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Capítulo
34: Provocación por doquier.
Bella pov.
-Creo que
tu hijo saldrá futbolista- declaré sintiendo una tercera patada en menos de un
minuto.
-Tal vez es
porque tiene hambre, ¿no crees?- me miró y sonrió mirando cómo me metía una
galleta en la boca.
-Puede…-
susurré cuando me tragué el pequeño trozo de galleta.
Estaba
deliciosa.
-Eres
imposible- negó divertido y me dejó pasar cuando las puertas del ascensor de
abrieron.
Sentí que
no venía detrás de mí y me giré para mirarlo. Lo encontré mirándome con hambre
en sus ojos, ni que decir que mi tanga se mojó al instante…
-¿Algo que
te interesa?- susurré con voz un poco ronca.
-Puede…- me
contestó de la misma forma que yo le había contestado antes y no pude más que
sonreír- Eres deliciosa- se acercó a mí y cogió mi nuca con suavidad para
plantarme un beso de película…
Bueno… en
realidad, todos los besos de Edward Cullen, eran besos de película…
-Estaba en
serio cuando te dije que echaría de menos esos preciosos zapatos en tus
perfectas piernas…- susurró muy cerca de mi oído, provocando que el vello de mi
nuca se erizara por completo.
-Lo sé- le
dije con una sonrisa en mis labios y él me besó en el cuello y se separó de mí.
-Sería muy
poco ético hacerte el amor aquí, ¿no crees?- sentí un escalofrío por todo mi
cuerpo y me tragué el gemido que salía de mi garganta…
-Si…- sólo
le pude responder eso antes de que me cogiera la mano y me encaminara hacia el
Volvo.
Sonreí
viendo a mi preciado Audi en perfectas condiciones.
Me abrió la
puerta del Volvo, como siempre, y me besó en los labios rápidamente antes de
cerrar mi puerta y encaminarse hacia la puerta del piloto.
-Quiero que
estés tranquila- dijo con voz firme a la vez que se ponía el cinturón de
seguridad y arrancaba el motor.
-¿No
debería estarlo?- alcé una ceja y él salió del aparcamiento subterráneo con su
característica elegancia.
-Si,
deberías, pero es muy delicado lo que nos tiene que decir el abogado-
involuntariamente mi corazón se saltó un latido.
-¿Qué
sabes?- no era una pregunta, si no una afirmación.
-Ayer me
dijo que James había confesado- abrí mucho los ojos y lo miré con la boca
abierta.
-¿Qué ha
confesado?- Edward se paró en un semáforo en rojo y me miró directamente a los
ojos, penetrándome con su mirada jade.
-James ha
confesado que tú…- hizo una pausa como buscando las palabras adecuadas- Que tú
tienes una obsesión por él…- el gruñido que salió de mi garganta fue tal que
hasta sentí cómo mi hijo se removía incómodo en mi interior…
-¿Qué?-
exclamé totalmente sorprendida y él reanudó la marcha después de que le
hubieran pitado dos veces.
-Tienes que
tranquilizarte- su voz ahora era seria e hice lo que me dijo.
Intenté
tranquilizarme por todos los medios, pero sólo conseguí que mi hijo me diera
una fuerte patada…
-Oh,
joder…- exclamé cerrando los ojos y tocando mi vientre.
-¡¿Qué
pasa?!- exclamó asustado y yo abrí los ojos para mirarle.
-Que tu
hijo me ha dado una patada con demasiada fuerza…- en sus labios se asomó una
preciosa sonrisa y me cogió la mano y me besó el dorso.
-Sólo
quiero que esto no te afecte demasiado, sé que será demasiado duro ver a James
en el juicio, pero tienes que demostrar la mujer fuerte que eres y plantarle
cara- me miró un segundo y volvió su atención a la carretera- Yo siempre estaré
a tu lado- le sonreí y me acerqué para besar esos dulces labios de caramelo
sólo un segundo.
-Te amo- le
susurré y mi sonrisa se ensanchó aun más.
