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DELICIOSA OBSESIÓN.
Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a
la maravillosa S. Meyer. Yo sólo juego con ellos y hago lo que mi imaginación
me dicta.
Raiting: M
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Bella anhela pasar una sola noche
con su profesor de medicina, quiere mostrarle de lo que es capaz, pero y si…
¿es ella la que se sorprende por las costumbres sexuales de su profesor? ¿Será
él, el mismo atento y dulce profesor de medicina, igual en la cama?
(LENGUAJE Y ESCENAS SEXUALES MUY EXPLÍCITAS CON DOMINACIÓN Y SUMISIÓN).
Capítulo
1.
Bella pov.
Hacía ya
dos meses que había conocido al prestigioso profesor, Edward Cullen.
Se había
jurado a sí misma que en algún momento, antes de que terminara su año de
facultad, se lo tiraría sin más contemplaciones.
Si, era una
puta obsesa sexual.
Flash Back.
Me vestí
con la “ridícula” falda reglamentaria, aunque tenía que reconocer que la tela
era bonita, con el logotipo “Dartmouth” en la parte inferior izquierda y con la
camisa blanca con botones justo en el centro.
Al menos
podía jugar con el uniforme de este año… aunque, pensándolo mejor, siempre
ajustaba algunos “detalles”…
La falda se
supone que tenía que llegar hasta las rodillas y todos los botones de la camisa
cerrados…
Para nada.
Gracias a
mis conocimientos de costura, ahora la falda me llegaba a medio muslo y los
botones de mi camisa estaban abiertos hasta el tercero.
Así si.
Me metí en
el baño y me maquillé suavemente, marcando mis ojos elegantemente y poniendo un
poco de labial claro en mis labios.
-Estás
perfecta, cariño- Alice se acercó a mí y me besó en la mejilla- Aunque siempre
con tu típico estilo…- rodé los ojos.
-Si… sabes
que odio los uniformes- me giré en el espejo para ver cómo quedaba mi trasero
con los nuevos “detalles”- Pero algo divertido puedo sacar de todo esto… ¿no
crees?
-Bueno…- me
miró- Sabes que yendo así a la Universidad tendrás a todos babeando, ¿verdad?-
sonreí.
-¿Hasta tu
querido Jazzy?- me carcajeé y ella me golpeó suavemente en el brazo.
-No, todos
menos él- mi sonrisa se hizo más amplia.
-Lo sé,
tonta, créeme que lo sé- me volví a girar y me recogí mi pelo en una coleta
alta.
-Me han
dicho que viene un nuevo profesor…- dijo como si nada cogiendo una caja de
zapatos y tendiéndomela.
-¿Y eso?-
le contesté a ambas preguntas y me volví para coger mi caja de zapatos.
-Bueno…
dicen que está tan bueno como lo buen profesor que es…- se sentó en mi cama y
me dirigió esa mirada tan característica de ella que decía “Atácale”- Y eso son
los zapatos que faltan para compaginar esa ropa- dijo señalando mi atuendo con
una sonrisa.
Los abrí y
unos Jimmy Choo, negros, con un tacón de diez centímetros, se presentaban ante
mí.
-Dios…- los
cogí y me los puse de inmediato y corrí hacia el espejo para mirar mi reflejo-
Son perfectos, Al, gracias- me volví hacia ella y la abracé.
-De nada,
me voy con Jazz a clases- me besó en la mejilla y se separó de mí- Tienes un
muffin encima de la encimera- me sonrió y salió de mi habitación.
Sonreí.
Cogí mi
bolso y salí de mi habitación corriendo, ya llegaba tarde…
Mi primer
día de clases y llegando tarde…
Bien,
Bella.
Cogí el
muffin y lo guardé en mi bolso, ahora no tenía tiempo para comérmelo y me
encaminé hacia mi primera clase.
Los
pasillos estaban desérticos y se escuchaban las explicaciones de los profesores
a través de las puertas abiertas.
Llegué a mi
clase y vi el espécimen más perfecto de la tierra…
Mi nuevo
profesor estaba sentado encima de la mesa, presentándose ante mis compañeros.
Su pelo
estaba totalmente despeinado, de una manera demasiado sensual, como si hubiera
estado mucho tiempo intentando domarlo y no haberlo conseguido en lo más mínimo.
La línea de su mandíbula estaba perfectamente marcada y su nariz era
simplemente perfecta…
Y sin
contar con su cuerpo…
Dios… era
todo un pecado.
-¿Usted
es…?- salí de mis calientes pensamientos y me encontré de lleno con su mirada
esmeralda.
-Buenos
días- puse mi mejor cara de niñita buena y le sonreí cordialmente- ¿Puedo
pasar?- él asintió con una sonrisa en sus labios.
Me derretí
en ese instante…
Por Dios,
Bella, no seas una babosa y compórtate como la mujer adulta que eres.
No es como
si fuese el primer hombre guapo que hayas visto…
-Me llamo
Isabella Swan- toda la clase me miraba y Sam, Jacob y Seth me miraron
coquetamente.
¿No se
daban cuenta que ya no me interesaban ninguno de los que me había tirado ya?
Anduve
hasta su mesa y me puse enfrente de él, dándome cuenta de su ancho pecho y sus
fuertes brazos… y de su exquisito aroma a vainilla…
Oh, joder.
-Soy Edward
Cullen- de nuevo, sus labios se tornaron en una sonrisa torcida y supe que sería
mi favorita- Y soy su tutor y su nuevo profesor de Anatomía y Embriología
Humana- me tendió su mano y yo se la cogí lo más profesional que pude sin
contar con mis nervios… sintiendo una corriente eléctrica pasar por mis
terminaciones nerviosas… pero aun así, no le dejé que me sorprendiera…
Tutor…
cuánto me gustaría que me obligara a quedarme con él hasta altas horas en una
Universidad desértica…
-Encantada,
profe Cullen- le guiñé y me giré, haciendo que mi falda se subiera un poco.
Sentí un
gruñido por su parte y no pude más que sonreír.
-¡Bella!-
dijeron Sam, Jacob y Seth.
-Hola,
chicos- les sonreí y me senté, con toda la educación y elegancia del momento, justo
enfrente del profe Cullen, haciendo que mi corta falda se subiera más de lo
debido y se me vieran los muslos demasiado.
-Chicos-
comenzó con esa voz suave como el terciopelo, pero tan varonil a la vez…- Hoy
empezaremos por la anatomía femenina- sonreí como una imbécil porque yo sería
la elegida, ninguna estúpida de aquí me quitaría ese lugar y sabía
perfectamente cómo conseguirlo- ¿Alguna voluntaria?- miró a toda la clase y su
mirada se quedó en la mía durante unos segundos.
Todas las
chicas de la clase, excepto yo, levantaron sus estúpidas manos con una sonrisa
coqueta en el rostro.
Estúpidas…
Lo que
provocó que todos los chicos suspiraran cansados.
-Profesor-
habló Sam- ¿No se supone que es el primer día de clases y todo ese rollo?- miré
la cara del profe sexy Cullen, mi nuevo apodo para él, y supe que ésa había
sido una pregunta incorrecta…
Cómo me
hubiera gustado que me hubiera puesto esa cara cuando él estuviera follándome
como una auténtica perra…
Esa cara de
enfado era demasiado sexy…
Isabella
Marie Swan, ya está bien… me gritó la vocecilla de mi conciencia.
-Cuando
tengas a un paciente a punto de morir, ¿también le dirás que es tu primer día?-
toda la clase, inclusive yo, soltamos una carcajada.
-Claro…-
qué imbécil era… ¿cómo podía haberme tirado a esa cosa sin cerebro?
Fácil…
mucho alcohol es lo que tiene.
-Bueno…
entonces, ¿quién se presta como voluntaria?- de nuevo, todas las estúpidas
levantaron sus manos, todas menos yo- Señorita Isabella Swan- me llamó con esa
sensual voz y qué bien sonaba mi nombre en sus labios…
Madre mía…
-Dígame,
profesor- le sonreí sensualmente y él hizo un amago de sonrisa traviesa.
Oh, por
favor, no me hagas eso de nuevo…
-Tú serás
la voluntaria- sonreí triunfal al conseguir lo que quería.
Tomad esa,
zorritas.
-Pero… ¿no
se supone que tiene que ser voluntario?- me mordí el labio inferior en un claro
gesto de provocación y él sonrió torcidamente.
Joder…
-Claro, no
le estoy obligando a nada, señorita Swan- esta vez, su voz era pícara,
demasiado pícara y no pude más que sonreírle sexymente.
Me levanté
sensualmente y con cuidado, bajé los escalones con mis altos tacones, haciendo
que mi falda se moviera provocativamente.
-¿No se
supone que no deberías ponerte tacones, eh, Bellita?- la voz de la putona de
Tanya me sacó de mi reciente ensoñación con el profe sexy Cullen…
Me giré y
le sonreí falsamente cuando me faltaban dos escalones por bajar, de nuevo,
escuché un gruñido por la zona donde estaba Edward.
¿Edward?
Si, Edward…
-¿Y tú no
se supone que deberías estar calladita y ocupada con otras…?- pensé en mi mejor
manera de reflejar su estilo de puta- ¿Tareas?- le sonreí de nuevo y todos
soltaron una enorme carcajada- No tengo la culpa de que no puedas soportarlos
tantas horas, querida.
-No eres
más, no eres más…
-Señorita
Denali- mi reciente fantasía sexual salió a mi rescate- En mi clase no acepto
la falta de educación, así que si es tan amable, váyase de mi clase- toma esa,
putona.
Le sonreí
una última vez y me giré para ver cómo mi profe favorito me esperaba de pie con
una sonrisa.
-Venga
aquí, señorita Swan- dijo cuando Tanya recogió sus cosas y salió de la clase pisando
fuerte.
Sonreí.
-Por
supuesto- me acerqué a él y de nuevo, ese aroma tan adictivo me golpeó de
lleno.
-Como ya
saben, esta asignatura está orientada en conocer, más a fondo, los órganos del
cuerpo humano- joder… ¿todo lo tenía que decir con esa sensualidad?- Hoy os
enseñaré los órganos de manera tridimensional- hizo una pausa mirándome y yo le
sonreí de nuevo- Vuestra compañera, la señorita Swan, nos servirá para la parte
práctica la materia- un escalofrío me recorrió por mi espina dorsal al saber lo
que me esperaba…
-¿No se
supone que la práctica es con pacientes muertos?- ahí estaba de nuevo el
imbécil de Sam…
-Conmigo
no- declaró duramente- Conmigo sabréis lo que es un órgano dentro y fuera del
cuerpo humano- mis labios se tornaron en una sonrisa sensual al escuchar eso-
Tendrás que saber cómo son los órganos antes de operarlos, ¿no crees?- todos
soltaron una pequeña risilla al escuchar al profe sexy Cullen.
