinta de ser el desayuno.
-Si, vamos,
os hemos esperado para desayunar todos juntos, hoy Carliste descansa- dijo muy
contenta y nos encaminamos hacia el comedor.
-Hola, chicos-
dijimos Edward y yo al unísono, a lo que nos reímos cuando nos miramos
sorprendidos.
-¡Bella!-
Carliste se levantó y me abrazó cálidamente, como si fuera mi propio padre.
Sonreí.
-¿Qué tal,
Carliste?- le dije devolviéndole el abrazo y él se separó de mí.
-Genial,
estoy muy contento porque estemos todos juntos- me sonrió con la misma sonrisa
que su hijo. Ya sabía yo de dónde había sacado Edward esa sonrisa torcida tan
sexy…
-Me alegro-
le sonreí.
-Bells-
Alice me giró y me abrazó efusivamente.
-Hola, enana-
todos se rieron por el mote.
-Será
genial la tarde de chicas- me aseguró y yo me separé de ella sonriente.
-Seguro- me
saludó Jasper y mi hermanita.
-Hola,
Jazz- le sonreí y él me abrazó con una sonrisa.
-Me alegro
que hayas venido- me susurró y se separó de mí para volver al lado de Alice.
-Hola,
Rose- abracé a mi hermana y ésta me estrechó en sus brazos.
-Esta
mañana estabas totalmente loca- me susurró y yo comencé a reírme.
-Si, la
maldita pesadilla me había dejado totalmente trastornada- mi hermana soltó una
carcajada.
-¿Qué es
tan gracioso, Bellita?- Emmett como siempre con sus bromas…
-Que te
pareces a un oso- dije sin más, dejando a todos con la boca abierta, pero al
segundo, todos soltaron una enorme carcajada.
-Golpe
bajo, tío- susurró Jazz palmeando el brazo de Emmett, a lo que y comencé a
reírme.
-¿Oso?- por
fin encontró la voz Emmett, la verdad es que ni yo misma esperaba que eso
saliese de mi boca- Vamos, nena- se acercó a mí y me miró con una sonrisa
burlona- Soy más sexy que un simple oso- todos soltamos una carcajada a la vez.
-Eres
terrible- susurré un poco avergonzada.
-Déjala
Emm, su chico sexy es Edward- susurró mi hermana con una preciosa sonrisa en
los labios e inmediatamente lo miré.
Me estaba
mirando con esa mirada tan intensa suya, esa mirada que hacía que mi corazón se
disparase como un loco, esa mirada que hacía parecer que mis piernas eran de
gelatina, esa mirada que me volvía completamente loca.
-Dios…
estoy tan feliz- susurró Esme mirándonos a todos, pero yo sólo tenía ojos para
mi príncipe azul.
Edward me
guiñó un ojo y avanzó hasta mí.
-¿Sabes que
te ves terriblemente sexy con esa ropa, verdad?- juro que mi corazón se quedó
sin bombear unos segundos…- Te amo- dijo antes de besarme tiernamente en la
mejilla.
Cogió mi
mano y me sentó a su lado en la mesa.
Desayunamos
entre risas y juro que fue el mejor desayuno de toda mi vida…
****************************************************
Chic@s otro capítulo de esta maravillosa historia :D
¿Qué os ha parecido? ¿Por qué Bella está tan angustiada con las "zorras"?
Bueno... muchas preguntas que se irán resolviendo con el avance de los capítulos.
Ante todo, espero que os haya gustado, la verdad es que este capítulo se me ha complicado un poco por el simple hecho de que hacer una historia con otra chica, no es lo mismo que hacerla individual, tienes que hacerla acorde con el capítulo anterior, que ha escrito Flopii, en este caso, y la verdad, que a veces, parece imposible.
Le dedico este capítulo, en primer lugar, a Flopii, me alegro muchísimo que te haya gustado tanto :D La verdad que el sueño de Bella a mi también me gustó como quedó. Muchos besos, cariño!!
Para mi TODO, mi Yess, nena gracias por apoyarme incondicionalmente en todo, de verdad que te lo agradezco con el alma :D ¡¡Te quiero montones, preciosa!!
Para Lourdes, gracias por tus hermosas palabras, de verdad, que me animan muchísimo, me dan ganas para seguir y seguir escribiendo. ¡¡Por supuesto que te lo tengo que agradecer!! La mayoría de las lectoras no comentan y la verdad que me siento muy apenada por ello, pero mi ilusión es que ya lo irán haciendo... ¡Muchos besos y abrazos, guapa!
Para Mari, nena siempre estás ahí apoyándome, ¡¡¡muchas gracias por seguir visitándome y seguir escribiéndome esas palabras que animan tanto!!!
Para Gem, nena no te ha importado seguirme hasta aquí y seguir comentándome con esas palabras que tanto me incita a seguir. ¡¡Muchas gracias por seguir conmigo, nena!! De verdad que te lo agradezco con todo el corazón.
Y para l@s que aún están ahí y no se dan a conocer :D
¡¡¡¡Muchos besos y abrazos a tod@s!!!!
Romiina^.^
Que guay soy la primera!!!!
ResponderEliminarRomina,
te tengo que decir varias cositas:
la primera, es darte las gracias por tu dedicatoria...la verdad es que no me la esperaba para nada y me ha echo una ilusión inmensa..no sabes cuanto.
También tengo que decirte que la ilusión por conseguir algo es lo último que se debería perder...así que si de verdad crees y es tu sueño el que las personas que no han publicado en tu blog lo hagan, cree en ello porque puede que se cumpla.