-Y yo a ti,
preciosa- me sonrió torcidamente y llegamos al bufete del señor Steve.
Aparcó en
el aparcamiento privado y se bajó del coche con su elegancia innata y me abrió la
puerta con su caballerosidad exquisita.
-¿Lista?-
susurró cuando cogí la mano que me tendía para poder salir del coche.
-Siempre
que tú estés a mi lado- le sonreí y le besé en los labios dulcemente sin
ninguna dificultad gracias a mis altos zapatos.
Cómo
extrañaría besarle con tanta facilidad…
-Te amo,
princesa- me sonrió arrebatadoramente y me besó en la frente antes de pegarme a
su cuerpo y comenzar a moverse hacia la entrada.
-Y yo a ti-
le dije posando mi cabeza en su fuerte brazo.
Entramos al
lujoso lugar y la recepcionista nos recibió con una sonrisa radiante en su
rostro.
-Buenos
días- dijimos los dos al unísono y ella nos sonrió o más bien, le sonrió a
Edward…
-Buenos
días- no me pasó desapercibido cómo se comía a Edward con la mirada…
Joder… ahí vamos
de nuevo.
-Tenemos
una cita con el señor Steve- declaró Edward sin ninguna atención a ella más que
la apropiada.
Sonreí.
-Ah, claro-
hizo una pausa y miró el anillo que adornaba mi dedo anular- ¿Su nombre?
-Edward
Cullen- la mano de Edward se posó en mi espalda baja y sentí todo el calor de
su cuerpo emanar con ese simple gesto.
Sin duda,
las hormonas del embarazo sería mi muerte…
-Claro-
tecleó en el ordenador y muy disimuladamente, se bajó el excesivo escote de su
ridícula camisa.
Tuve que
rodar los ojos…
-Eres
hermosa- me susurró muy cerca de mi cara y me besó en la punta de la nariz ante
la mirada reprobatoria de la mujer.
Tuve que
sonreír muy anchamente.
-Si,
exactamente, aquí están- su voz amortiguada por la furia me encantó-Vayan al
piso veinte y allí les informará su secretaria- nos sonrió falsamente y se
metió de lleno en los papeles que descansaban encima de la mesa.
-Muchas
gracias- dije con demasiada rudeza y nos encaminamos hacia el ascensor.
-¿Pasa
algo?- Edward me miró con sus preciosas esmeraldas y yo me acerqué a él.
-No, que
estoy cansada que toda la población femenina intente robarme a mi marido- le
besé en los labios suavemente y él me apretó contra su cuerpo.
-No hablas
enserio- pegó su frente a la mía y su mirada se inyectó en la mía.
-Si y muy
enserio- declaré antes de morder su labio inferior, provocando un suave gemido
por su parte.
Sonreí.
-Eres
terrible…- negó con la cabeza mientras sonreía y en ese momento, las puertas
del ascensor se abrieron.
Anduvimos
unos metros y nos pusimos enfrente de la secretaria del señor Steve.
-Buenos
días- dijimos de nuevo y la joven chica nos sonrió y esta vez, a los dos
exclusivamente, no sólo a mi David de Miguel Ángel…
-Buenos
días, señores Cullen- hizo una pausa- Soy Sofía y soy la secretaria del señor
Steve.
-Encantada-
le dije con una sonrisa sincera en mis labios y ella me la devolvió.
-Un placer-
dijo mi marido educadamente.
-El señor
Steve les está esperando, cuando quieran, pueden pasar.
-Muy bien,
muchas gracias, Sofía- Edward me cogió de la mano y nos giró hacia la puerta de
nuestro abogado.
Llamó y un
“pase” nos dio la bienvenida.
-Buenos
días, señor Steve- saludó Edward mientras caminaba hacia nuestro abogado.
-Buenos
días- dijo yo y el hombre se levantó enseguida cuando nos oyó y nos sonrió.
Edward me
ayudó a quitarme la chaqueta y él hizo lo mismo con la suya.