Cómo me
gustaría conocer sus órganos…
-Bien…- me
volvió a mirar y me sonrió torcidamente- Ponte aquí- me cogió el brazo y de
nuevo, sentí una corriente eléctrica, pero esta vez, más fuerte- Vaya…- fue lo
único que susurró mirando su agarre en mi brazo- Estate lo más quieta posible,
¿de acuerdo?- yo asentí y me reprimí de decirle que me podía hacer lo que sea,
que yo estaría encantada…
Se puso a
un lateral de mi cuerpo y su mano se acercó a mi pecho peligrosamente.
-Chicos-
llamó a la clase y su mano al fin alcanzó su propósito- Éste es el corazón de
la señorita Swan- ni qué decir que mi pobre corazón se saltó un par de latidos
cuando las manos de aquel adonis se posaron encima de la fina camisa…
Su mano era
delicada y dulce, pero terriblemente caliente y sensual…
Estuvimos
así al menos una hora, tocando todo mi cuerpo con determinación, por supuesto,
pidiéndome permiso a cada instante y yo facilitándoselo encantada…
Tocó todos
y cada uno de mis órganos, obviando los sexuales, por supuesto…
Qué pena…
Nuestras
miradas se encontraban y yo me derretía en esa mirada jade que tanto me quemaba
y me llamaba a la vez para que me entregase a ella con determinación…
-Muchas
gracias, señorita Swan- me susurró dejando de tocar mi cuerpo con esas manos
adictivas y yo sólo pude sonreírle lo más coqueta que pude.
-No tiene
que darlas, profe, ha sido todo un placer- le guiñé y me giré para irme cuando
me cogió del brazo y acercó su boca a mi oído.
-Nos
veremos pronto, señorita Swan- joder… esa voz hizo que mi tanga se mojara
inevitablemente…
No le dije
nada, no podía, estaba segura que si abría la boca, un gemido audible saldría
de mi garganta y eso no podía pasar.
Tocó el
timbre enseguida y yo me escabullí entre los estudiantes, de los que la
población masculina, me miraba con deseo y lujuria y la otra población, la
femenina, me miraba con odio y envidia.
Cuando
llegué a casa, me acosté y sonreí como una idiota, como si fuese el único
hombre guapo de todo el planeta…
Esa fue la
primera noche que tuve los sueños más candentes y eróticos de mi vida…
¿El
protagonista?
Mi profesor
sexy, Edward Cullen…
Fin Flash Back.
-¿Bella?-
la voz de Alice me sacó de mis sádicos pensamientos.
-¿Qué
quieres, Alice?- rodé los ojos.
-Tengo una
carta para ti- giré mi cabeza hacia su dirección y la miré entre sorprendida y
curiosa.
-Nadie me
envía cartas, invéntate algo mejor para sacarme de la cama- cogí la almohada y
la puse encima de mi cabeza para que la molesta voz de ratona de Alice y la luz
que se colaba por la ventana, no me molestara en lo más mínimo.
-Y si… se
tratase de un anónimo con iniciales E.C., ¿te interesaría?- salté literalmente
fuera de la cama y le arrebaté la carta de las manos de Alice- Vaya… al parecer
te interesa…
-Si- le
sonreí por primera vez y me senté en la cama a la vez que abría el precinto de
la carta.
-¿Quién es,
E.C.?- se sentó a mi lado y miró por encima de mi hombro.
-Alice-
dejé de abrir el precinto y la miré- Esto es personal- le advertí, pero ella ni
se inmutó- Quiero leerla a solas- le aclaré al fin y de verdad, de verdad, que
esperaba que no se enfadase conmigo, pero había veces que podía llegar a ser
demasiado insistente.
-Está bien-
soltó al fin- Estaré aquí en unos veinte y cinco minutos para arreglarte- hice
una mueca.
-¿Qué?- se
levantó de mi cama y se puso delante de mí con su sonrisa ladina.
-Que tendré
que trabajar mucho contigo hoy- se volvió y llegó a la puerta- Báñate con las
sales que te he dejado en la bañera- dijo antes de abrir la puerta y salir de
mi habitación por completo.
Ya
empezábamos con en sexto sentido de la enana…
¿Estaba
loca? ¿Qué yo iba a qué?
Rodé los
ojos y me apresuré a leer la carta “anónima”.
Sonreí.
Querida Isabella,
No voy a decirte mi nombre porque es
más que obvio quién soy, pero sí te adjunto un pequeño contrato para que lo
leas y te cerciores de lo que estás a punto de hacer.
Si aceptas el Contrato de Sumisión,
te quiero en la puerta de mi casa a las once de la noche, sin retrasarte siquiera
un segundo, ¿queda claro?
Mi chófer se encargará de ir a recogerte
para llevarte al mejor Salón de Belleza del país, eso conlleva casi cuatro
horas de camino y luego, os dirigiréis hacia mi residencia de Nueva York. A las
dos de la tarde, exactamente, estará en la puerta de tu apartamento.
No quiero réplicas ni quejas y
quiero que me complazcas en todo lo que te diga.
Comenzarás a ser mi pequeña zorra esta
noche, o… ¿no?
Atentamente,
E.C.
CONTRATO DE SUMISIÓN.
Isabella Swan, sumisa, en posesión
de su persona, consiente y manifiesta que desea y pretende entregarse
totalmente en las manos de Edward Cullen, su Amo. Por su parte, el Amo, Edward
Cullen, consiente y manifiesta que desea y pretende tomar posesión de su
sumisa, Isabella Swan.
Por la firma de este Contrato de
Sumisión, se acuerda que la sumisa cede todos los derechos sobre su persona, y
que el Amo toma completa posesión de la sumisa como propiedad, reclamando para
si mismo su vida, su futuro, su corazón y su mente.
1. Deberes de la Sumisa.
a) La Sumisa acepta obedecer y
someterse completamente al Amo. Sin límites de lugar, tiempo o situación, en la
cual la sumisa pueda deliberadamente rechazar las órdenes de su amo, excepto en
las situaciones donde de aplique el veto (sección 2.1).
b) La Sumisa también acepta, una vez
firmado el Contrato de Sumisión, que su cuerpo pertenece al Amo, para ser usado
como éste considere conveniente.
c) La Sumisa comprende que todo lo
que tiene, y todo lo que hace, pasará de derecho a privilegio, otorgado sólo
cuando el Amo lo desee, y sólo hasta el punto que él lo desee.
2. Palabra de Seguridad.
Si la Sumisa siente que se aproxima
al límite de lo imprevisto, puede pronunciar la Palabra de seguridad “AMARILLO”
para indicarlo. El Amo acepta evaluar la situación en la que la Sumisa
pronunció dicha palabra y usará su capacidad para modificar la actividad o
detenerla completamente.
La Sumisa está de acuerdo en
atenerse a la decisión del Amo.
El Amo está de acuerdo en no
castigar a la Sumisa por el uso de la palabra de Seguridad.
2.1. Veto de la Sumisa.
La Sumisa, cuando lo considere
oportuno, tendrá poder de veto sobre cualquier orden dada por el Amo, cada vez
que ella puede legítimamente rechazar obedecer esa orden. Esto será indicado
con la Palabra de Seguridad “ROJO”. El uso de la palabra “ROJO” precisa la
inmediata conclusión de la actividad, es considerado un veto, y puede ser
motivo de conclusión del Contrato de Sumisión.
3. Conducta de la Sumisa: General.
a) La sumisa se
esforzara en amoldar su cuerpo, apariencia, hábitos y actitudes conforme a los
deseos del Amo. La sumisa está de acuerdo en cambiar sus actos, forma de hablar
y vestidos para expresar su sumisión. La sumisa hablara siempre a su Amo en
términos de amor y respeto. Se dirigirá a él apropiadamente (“Amo”, “Señor” o
“Profesor”).
b) La sumisa
ambicionara y se esforzara en aprender como agradar a su Amo y aceptara
agradecida cualquier critica y en cualquier forma que el Amo elija.
c) La sumisa
renuncia a todo derecho de intimidad u ocultamiento a su Amo. Esto incluye
fotografías y videos de la sumisa, en cualquier situación, para ser usadas y
mostradas por el Amo como este considere conveniente.
d) La sumisa
esta de acuerdo en exponer todos sus deseos y fantasías a la consideración del
amo.
e) La sumisa
responderá sincera y completamente, todas y cada una de las preguntas que el
Amo le haga. La sumisa dará voluntariamente cualquier información que su Amo
deba conocer sobre su condición física y emocional.
f) Cuando este
en la misma habitación que su Amo, la sumisa pedirá permiso antes de salir de
ella, explicando donde va y por qué. Esto incluye pedir permiso para usar el
aseo.
g) La sumisa
será responsable de mantener la limpieza y disponibilidad de todos los juguetes. Ninguno será
usado sin el expreso permiso del Amo.
3.1. La
apariencia de la Sumisa.
a) La sumisa
nunca cerrara ni cruzara sus piernas en presencia de su Amo, a menos que se le
haya otorgado permiso especifico.
b) Minifaldas,
botas, zapatos de tacón, ligas o medias, y tops o vestidos reveladores será su
principal vestimenta en público.
c) La sumisa
mantendrá su sexo limpio y depilado o lo dejara crecer según el deseo de su
Amo.
d) La sumisa
cortara, peinara y teñirá su cabello como ordene su Amo.
e) La sumisa
tendrá las uñas de pies y manos pintadas y cuidadas como desee su Amo.
f) La sumisa
llevara todo el tiempo, 24 horas al día, 7 días a la semana, una señal de su
sumisión, dada por su Amo.
4. Normas del
Amo.
El Amo acepta
la responsabilidad sobre el cuerpo de la Sumisa y sus posesiones, para hacer
con ellos lo que considere conveniente. El Amo está de acuerdo en amar, cuidar,
proteger y mimar a la Sumisa, y cuidar de su seguridad y bienestar. El Amo
acepta también, el compromiso de entrenarle, castigarle, amarle y usarle como
considere conveniente.
