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Capítulo
30: Bodorrio**
Bella pov.
Comenzamos
a comer entre risas y burlas, pero claro… en ninguna de ellas entrábamos ni
Emmett ni yo…
Estábamos
un poquitín frustrados y un poquitín impacientes por lo que queríamos hacer en
este mismo instante… y por supuesto, no ayudó en nada tener su mano izquierda
rozando mi centro con una suavidad escalofriante…
-Me alegro
mucho que hayáis decidido venir, señores Hale- murmuró Carliste después de
limpiarse la boca pulcramente con la elegante servilleta.
Sí… una
alegría inmensa… tener que soportar a este par de falsos en la misma mesa…
-Oh, por
favor, llámeme Katherine- dijo con la sonrisa más falsa que había visto en mi
vida.
Suspiré por
no decir ninguna barbaridad de la que me pudiese arrepentir más tarde…
-La verdad
es que actuamos muy mal ese día… mi hija- cogió a Rose de la mano y le sonrió-
es demasiado joven y sólo quiero su bienestar por sobre todas las cosas.
-Ya… por
supuesto- murmuré yo antes de sorber de mi copa de vino y retarle con la mirada.
Ella, por su parte, hizo lo mismo y me sonrió falsamente.
Vaya… ya me
estaba yo cansando de esa sonrisilla…
-Muchas
gracias, mamá- susurró Rose con una sonrisa y provocó que la “señora” Hale
quitara su mirada de la mía para mirar a su hija- Estoy feliz de que estéis en este
día tan importante para mí- se volvió hacia Edward- Sólo quiero ser feliz con
mi marido el resto de mis días- sonreí con sinceridad por primera vez desde que
me había sentado en la mesa.
-Y así
será, hija- besó a Rose en la mejilla y ni siquiera se molestó en mirar a
Edward- Y bueno… ¿cómo tenéis pensado hacer para mantener al bebé?- la volví a
mirar, pero ésta vez taladrándola con la mirada- Porque, bueno… ninguno de los
dos estáis trabajando y…
-Ayudaremos
todos, no se preocupe- le sonreí más ampliamente y ella me miró de manera
envenenada.
Emmett dejó
de acariciar mi centro al notar la evidente tensión y me apretó el muslo para
que lo mirara.
-No entres
en su juego, nena, no vale la pena- me susurró bajo para que yo sólo me
enterase.
Apenas
asentí y seguí mirándola, o mejor dicho, comiéndomela con la mirada, en el más
sentido estricto de la palabra.
-Por eso no
tiene que preocuparse- intervino Esme mientras cogía la mano que tenía libre
Edward encima de la mesa- Nosotros les ayudaremos en todo, tanto en lo económico
como en cuidarlo- Esme sonrió maternalmente- Ya lo hemos hablado.
-¡ESTUPENDO!-
chilló la muy…- Entonces… ¿habéis hecho separación de bienes o lo tenéis, por
el contrario, en común?- claro… ahora entendía su punto.
El venir
aquí y restablecer la relación con sus hijos era pura parafernalia… Sólo le
interesaba lo que pudiese heredar Rose en este matrimonio, nada más…
Ahora sí
que iba a liarse.
-¡CLARO!-
grité de la misma forma, provocando miradas de los alrededores- ¿Cómo no iba a
preguntarlo, verdad?- me miró con odio y repulsión y yo, sin embargo, le ofrecí
la sonrisa más falsa de toda mi vida- ¡BRAVO!- aplaudí delante de las
incrédulas miradas de todos.
-Bella,
vamos a tomar el aire…- susurró Emmett cogiéndome el brazo para poder
levantarme, pero me deshice de su agarre elegantemente.
-No- le
miré y luego a ella- ¿Sólo le interesa el tema económico, verdad? Tanto su
relación con sus hijos como el estado de salud de su futuro nieto no le
importan nada…- sentí las miradas dolidas de Esme y Carliste, pero con eso
lidiaría más adelante.
-¿Qué
pretendes, Isabella?- preguntó con evidente repulsión en su voz, escupiendo el
más puro veneno.
Nadie me
llamaba por mi nombre completo desde que habían muerto mis padres… sólo Emmett,
con él sólo era una excepción…
-Para
usted, señorita Swan- me levanté de mi asiento y la taladré con la mirada-
Pretendo destapar su falsa y evitar daños futuros a sus hijos, ellos no se
merecen eso.
-Bella…-
susurró Carliste mirándome con evidente incomodidad y lo miré.
-Perdona, Carliste,
pero no puedo permitirlo.
-Bella…
pensé que habías olvidado ese día…- murmuró Rose mirándome dolida y
refiriéndose al día en que se había peleado con sus padres.
-Sabes que
yo perdono y olvido, pero ante una situación como ésta, me es imposible- le
pedí perdón con la mirada y volví a mirar a su madre- Ya no tiene que fingir
más, señora Hale.
-Mira quien
fue a hablar…- iba a seguir, pero mi preciada madre/suegra la cortó.
-Señora
Katherine, por favor, no haga que me arrepienta de su presencia- hizo una pausa
y me miró por unos breves segundos- Disculpe a Bella, ella está bastante
nerviosa últimamente- me excusó como la buena madre que era.
-Gracias,
mamá, pero no necesito que me defiendas- increíblemente no escuché ningún
sollozo por parte de Rose.
-Bueno…
¿por qué no vas con Emm a tomar un poco el aire?- intervino Alice mirándome
tranquilamente.