-Buenos
días, señores Cullen- nos dio un apretón de manos y nos indicó que nos
sentáramos enfrente de él- Bien… tengo buenas noticias- declaró e
inmediatamente, Edward y yo nos miramos con una sonrisa.
-¿De qué se
trata?- Edward dejó mi mirada para mirar al señor Steve y me cogió ambas manos.
-El señor
Andrew- ahora me miró a mí y yo asentí- Ha declarado en contra de él por
falsedad de identidad e intento de hurto en uno de sus proyectos- yo abrí mucho
los ojos.
-¿Qué?-
dije sorprendida y él asintió.
-Señora
Cullen, usted está trabajando en un nuevo proyecto para el señor Andrew,
¿verdad?- yo asentí y le apreté más la mano a Edward- Bien, pues resulta que el
señor Denali intentó sabotear ese proyecto y ponerlo a su nombre- mi boca debía
estar rozando el suelo.
-Pero si
todos los documentos tienen un código de seguridad que sólo Eleazar y tú sabéis, ¿no?- preguntó ahora
Edward y yo asentí.
-Si, pero
el muy…- cerré los ojos para tranquilizarme y no decir ninguna insensatez- James
estuvo en mi despacho a solas y no sé por cuánto tiempo, pudo haber robado mi
código de seguridad…- pensé recordando aquel día que lo había pillado en mi
despacho a solas.
-Vaya… otra
prueba más para meterlo en la cárcel… perfecto- el señor Steve apuntó algo en
su agenda personal y nos miró de nuevo- Vale, hay varias personas, además de
ustedes, que han declarado en contra del señor Denali, lo que implica que sean
un milésimo porcentaje que salga impune de todo esto- nos aclaró y nos sonrió.
-Sólo
espero que lo metan de una vez en la cárcel- susurré yo mirando a Edward.
-Así será-
me besó en la mejilla y me sonrió con mi sonrisa favorita.
-Bien…
ahora vamos a comenzar con su declaración, señora Cullen- yo dirigí mi mirada
hacia el señor Steve.
-Claro-
estaba muy sorprendida por la tranquilidad con la que me estaba tomando todo
esto, aunque la verdad era que el instinto maternal estaba pudiendo conmigo y
sólo lo hacía por mi hijo y por Edward.
-Bien-hizo
una pausa y volvió a coger la distinguida pluma- ¿Cómo sucedieron los hechos?-
cerré los ojos por un segundo y los volví a abrir.
-James
entró en mi despacho para entregarme unos informes y…- le conté todo lo
ocurrido, con todo lujo de detalles, exactamente cómo había pasado y nunca me
faltó el apoyo de Edward.
Después de
una hora aproximadamente, el señor Steve tenía todo apuntado en su agenda.
-Muy bien,
ha declarado estupendamente- me sonrió y yo le devolví la sonrisa.
-Sólo he
dicho la verdad, señor Steve- hice una pausa- Lo único que quiero es que ese
hombre no intente abusar de más mujeres- él asintió viendo mi punto y Edward me
besó el dorso de la mano.
-Es un
gesto muy atento por tu parte, señora Cullen- sonreí más ampliamente- Su
secretaria, Ángela Weber, también ha declarado- abrí mucho los ojos y no pude
más que agradecerle internamente a Ángela por su gesto de gratitud- Es la
última persona que la vio antes de que el señor Denali intentase abusar de
usted- yo asentí- Ha contado los hecho tal y como usted ha declarado, no me
hace falta saber nada más.
-Y…
respecto a la declaración de James…- hice una pausa- ¿No tengo que desmentir
nada?- sentí la tensión en el brazo de Edward, pero era necesario atar todos
los cabos para que ese hijo de puta se pudriese en la cárcel.
-No hace
falta que pase un mal rato, señora Cullen- me sonrió y miró hacia mi vientre- Y
más en su estado- le agradecí con la mirada- El señor Cullen fue bastante
concluyente cuando hablé con él- yo sólo pude asentir y sonreírle a mi esposo.