5. Castigos.
La Sumisa está
de acuerdo en aceptar cualquier castigo que el Amo decida infligirle, lo haya
merecido o no. La Sumisa está de acuerdo en que estos castigos puedan ser
infligidos por cualquier infracción de la letra o el espíritu de éste Contrato
de Sumisión, y aceptará agradecida la corrección. La forma y la duración del
castigo serán a gusto del Amo. Puede castigarle sin razón, sólo para su placer.
6. Otras
personas.
a) La Sumisa no
buscará otro amo o amante, ni tendrá relaciones sexuales o de sumisión con
otros. Hacerlo será considerado una violación del Contrato de Sumisión y tendrá
como resultado un castigo extremo o la ruptura del Contrato.
b) El Amo puede
aceptar otras sumisas o amantes, siempre que la Sumisa no logre satisfacer las
necesidades del Amo.
7. Alteración
del Contrato de Sumisión.
El Contrato de
Sumisión no puede ser alterado a menos que ambas partes estén de acuerdo. Si el
Contrato es alterado, el nuevo se imprimirá y será firmado, y el viejo Contrato
será destruido.
7.1.
Terminación del Contrato.
Este contrato
puede darse por terminado en cualquier momento por cualquiera de ambas partes.
8. Firma de la
Sumisa.
He leído y
comprendido este Contrato de Sumisión. Estoy de acuerdo en entregarme por
completo a mi Amo, acepto cualquier reclamación sobre mi cuerpo, corazón, alma
y mente. Comprendo que seré dominada, entrenada y castigada como Sumisa y
prometo cumplir todos los deseos de mi Amo y servirle con lo mejor de mis
habilidades. También comprendo que me puedo retractar de este Contrato de
Sumisión en cualquier momento.
Firma:
Fecha:
8.1. Firma del
Amo.
He leído y
comprendido completamente este Contrato de Sumisión. Estoy de acuerdo en
aceptar esta Sumisa como mi propiedad y cuidar de ella lo mejor que sepa.
Cuidaré de su seguridad y bienestar y la dominaré, entrenaré y castigaré como
Sumisa. Nada dañará a mi Sumisa mientras me pertenezca. También comprendo que
me puedo retractar de este Contrato de Sumisión en cualquier momento.
Firma:
Fecha:
Vale…
Leí el dichoso Contrato al menos, cinco veces y cada vez mi mandíbula caía
más y más, a tal punto que temía que rozara el suelo…
¿Esto era un juego o estaba soñando?
Esto no podía ser real…
¿Dónde quedaba el profesor dulce y atento al que todos adoraban en esta
ecuación? Y… ¿por qué a mí?
Irremediablemente, mis labios se tornaron en una sonrisa…
-¡ALICE!- llamé como una puta desquiciada y la enana entró en dos segundos
por la puerta de mi habitación.
-¿Qué pasa?- dijo un poco ahogada por la carrera que se había metido.
-Edward Cullen quiere que sea su sumisa…- susurré tendiéndole la carta y el
contrato.
Lo leyó pausadamente, leyendo cada punto atentamente.
-Joder…- murmuró y su mirada verde se inyectó en la mía- ¿Qué vas a hacer?-
se sentó a mi lado y dejó la carta y el contrato a nuestro lado.
-Aceptarlo- dije segura con una sonrisa en mis labios.
-¡¿Estás loca?!- se levantó rápidamente y me asustó la ira de su voz. Nunca
la había visto así de furiosa…- ¡Le estás entregando tu cuerpo a un
desconocido, Bella!- me gritó y yo rodé los ojos.
-Como si hubiera sido diferente con los otros…
-Los otros eran tus compañeros de clase, Bella, de tu misma edad y tus
mismos gustos sexuales- me aclaró y yo la miré a los ojos- Edward Cullen es tu
profesor y tiene un gusto muy exquisito a lo que al sexo se refiere- su voz se
iba tranquilizando a medida que iba avanzando su discurso- No lo hagas, Bells-
se acercó a mí y me abrazó- No quiero que te trate mal.
-No lo hará- le aseguré abrazando su pequeño cuerpo- Ya has leído el
contrato, sabes que aclara que me cuidará y protegerá- la separé de mí y la
miré directamente a los ojos- Si algo va mal, anularé y romperé el contrato y
listo- cogí su cara con ambas manos- Quiero hacerlo- le dije sinceramente y
ella asintió levemente.
-Prométeme que si te hace algo malo, cortarás todo lo que tengas con ese
hombre y volverás a casa- le sonreí y asentí a la vez que volvía a abrazarla
con todas mis fuerzas.
-Te lo prometo- la apreté contra mi cuerpo y ella suspiró.
-Vaya con el “amable y encantador” profesor de medicina…- solté una
carcajada por su descripción tan acertada, al menos en nuestra prestigiosa
Universidad Dartmouth…
-Lo sé…
-Pero…- se separó de mí y me miró directamente a los ojos- ¿Tanto poder
tiene para poder hacer todo esto? Ha mencionado que tiene chofer y que hará que
te lleven al mejor Salón de Belleza- su cara de iluminó- Ese Salón vale cientos
miles de dólares, Bella- me aclaró con una sonrisa y yo se la devolví- Sin
olvidar que parece tener varias residencias en todo el país…
-Lo sé, me has arrastrado hasta allí dos veces…- su sonrisa se ensanchó- Al
parecer es bastante rico…- murmuré pensando en por qué estaba trabajando como
profesor de Universidad.
-Si, pero… ¿te detendrá en Nueva York todo el tiempo que sigáis con ese
contrato?
-No lo creo, él tiene que trabajar aquí, supongo que esa es una pregunta
muy importante para hacerle…- dije pensativa.
-Si, tienes razón… aunque… hoy comienzan las vacaciones de otoño… ¿crees
que eso habrá sido el incentivo para mandarte todo esto?- su ceja se alzó hasta
límites insospechados.
-No lo sé, pero una gran parte de mí, lo cree- hice una pausa mientras la
miraba- De todas formas, estas son las primeras vacaciones desde que nos
conocimos…- aseguré y ella asintió.
-Si…- susurró mi amiga y en un segundo, se levantó animadamente- Vamos- me
tendió su pequeña mano y me sonrió de nuevo.
-¿Qué haces?- se la cogí dudosa y ella tiró de mí.
-Tenemos que comer y prepararte para ir al Salón de Belleza- me aclaró y yo
gemí interiormente.
Me encantaba cuidar mi cuerpo y hacerme irresistible a los hombres, pero lo
que de verdad odiaba, era los continuos tirones de pelo y sobretodo, los
jalones de la cera…
Gemí de nuevo… al pensar en “La Sumisa mantendrá su sexo depilado”…
-No te preocupes, vamos, al fin y al cabo, esto es lo que has estado
soñando desde hace dos meses…- miré a Alice y sabía que tenía toda la razón,
pero el pre-sexo no me gustaba nada…
-Lo sé…- susurré dejándome arrastrar por la loca de la enana hacia la
cocina.
Comimos en un silencio cómodo, cada una pensando en lo que se avecinaba,
aun así no dijimos nada al respecto.
-Vamos, báñate con las sales y te prepararé la ropa- me guiñó un ojo y
recogió los platos de la comida para dejarlos en el lavavajillas.
Yo, a regañadientes, me dirigí hacia mi habitación y me desnudé en el
camino a la vez que me metía dentro de mi amplio baño.
Puse el tapón en la bañera y abrí el grifo del agua caliente. Me volví y
miré mi reflejo en el espejo.
-Tú puedes con esto, Bella- susurré muy bajito dándome ánimos- No es como
si fuera la primera vez…
No, no lo es, pero con semejante espécimen… gritó la vocecilla de mi
conciencia y cómo me hubiera gustado tenerla frente a mí y darle unos cuantos
palos…
Al cabo de los minutos, comprobé que la bañera estaba completamente llena y
que el agua estaba a una temperatura perfecta.
Gemí al contacto de mi sensible piel con el agua caliente.
-Bella, ¡son las dos menos cuarto!- oh, joder…
-¡JODER!- grité y me enjaboné rápidamente con mi gel favorito, el de
vainilla y salí rápidamente de la bañera- Me podrías haber dado un poco más de
tiempo, ¿no crees?- me envolví en una toalla y salí del baño, haciendo que mi
pelo mojado goteara en el suelo de parquet.
-¡Bella!- me gritó la enana viniendo hacia mí- ¡Estás mojando el parquet!
-No es de tarima, Ali, es un buen parquet- le recordé rodando los ojos y en
ese momento, me fijé en la ropa que había encima de mi cama- Creo que tus
nervios te están jugando una mala pasada… se supone que soy yo la que debería
estar nerviosa…- susurré mientras me acercaba a mi atuendo y sonreía como una
idiota.
-¿Te gusta?- susurró mi amiga detrás de mí y yo me giré con la misma
sonrisa idiota y la abracé.
-Gracias, Al, claro que me gusta- le besé en el tope de su cabeza y comencé
a secar mi cuerpo.
-Te voy a coger una trenza porque, seguramente, te corten el pelo al gusto
de tu Amo- su voz era burlona, demasiado, y me acerqué a ella y le saqué la
lengua.
-Creo que tendré que acostumbrarme a eso…- susurré girándome para poder
vestirme.
Me deslicé la pequeña falda azul marino de tablas por mis piernas y luego
me puse la camisa blanca con botones en el centro.
-Llevarás esto- me señaló unos zapatos de tacón azules, igualando con la
falda y alcé una ceja… ¿no se supone que iría a un puto Salón de Belleza y
punto?- Tu Amo te los hará llevar las 24 horas del día, Bella, así que, hazme
caso- rodé los ojos y asentí, sabiendo que tenía razón, a la vez que cogía los
dichosos zapatos.
Me peinó con una trenza muy informal, que me encantó, y cuando estábamos
saliendo de mi habitación, el timbre sonó.
-Mierda… ya está aquí el chofer de Edward…- susurré y miré a mi amiga.
-Si- susurró entregándome mi bolso a juego con mis zapatos con todo lo que
necesitaba- Y esto- me tendió el puto Contrato y yo suspiré.
-Mierda… ¿cuándo coño decidí esta puta locura?- metí el Contrato en mi caro
bolso.
-Vamos, te irá bien, relájate y disfruta- me besó en la mejilla y me
acompañó hasta el portal- Joder… si que es rico- murmuró mirando frente a ella.