-Seguro-
respondió Emmett y ahora sí, hizo un poco de fuerza y me sacó de allí de manera
educada.
Llegamos a
la entrada de la mansión e hizo que me parase en seco.
-¿Me puedes
decir qué coño ha sido eso?- oh, oh… su voz era de frustración, confusión y
enfado en estado puro…- ¿Te das cuenta que estás en la boda de Edward y Rose?
Ellos no se merecen eso…- susurró mirándome directamente a los ojos y
cogiéndome la cara con ambas manos.
-¿Qué pasa?
¿He sido yo la única que me he dado cuenta de todo?- me miró más profundamente
que antes y me besó brevemente en los labios.
-Si te digo
que no hay ningún problema, ¿lo creerías?- lo miré con los ojos abiertos- Vale…
parece una locura, pero todo está controlado- aclaró sinceramente.
-¿Ha
ocurrido algo y yo me he enterado?- arqueé una ceja y él asintió pausadamente.
-Sí, pero
antes que nada no quiero que te enfades…- me dijo serio.
-¿Enfadarme?
Vamos… no me jodas, después de estar que me subo por las paredes por falta de
sexo durante horas… una putita rica no va a poder conmigo- sonrió como un niño
pequeño, dejando ver sus adorables hoyuelos cuando me escuchó.
-Bueno… de
ricos no tienes nada ya…- abrí los ojos.
-¿Qué?
-Que los
padres de Rose se han arruinado por culpa de la señora Hale- aclaró al fin-
¿Por qué crees que han venido justamente hoy? Sólo quieren que Edward y Rose se
separen y coger un buen pellizco de ese divorcio…- abrí todavía más los ojos y
miré hacia el salón dónde se estaba celebrando la comida.
-Es una
hija de la grandísima puta- exhalé todo el aire de mis pulmones y estaba
dispuesta a ir y arrancarle la cabeza, pero Emmett vio mi intención.
-No merece
la pena, mi vida, mírame- me cogió la cara, de nuevo, e hizo que lo mirase- Mis
padres han hablado con ellos y después de esta “reconciliación”- hizo comillas
con los dedos- No vendrán más por aquí…
-¿Y Rose y
Jazz?- inquirí preocupada.
-Rose no
sabe nada, como habrás comprobado con su pregunta- asentí- No hemos querido
darle más motivos para que esté nerviosa, pero créeme, se dará cuenta por ella
misma- me besó en la punta de la nariz- Y Jazz… Jazz sólo está hablando con
ellos por pura educación.
-¿Y qué
pasará ahora? ¿Cómo supisteis sus planes?
-¿No crees
demasiado descarado venir aquí cuando te has arruinado y pedir que en el
matrimonio de tu hija no se haga separación de bienes?- lo pensé, juro que lo
pensé, pero sólo veía todo rojo por la furia.
-Ésa me va
a escuchar…- intenté zafarme de su agarre en mi cara, pero sus manos bajaron a
mi cintura y me aprisionaron ente su cuerpo y la columna.
-No vas a
hacer nada porque simplemente no merece la pena, no los veremos más, al menos
no tan pronto- me besó en la frente- Rose se dará cuenta, es inteligente, todos
lo sabemos, pero no queremos decirle nada y Jazz está inmunizado a ellos ya,
por lo que no hay problema- asentí a duras penas- No te preocupes por nada más,
sólo por darme el placer que necesito desde que te vi con este maldito
vestido…- susurró antes de atacar mis labios sin ninguna piedad.
Mis manos
volaron hacia su nuca y tiré de sus cabellos cuando profundizó el beso con su
lengua. Esa lengua que hacía maravillas en todas las partes de mi cuerpo.
Adentré mi
lengua un poco más en su boca y presioné la suya, enroscándola y sintiendo
fuego con cada caricia que me daban sus expertas manos, que bajaron y apretaron
mi trasero con fuerza.
Gemí.
-Vamos
dentro- susurré cuando me separé lo justo para poder respirar.
-Vamos al
baño…- susurró con voz ronca y atacó mis labios de nuevo.
Me separó
de la columna y agarró mis muslos y levantó un poco mi vestido para alzarme y
enrollar mis piernas en su cintura. Cuánto agradecía ahora esas horas
ejercitándose…
Gemí cuando
su miembro se restregó con mi necesitado centro…
-Mierda,
nena… puedo oler tu excitación desde aquí…- susurró mirándome a los ojos y
prometiéndome un tiempo de placer absoluto.
Volvió a
atacar mis labios y nos movimos hacia el interior de la mansión.
-Joder,
tío… vaya mujer…- murmuró un idiota cortando mi momento de calentón.
Me giré un
poco para mirarlo y pude darme cuenta de cómo miraba mi trasero sin ningún tipo
de pudor.
-¿Eres
imbécil?- el tío abrió la boca subiendo su mirada a mi cara.
-Déjalo,
¿no ves que es idiota?- Emmett estaba tan necesitado que ni siquiera le
importaba que otro tío mirara el trasero de su chica…
-Con esa
cara de gilipollas es imposible que encuentres a una mujer como yo ni ninguna
otra, vete afuera a jugar a los coches, cariño- le guiñé y cogí la cara de
Emmett con ambas manos y aplasté mis labios en los suyos.
-¡Perdona!-
sonreí y nos perdimos hacia el pasillo que daba a la cocina y al baño.