Cuánto lo
amaba…
-¿Necesita
algo más?- intervino Edward y el señor Steve negó.
-No, nada
más, les llamaré para decirles el día y la hora del juicio- los dos asentimos y
nos levantamos de nuestros asientos.
-Perfecto-
susurró mi esposo y cogió la mano del señor Steve- Muchas gracias por todo,
estaremos en contacto- el hombre asintió y me miró a mí.
-Cuídese,
señora Cullen- me sonrió y me apretó la mano- Espero que todo salga bien- ambos
asentimos y salimos del despacho con una sonrisa pintada en la cara.
-Muchas
gracias, señor Steve, nos veremos pronto- salimos de su despacho y nos
despedimos también de la amable secretaria.
Estábamos
esperando a que llegara el ascensor cuando el móvil de Edward comenzó a sonar.
-Es Alice-
dijo con voz muy alegre cuando miró la pantalla del móvil- Buenos días, enana-
sonreí por el mote de la pequeña de la familia.
-Salúdala
de mi parte- susurré entrando en el ascensor junto con Edward.
Era
increíble que hasta en el ascensor de este edificio hubiera cobertura…
-Si,
acabamos de salir- hizo una pausa- Si, está bien- rodó los ojos ante la
insistencia de Alice y yo no pude más que soltar una carcajada- ¿Qué no puedes
ir a casa de mamá a comer?-me miró- Pero… nosotros no vamos a casa de mamá hoy
a comer- su voz era totalmente de sorpresa y tuve que soltar una nueva
carcajada al recordar que no le había dicho nada a Edward…
Le cogí el
móvil a Edward y me lo puse en la oreja a la vez que salía del ascensor.
-Hola, Ali.
-¡Bella!- sonreí por la alegría de su
voz.
-¿Cómo
estás?- sentí el brazo fuerte de Edward alrededor de mi cintura.
-Muy bien- hizo una pausa- ¿Cómo es eso que no le has dicho nada a
Edward de la comida con mi mamá?- sonreí.
-Se me ha
olvidado por completo, Ali- hice una pausa- Pensaba decírselo ahora, pero has
llamado tú- escuché una risilla por su parte- ¿Cómo está mi sobrina?
-Uf… está demasiado revoltosa, Bella- sonreí
más ampliamente- No sé cuándo nacerá,
pero será un torbellino- solté una carcajada ante su ocurrencia.
-Bueno…
tiene a quién salir…- escuché la aterciopelada risa de mi hermoso esposo.
-Bueno… como sea- sonreí aun más- Hoy no podré ir a casa a comer porque Jasper
ha quedado con unos amigos para comer, así que estaré ocupada- asentí a
pesar de que no me veía.
-Lo
entiendo- Edward me abrió la puerta del Volvo y le besé en los labios antes de montarme
en el coche.
-Y tú… ¿cómo estás?
-Muy bien,
Ali, Edward me consiente en todo lo que quiere- Edward me atrajo a su cuerpo y
me besó en el cuello.
-Me alegro, Bella, nos diste un susto de
muerte- asentí de nuevo- Pero, bueno,
espero que ese cabrón se pudra en la cárcel.
-Así será,
te llamaré mañana, ¿vale?
-Claro, cuando quieras, te quiero, cariño,
cuida de ti y de mi sobrino- sonreí.
-Lo haré,
te quiero, Al- colgué y miré a Edward.
-¿Me puedes
decir el por qué no me has dicho nada de lo de la comida de mi madre?- sus ojos
me recorrieron entera y yo me mordí el labio inferior- No hagas eso- deshizo el
agarre de mis dientes y me miró con ojos penetrantes.
-Se me ha
olvidado…- hice una pausa pensando en la manera de decirle el por qué no le
había dicho nada…- Cuando me llamó tu madre, me dirigí hacia el baño mientras
hablaba con ella y te vi ahí…. Desnudo y tremendamente sensual, joder…- el
rubor que se extendió por mis mejillas fue tal que sentía mi cara arder
completamente.