-JODER…- susurré yo mirando el precioso Astor Martin Rapide Concept…
-Diviértete- me besó en la frente- Llámame cuando salgas del Salón de
Belleza, tengo que saberlo todo- me sonrió y se fue hacia el ascensor entre
risas y murmurando “oh, joder, qué buen gusto tiene…”
Salí de la seguridad de mi portal y me encontré con un muchacho de no más
de veinte cinco años, pensé que tendría mi misma edad…
-Buenas tardes, señorita Isabella Swan- me tendió su mano y yo se la cogí
amablemente.
-Buenas tardes- le sonreí y él soltó mi mano.
-Soy Quil- me aclaró y yo asentí- Soy el chofer del señor Edward Cullen y
la llevaré al Salón de Belleza- parecía majo el chaval, pero parecía un puto
robot diciéndome lo que ya sabía…
-Muy bien- fue lo único que pude decir y él me sonrió antes de abrirme la
puerta trasera derecha del cochazo- Gracias- entré en el coche y un olor a
vainilla y a nuevo me golpeó de lleno.
El olor de Edward era como una puta epidemia… se contagiaba con una
facilidad asombrosa y no había quién lo olvidara…
Me hundí en el asiento de piel y cuero y gemí interiormente.
Joder… si por fuera era una pasada, por dentro era el puto paraíso.
Todo estaba perfectamente decorado en colores beige y negros, haciendo un
contraste increíble.
-Póngase el cinturón de seguridad- el tal Quil me miró por el espejo
retrovisor y yo asentí presurosa por mi falta de tacto en lo que a mi salud de
refiere… pero es que me había quedado totalmente anonadada por mis vistas y
pensamientos…
Quil arrancó el motor, provocando un ronroneo suave del mismo y emprendimos
la marcha por las calles de Dartmouth.
Salimos del Estado de Massachusetts en
muy poco tiempo, haciendo el mismo recorrido que yo tantas veces había hecho
con Alice… con la excepción de que nos rodeaba un incómodo silencio…
Nos encaminamos hacia el suroeste, en Concord y seguimos su camino hasta
llegar a Union Ave. Una vez allí, salimos hacia otra autopista que llegaba a
Nobscot Rd y por muchos sitios más hasta llegar a bordear la ciudad de
Springfield.
No me pasó desapercibido cómo la guapa chica de la cabina de peaje miraba a
Quil con ojitos…
Quil le sonrió educadamente y le entregó un billete grande, muy grande y ni
siquiera cogió la vuelta, simplemente hizo un asentimiento y nos dejó pasar…
-Perdóneme, pero tengo órdenes estrictas del señor Cullen para no parar- la
voz de Quil me sacó de mis pensamientos cuando salimos hacia la carretera donde
ponía “New York City”.
¿Ya habían pasado dos horas desde que nos fuimos?
Miré mi fino reloj de muñeca y me cercioré de que, efectivamente, eran las
cuatro de la tarde… por lo que estábamos entrando en Connecticut…
-No se preocupe, Quil- lo miré dirigiendo mi mirada al espejo
retrovisor-Acabé de comer hace dos horas- le sonreí y dirigí mi mirada hacia el
bonito paisaje que tenía a mi derecha.
-Muy bien- susurró dirigiendo su mirada, de nuevo, hacia la carretera.
Nos fundimos en un nuevo silencio, pero esta vez, era cómodo.
Después de unos diez minutos o así, entramos en el Estado de Nueva York, pasando
por Connecticut. Y así hasta que llegamos a la ciudad de Nueva York.
Miré, nuevamente, mi reloj de Dolce & Gabbana y abrí mucho los ojos…
-Ya estamos en Nueva York- anunció alegre el chofer de… ¿mi Amo? ¿Señor?
¿Profesor?
Joder… no sé qué me ponía más…
-Ya veo…- susurré sorprendida al saber el poco tiempo que habíamos tardado…
Habíamos hecho el camino en una hora menos, no me extrañaba con la sutileza
que cogía velocidad el Astor Martin…
Nos adentramos en la enorme ciudad, dirigiéndonos hacia las cinco avenidas
más famosas del mundo, llegando a la más conocida e importante, la Quinta
Avenida. Hicimos un recorrido por ella hasta pararnos en la calle veinte, donde
un enorme edificio, de arquitectura moderna se alzaba ante nosotros.
Era el prestigioso Salón de Belleza “Mac & Co”.
-El Salón de Belleza se encuentra justo aquí- yo asentí y se bajó del
coche.
-Muchas gracias- susurré cogiendo la mano que me ofrecía.
-En cuanto esté liste, vendré a buscarla, ¿de acuerdo?- lo miré y le
sonreí.
-Claro, pero… ¿cómo sabrá cuando estaré lista?
-No se preocupe, la dueña del Salón me llamará cuando eso pase- yo sólo
pude asentir- Ahora relájese y disfrute- me sonrió cálidamente.
Me puse mis gafas de sol Rayban y lo miré.
-Gracias- apreté mi bolso de mano a mi cuerpo y me giré para subir los
elegantes escalones de la entrada al Salón de Belleza.
Mi cabeza estaba alta al igual que mi cuerpo, justo como me había enseñado
mi madre a andar, a pesar de los altísimos tacones que llevaba.
Toda la población masculina de alrededor me miraba con hambre.
No pude más que sonreír.
Antes de que entrara si quiera, mi móvil comenzó a sonar y lo cogí
rápidamente.
-Dígame- contesté sin mirar la pantalla de mi móvil.
-Deja de provocar con tus andares
elegantes y sensuales y entra en el Salón de Belleza, ¡ahora!- tengo que
reconocer que al principio me había quedado en estado de shock, pero cuando
reaccioné toda la ira se apoderó de mí.
-¿Edward?- intenté concordar esa voz furiosa con el “amable y atento”
profesor de medicina…
-Amo- dijo con voz dura y yo
sonreí aun más dándome la vuelta para que me viera de donde quiera que
estuviese.
-Aún no, profe Cullen- sonreí más ampliamente- ¿No sabe que espiar a los
demás es de mala educación?- le piqué y escuché un gruñido al otro lado del teléfono.
Sonreí.
-Obedece y entra en ese maldito Salón
de Belleza- su voz era dura y fría, pero me estaba poniendo de sobre
manera…
-¿Sabes que me pones demasiado con esa voz, verdad?- mordí mi labio
inferior y me giré hacia la puerta del Salón de Belleza.
No lo pude evitar… tenía que provocarlo.
-DEJA DE MORDERTE EL LABIO INFERIOR,
ISABELLA- deshice el agarre de mis dientes.
-Dentro de unas horas nos veremos, profe sexy Cullen- no dejé que me
contestara nada más y colgué, metiendo mi Iphone en el bolso.
Sonreí más ampliamente.
Podía llegar a ser muy, muy mala…
Entré con elegancia al lugar tan conocido para mí y una mujer, muy guapa y
de unos cuarenta y tantos años, se acercó a mí.
-Buenas tardes- me tendió su mano y yo se la cogí encantada.
-Buenas tardes- le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.
-Soy Charlotte y soy la dueña de Mac & Co- abrí mucho los ojos al
conocer a tan prestigiosa mujer.
-Yo soy Isabella Swan, un placer- hice una pausa mirando el lugar, habían
cambiado varias cosas- Siempre he querido conocerla y felicitarla por tan
maravilloso y distinguido Salón- me sonrió.
-Oh, muchas gracias, pero, por favor, tutéame- yo asentí- El señor Edward
Cullen pidió una cita para usted- volví a asentir- Pues empecemos, hay mucho
que hacer ante sus exigencias…- dijo mirándome y yo me tragué el gemido
interior que estaba a punto de salir de mi garganta, no de placer, si no, de
dolor…
Pasamos por el hall, donde había muchas clientas esperando en los cómodos
sofás, leyendo revistas de cotilleos.
-El señor Cullen ha pagado mucho porque tuvieras una cita el día de hoy, ha
sido casi imposible…- susurró, pero yo no dije nada.
Un escalofrío pasó por mi espina dorsal cuando dijo que había pagado mucho…
¿tan seguro estaba de que le iba a decir que sí?
JODER… estaba jodida, bastante jodida…
Pasamos por un largo pasillo y llegamos a la última puerta, la cual,
Charlotte abrió y me dejó ver una amplia sala equipada con los mejores aceites
y cremas para los masajes…
-Zafrina- llamó a una mujer muy guapa con rasgos indios- Quiero que trates
a Isabella como si fuera yo, ¿entendido?- sonreí ante su amabilidad.
-Por supuesto, Charlotte- hizo una pausa y me miró- Encantada de conocerla,
Isabella, yo seré quién el de su masaje corporal- yo asentí y Charlotte me
cogió del brazo.
-Pueden llamarme Bella, por favor- les aclaré y ambas mujeres sonrieron.
-Bella, yo seré la que te corte el pelo después de que te hagan los masajes
y la cera- asentí nuevamente- Espero que disfrute- me sonrió y salió del enorme
salón.
-Muy bien- Zafrina cogió una toalla blanca con el logo de Mac & Co y me
la tendió- Puede cambiarse allí- señaló una puerta blanca y me dirigí hacia
ella.
Me quité toda mi ropa, incluyendo la interior, y salí envuelta en la
esponjosa toalla.
-Túmbese- palmeó una camilla y yo hice lo que me pidió- Ahora, relájese- yo
asentí y cerré los ojos mientras que sentía dos rodajas de pepino en ellos- Le
voy a poner una mascarilla de arcilla en la cara para limpiarla- asentí.
Zafrina me puso la dichosa mascarilla y comenzó a exfoliarme todo el cuerpo
con una crema con granitos y me dejó ahí al menos media hora mientras que hacía
el efecto deseado.
-Tiene la piel perfecta, esto es sólo rutina- tuve que sonreír y sentí sus
manos en mis ojos, quitándome las rodajas de pepino- Muy bien, ahora váyase a
la ducha y enjuáguese.
-Claro- le sonreí y me fui, desnuda, hacia las duchas para enjuagarme.
Lo hice y me envolví, de nuevo, en la esponjosa toalla y me dirigí hacia el
salón.
Zafrina se acercó a mí y me limpió la arcilla de la cara con mucho cuidado
y luego se alejó de mí para tirar el trozo de algodón a la basura.
-Señorita Bella- me llamó y la miré- Ahora, mi compañera Senna, le hará la
cera, ¿de acuerdo?