-Me excitas
demasiado cuando estás así de enfadada y así de peligrosa…- susurró a un
centímetro de mi boca, mirándome con los ojos oscurecidos.
-¿Sí?-
asintió sonriendo como un niño pequeño y entramos en el baño y cerró la puerta
con el pie- Me gusta ser peligrosa contigo, cariño- sonreí de manera traviesa y
lo que obtuve fue un gemido por su parte, subirme encima del lavabo y abrir mis
piernas con determinación.
Con una
mano cogió mi cuello y me acercó a él con dureza y estampó sus hinchados y
enrojecidos labios en los míos, mientras que con la otra, retiraba el tanga y
se adentraba en mí de una sola estocada.
Gemí
fuertemente.
¿Cuándo
coño se había deshecho del pantalón y del bóxer?
-Joder…
eres tan estrecha…- gimió en mi boca y me excitó aun más… otra vez sentir piel
con piel…- Coge un puto preservativo de mi chaqueta…- susurró a duras penas y
dejó de moverse para facilitarme el movimiento.
Solté su
cabeza e hice lo que me dijo.
-No llegas
a traer y te hubiera matado… lo juro- le susurré antes de rasgar el aluminio y
ponérselo casi con violencia.
-¿Está mi
nena impaciente?- jugó conmigo, pero no dejé que lo hiciera por más tiempo.
Agarré con
fuerza su nuca con una mano y lo atraje a mi boca, mientras que con la otra me
ayudaba a incorporarme un poco del frío mármol para meterme su miembro de un
fuerte jalón.
-JODER…-
gritó al sentirme y sonreí por la fuerza de su excitación.
Seguimos
besándonos y sus dos manos bajaron a mi trasero y lo cogieron para posicionarme
mejor en su miembro y estuviera todavía más cerca de su cuerpo. Como si eso
fuera posible…
Yo, por mi
parte, adentré mis manos en la chaqueta y le desabroché todos los botones.
Acaricié su duro pecho y abdomen por encima de la camisa y juré que me iba a
venir en ese mismo instante…
Su cuerpo
ardía y me estaba enviando oleadas de placer allí dónde las necesitaba…
Nuestras
respiraciones eran totalmente erráticas y sus envestidas eran cada vez más
profundas y rápidas.
-Dios,
Emmett… mierda…- gemí en su boca y sus labios pasaron por mi barbilla hasta
llegar a mi cuello y allí succionó a su antojo, lo justo para no dejarme marca.
-Me vuelves
completamente loco…-sonreí con satisfacción por sus palabras mientras arañaba
su espalda por encima de la fina camisa.
Su boca
bajó un poco más y echó para al lado la tela de mi pecho y mordió mi sensible
pezón con fuerza, haciéndome gemir como una verdadera loca…
-Me
encantas…- le susurré mientras sentía cómo mi clímax se acercaba cada vez más…-
La tienes tan grande, Emmett…- eso pareció encantarle y ahora sus envestidas
eran más fuertes y más cortas que antes, haciéndome cerrar los ojos y gemir
como la perra que era- ¡EMETTT! DIOS… ¡SIGUE!- grité desgarrándome la garganta,
pero me importaba un carajo.
-¿Te gusta,
eh, princesa?- oh, joder… ese maldito nombre fue lo único que me faltó para que
mis paredes se contrajeran, apretándolo hasta casi asfixiarlo y dejarme venir…
-Mierda…
¡Emmett!- enterré mi cabeza en el hueco de su cuello y mis largas uñas en sus
brazos, sintiendo sus grandes músculos contraídos en las palmas de mis manos.
-Oh, nena…-
gimió cuando su clímax vino.
Me apretó
más contra su cuerpo y dejó su barbilla apoyada en mi cabeza mientras los
espasmos del orgasmo de iban.
Mis manos
se dirigieron hacia su espalda y lo acaricié con suavidad mientras
tranquilizaba mi respiración.
-Eres… eres
increíble- susurró con voz entrecortada y yo subí mi cabeza lo justo para poder
mirarle y sonreírle.
-Tú sí que
eres increíble, osito- sonrió con mi sonrisa favorita y besó mis labios
suavemente.
Escuchamos
los golpecitos en la puerta y nos miramos con diversión.
-¿Está
ocupabo?- era la voz de un niño pequeño y no pude evitar la carcajada que salió
de lo más profundo de mi pecho…
-¿Un niño?-
murmuró Emmett con la voz casi normalizada- Vamos, no me jodas…- me tapé la
boca con ambas manos y le hice un ademán con la cara para que contestara- Sí,
chiquitín, está ocupado, puedes ir al baño de arriba.
-¿Al de
apiba?- soporté la carcajada que estaba a punto de salir nuevamente de mis
labios y miré a Emmett nuevamente.
-Anda,
ayúdale mientas que arreglo el desastre en que estaré hecha…- murmuré muy
bajito para que el pobre no pudiera escucharme y le besé brevemente en los
labios.
-Te amo,
¿lo sabes, verdad?- sonreí como una idiota.
-Me hago
una ligera idea- le besé de nuevo- Yo también te amo.
Se quitó de
entre mis piernas y tiró el condón a la papelera. Se subió la cremallera del pantalón
y miró atrás de mí.
-Vale… pero
primero encárgate de limpiar el vaho del espejo, ¿ok?- solté una risilla
mientras asentía y me besó una última vez antes de salir con cuidado de no
abrir mucho la puerta- Te esperaré en el salón- dijo antes de cerrar la puerta.