-Eres tan
provocativa y dulce a la vez…- tocó mis mejillas y me abrazó, sintiendo su
perfecto cuerpo debajo del mío.
-Te amo-
susurré sobre su suave cuello y lo apreté más contra mí, sintiendo una nueva patada
de mi hijo- ¿Lo has sentido?
-Dios…
nunca me imaginé que iba a ser tan perfecto…- sus manos se posaron en mi
pequeño vientre- Por supuesto que lo he notado- me sonrió torcidamente y me
besó dulcemente en los labios- ¿Tienes hambre?- susurró sobre mis labios y yo
asentí.
-Si y
mucha- me sonrió de nuevo y me besó en la frente antes de separarme de él y
arrancar el Volvo.
-Creo que
iremos a casa de mis padres, nada les haría más ilusión que vernos allí a la
hora del desayuno- sonreí y asentí.
-Pero… ¿no
está Carliste en el hospital?
-No, tiene
descanso hoy y mañana- volví a asentir sonriente.
Nos
encaminamos hacia la mansión Cullen y en muy poco tiempo, llegamos. Ya estaba
demasiado acostumbrada a la forma de conducir Cullen… incluso yo ya conducía de
ese modo…
Se bajó del
Volvo y avanzó rápidamente para abrirme la puerta como el buen caballero que
era.
-Jamás me
acostumbraré a tu caballerosidad, Edward Cullen- me abrazó y sentí su cálido
aliento entrar por mi oído.
-Pues
deberías, señora Cullen- sonreí ante mi nuevo nombre y nos encaminamos, sin
dejar de abrazarnos, hacia el enorme portón.
Edward
abrió con su llave y entramos en la casa más preciosa que había visto jamás.
-¿Quién…?-
se escuchó a Esme con el delantal puesto y con una cuchara de palo en la mano.
Sin duda,
era la imagen de mujer a seguir.
-Oh, Dios
mío… mis niños- sonreí ante su saludo y corrió hacia nosotros para abrazarnos.
-Hola,
cariño- me abrazó a mí antes que a su propio hijo y la abracé con todo el amor
que sentía por aquella mujer.
Era mi
segunda madre, sin duda.
-Hola,
Esme- le sonreí y me separé de ella para besarle en ambas mejillas.
-Dios mío…
tienes más tripa- sonreí feliz al haberse dado cuenta- ¿Cómo te sientes?
-Estupendamente,
soportando las patadas de tu nieto- le dije dulcemente y ella sonrió
maternalmente.
-Es
increíble… ha empezado con las patatas igual que su padre…- mi sonrisa se
ensanchó aun más al saber ese detalle.
-Eh… ¿Hola?-
intervino Edward y las dos nos giramos y lo miramos.
-Hola, mi
amor- Esme me dejó un momento para abrazar a su hijo.
-Hola,
mamá- Edward le sonrió y le besó en ambas mejillas a la vez que la abrazaba
efusivamente- Veo que ya no me quieres como antes…- hizo un mohín que me
resultó demasiado gracioso y él alzó una ceja en mi dirección.
-Eso no es
verdad- le besó en la frente, gracias a sus finos zapatos de tacón, pudo
hacerlo- Sólo que ahora hay que mimar más a Bella y a mi nieto- le sonrió y en
ese momento, apareció Carliste con algunas manchas de harina en su brillante
camisa.
-Buenos
días, hijos- nos sonrió y me abrazó a mí con cuidado de no mancharme.
-Hola,
Carliste- le sonreí y le besé en ambas mejillas.
-¿Cómo
estás?
-Muy bien,
gracias- mi sonrisa se ensanchó y él asintió.
-¿Cómo estás,
hijo?- Carliste se dirigió hacia Edward se abrazaron fraternalmente.
En ese
momento, un ladrido me desconcertó y miré hacia la puerta de la cocina,
encontrándome con una Yuna medio tumbada en el suelo con sus patas delanteras y
con su rabito moviéndose sin parar.
-¡YUNA!-
grité y me agaché con los brazos abiertos para darle la bienvenida.