La segunda, es que me alegra saber que de algún modo mis palabras te alientan a seguir y te animan a ello...me alegra saber que en ese sentido puedo resultar útil.
En cuanto a la historia, que decirte que no te haya dicho ya...la verdad es que entiendo muy bien lo que siente Bella...el tener ese miedo, esa sensación de angustia...pero la confianza es algo que se va ganando con el tiempo y estoy segura (o por lo menos eso espero) que pase lo que pase, la confianza y el amor queden por encima de todo...aún así te diré que desde el primer momento que las describiste en tu blog, mi intuición femenina salto como una loca, advirtiéndome que no eran de fiar...afortunadamente, la mayoría de las chicas tenemos ese don :)
Otra cosa que te quería comentar es sobre el sueño...sé por experiencia personal, que cuando estás sumido en una pesadilla desagradable lo mejor que puedes hacer es despertarte y volver a pensar en ese sueño, pero esta vez haciendo que las cosas sean diferentes y que tú seas la que salga bien librada...te aseguro que es una de las mejores maneras de no volver a tenerla y de quedarte bien y tranquila...
De todas formas, me alegro mucho que la pesadilla de Bella, haya terminado bien...
Neni, espero con ganas el próximo capítulo de inolvidable y que tú estés bien.
Muchos besitos y abrazos. Nos veremos pronto!!!!
;)
Lourdes
AHHHH, por cierto, me ha encantado el regalo de Edward...que hermoso!!!! :)
EliminarEste chico es un sol, en toda la extensión de la palabra, :)
Nenaaaa!!!!
EliminarMuchísimas gracias por comentar, me ha sido de buen agrado que hayas comentado y siendo la primera!! Jajaja.
Gracias, muchísimas gracias por seguir al pie del cañón, por estar leyéndome y por darme esos ánimos que hacen que me sienta a gusto con lo que estoy haciendo. Y sobre todo, con más ganas de escribir y escribir :D
La verdad que tu método lo probé hace algún tiempo y me funcionó, me lo recomendó una amiga y si, la verdad es que no tuve a tenerla :D
Bella está confusa y tremendamente asustada por esas dos arpías, la verdad es que son realmente odiosas, pero no hay nada que un Edward Cullen puede solucionar :D La verdad que todas queremos tener un Edward Cullen. Jajajaja, aunque yo soy más del team EMMETT, es mi favorito, pero Edward lo reservo en un sitio especial.
Sobre INOLVIDABLE, el capítulo está casi terminado, me he levantado a las 11 y 30 de la mañana y no he parado de escribir en todo el día, sólo he parado para comer y ahora estoy en ello.
Me está gustando mucho cómo está quedando, lo subiré en unas horas o quizás antes, y cuando lo termine, me pondré con MEZCLA, y lo subiré mañana.
También tenemos listo, Yess y yo, el nuevo capítulo de ¿AMARTE U ODIARTE? así que bien :D
Muchos besos y abrazos, espero que sigas leyéndome y que te gusten las historias, lo hago para que aunque sea por un rato, os evadáis de la cruda realidad y eso me hace muy feliz :D
Romiina^.^
Hola hermosa!!!, en verdad que comprendo muchísimo a Bella, cualquiera se preocupa de las "zorras", no creo que sea cuestión de autoestima o algo así, sino que... la confianza como bien dijo Lourdes lleva tiempo en construirse pero va de la mano con el amor y la entrega incodicional que se tiene, además Edward siempre le demuestra de poquito en poco con sus regalos y expresiones que para el solo está ella!.
ResponderEliminarMe ah fascinado el sueño, realmente que aaaahh!! ESTE FIC SIEMPRE ESTÁ TAN PLAGADO DE AMOR, FANTASÍA, ESPERANZA!!!, <3 Relamente que todas tus letras y las de Floppi puestas aquí hacen que mi corazón se alegre e hinche de gozo.
Espero saber más de vosotras pronto.
Te quiero mucho mi adorada TODO *U*
¡Muchas gracias por la dedicatoria mi cielo!,
sabes que tu también sos muy importante para mi n.n
Besos y abrazos.
Yess*.*
Muchísimas gracias, cariño.
EliminarLa verdad que sí, la confianza es la base principal de cualquier relación, ¡¡sea cual sea!!
La verdad, como le dije a Lourdes, me ha costado bastante escribir este capítulo, pero al final ha quedado como yo quería, el próximo lo escribe Flopii :D Veremos que nos tiene preparado!!!
No tienes que darme las gracias, mi nena hermosa. Sabes de sobra, que gracias a ti, estoy aquí publicando, porque me das esperanza y mucho ánimo, tú fuiste la primera!! Pero ni que olvidar mis otras chicas, comentan y me siento muy alagada y con fuerzas para seguir con esto :D
Muchos besos y abrazos, preciosa.
Ya te contesté al e-mail ;)
Tu TODO, tu confidente...
Romiina^.^
Romi el capí estuvo buenísimo. Me esta que las inseguridades de Bella, es porque se siente inferior a ellas. Pero veremos que con el amor tan grande que le enseña Edward, ella tomará confianza en ella misma. Me encanta Edward es super romántico, él es lo que me receto el doctor!!! Lo adoro. Por otro lado, me encanta el giro que esta tomando la historia. Ansiosa por conocer como sigue. Un abrazo!!! Deseo pases un hermoso finde!!!!
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