Me pregunté
si esto sería una historia para contar a nuestros nietos…
Solté una
gran carcajada y me bajé con dificultad del lavabo.
-Mierda…-
susurré dejándome caer con cuidado sobre los altísimos tacones y me giré para
mirar el desastre del espejo y el mío propio…
Cogí un
poco de papel higiénico y lo limpié, encontrándome con mi cara…
Mis ojos
estaban inesperadamente casi perfectos, si no fuera porque tenía una lágrima,
de las risas, en el lagrimal, haciendo que la línea de agua se distorsionara un
poco.
Mi frente
estaba perlada en sudor y mis labios estaban libres de cualquier labial, brillo
o lo que sea que tenía antes…
Y mi moño
estaba mejor que antes, ahora sí era un moño informal…
Sonreí como
una cría y me arreglé la ropa, subiéndome las medias y ajustando mi tanga bien.
Me mojé un
poco la cara para refrescarme y me sequé con la toalla, no dejando ni rastro de
maquillaje en ella.
-Alice,
eres un genio- murmuré para mí y eché un último vistazo a mi atuendo antes de
salir del baño.
Me encaminé
hacia el salón y me crucé de brazos esperando a que mi adonis personal bajara
las escaleras y se rencontrase conmigo.
-Emm…-
escuché la voz infantil de nuevo y miré hacia la cima de las escaleras encontrándome
con Emmett y el pequeño, que por cierto, era guapísimo- ¿Tienes nopia?- solté
una risilla al escucharlo hablar y Emmett soltó una carcajada.
-Se dice
novia y sí, tengo- aclaró revolviéndole los rizos color oro al pequeño.
-¿Y es
buapa?- negué divertida y me acerqué hasta los pies de las escaleras mientras
veía cómo bajaban.
-Mucho, es
perfecta…- susurró y su mirada se encontró con la mía- Se llama Bella.
Terminaron
de bajar las escaleras y el pequeño me miró con un brillo especial en los ojos.
-¿Tú eres
Pella?- me agaché a su altura y le sonreí tiernamente mientras tocaba su
mejilla sonrosada y caliente.
-Sí, soy
Bella- me sonrió, dejando ver dos pequeños dientecillos recién salidos- ¿Y tú
cómo te llamas?- Emmett también se agachó a nuestra altura y me acarició la
espalda.
-Yo soy David-
dijo perfectamente y sonreí más ampliamente.
-Pues eres
muy guapo, David- me acerqué a él y le besé en otra mejilla.
-¿Emmett es
la pestia?- me miró con intriga y solté una pequeña carcajada mientras giraba
mi mirada a la de Emmett.
-Pues la
verdad es que sí- asentí sonriente y Emm me dio un suave codazo en las
costillas.
-Oye, que
yo soy el osito mimoso- dijo dolido y le besé en la mejilla también.
-¿Mioso?-
sonreí aun más y miré al pequeño.
-Sí.
-Pero e mu
dande- ahora sí que solté la carcajada de mi vida, provocando que Emmett y el
pequeñajo riesen también.
-Créeme si
es grande…- murmuré para mí misma pensando en una parte de su preciada anatomía
en concreto…
-Mmm, me
alagas…- me susurró en el oído y sólo pude sonreírle.
-¿Y cuántos
años tienes?
-Chinco-
dijo enseñando su manita con los cinco deditos.
-Que mayor…-
susurré con una mano en la frente y él soltó una pequeña risilla risueña.
-Ah, David
aquí estás- exclamó una voz femenina detrás nuestras y nos levantamos los dos y
nos giramos a la vez- Buenas tardes- nos sonrió una preciosa mujer tan rubia
como David- Soy la madre de David- me ofreció su mano y después a Emmett- Me
llamo Megan.
-Encantada,
Megan- le sonreí y dejé que el pequeño se pusiera a nuestro lado.
-Un placer-
murmuró Emmett con una sonrisa brillante.
-Este
pequeño demonio me tenía loca buscándolo… se empeñó en ir solo al baño-
soltamos una risilla- Dice que es muy mayor…- susurró con ojos divertidos y
ambos asentimos.
-Y lo shoy,
mami- murmuró pasando delante de nosotros y acercándose a su madre- Mida, mami,
son Pella y la Pestia- la mujer soltó una risilla y nos miró.
-No para de
hablar de su película favorita desde que la vio por primera vez…- nos aclaró.
-Pella es
tan buapa como en la pedicula, mami- sonreí dulcemente hacia él y le pellizqué
suavemente una mejilla.
-Es un
encanto- Emmett me cogió la mano.
-La verdad
es que lo es- concordó Emmett y la mujer nos sonrió amablemente.
-Sí- miró
al niño y le revolvió esos rizos rebeldes- Bueno… me espera mi marido, ha sido
un placer.
-Igualmente-
dijimos al unísono y Megan cogió la mano de su hijo.
-Adiós,
Pella y Pestia- sonreímos como críos y vimos cómo se alejaban.
-Que
inteligencia tiene… - murmuré fascinada- Es increíble cómo ha asociado la
película con mi nombre- reí y me puse enfrente de él- ¿S encuentra mejor,
Bestia?
-Oh, por
supuesto, Bella- sonrió haciendo aparecer esos dos hoyuelos que tanto amaba y
me besó brevemente en los labios- Vamos a la fiesta- asentí y salimos de la
mansión cogidos de la mano.