Corrió
hacia mí y se paró justo enfrente de mí para no tirarme de espaldas y hacerme
daño…
¿Es posible
que un cerebrito tan pequeño pudiese tener tanta inteligencia?
Al parecer,
si.
-Ven,
cariño- ella avanzó despacio y miró mi tripa, como queriendo saber qué ocurría
ahí dentro. No pude más que soltar una carcajada.
-¿Qué pasa?-
sentí a Edward en mi espalda y se agachó a la misma altura que yo.
-Me está
mirando la tripa como queriendo descubrir que está pasando en mi cuerpo…-
todos, incluida yo, soltamos una sonora carcajada.
Yuna se
acercó más a mí y me lamió toda la cara. Mis brazos se cerraron en torno a su
cuerpo y la abracé como si mi vida dependiera de ello.
-Te he
echado mucho de menos, muchachita- soltó un ladrido y me lamió de nuevo, pero
esta vez, en las manos- Has crecido mucho, cariño- la miré más detenidamente y
ahí me di cuenta que su pelaje tenía reflejos canelas.
Preciosa.
-Está
preciosa- Yuna se acercó a Edward y le puso las patas en sus piernas- ¿Qué
pasa, pequeña?- le acarició la cabeza y el lomo y ella cerró los ojos en un
total gesto de satisfacción.
-Es muy
buena- murmuró Esme y yo asentí- Cuando la trajimos, Carliste y yo, se quedó el
primer día esperando en la puerta, no quería comer ni beber, hasta que comencé
a acariciarle y a hablar con ella- sonreí antes las palabras de Esme.
-Tu madre
tiene un don para los animales, hijo- susurró Carliste.
-Me lo
imagino, si es que derrocha amor por todos lados- Edward se levantó y abrazó su
madre.
-Te quiero tanto, hijo- sonreí ante la imagen
y Yuna me lamió la mano, de nuevo.
-Hermosa-
le susurré tocando su cabecita y sintiendo cómo Edward me ayudaba a levantarme
de mi posición.
-Imagino
que mi nieto tendrá hambre, ¿no?- asentí mirándola con una sonrisa.
-Imaginas
bien- ella asintió sonriente.
-Ven,
déjame ayudarte- Edward me quitó la chaqueta y la colgó, junto a la suya, en el
perchero de la entrada.
-Te amo- le
susurré y le besé en los labios antes de encaminarnos hacia la cocina, con una
Yuna escoltándome a mi lado.
-¿Qué os
apetece?- nos sentamos en el taburete de la barra americana de la cocina, todos
menos Esme, que se fue hacia el mueble y comenzó a sacar cosas- Tu padre me
estaba ayudando a hacer un pastel de mora para la merienda- sonreí sabiendo que
a Edward le encantaba ese pastel.
-¿Lo has
hecho para que me quede aquí todos los días a comer, verdad?- me reí ante la
pregunta de Edward y éste agarró mi cintura y me sentó en su regazo.
-Puede ser…
aunque no igualaré jamás la compañía de Bella- sonreí ante su declaración.
-Tu
compañía no se puede comparar con nada ni nadie, Esme- le aseguré sintiendo los
besos húmedos de Edward en mi cuello.
-Bah,
tonterías…- dijo como si nada- ¿Qué tal… crepes con chocolate?- la boca se me
hizo agua cuando escuché eso y yo asentí frenética.
-Si, mamá,
sólo hazlo- sonreí ante las palabras de mi hermoso esposo y le besé en los
labios antes de bajarme de su regazo sin ninguna dificultad a pesar de mis
altos zapatos y mi barriguita.
-Te ayudo,
Esme- me acerqué a ella.
-No, tú
eres mi invitada y tú te quedarás ahí sentadita, tranquila y disfrutando de la
compañía de mis hombres favoritos- me sonrió- Que no se entere Emmett…- solté
una carcajada ante su broma y volví a mi sitio a regañadientes.
