Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

domingo, 29 de julio de 2012

INOLVIDABLE


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Capítulo 34: Provocación por doquier.

Bella pov.

-Creo que tu hijo saldrá futbolista- declaré sintiendo una tercera patada en menos de un minuto.
-Tal vez es porque tiene hambre, ¿no crees?- me miró y sonrió mirando cómo me metía una galleta en la boca.
-Puede…- susurré cuando me tragué el pequeño trozo de galleta.
Estaba deliciosa.
-Eres imposible- negó divertido y me dejó pasar cuando las puertas del ascensor de abrieron.
Sentí que no venía detrás de mí y me giré para mirarlo. Lo encontré mirándome con hambre en sus ojos, ni que decir que mi tanga se mojó al instante…
-¿Algo que te interesa?- susurré con voz un poco ronca.
-Puede…- me contestó de la misma forma que yo le había contestado antes y no pude más que sonreír- Eres deliciosa- se acercó a mí y cogió mi nuca con suavidad para plantarme un beso de película…
Bueno… en realidad, todos los besos de Edward Cullen, eran besos de película…
-Estaba en serio cuando te dije que echaría de menos esos preciosos zapatos en tus perfectas piernas…- susurró muy cerca de mi oído, provocando que el vello de mi nuca se erizara por completo.
-Lo sé- le dije con una sonrisa en mis labios y él me besó en el cuello y se separó de mí.
-Sería muy poco ético hacerte el amor aquí, ¿no crees?- sentí un escalofrío por todo mi cuerpo y me tragué el gemido que salía de mi garganta…
-Si…- sólo le pude responder eso antes de que me cogiera la mano y me encaminara hacia el Volvo.
Sonreí viendo a mi preciado Audi en perfectas condiciones.
Me abrió la puerta del Volvo, como siempre, y me besó en los labios rápidamente antes de cerrar mi puerta y encaminarse hacia la puerta del piloto.
-Quiero que estés tranquila- dijo con voz firme a la vez que se ponía el cinturón de seguridad y arrancaba el motor.
-¿No debería estarlo?- alcé una ceja y él salió del aparcamiento subterráneo con su característica elegancia.
-Si, deberías, pero es muy delicado lo que nos tiene que decir el abogado- involuntariamente mi corazón se saltó un latido.
-¿Qué sabes?- no era una pregunta, si no una afirmación.
-Ayer me dijo que James había confesado- abrí mucho los ojos y lo miré con la boca abierta.
-¿Qué ha confesado?- Edward se paró en un semáforo en rojo y me miró directamente a los ojos, penetrándome con su mirada jade.
-James ha confesado que tú…- hizo una pausa como buscando las palabras adecuadas- Que tú tienes una obsesión por él…- el gruñido que salió de mi garganta fue tal que hasta sentí cómo mi hijo se removía incómodo en mi interior…
-¿Qué?- exclamé totalmente sorprendida y él reanudó la marcha después de que le hubieran pitado dos veces.
-Tienes que tranquilizarte- su voz ahora era seria e hice lo que me dijo.
Intenté tranquilizarme por todos los medios, pero sólo conseguí que mi hijo me diera una fuerte patada…
-Oh, joder…- exclamé cerrando los ojos y tocando mi vientre.
-¡¿Qué pasa?!- exclamó asustado y yo abrí los ojos para mirarle.
-Que tu hijo me ha dado una patada con demasiada fuerza…- en sus labios se asomó una preciosa sonrisa y me cogió la mano y me besó el dorso.
-Sólo quiero que esto no te afecte demasiado, sé que será demasiado duro ver a James en el juicio, pero tienes que demostrar la mujer fuerte que eres y plantarle cara- me miró un segundo y volvió su atención a la carretera- Yo siempre estaré a tu lado- le sonreí y me acerqué para besar esos dulces labios de caramelo sólo un segundo.
-Te amo- le susurré y mi sonrisa se ensanchó aun más.
-Y yo a ti, preciosa- me sonrió torcidamente y llegamos al bufete del señor Steve.
Aparcó en el aparcamiento privado y se bajó del coche con su elegancia innata y me abrió la puerta con su caballerosidad exquisita.
-¿Lista?- susurró cuando cogí la mano que me tendía para poder salir del coche.
-Siempre que tú estés a mi lado- le sonreí y le besé en los labios dulcemente sin ninguna dificultad gracias a mis altos zapatos.
Cómo extrañaría besarle con tanta facilidad…
-Te amo, princesa- me sonrió arrebatadoramente y me besó en la frente antes de pegarme a su cuerpo y comenzar a moverse hacia la entrada.
-Y yo a ti- le dije posando mi cabeza en su fuerte brazo.
Entramos al lujoso lugar y la recepcionista nos recibió con una sonrisa radiante en su rostro.
-Buenos días- dijimos los dos al unísono y ella nos sonrió o más bien, le sonrió a Edward…
-Buenos días- no me pasó desapercibido cómo se comía a Edward con la mirada…
Joder… ahí vamos de nuevo.
-Tenemos una cita con el señor Steve- declaró Edward sin ninguna atención a ella más que la apropiada.
Sonreí.