Sorprendentemente,
cuando llegamos a la mesa, ni los “adorables” señores Hale ni Rose ni Jazz
estaban en la mesa…
-Hola-
saludamos los dos cuando llegamos a la mesa y Edward y Carliste se levantaron
con una educación exquisita cuando iba a sentarme en mi sitio.
-Gracias-
les murmuré con una sonrisa y ellos me la devolvieron- Carliste, Esme- los
llamé y todos me miraron intrigantes- Os pido perdón a vosotros y a todos por
mi escena de antes, la verdad es que no debería haber dicho nada… no era mi
problema- bajé la mirada y sentí la mano de Emmett coger la mía con fuerza.
-Hija…-
sentí cómo Carliste se levantaba de su asiento y venía hasta mí. Después
también sentí otra silla moverse- No tienes que pedir perdón, de verdad- me
levantó el mentón y me sonrió cálidamente- Esos señores se merecían tus
palabras y más…
-Sí,
cariño, no te preocupes, ya se está solucionando todo…- exclamó y la miré con
una ceja alzada.
-¿A qué te
refieres, Esme?
-A que Rose
ya se ha dado cuenta de todo, sólo le ha faltado escuchar un poco más a su
madre para saber sus intenciones…- me miró maternalmente y me acarició un
mechón que tenía al lado de mi cara- Imagino que ya te lo habrá explicado
Emmett, ¿no es así?
-Sí-
asintió y me abrazó desde atrás.
-Nunca
olvides que estamos muy orgullosos de ti, eso no lo olvides jamás- sonreí como
una tonta y abracé, con mi mano libre, sus brazos enrollados en mi cuello.
-Gracias,
Esme- miré a Carliste- Y gracias a ti también, Carliste, sois muy comprensivos-
me besó en la mejilla y me sonrió como siempre lo hacía.
-No te
preocupes, Bells, tus palabras eran las que todos estábamos pensando decir en
cualquier momento- intervino Edward y asentí.
En ese
momento, llegaron Rose y Jazz, ambos con caras normales, no había ni rastro de
lágrimas ni de tristeza en sus ojos…
-¿Cómo os
encontráis, hijos?- murmuró Esme después de besar mi cabeza y acercarse a
ellos.
-Bien-
susurró Rose con voz monocorde- En realidad, mejor que antes, gracias por
ayudarme a abrir los ojos, Bells- me sonrió con alegría y se acercó a mí para
abrazarme- No podía creer lo que estaba imaginando mi cabeza, pero menos mal
que siempre estás ahí para ayudarme- me apretó contra su pecho y sonreí.
-No tienes
que dármelas- solté la mano de Emmett por un momento y le correspondí al
abrazo- Siempre te ayudaré y defenderé de todo y de todos, ¿recuerdas?- asintió
y se separó de mí con sus ojos brillantes.
-De todas
formas, gracias- me besó en ambas mejillas y se giró hacia Emmett- No sabes la
suerte que tienes de tenerla, Emmie- le guiñó un ojo y se acercó a Esme y
Carliste para abrazarles también.
-¿Estás
bien, tío?- preguntó Emmett mientras me cogía la mano y se dirigía hacia Jazz
cuando se hubo sentado al lado de él.
-Perfectamente,
no sabes el peso que me he quitado en encima, macho…- murmuró con total
sinceridad y luego se volvió hacia Al y le besó en la mejilla- Te amo- le
susurró y ella le besó en los labios suavemente.
-Y yo a ti-
se separó de él y comenzaron a tener una de esas conversaciones que sólo ellos
podían tener.
-Te quiero
por todo lo que eres, ¿lo sabes, verdad?- susurró Emm en mi oído y sonreí como
una idiota.
-Lo sé y yo
te quiero a pesar de que eres una Pestia- los dos soltamos una sonora carcajada
y todos en la mesa se nos quedaron riendo con confusión e intriga.
-¿Nos
contáis el chiste, rebeldes?-preguntó Edward y lo miramos.
-Bueno…-
empecé yo- Es que nos hemos hecho amigos de un pequeño de chinco años, que se
llama David y que además, piensa que somos la Pella y la Pestia y que la Pestia
es mu dande…- todos soltaron una sonora carcajada, provocando que las mesas de
los alrededores también rieran sin compasión.
-Dios… eso sólo
os pasa a vosotros, ¿verdad?- preguntó Al con una hermosa sonrisa en sus
labios.
-Bueno…
nosotros somos divertidos, enana- Emmett le sacó la lengua infantilmente y Al
le tiró un pico en la cabeza.
-Calla,
Pestia dande…- otra ronda de carcajadas y juro que ya me dolía hasta las
costillas y el abdomen de tanto reír.
Esto era
una fiesta, joder… esto era lo que tenía que haber en ella, risas y diversión.
Terminamos
de comer entre más risas y ocurrencias graciosas y llegó el momento de cortar
la enorme tarta de diez pisos.
-¡VIVAN LOS
NOVIOS!- gritó un hombre.
-¡VIVAN!-
gritamos todos al unísono.
Lo
siguiente fue cómo Rose y Ed cortaban la tarta con una distinguida espada, que
tenía Carliste en su despacho para estas ocasiones, y después se miraron con el
mayor amor del mundo entero.
Edward le
puso un poco de tarta en la nariz y se la besó para quitarle toda la nata
pringosa.