-Bien… pero
te prohíbo que cuando vengas a casa, hagas algo, ¿entendido?- ella asintió sin
hacerme mucho caso y se enfrascó en hacernos el desayuno.
-Al menos
deja que te ayude con los zumos y el café- la miré- Por favor…- puse mi voz de
mayor pena y ella, al fin, accedió.
-Está bien,
pero hazlo sentada- asentí y cogí el exprimidor y las naranjas frescas y las
puse encima de la barra, justo enfrente de mi asiento.
Comencé a
exprimir y Edward puso una mano en mi vientre, sintiendo, nuevamente, una
patada de mi hijo.
-Creo que
tu hijo te pateará el trasero por ser tan bueno y pesado…- susurré mirándolo se
soslayo mientras vertía las naranjas exprimidas en las finas copas que tenía
enfrente.
-Claro…- me
acarició más el vientre y de nuevo, otra patada- Es increíble cómo puede
moverse ahí dentro sin tener espacio…- susurró como pensando en voz alta.
-La verdad
que ese es un misterio increíble- dijo Carliste mientras miraba mi vientre.
-Y… ¿cómo
os ha ido con el abogado?- preguntó Esme dejando la masa de los crepes en la
sartén.
-Muy bien-
intervine yo mientras llenaba la última copa de zumo.
Yuna me
lamió la pierna y me di cuenta que no se había movido ni un ápice de su postura
anterior.
-Creo que a
tengo mi escolta personal- dije mientras me levantaba y sentía cómo me seguía
desde atrás.
-Si… se
nota que te ama, Bella- dijo Esme mirando a Yuna.
Yo sólo
pude sonreír y dirigirme hacia la cafetera y hacer el café.
Justo
cuando estaban terminados los crepes y el chocolate caliente, el café estaba en
su punto para tomar.
-Con leche
y dos cucharadas de azúcar- murmuró Edward sabiendo mi café favorito de
memoria.
-Exacto, mi
amor- le sonreí y comenzamos a desayunar entre risas y hablando de todo un
poco, contándole lo que había sucedido con el señor Steve.
Cuando
terminamos de desayunar, los hombres recogieron todos los platos, cubiertos,
vasos y cacharros del desayuno y los metieron en el lavavajillas mientras Esme
y yo nos íbamos al jardín trasero a disfrutar del cálido día.
-Tiene muy buena
pinta…- murmuré señalando el agua de la piscina.
-Si… el
agua ya se está calentando con el sol y apetece mucho- yo asentí a la vez que me
sentaba en la cómoda silla- ¿Te apetece bañarte?
Lo sopesé
durante un breve segundo, la verdad era que quería bañarme, claro que quería,
pero lo que no tenía era un bikini para poder hacerlo.
-Tranquila,
bikini tienes gracias a Alice- la miré con sorpresa.
-Cuando os fuisteis
de luna de miel, además de arreglar las tres habitaciones para mis nietos-
sonreí- También metimos ropa de Rose y tuya aquí, por si os apetecía quedaros a
dormir algún día o lo que sea- yo asentí sonriente y nada de sorprendida…
La verdad
era que no me extrañaba nada la decisión de Alice… siempre acertaba con todo.
-Si, voy a
bañarme- Esme me sonrió cálidamente y se levantó de su asiento y me animó a
seguirla.
Justo
cuando estábamos subiendo el primer peldaño de las enormes escaleras, Edward me
cogió de la cintura, con mucho cuidado y me acercó a su cuerpo de adonis perfecto.
-¿Dónde
vas, preciosa?- me susurró en el oído y sentí la punta de su lengua en el
lóbulo de mi oreja…
Joder…
íbamos a tener un grave problema Edward y yo…
-A por un
bikini que me ha apetecido bañarme en la piscina, ¿te animas?- le susurré de la
misma forma que él y sentí la punzada de su erección en mi trasero.
Oh, joder…
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¡Hola a tod@s!