-Por supuesto- le sonreí por cumplir no porque me gustase la cera…
-Y después la acompañará aquí de nuevo para hacerle un masaje corporal-
alcé una ceja- Esta vez con mantequilla de vainilla- yo asentí- Venga conmigo-
abrió una puerta que se encontraba al lateral del salón y entramos en ella.
Allí había muchas camillas y toda la maquinaria que existía para la
depilación con cera.
Gemí.
-No se preocupe, le haré la cera con la mayor suavidad posible- dijo una
chica que se parecía mucho a Zafrina- Soy Senna, un placer- se presentó y yo
sólo asentí ante su saludo.
Me estaban entrando sudores fríos nada más ver esa dichosa pasta espesa que
prometía el dolor eterno…
-Venga aquí y túmbese- me pidió Senna y Zafrina me acompañó hasta allí.
-Señorita Bella, Senna la acompañará, de nuevo, hacia el salón anterior.
-Muy bien, gracias Zafrina- le sonreí y me tumbé en la camilla, sintiendo
los decididos pasos de Zafrina y cerrando la puerta.
-Relájese, le dolerá un poco- oh, ¿si? No me digas…
Hice todo por relajarme, pero digamos que el hecho de que el hombre más
sexy y arrogante del mundo te envíe una carta, proponiéndote que seas su sumisa
y pague una pasta porque seas la mujer más sensual del planeta, no ayudaba
mucho…
Y después estaba su llamada…
Oh, Dios… ¿desde dónde estaría vigilándome?
-Ya hemos terminado con las piernas, Isabella- dejé mi ensoñación y miré
hacia Senna.
-Sólo Bella- le aclaré, odiaba que me llamaran Isabella- ¿Ya hemos
terminado?- susurré sorprendida y ella asintió.
-Si, estaba muy distraída- por supuesto…- Ahora comenzaremos con su parte
más íntima- mi corazón se saltó un latido y después comenzó a bombear como un
loco.
-¿Es necesario?- gemí interiormente.
-Si, lo es- la amable chica me sonrió- No se preocupe, relájese- si, claro…
como si fuera tan fácil.
Hice, de nuevo, todo por relajarme, pero esta vez pensar en Edward no me
ayudó para nada…
Los jalones eran horribles, tanto, que silenciosas lágrimas bajaron por mis
mejillas del dolor tan inmenso…
J-O-D-E-R
-Ya está, descanse un poco- dijo la pobre chica mirando, seguro, el
torrencial de lágrimas que caían por mis mejillas…- Tome- me tendió un pañuelo
de papel y me limpié, con cuidado, las lágrimas- No se preocupe por el aspecto
de su cara, Charlotte, además de cortarle el pelo, la maquillará- asentí en
silencio agradeciendo interiormente ese detalle.
Pasaron algunos minutos y miré a Senna.
-Senna, puede seguir- ella asintió.
-Le untaré esto para evitar la irritación- untó un bálsamo en mi parte más
íntima y me miró- Ya sólo queda las axilas- asentí y ella comenzó con ello.
Esta vez, no me dolió nada y es que claro… todo el dolor de mi cuerpo
estaba en mi pobre centro…
Cuando terminamos, me envolví en la toalla y me levanté de la camilla.
-Ahora la acompañaré hacia el salón de masajes.
-Vale, gracias- le sonreí y anduvimos hacia la misma puerta por la que
había entrado horas o minutos antes…
No sabía el tiempo que había pasado.
-Senna, podría ser tan amable de decirme la hora- susurré entrando hacia el
salón de masajes y ella asintió.
-Son las ocho de la tarde, señorita Bella- abrí mucho los ojos.
-¿Las ocho ya?- ella asintió- ¿Tanto tiempo ha pasado?
-Si, esto es para relajarse, señorita Bella- intervino Zafrina y yo asentí.
Si, claro… decidle eso a mi Amo.
Espera… ¿mi Amo?
JODER… estaba muy, pero que muy jodida.
-No se preocupe, aquí tardará tan solo veinte minutos y luego irá con Charlotte-
asentí y me tumbé en la misma camilla de antes.
-Que tenga unas vacaciones estupendas, señorita Bella- se despidió Senna y
yo le deseé lo mismo con una sonrisa.
-Tú también, Senna, gracias por todo- ella asintió y salió del salón de
masajes.
-Muy bien, esto será lo más relajante de todo este recorrido “renovador”-
dijo haciendo comillas con sus dedos y yo solté una risilla.
Me quedé completamente quieta en la camilla y muy pronto, llegó a mis fosas
nasales el olor a la vainilla más erótico y sensual del mundo, se parecía al
olor corporal de Edward…
Oh, joder…
¿Acaso…? ¿Acaso él había elegido este olor por él? ¿Porque era su favorito?
Tuve que sonreír como una idiota.
-Veo que le gusta- dijo Zafrina untando esa espesa mantequilla por mis
hombros.
-Si, es mi favorita.
-Así lo dijo el señor Cullen- por primera vez abrí los ojos y la miré.
-¿Qué?
-Dijo que era su olor favorito, el que más le gustaba por eso mandó a que le
masajearan con esta crema corporal- me tragué el audible gemido que estaba a
punto de salir por mi boca…
Me estaba poniendo demasiado los gustos exquisitos de mi profe sexy Cullen.
Unos veinte minutos después, Zafrina terminó por completo y abrí los ojos
cuando no sentí sus manos en mi cuerpo.
-Ya está lista, señorita Bella, ahora vístase y la acompañaré al salón de
pelado- asentí por enésima vez en unas horas y me encaminé hacia el mismo baño
donde me había quitado mi ropa.
Miré mi reflejo en el espejo y miré que mi centro estaba un poco irritado,
pero no tanto como me había imaginado en un principio…
Sin duda, el bálsamo que me había puesto Senna había dado resultado.
Me vestí y cuando deslicé la falda por mis piernas, me sorprendí por la
suavidad de éstas…
-Joder…- susurré tocando todo mi cuerpo, estaba tan suave como la piel de
un bebé y cómo olía…
Joder… era adictivo, igual como lo era Edward…
Salí de aquel amplio y lujoso baño y me encontré con la sonrisa de Zafrina.
-Si me permite el alago, es preciosa-le sonreí y asentí.
-Muchas gracias, Zafrina, usted también es muy guapa- me sonrió la amable
mujer y salimos del salón de masajes.
-Tiene una piel estupenda e increíble, señorita Bella- dijo Charlotte y yo
le sonreí complacida.
-Muchas gracias, Charlotte- hice una pausa mientras me sentaba en el
asiento donde me había indicado- Si te permito que me tutees, hazlo tú también-
ella sonrió ampliamente y asintió.
-Muy bien- hizo una pausa y me subió a la altura que ella quería- El señor
Cullen nos ha dicho que le cortemos un poco las puntas y que le hagamos un
recogido distinguido.
-¿Nada más?- susurré sorprendida.
-Nada más, al parecer, le gusta su pelo tal y como está- una sonrisa se
escapó de mis labios al escuchar eso.
Y yo que pensaba que me iba a cortar el pelo y me iba a teñir de azul o
naranja…
Charlotte me lavó el pelo en un lavabo provisional para que los clientes no
tuvieran que moverse ni un solo milímetro y me hizo un masaje capilar muy
placentero.
Me encantaba que me tocaran el pelo.
Al cabo de los minutos, terminó y me secó el pelo con la toalla, sólo un
poco, lo suficiente para que no goteara.
Cogió sus
tijeras y comenzó a dar tijeretazos por doquier, yo la miraba anonadada desde
el reflejo que me daba el espejo.
-Muy bien, ya tiene el pelo cortado- yo asentí- Tienes un pelo precioso, no
he tenido que cortarte mucho- volví a asentir- Ahora voy a secarte el pelo y
hacerte ese recogido con el que triunfarás esta noche.
Oh, claro, claro que iba a triunfar… de lo lindo además…
No sé el tiempo que pasó, pero cuando abrí los ojos, miré mi reflejo en el
espejo y pensé que no era yo…
-¿Qué me habéis hecho?- susurré con una sonrisa en los labios mirando la
belleza que tenía ante mí.
El recogido consistía en un moño alto, con mechones de pelos sueltos
alrededor de mi cara y con dos trenzas a cada lado que se perdían en el rodete.
-Es perfecto- susurré mirándome más detenidamente y ahí me di cuenta que me
habían maquillado también.
-Estás preciosa, si me permites quiero hacerte una foto para exponerla en
el hall.
-¡¿Enserio?!- exclamé sin dejar de mirarme y ahí supe que mis armas de
mujer estaban floreciendo.
Esta noche iba a ser a mejor noche de toda mi vida, al menos, ése sería mi
primer objetivo.
Mis ojos estaban perfectamente maquillados en tonos marrones y dorados y
mis pestañas, ya largas, ahora eran kilométricas, pero sin ser exagerado,
siempre muy natural.
Y mis labios…
Mis labios estaban pintados con un tono claro tirando a beige y a rosita,
muy apetecible.
-Me encanta- les dije a todas las chicas que había a mi alrededor y todas
sonrieron complacidas.
-No te he depilado las cejas porque las tienes perfectas- oh, claro, no me
extrañaba nada… la enana estaba siempre encima de mí para depilarme y ahora se
lo agradecía con toda mi alma.
Después de hacernos las fotos, Charlotte me tendió la nueva colección de
Mac, donde incluía cuidados para la limpieza diaria.
-Muchísimas gracias, Charlotte- le besé en ambas mejillas sin arruinar su
obra maestra y ella sonrió.
-Vamos, Bella, son las nueve y media- yo abrí mucho los ojos, pensando que
era más tarde- Tienes tiempo de sobra, ya he llamado a Eric y ya está afuera
esperándote- sonreí y la abracé.
-Muchas gracias, de nuevo, por todo- ella me sonrió y me acompañó a la
salida.
-Espero verte por aquí muy pronto, le enviaré las fotos al señor Cullen- yo
asentí y salí a la cálida noche neoyorkina.
-Buenas noches, señorita Isabella- Quil, efectivamente, ya me estaba
esperando junto al coche.
-Buenas noches, Quil- le sonreí y me subí a los cómodos asientos del Astor
Martin.
-Si me permite el alago, está usted preciosa- sonreí y más aún por saber
que era la segunda persona que me decía esas mismas palabras…
-Muchas gracias, Quil- él me sonrió amablemente.
-¿Cómo le ha ido?- murmuró reanudando la marcha.
-Estupendamente- le sonreí.