Todos
reímos.
Una chica
del catering se encargó de cortar trozo por trozo, todos iguales, de la tarta y
ha repartirlos entre todos los invitados.
Después,
llegó el brindis y Rose y Ed enrollaron sus brazos alrededor del otro y
bebieron un poco de champán.
Todos
bebimos y aplaudimos por los recién casados.
-¿Sabes que
eres condenadamente sexy, verdad?- me susurró Emm muy cerca del oído, sintiendo
su cálido aliento rozar mi lóbulo- ¿Y que voy a tener que pelearme con todos
los tíos de la fiesta porque no paran de mirarte, verdad?- sonreí mientras
negaba divertida y me giré para estar frente a él.
Me acerqué
lo justo para quedar a un centímetro de su boca y la miré con ansia y lujuria.
-¿Y tú
sabes que como sigas hablando como el hombre de las cavernas, voy a encerrarte
y no vas a salir de nuestra habitación hasta que yo lo diga, verdad?- subí mi
mirada y sonreí de manera sexy y provocativa cuando vi sus ojos oscurecerse por
segundos.
-¿Sabes que
no vas a dormir esta noche, verdad?- siguió con su juego de palabras,
provocando que su dulce y cálido aliento impregnara mi hambrienta boca.
-Ya lo
tenía asumido, mi amor- le guiñe y lo besé con hambre en esos adictivos labios.
-¿Podéis dejar
un poco para esta noche?- nos interrumpió Alice con voz burlona.
-¿Y a ti
qué más te da, enana?- susurró Emm antes de besarme de nuevo, provocando que
riera sobre sus labios.
-Pues que
es hora de que Edward le quite las ligas a Rose y se las ponga a las mujeres
que él decida- recordó y yo sonreí con más atrevimiento que antes hacia mi
osito.
-Perfecto…-
murmuró él sin una pizca de humor- ¿No puedo ponérsela yo a Bella?- pidió como
un niño pequeño y me pareció tan tierno…
-Nop, tiene
que ser el novio, así que andando- me cogió del brazo y con una fuerza
increíble para su pequeño cuerpo, me jaló y me hizo seguirla con Emmett detrás
de mí.
Edward
cogió el micrófono que se encontraba en medio de la pista de baile improvisada
y se dirigió a todos nosotros con una sonrisa.
-Buenas
tardes a todos- dijo con la educación que le caracterizaba- Les agradezco tener
su presencia el día de hoy y para hacerlo más memorable, ahora toca el rato que
todos lo hombres esperan, ¡EL MOMENTO DE LAS LIGAS!- gritó sonriendo,
provocando que todos los hombres gritaran como animales en celo, bueno… todos,
menos mi osito, que miraba a Edward como para querer matarlo.
En ese
momento, sonó una canción demasiado erótica para menores y sonreí como una imbécil
al pensar que los propios novios eran menores…
Dios… las
copas me estaban afectando.
-Como vea
que te está metiendo mano, lo mato- me susurró con voz seria y yo me giré para
mirarle a los ojos.
-¿Sabes que
te ves auténticamente adorable cuando te pones celoso, verdad?- su cara no se
relajó ni un ápice.
-No tiene
gracia…- negué con burla y le cogí la cara con ambas manos.
-Sabes que
Ed jamás haría eso, no te pongas tonto, si fuera otro tío, yo misma diría que
no- asintió con una sonrisa burlona y me besó en los labios.
-Todo esto…-
acarició mi cara y fue bajando con sensualidad por el centro de mis pechos, mi
abdomen, mi centro y mis muslos- es mío, ¿queda claro?
-Totalmente-
susurré a duras penas por toda la sensualidad que derrochaba su cuerpo.
Me giré
hacia donde estaba Edward y sentí los brazos de Emmett en mi cintura,
estrechándola posesivamente.
Sonreí.
-La primera
señorita será… Alice Cullen- gritó Edward posicionando a Rose con cuidado para
que pusiera una pierna encima de una silla, para así tener mejor acceso a las
ligas.
-Puedo ver la
cara de perversión en mi hermano…- murmuró Emmett mirando la escena.
-No seas
tonto- me susurré para que nadie más se enterara y vi que Jazz se acercó a mí y
se quedó a nuestro lado.
-Porque es
su hermano, si no, lo mataba…- susurró y yo rodé los ojos.
-Venga,
vamos… ¡Vivan los hombres de las cavernas…!- no pude evitar decirlo y pude ver
por el rabillo del ojo cómo Jazz se giró hacia mí con una sonrisa.
Edward le
quitó la liga a Rose con una paciencia increíble y la sacó por completo de
manera sensual, dejando ver el fantástico zapato de Rose. Luego, se giró hacia
Alice y se la puso con cuidado.
-¡Guapa!-
gritó un hombre con voz borrachilla y pude ver cómo los nudillos de Jazz se
ponían blancos al apretarlos con fuerza.
-Relájate,
es sólo un piropo- le recordé tocándole el brazo y pareció relajarse ante mis
palabras.
Vaya par de
celosos…
Bufé por lo
bajo.
La siguiente,
inesperadamente no fui yo, si no, la madre de David.
La pobre
mujer, Megan, se ruborizó de inmediato cuando Edward le cogió la pierna y
deslizó la liga por su hermosa pierna.
-Ésa es la
reacción con los Cullen…- susurré yo para mí misma y Emmett rio por lo bajó,
escondiendo su cabeza en el hueco de mi cuello.