El segundo capítulo de INOLVIDABLE de la semana. ¡¡Siiiiii!! :D
El segundo capítulo de INOLVIDABLE de la semana. ¡¡Siiiiii!! :D
Bueno... esta semana he podido cumplir con la mitad de la promesa, ya que el capítulo de MEZCLA DE SENTIMIENTOS, no lo tendré listo hasta mañana, perdonad chic@s, pero ayer fue un día de family total... Así que no tuve tiempo ni para empezarlo...
Ya, seguro, seguro, que la semana que viene podré cumpliros completamente :D Y muy pronto, subiré mi OS para el concurso, me habéis preguntado y si, va viento en popa :D Va genial, me está gustando mucho el resultado y espero, por Dios, que guste a tod@s :D
Te dedico el capítulo a ti, mi querida TODO, mi Yessi :D Gracias, mi niña, por estar ahí siempre y contar conmigo para lo que sea, ya sabes que tienes aquí a una persona en quién confiárselo TODO :D Te quiero mil millones, nena.
Para mi angelito de la guardia, quien vela por mí y se preocupa por mi estado y porque mis historias sigan viento en popa (como dice ella), Lourdes :D Gracias por todos tus comentarios y por seguir leyéndome pese a todo :D Te lo agradeceré siempre. Si, lo pasé estupendamente y disfruté mucho de la sorpresa de mi bebé (mucha piscina, bebidas, comida y mucha bici :D) ¡Gracias por todo! Millones besos y abrazos.
Y para tod@s los demás, que no se dan a conocer, pero están ahí leyendo mis historias :D
¡¡Muchos de besos y abrazos a tod@s!!
Romiina^.^
Romi,
ResponderEliminarMe ha encantado y maravillado!!!...es un capítulo super tierno...todos pendientes de Bella :)
Espero que lo del juicio y todo lo además, acabe genial....veremos como se presenta la historia :)
Muchas gracias por la dedicatoria de hoy y por todas las demás...la verdad, es que siempre que la leo me sacas una sonrisa :)
De todas formas, no creo que me merezca tanto como para ser tu ángel de la guarda...sólo me preocupo por la gente que me importa y a la que quiero...simplemente :)
Me alegro de que todo te haya ido genial y de que te lo hayas pasado en grande al lado de tu bebe...me alegro muchísimo por tí!!! :)
Seguiré esperando con ansias el resto de capítulos para leerlos y, por supuesto, tu historia para el concurso...ya me muero por leerla!!!! :)
Muchos besosss y abrazosss
Lourdes
Hola, Lourdes!!! :-)
EliminarMuchisimas gracias por haber comentado el capitulo, de verdad, q siempre me sacas una sonrisa sincera en el rostro :-)
Cuando te digo q eres mi angel de la guarda, eres mi angel de la guarda, siempre estas preocupandote por mi y comentando los capitulos, dejndo tu opinipn y sabes q es muy importante para mi. Lo eres porq asi lo siento, nena, de verdad q asi es. Me alegro mucho de q yo conparta ese grupo de las personas q te importan y te preocupan, yo tb me preocupo por todas vosotras. Me importais mucho :-)
Yo tb me alegro porq te lo hayas pasado de maravilla y q hayas descansado :-)
Espero verte por aqui pronto. Mañana subire MEZCLA DE SENTIMIENTOS ;-)
Muchos besos y abrazos, Romiina^.^
Romina hermoso capitulo, me gusta como esta toda la familia pendiente de Bella y q la cuiden y que bien que se descubre todo y que esos malos paguen por todo el daño que han causado. uyyy que decir de ese lenguaje corporal wao.
ResponderEliminarNena muchos besos
Romi un capí muy hermoso. Me fasina lo mucho que Edward la cuida y busca siempre su bienestar. Él es un amor además de su familia. Ellos la cuidan mucho y la protegen, él es un esposo modelo, lo adoro. El fic se esta poniendo buenísimo. Espero todo lo del juicio se favorable para Bella, ya que James debe pagar se comportó como un patan. Deseo obtenga su merecido. Me encanta que el abogado les dio buenas noticias. Ansiosa por más, un saludo enorme.
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