-Me alegro- hizo una pausa mientras se paraba de nuevo- Ya hemos llegado-
dijo sonriente y se bajó del coche después de haberlo aparcado con elegancia.
-¿Ya?- miré a mi alrededor y tan sólo se encontraban las marcas más caras
de todo el mundo…
Channel, La Perla, Prada, Jimmy Choo, entre otras…
-Si- dijo antes de bajarse del coche y abrirme la puerta- Entrará en
Channel y allí le darán todo lo necesario, yo la estaré esperando aquí- me
sonrió de nuevo y yo, tremendamente sorprendida, asentí y me encaminé hacia la
lujosa tienda.
-Buenas noches, señorita Isabella- una mujer de unos treinta años me saludó
y yo hice lo mismo con una sonrisa.
-Buenas noches.
-Soy Irina y seré la que la vista para esta noche- asentí con ojos muy
abiertos, no imaginándome que Edward tuviera todo tan bien atado y es que… ya
no me sorprendía nada…
Edward Cullen era capaz de todo y más.
-También tenemos la lencería de La Perla, como la encargó el señor Cullen-
sentí un escalofrío por todo mi cuerpo al saber lo que me esperaba…
-Claro- dije sin poder decir nada más.
-Sin duda, el señor Culle tiene muy buena vista- susurró la mujer mirándome
de arriba abajo.
-¿Por qué lo dice?- alcé una ceja perfectamente depilada y ella sonrió.
-Porque ha cogido las medidas exactas- una sonrisa traviesa atravesó mi
rostro- Váyase hacia los probadores del fondo, yo le daré todo lo necesario.
Asentí y me encaminé hacia los probadores que me había indicado la amable
mujer.
-Tome- murmuró al cabo de los minutos tendiéndome un precioso conjunto de
lencería rosa pálido con detalles negros, simplemente precioso, pero sin sujetador…
Abrí mucho los ojos al ver tan sólo el tanga y las medias de encaje…
Me lo puse de inmediato y una sonrisa, esta vez socarrona, se asomó por mi
rostro.
Cómo me gustaba en estos momentos tener un buen cuerpo con buenas formas y
redondeados pechos…
-Lo que le dije, su talla perfecta- la miré y le sonreí complacida- No
tiene sujetador porque su vestido es muy revelador- volví a sonreír de la misma
forma- Su vestido es único, señorita Isabella, es…- no tuvo palabras para
describirlo y simplemente me lo tendió.
Oh, joder…
Era completamente negro con la espalda completamente descubierta,
haciéndolo tremendamente sensual… La suave gasa caía como una cascada hasta
abajo y debajo tenía una ligera tela de seda que tapaba sólo lo necesario.
Simplemente, perfecto…
Me lo puse y me fijé que el escote era en pico, llegando hasta mi ombligo,
dejándose ver el pendiente de mi ombligo. Y en la espalda, también era en pico,
llegando hasta casi el nacimiento de mi trasero.
Sonreí como una maldita obsesa sexual…
-Sólo le falta eso- me entregó unos zapatos de un tacón de al menos doce
centímetros, completamente de aguja y de satén… igualando con mi conjunto de
lencería, tanto en el color como la tela…
-Oh, Dios mío…- susurré calzándomelo y mirándome al espejo.
-Está usted bellísima, señorita Isabella- sonreí complacida y la mujer me
ayudó a salir- Tome- me tendió mi bolso de mano a juego con mi nueva
adquisición y me entregó mi ropa en una bolsa que ponía “Channel” con letras
distinguidas y elegantes.
-Muchas gracias por todo, Irina- le sonreí y ella me la devolvió.
-De nada, señorita Isabella, diviértase- yo asentí y salí de la lujosa
tienda.
-Está… está…- Quil me miraba embelesado y yo me giré para que me pudiera
mirar más detenidamente- Perfecta- susurró al fin ayudándome con la bolsa.
-Muchas gracias… ¿próximo destino?- murmuré cogiendo el brazo que me tendía
para bajar los escalones.
-La residencia del señor Cullen- la sonrisa pícara que se formó en mi
rostro no tenía precio…
Cuando me monté en el coche, me acordé de mi mejor amiga, Alice debería
estar como un león enjaulado sin saber nada…
Cogí mi móvil y vi quince llamadas perdidas de ella…
Uf… me iba a caer una muy buena.
-¡Bella!- gritó
dejándome momentáneamente sorda y Quil escondió una risilla…
-Acabo de coger el móvil, Al, no he podido llamarte antes- se escuchó un
suspiro por el otro lado de la línea.
-¿Cómo te ha
ido? ¿Qué te han hecho? ¿Te han tratado bien?
-Enana, para, deja de hacer tantas preguntas a la vez- de nuevo, la risilla
de Quil se escuchó de fondo- No tengo tiempo para hablar, pero te mandaré una
foto ahora mismo, ¿vale?
-Si, por favor- su instinto
curiosidad podía ser tremenda…
-Vale, mañana te llamaré, ¿ok?
-Está bien, cuídate mucho, te quiero.
-Y yo a ti- colgué y me hice una foto con todo lo que podía enseñarle y se
la envié.
Oh, Dios, Dios,
Dios…
Fue el corto mensaje de Alice y yo no pude más que sonreír.
-¿Qué hora es, Quil?- le dije sin tener a mano mi fino reloj.
-Casi las diez, señorita Isabella- hizo una pausa mirando mi reacción-
Tranquila, llegamos a tiempo, ahí está la mansión Cullen- señaló una lujosa
casa a las afueras de Nueva York, que más bien mansión, parecía un castillo…
J-O-D-E-R…
Ahora me entraron todos los nervios del momento y me tuve que tranquilizar
cuando Quil tomó mi mano y me ayudó a bajar del coche.
-Tienes que tranquilizarte- susurré para mí una vez estuve afuera de la
seguridad del lujoso Astor Martin…
-Muy bien, señorita Swan- Quil me acompañó hasta la puerta y me miró- Aquí
la dejo yo, ha sido un placer haberla conocido, que pasen una feliz velada- me
sonrió y me entregó la bolsa donde estaba mi ropa, el bolso y el dichoso
Contrato…
-Muchas gracias, Quil- le sonreí y me besé en ambas mejillas, provocando
que el pobre muchacho se ruborizara.
-Hasta siempre- me sonrió y se alejó hacia el coche.
-Vale…- susurré antes de llamar al timbre.
Esperé uno, dos, tres, cuatro y cinco segundos hasta que mi fantasía más
reciente hizo su aparición…
Estaba vestido con unos pantalones muy elegantes de algún traje de chaqueta
hecho a medida, como siempre los llevaba en la Universidad, pero con un toque
rebelde esta vez…
La camisa la tenía desabotonada hasta el tercer botón, dejando ver un poco
de vello cobrizo de su pecho, arremangada hasta los codos…
Oh, joder…
Matadme ahora que puedo morir feliz.
Me miraba con diversión y hambre en sus ojos y su sonrisa torcida hizo su
aparición cuando me escaneó por completo…
Nuestras miradas se encontraron y me perdí en esas dos esmeraldas…
-Bonito vestido- la sonrisa arrogante que se formó en mi rostro fue tal que
hasta se quedó mirando mis labios… mmmm- Llegas a tu hora- se hizo a un lado y
yo, armada de valor, entré en la casa más elegante y lujosa que había estado
jamás.
-No acostumbro a llegar tarde a mis citas, profe Cullen- me giré para
mirarlo y estaba mirando mi espalda, exactamente al tatuaje que tenía en mi
nuca.
-Me gusta ese tatuaje- sonreí coquetamente y me lamí los labios cuando
cerró la puerta y me dejó una muy buena vista de su trasero- Un sol…- susurró
girándose.
-Gracias, por cierto- hice una pausa- Buenas noches- le guiñé y me volví
para contemplar la residencia.
Madre mía…
Todo estaba decorado en tonos blancos y dorados, haciéndolo casi irreal y
era absolutamente enorme…
Si mi apartamento era grande, esto era gigante en palabras mayores…
Todo estaba meticulosamente decorado en los sitios donde era inevitable
dirigir la mirada y estaba ordenado a la perfección.
Lo que más me llamó la atención fue el precioso piano de cola negro como la
noche… eso era lo único que desentonaba en toda esta decoración, haciendo que
la vista se dirigiera a él inevitablemente.
-Buenas noches, Isabella- susurró arrastrando mi nombre más de la cuenta,
provocando que me girara y lo mirara mucho mejor… estaba muy cerca de mí- ¿Te
gusta?
-¿A qué te refieres?- dije sonriéndole sensualmente con mi pregunta cargada
de doble intención.
-A todo- susurró con mi sonrisa favorita y alcé una ceja.
-Bueno…- hice una pausa y me mordí el labio inferior- No esperaba nada
mejor, profe Cullen- le guiñé y él, en un movimiento muy rápido, me cogió de la
cintura y me pegó a su cuerpo pecaminoso.
Oh, Dios…
-A partir de ahora vas a llamarme Amo, Señor o Profesor, nada de
diminutivos, ¿entendido, Sumisa?- abrí mucho los ojos al ver el grado de sus
palabras y repentinamente, una sonrisa traviesa se posó en mi boca.
-Aún no he firmado nada, profe Cullen- mi mano se acercó a su boca y con mi
dedo índice le acaricié el labio inferior.
-Bien- concluyó soltándome- Firmemos- demandó con voz dura y cómo me había
puesto eso…
Edward anduvo por toda la estancia hasta sentarse en el precioso sofá
blanco y yo hice lo mismo, pero en el que se encontraba en frente.
Saqué el Contrato del bolso y lo miré.
-Quiero aclarar varias cosas- le dije al fin.
-¿De qué se trata?- su mirada jade me penetró y me sonrió torcidamente.
Dios… era incapaz de controlar mis pensamientos con esa puta mirada sexy…
-¿Cómo se supone que haremos esto?- señalé el Contrato- No es como si
viviera aquí o algo así.
-Buena pregunta- hizo una pausa y miró demasiado mi escote…- Estarás aquí
todas las vacaciones de otoño y cuando terminen, te vendrás conmigo a Dartmouth
y allí harás lo mismo que aquí- yo asentí entendiendo su punto.
-Bien- bajé mi mirada hacia el Contrato y lo miré- No quiero que tengas más
mujeres a parte de mí- su mirada se encendió, mirándome con una lujuria
incontrolada.