Edward siguió
llamando a mujeres y sentí cómo Emmett se relajaba con cada liga menos en las
piernas de Rose…
Después de
unas quince mujeres más, quedaba sólo una media en la pierna de Rose, una azul
pastel, la única de ese color y volvió a coger el micrófono ante la atenta
mirada de todos.
-Sólo queda
una y ésta ya tiene dueña…- murmuró buscando con la mirada a la futura dueña y
su mirada conectó con la mía.
Ya sabía yo
de quién iba a ser esa última media…
-No me jodas…-
murmuró Emm al darse cuenta de lo mismo que yo.
-Es de una
persona muy especial, mi cuñada- siguió mientras me sonreía como un pequeño
crío- Ella es especial tanto por dentro como por fuera y se merece todo lo
bueno que pueda pasarle en la vida- bajó la mirada y la subió hacia la mía, de
nuevo- Ella es Isabella Swan, por favor, Bella, ven aquí- me ofreció su mano y
yo, totalmente avergonzada por sus preciosas palabras, solté a Emm y me
encaminé hacia mi cuñado.
Casi toda
la población masculina silbó cuando hice mi aparición delante de Ed. Cogí su
mano y le sonreí ampliamente.
-Gracias
por tus palabras- lo abracé y le besé en ambas mejillas antes de ponerme al
lado de Rose- Te ves impecable, cariño- le guiñé y ella me sonrió.
Ed le quitó
la liga a Rose con una delicadeza extrema y luego se dirigió a mí.
-Gracias
por todo, Bella- susurró antes de coger mi pierna y posicionarla en su pierna-
Te ves radiante, aunque preferiría que no se lo dijeras al cavernícola de mi
hermano…- no pude evitar soltar una carcajada al escuchar sus palabras, justo
como yo había pensado hacía una media hora…
Escuché más
silbidos por parte de los hombres del público y la puso justo en medio de mi
muslo, dejándola debajo del encaje de mi media.
-Gracias a
ti por ser así- bajé mi pierna y puse mi vestido en su sitio y lo miré
directamente a los ojos- Cuídala mucho, Ed, se lo merece- le sonreí y lo abracé
una última vez antes de encaminarme al público.
-¡Debería
ser ilegal tener ese cuerpo…!- gritó uno cuando bajé el primer escalón de la
pista.
-Joder… ¡Bella,
te amo!- dijo un imbécil.
Seguí mi
camino, pero vi cómo Emmett venía hacia mí con claro enfado y me paré al pie de
los escalones.
Pasó por mi
lado y miré, por el rabillo del ojo, cómo cogía el micrófono.
-Esta hermosísima
mujer es mía, absolutamente mía, caballeros- dijo con la educación exquisita
Cullen- Así que babead ahora…- dejó el micrófono en su lado y me cogió por la
cintura de manera posesiva y me besó ardientemente delante de todos,
absolutamente todos…
Mis manos
fueron hacia su nuca y lo siguiente que pasó, me hizo sonreír como una idiota.
Todos y
cada uno de los invitados y familiares, aplaudieron ante el arrebato de Emm y
yo no pude estar más que encantada.
Cuando tuvimos
que respirar, nos separamos y pegamos nuestras frentes.
-Hombre de
las cavernas…- susurré con la respiración agitada y él sonrió con sus dos
hoyuelos.
-Di que si, cuídala- gritó una mujer y sólo
pude coger su mano y encaminarme hacia nuestro lugar inicial.
-Eso ha
sido vergonzoso…- le susurré cuando todos se hubieron calmado.
-En
absoluto, has estado de puta madre, tío- murmuró Jazz dándole un suave golpe en
la espalda, lo que provocó que Emmett sonriera arrogantemente.
Comenzó a
sonar el típico vals para abrir el baile y Ed y Rose comenzaron a moverse en la
pista con una elegancia innata.
-¿Me
concede este baile, señorita?- Emm hizo una reverencia ante mí mientras cogía
mi mano, lo que me hizo reír.
-Por supuesto,
caballero del siglo XV.
Le cogí su
mano y nos dirigimos hacia la pista de baile.
Además de
la elegancia innata de los Cullen, había que sumarle el moverse con una gracia
y elegancia inigualables.
Terminó el
vals con todos los invitados bailando y luego, el dj, puso una música más
marchosa.
-Vamos,
Bells, hay que cambiar a Rose y vestirla para su viaje- casi gritó Alice con
Jazz a su lado.
-Sí, vamos-
miré a Emm y le besé en los labios brevemente- Te amo, hombre de las cavernas-
sonrió por mi apodo y me besó en la punta de la nariz.
-Te amo.
Alice me
cogió de la mano y nos encaminamos hacia la mansión.
-¿Dónde
está Rose?- pregunté cuando no la vi por ningún lado.
-Está en la
habitación descansando de los tacones- asentí mientras subíamos las escaleras
con una prisa sorprendente, ya que los innumerables centímetros que llevábamos
dejaban mucho que desear para hacer algo más que caminar por una zona lisa…
Alice abrió
la puerta de su habitación y nos encontramos a Rose casi desvestida.
-No puedo
retener más al bebé aquí dentro…- dijo con ternura en su voz y asentimos las
dos.
-Por
supuesto, vamos, ayúdame, Bells- hice lo que me pidió y le quitamos el vestido
y el corsé en un momento.