-Si me satisfaces en todo lo que te pida, no tengo por qué buscar nada más
fuera- me aclaró y supe que ése era mi incentivo para entregarme en cuerpo y
alma a este ser perfecto.
-Bien… dame un bolígrafo, por favor- él me tendió una distinguida pluma con
una sonrisa socarrona y yo la cogí, rozando sus cálidos y perfectos dedos en el
camino.
Firmé el dichoso Contrato de una vez y se lo entregué.
-Estoy dispuesta a ser tu Sumisa- le respondí con voz sensual y él sonrió
como nunca lo había visto.
-No te arrepentirás, nena, será lo más jodidamente bueno que hayas probado
en tu vida- firmó y se levantó, acercándose a mí con paso decidido- En pie,
Sumisa.
-Si…
-Si, ¿qué?
-Si, Profesor- cuando dije esa palabra, su mirada se oscureció con hambre.
Le ponía, le ponía demasiado saber que llevaba el control de todo.
Sus manos atraparon mi cintura y me pegó a su cuerpo, sintiendo la tremenda
erección en mi vientre, justo encima de mi ombligo…
Sus labios se dirigieron a mi cuello y comenzó a dejar besos húmedos por
toda su extensión, haciendo un camino hasta el nacimiento de mis pechos.
Gemí.
Mis manos se dirigieron a su pecho, pero antes de que lo rozase si quiera,
me agarró las muñecas.
-No te he dado permiso para que me toques, Sumisa- me miró directamente a
los ojos y yo asentí.
-Si, Profesor- dije con voz demasiado ronca y eso pareció bastarle para
seguir con el tortuoso y placentero camino de besos húmedos…
Sus manos rozaron el lateral de mi cuerpo y fue bajando hasta llegar a mi
trasero, pellizcándolo con mucha fuerza.
-Buen culo- susurró con voz caliente en mi oído y yo me sentí desfallecer… -¿Piensas
que no me provocabas con tu diminuta falda y tu relevadora camisa?- no tenía
voz para contestarle, estaba demasiado excitada para hacerlo…- ¡Contesta!- me
ordenó.
-No, Profesor- le dije sinceramente sintiendo una oleada de calor en mi
bajo vientre.
Esta muy excitada, demasiado para sólo ser besos…
-¿No?- sus dientes mordieron el lóbulo de mi oreja- Entonces… ¿me estabas
provocando con tu vestimenta, eh, Sumisa?- mi voz salió sola…
-Si, Profesor, le estaba provocando- mi voz estaba distorsionada por el
placer que me estaba dando su perfecta boca.
-Has sido muy mala, Sumisa- algo se apretó en contra de mí y sentí cómo me
venía con sus sucias palabras…
Me estaba gustando esto de la dominación…
Oh, joder…
-Tengo que castigarte- dijo apartándose de mí sólo un poco, lo suficiente
para coger algo y girarme, quedando mi espalda en su ancho pecho.
Me ató ambas muñecas fuertemente, tanto que no podía moverlas ni siquiera
un milímetro, aun así no me queje.
-Agáchate- me ordenó y yo le obedecí- Abre la boca- lo miré con los ojos
muy abiertos y él comenzó a desabrocharse los pantalones y el bóxer, provocando
que su erección saltara delante de mi cara.
-¡Joder!- grité admirando ese trozo de carne que me miraba con orgullo.
Era enorme.
-¿Qué has dicho?
-Eh… es enorme, Profesor- dije sin dejar de mirar su miembro.
-¿Has hecho sexo oral alguna vez?- yo negué con la cabeza.
-No, Profesor.
-Mejor… así lo disfrutarás más- dicho esto, acercó su enorme polla a mi
boca y la metió de una estocada, haciendo que estuviera en todas las partes de
mi cavidad…
Su mirada se conectó a la mía y nunca la dejó…
Veía cómo disfrutaba y eso me estaba gustando más de lo previsto.
Sus manos se dirigieron a mi cabeza y él marcó el ritmo, primero lento y
después, con estocadas secas y profundas.
Mi mirada se dirigió hacia esa arma sexual y miré cómo el glande estaba
rojo por completo, con la punta perlada con el líquido pre seminal, no esperé
nada más y me lo tragué como la puta obsesa sexual que era.
Gimió y yo sonreí, aun saboreando ese cacho de carne en mi boca, sabiendo
que yo era la causante de ese caliente y erótico sonido.
Sacó su miembro por completo de mi boca y me dirigió una mirada profunda.
-¿Le ha gustado, Profesor?- me lamí los restos del líquido pre seminal de
la comisura de mi boca y él miró mi gesto.
-Si, Sumisa, lo has hecho bien, aprendes rápido…- hizo una pausa y me miró
duramente- Norma número uno: no hables sin que yo no te haya dado permiso.
Sus manos acariciaron mis labios y cómo me estaba quemando su caricia… oh,
joder… lo necesitaba, lo necesitaba dentro ya.
-En pie- me ordenó y yo, con toda la elegancia que pude, me levanté y me
quedé a su altura.
Edward deshizo el agarre de mis muñecas y me quitó las anchas tirantas del
vestido y dejó que se deslizara por mi cuerpo.
-Buenas tetas, Sumisa- tuve que sonreír por su alago y fue bajando su
mirada, hasta comerme con los propios ojos…
Se acercó a mí de nuevo y mordisqueó mi pezón izquierdo, mientras que con
una mano masajeaba el otro, pellizcándolo y tirando de él como si fuera un puto
botón.
-Oh, Profesor…- gemí enloquecida, mi centro estaba palpitante…
-Bésame- ordenó y mi mirada se dirigió hacia sus ojos- ¡Ahora!- gritó con
voz dura, pero en vez de estremecerme, me excitó todavía más…
Me acerqué a su boca y primero, le lamí el labio inferior, sintiendo su
saliva en él. Adentré mi lengua por completo en su cavidad y él gruñó como un
puto animal cuando mi lengua se movió en su boca.
Sonreí.
-Voy a follarte duro y fuerte, Sumisa- susurró sobre mis labios y me
arrancó el tanga literalmente.
¡Me había arrancado el puto tanga!
Me cogió en peso y apretó mi trasero a la vez que me incitaba a rodear su
cuerpo con mis piernas. Y así lo hice.
Anduvo hacia algún lado y me dejó en una superficie suave. Era el piano.
JODER.
-Voy a follarte en el jodido piano y tocarás las teclas para mí, Sumisa-
dicho esto me giró e hizo que me pusiera a cuatro patas.
Lo siguiente que hizo fue darme una fuerte nalgada, muy fuerte…
-Tienes mi mano señalada en tu precioso culo- su voz era demasiado ronca
para poder soportarlo- Eso bastará para que sepan que eres totalmente mía- gemí
al escuchar eso y lo sentí posicionarse en mi entrada- Agárrate como puedas,
Sumisa- no me dio tiempo a anda más antes de sentir el mayor placer de toda mi
vida…
Se enterró en mí de una sola estocada y sentí cómo el enorme y grueso
miembro se ajustaba con dificultad a mi estrecha cavidad, sintiéndolo como el
paraíso.
-Eres muy estrecha, me gusta, Sumisa- gimió y me azotó, de nuevo, el
trasero.
Gemí y gemí como una puta desquiciada.
Sus movimientos aumentaron de nivel y ahora con cada embestida, me movía un
poco más y más hacia las teclas del piano, haciendo que mi tacón de aguja
rozara con algunas y creara una melodía demasiado erótica…
-Eso es, Sumisa, toca para mí- susurró en mi oído antes de morderlo y
succionarlo.
Me dejé llevar por completo ante la oleada de placer que crecía en mi bajo
vientre y se escuchó una melodía más rápida en el fondo…
Mis tacones estaban encima de las teclas, empujándolas justo como Edward me
empujaba contra su dura polla y era muy erótico.
-Profesor…- gemí como una puta loca y sentí mi líquido, abrasador y rápido,
cayendo por mis muslos…- ¡Oh, Dios!- volví a gemir cuando sentí una palpitación
en la punta de su polla y sabía que estaba cerca, muy cerca…
-Joder…- gimió derramándose en mí como un animal enloquecido.
Me quedé sin fuerzas encima del piano, sintiendo el sudor del pecho de
Edward en mi espalda.
-Eres mi pequeña zorra, Sumisa- susurró muy cerca de mi oído y luego salió
de mi interior y se alejó de mí.
-Si, Profesor- le susurré sin fuerzas y sentí otra nalgada, pero esta vez
en mi nalga izquierda.
-Has hablado sin permiso, tendré que castigarte…- dijo acercándose a mí y
enterrándose en mí como un puto animal con un gruñido gutural saliendo de su
boca.
Oh, si, castígame.
******************************************************************
¡BUENAS!
Bien... antes que nada os tengo que decir que este es el capítulo más largo que he escrito en toda mi vida... 11.123 palabras (contando con el disclaimer y eso)
Madre mía... pero creo que la situación lo requería :D
Este es el One-Shot definitivo para el Concurso de Polla-ward Contest 2. El Concurso termina el 12 de Agosto y no sé cuándo se podrá votar, pero os avisaré para que podáis hacerlo, ¿ok?
La historia es bastante morbosa con un toque de humor muy bueno, al menos, eso me ha parecido a mí. Cuando estaba escribiendo lo de la cera no me pude reír más... y con los pensamientos de Bella... Puf... caso aparte C:
Ha habido chicas que me han pedido que lo siga, hasta que termine el Concurso no puedo hacerlo, pero de todas formas, haré una encuesta por si queréis que haya segunda parte o algo así. Mis pensamientos no eran esos, pero bueno... Si veo que gusta puedo hacer un esfuerzo, siempre y cuando termine con INOLVIDABLE y MEZCLA DE SENTIMIENTOS ;)
No sé cuántos capítulos les quedarán, pero imagino que unos 10 a cada historia, se va acercando la hora y estoy segura de que lloraré cuando los termine... Son una parte muy especial de mí.
Vale... le he dedicado este capítulo a tres chicas concretamente. Son las que a mi parecer, se lo merecen, a pesar de que todas estáis en mi corazón, pero ellas me han tocado mi fibra y estoy segura que sienten lo mismo conmigo. Las considero mis amigas, angelitos de la guarda que siempre velan por mí. ¡¡¡MILLONES DE GRACIAS POR SER COMO SOIS Y POR ESTAR SIEMPRE AL PIE DEL CAÑÓN!