-Uf, qué
alivio…- susurró acariciando su abultadita tripa.
-¿Estás
nerviosa?- le pregunté mientras le hacía un masaje en los pies.
Alice se
fue al armario a sacar el precioso vestido rosa que le habíamos comprado para
la ocasión.
-La verdad
es que no… ya están fuera todos los nervios, ahora sólo quedan mis hormonas
revolucionadas y con ganas de sexo…- movió sus cejas sugestivamente y sonrió
macabramente.
-No cambiarás
nunca…- negué con la cabeza divertida mientras sonreía.
-Oh, vamos…
tú eres peor que yo- arqueé una ceja y ella sonrió ampliamente- Yo también
escuché los gemidos de anoche… y dijiste que debía descansar…- solté una
carcajada.
-Ya… claro.
-¿Podéis
dejar de hablar de sexo y mis hermanos?- ahora la rubia soltó una carcajada de
las suyas, de esas que parecían salir del interior de la garganta de un
camionero y Alice y yo no pudimos evitar seguirla.
Le
recogimos los mechones que se habían soltado por las horas y la ayudamos a
vestirse.
-Perfecta-
susurré yo cuando la pusimos enfrente del espejo de pie para que pudiese
mirarse.
-Increíble…
te queda como un guante- murmuró la enana con una sonrisa casi dolorosa.
-Gracias,
chicas, gracias por todo- se volvió hacia nosotras y nos abrazamos las tres- Os
quiero muchísimo- sonreí y la apreté más contra mi pecho.
-Nosotras
también te queremos, rubia- murmuré y ella soltó una risilla por las sacudidas
de su pecho.
Ahora sólo
quedaba esperar unos meses y tener al nuevo integrante de la familia entre
nuestros brazos…
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VESTIDO Y ZAPATOS DE ROSALIE.
TRAJE DE EDWARD.
VESTIDO DE BELLA. TRAJE DE EMMETT.
VESTIDO DE ALICE. TRAJE DE JASPER.
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Buenas noches a tod@s.
Antes que nada...
¡¡¡¡¡FELIZ HALLOWEEN!!
Q esta terrorífica noche sea fantástica para tod@s vosotr@s!!! Ya sabéis que esta es la única noche del año en que la línea del mundo de los vivos y el mundo de los muertos está más fina que nunca y provoca que los dos mundos esté más cerca que nunca C:
Bueno... yo voy a celebrarlo en el túnel del terror... ya os contaré mañana a ver qué tal... ;)
Bueno, ahora al capítulo.
¿Qué os ha parecido? ¿Y las intenciones de los señores Hale? ¿Y ese adorable David?
Bueno... la boda ha salido a pedir de boca, incluso con el arrebato de Emm :D
La historia avanza y avanza y cada vez queda menos para el drama... ¿Qué creéis que pasará?
Por favor, dejad vuestros comentarios para saber vuestra opinión, sabéis que es muy importante para mí. De todas formas, os agradezco en el alma que sigáis leyendo mis historias y q sigáis entrando en el blog.
Parece q el nuevo calendario de publicación se está cumpliendo al pie de la letra de momento y esperemos que así sea por mucho tiempo ;)
Esta vez, no nombraré a ninguna chica en especial, sabéis las que sois especiales para mí, pero hoy quiero q os sintáis tod@s especiales, porque lo sois para mí, de verdad.
Espero q os hayan gustado las fotos, os la he puesto en este capítulo porque me parecía mejor ponerlo en éste que en el anterior. Como ya sabéis, las fotos las he cogido de google, nada me pertenece, por desgracia... ni el sexy vestido de Bella xD
Muchos besos y abrazos a tod@s,
Romiina R.
Neni, me ha fascinado este capítulo!!!! He quedado totalmente encantada...créeme!!! :)
ResponderEliminarjjajjajajajaja que risas con el pequeño y adorable David!!!! No habría podido describir con otro sinónimo a nuestra gran pareja que hacen Emmett y Bella...la bella y la bestia, jajajajjaja
En cuanto a la actitud de los señores Hale, que quieres que te diga...entiendo perfectamente la actitud de Bella y me alegro muchísimo que Rose no haya tardado mucho y se haya dado cuenta de los padres que tiene...la verdad, es que es una verdadera lástima...
pero lo que han hecho ha sido imnombrable...ha sido una falta total y absoluta de respeto y una opción que lo único que demuestra el tipo de personas que son.
Yo, por mi parte, prefiero no especular nada...sobre todo, porque me encanta el giro que le das a tus historias en los momentos más inoportunos....así que, me quedo esperando pacientemente como cada día por ver lo nuevo de tus historias y deleitarme y maravillarme con lo que llegue, jejejeje :)
Espero que esté todo bien y que te hayas divertido en esta noche tan terrorífica :)
Muchas gracias por el capítulo y por la dedicatoria (aunque sea indirecta, jeejejeje) :) te lo agradezco muchísimo!!!!
Besos y abrazos, guapísima!!!!
CM
PD: Te he dejado un correo en tu e-mail...espero que lo veas con la mayor premura posible, pues, es importante. Ya hablamos!!!
Muchas gracias por tu comentario!! Sabes q me gusta saber tu opinión en todo lo q escribo y creeme cuando te digo q me ayudas a seguir adelante y no dejasr de hacerlo.
EliminarDe nuevo, gracias por tus palabras!!!!
Muchos besos y abrazos,
Romiina R.