YESS, mi preciosa, mi TODO^.^ Cariño, eres muy especial para mí y sobra decir que te quiero con toda el alma, es increíble cómo hemos entablado amistad tan rápido y es que, eres una persona tan dulce que empalagas :D Jajajaja, te quiero, mi TODO! Eres la madrina del blog y eres una de las personas más importantes de mi vida. ¡Gracias por estar siempre ahí, apoyándome y levantándome el ánimo cuando más lopersona he necesitado! ¡Mil gracias, nena!
LOURDES, cariño, hemos hablado muy poquito, pero te considero como mi amiga de toda la vida. Eres muy buena persona y eres tan sincera y clara como el agua misma. Créeme cuando te digo que eres mi angelito de la guarda, siempre espero tu comentario y es que... ¡Me has acostumbrado demasiado mal con tus hermosas palabras! :D Sólo espero que lo hayas disfrutado tanto como yo lo he hecho escribiéndolo. Siempre tendrás parte de mi corazón :D Muchos besos y abrazos, guapísima. ¡Gracias por todo!
Y FLOPII, nena, tú has sido la primera en entrar en mi blog, no en este, si no en el antiguo. Fuiste la primera que me diste publicidad para darme a conocer, fuiste la primera en preocuparse por mis historias y que los lectores la leyesen. ¡FUISTE LA PRIMERA! Y eso es algo que jamás olvidaré, mi niña :D Estoy feliz por ser parte de tu vida, sabes que puedes confiar en mí en todo lo que sea, como tú bien dijiste: ERES MI AMIGA. Si, eres mi amiga y espero que pos mucho tiempo :D Te deseo las mayores de las suertes para el Concurso, espero que quedes entre las tres primeras, tu historia lo vale ;) Te lo aseguro. ¡Muchas gracias por todo, cariño! ¡No cambies jamás!
Y a las demás chicas, Mari, Lumy, Gem, Ciritha... ¡TODAS! ¡Gracias por leerme y seguir las últimas entradas del blog, os lo agradezco mucho :D!
MUCHOS BESOS Y ABRAZOS A TOD@S,
Romiina^.^
Romina,
ResponderEliminarme has dejado sin palabras, neni!!!! Dijiste que estabas encantada con la historia y que te estaba gustando muchísimo y, no me extraña...la verdad, es que has cumplido mis expectativas y las has superado...me he divertido mucho leyéndola y te aseguro que a muchas más personas les va a encantar!!! :) Mis más sinceras felicitaciones!!!
En cuanto a lo de realizar una segunda parte, la verdad es que no es mala idea...siempre claro, que tengas tiempo y ganas :)
Por cierto, muchísimassss graciassss por la dedicatoria...me he emocionado muchísimo leyéndola...no sabes cuanto te lo agradezco :)
sé que no hemos hablado mucho, pero espero que eso cambie y que podamos conocernos mucho mejor, ya que me siento muy bien cuando hablo contigo, y cuando leo tus historias, que ya las considero como parte de mí, como algo que tengo que hacer y disfrutar todos los días o por lo menos la mayoría...ahhhh y gracias por tener tb tan buena opinión de mí...creo que no merezco tanto :)
aún así te lo agradezco!!!! :)
Me alegro de que estés tan contenta con lo del premio...y si podemos votar, avisa, ok??? que estaré encantada de apoyarte!!!
Muchos besitos y abrazos neni y nuevamente, muchas gracias por todo.
Lourdes
Hola, nena!
EliminarMuchas gracias por haber comentado el capítulo. Sabes q es muy importante para mi :-)
Todas las palabras q te he dicho en la dedicatoria no es mas que la realidad misma, siento eso y esa es la verdad. A mi tb me gustaria conocerte mejor, siempre es bueno cnocer gente nueva y mas con buenas personas como tu.
No tr preocupes, en cuanto podais votar os avisare, de momento, lo unico q se sabe es q el plazo del Concurso para presentar los fics es hasta el 12 de agosto y ya desde ahi se podra votar, vamos... digo yo C:
Buebo,nena, te vuelvo a agradecer tus hermosas palabras y q te hayas molestafo en escribirme.
Mañana subirse los capitulos, es q ahora mismo estoy en el hospital, no es nada grave , pero no se cuando sadre, es l abuela de mi bebe.
Muchos besos y abrazos,
Romiina^.^
Romina,
ResponderEliminarmuchas gracias por haberme respondido al mensaje y por tus palabras de halago...no sabes como te las agradezco!!! :)
Espero que lo de la abuela de tu bebe, no sea nada grave y que todo salga perfecto...ya verás como sí!!! :)
De todas formas, decirte que cuentas con todo mi apoyo en lo que necesites.
Muchos besoss y ánimo guapa!!!.
Lourdes
Lourdes, muchisimas gracias por todo, nena. Muchas gracias por apoyarme y hacerme sentir nejpr :-) Lo de la abuela de mi novio no es nada grave, tranquila :-) Gracias por preocuparte, cariño. El nuevo one-shot me sta dando quebraderos de cabeza.. han sido dos la q me han dicho q es muy igual a fifty shades cuando no siquiera la tematica es igual... esINCREIBLE lo mala q es la gente, de verdad. Primero tuve q poner q el contrato de sumision era cogido de internet y despues me viene a segunda diciendome eso. Lues.. sabes lo q te digo? No la he mandado al carajo, como mucha me han avonsejado, por educacion. Le he escrito por privado y la he puesto bien... sin faltarle el respeto, pero me han entrado ganas de aplastarle a cabeza. Joder... es l primera vez q se me hincha tanto la vena por esto... en fin... sevuir para adelante y q les den. No se si hoy subire algo porq me voy a la playa todo el dia. INOLVIDABLE o tengo empezado y puede q este listo, peto despues de la playa me voy con la bici, asi q no se...
EliminarGracias por leer esto, ahora me siento mucho mejor q lo comparto.
Muchas graias por todo y q twngas un buen dia.
Besos y abrazos,
Romiina^.^
Romina,
EliminarNo hace falta que me des las gracias por leer tus comentarios :)
En cuanto a lo de la abuela de tu bebe, no hace falta que me des las gracias...es normal que aunque no fuera nada grave estuvieras preocupada :)
En cuanto a mí, me alegro de que no haya sido nada y de que este todo bien :)
En cuanto al otro problema que me has contado, ya sabes como es la gente....hay personas que no tienen otra cosa que hacer que malmeter, o hacer o decir de otras personas cosas que no son así...la verdad es que la envidia es el peor de los sentimientos y hay personas que no tienen otra cosa que hacer :)
De todas formas, no te preocupes, estoy segura de que saldrá todo bien y que no tendrás problemas con el premio, en cuanto a la aceptación en el mismo.
Yo creo que ni te deberías molestar por gente como esa...como dice un refrán, al que crítica o malmete el mejor desplante que le puedes hacer es sonreirle y seguir disfrutando de lo que haces y de lo que te gusta...no te molestes por comentarios como esos (aunque se que en el fondo duelen y que es normal que te sientas dolida) porque es realmente lo que pretenden y lo que quieren
Tu vales mucho mas!!! :)
Espero que disfrutes de tu día de playa y de bici.
ahhhh y ánimo!!!! :)
Muchos besos y abrazos
Lourdes
PEQUEÑA HERMOSA TODO!!,
ResponderEliminarNo se que decir como te eh dicho antes, me eh quedado sin aliento, palabras y como describirlo... HAY TANTOS SENTIMIENTOS QUE ME RECORREN EN ESTE INSTANTE.... Es un lemon tremendo el de hoy, pero a la vez hay tanto amor, atracción... ¡¡MAGNIFICO, DULCE, PASIONAL, SENSACIONAL, INCREÌBLE!! <3
Amiga tienes un talento enorme, en verdad amo como escribes, cada letra tuya es mi droga,inspiraciòn e impulso, gracias por siempre estar y alabarme tanto, tu haz entrado de lleno a mi corazòn hermana mìa, perdona por tenerte tan abandonada prometo pasarme lo màs seguido posible, ya te eh enviado un e-mail! :D
Espero te vaya muy bien en el concurso, seguro quedas en muy buen lugar, tu sabes que eres fantástica, todas mis oraciones y buenos deseos contigo.
Ojalà estes mejor hermosa.
Muchos besos y abrazos.
Todo mi cariño.
Yess*.*
Hola, mi hermosa TODO^.^
EliminarAl fin estás de vuelta conmigo, nena. Si, acabo de leer tu correo y te responderé en unas horas, ¿ok?
Mi plan de hoy es irme a la playa y estar allí todo el día. Cuando vuelva, dos horas de bici, mi rutina diaria vamos.
No te preocupes porque no me mandes correos tan seguidos como antes, entiendo tu postura perfectamente, pero tienes q saber q siempre estaré apoyándote a tu lado ;)
Muchas gracias por comentarme, hermosa, sabes que es muy importante para mí, lee la respuesta al correo de Lourdes y te enterarás lo q está pasando con mi nuevo one-shot...
Joder... hay personas q son malas de verdad. En fin... no me he puesto peor porque ante todo soy una mujer con principios y educación, mucha educación. Así q lo q les he dicho que se lo tomen como quieran.
Ya después te cuento más ;)
Muchos besos y abrazos, espero que todo te vaya bien en el día de hoy.
Romiina^.^
Romi te superasteis, que bien escribes ha quedado genial. Me encanto desde el principio hasta el final, que lemmos fue increible y en el fondo se puede sentir amor. Un millon de FELICIDADES.
ResponderEliminarBesos nena
¡GEM! :D
Eliminar¿Cómo estás hermosa?
Yo estoy muy bien, gracias por preguntar :D
Muchas gracias por comentar el nuevo OS, de verdad que me hacéis falta y vuestras palabras son de gran apoyo. Puedes subir la flechita del ratón y leer la respuesta q le he dado a Lourdes por lo que está pasando en FF con el OS. Hay gente mala... pero bueno, nada q no haya arreglado ya o al menos intentado... porque contra eso no se puede hacer nada, simplemente decir la verdad y listo, como ya he dicho.
Bueno, cariño, espero verte muy pronto por aquí. te extrañaba mucho! :D
Muchos besos y abrazos,
Romiina^.^
Romi este nuevo fic pinta super excelente. De verdad que tienes un potencial grandioso con él. Te deseo de corazón mucho éxito en el concurso. El fic me fasino muchísimo. Esta super grandioso, ansiosa por la continuación. Un abrazo, feliz fin de semana!!!!
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