-Ah, claro- hizo una pausa y miró el anillo que adornaba mi dedo anular- ¿Su nombre?
-Edward Cullen- la mano de Edward se posó en mi espalda baja y sentí todo el calor de su cuerpo emanar con ese simple gesto.
Sin duda, las hormonas del embarazo sería mi muerte…
-Claro- tecleó en el ordenador y muy disimuladamente, se bajó el excesivo escote de su ridícula camisa.
Tuve que rodar los ojos…
-Eres hermosa- me susurró muy cerca de mi cara y me besó en la punta de la nariz ante la mirada reprobatoria de la mujer.
Tuve que sonreír muy anchamente.
-Si, exactamente, aquí están- su voz amortiguada por la furia me encantó-Vayan al piso veinte y allí les informará su secretaria- nos sonrió falsamente y se metió de lleno en los papeles que descansaban encima de la mesa.
-Muchas gracias- dije con demasiada rudeza y nos encaminamos hacia el ascensor.
-¿Pasa algo?- Edward me miró con sus preciosas esmeraldas y yo me acerqué a él.
-No, que estoy cansada que toda la población femenina intente robarme a mi marido- le besé en los labios suavemente y él me apretó contra su cuerpo.
-No hablas enserio- pegó su frente a la mía y su mirada se inyectó en la mía.
-Si y muy enserio- declaré antes de morder su labio inferior, provocando un suave gemido por su parte.
Sonreí.
-Eres terrible…- negó con la cabeza mientras sonreía y en ese momento, las puertas del ascensor se abrieron.
Anduvimos unos metros y nos pusimos enfrente de la secretaria del señor Steve.
-Buenos días- dijimos de nuevo y la joven chica nos sonrió y esta vez, a los dos exclusivamente, no sólo a mi David de Miguel Ángel…
-Buenos días, señores Cullen- hizo una pausa- Soy Sofía y soy la secretaria del señor Steve.
-Encantada- le dije con una sonrisa sincera en mis labios y ella me la devolvió.
-Un placer- dijo mi marido educadamente.
-El señor Steve les está esperando, cuando quieran, pueden pasar.
-Muy bien, muchas gracias, Sofía- Edward me cogió de la mano y nos giró hacia la puerta de nuestro abogado.
Llamó y un “pase” nos dio la bienvenida.
-Buenos días, señor Steve- saludó Edward mientras caminaba hacia nuestro abogado.
-Buenos días- dijo yo y el hombre se levantó enseguida cuando nos oyó y nos sonrió.
Edward me ayudó a quitarme la chaqueta y él hizo lo mismo con la suya.
-Buenos días, señores Cullen- nos dio un apretón de manos y nos indicó que nos sentáramos enfrente de él- Bien… tengo buenas noticias- declaró e inmediatamente, Edward y yo nos miramos con una sonrisa.
-¿De qué se trata?- Edward dejó mi mirada para mirar al señor Steve y me cogió ambas manos.
-El señor Andrew- ahora me miró a mí y yo asentí- Ha declarado en contra de él por falsedad de identidad e intento de hurto en uno de sus proyectos- yo abrí mucho los ojos.
-¿Qué?- dije sorprendida y él asintió.
-Señora Cullen, usted está trabajando en un nuevo proyecto para el señor Andrew, ¿verdad?- yo asentí y le apreté más la mano a Edward- Bien, pues resulta que el señor Denali intentó sabotear ese proyecto y ponerlo a su nombre- mi boca debía estar rozando el suelo.
-Pero si todos los documentos tienen un código de seguridad que sólo  Eleazar y tú sabéis, ¿no?- preguntó ahora Edward y yo asentí.
-Si, pero el muy…- cerré los ojos para tranquilizarme y no decir ninguna insensatez- James estuvo en mi despacho a solas y no sé por cuánto tiempo, pudo haber robado mi código de seguridad…- pensé recordando aquel día que lo había pillado en mi despacho a solas.
-Vaya… otra prueba más para meterlo en la cárcel… perfecto- el señor Steve apuntó algo en su agenda personal y nos miró de nuevo- Vale, hay varias personas, además de ustedes, que han declarado en contra del señor Denali, lo que implica que sean un milésimo porcentaje que salga impune de todo esto- nos aclaró y nos sonrió.
-Sólo espero que lo metan de una vez en la cárcel- susurré yo mirando a Edward.
-Así será- me besó en la mejilla y me sonrió con mi sonrisa favorita.
-Bien… ahora vamos a comenzar con su declaración, señora Cullen- yo dirigí mi mirada hacia el señor Steve.
-Claro- estaba muy sorprendida por la tranquilidad con la que me estaba tomando todo esto, aunque la verdad era que el instinto maternal estaba pudiendo conmigo y sólo lo hacía por mi hijo y por Edward.
-Bien-hizo una pausa y volvió a coger la distinguida pluma- ¿Cómo sucedieron los hechos?- cerré los ojos por un segundo y los volví a abrir.
-James entró en mi despacho para entregarme unos informes y…- le conté todo lo ocurrido, con todo lujo de detalles, exactamente cómo había pasado y nunca me faltó el apoyo de Edward.
Después de una hora aproximadamente, el señor Steve tenía todo apuntado en su agenda.
-Muy bien, ha declarado estupendamente- me sonrió y yo le devolví la sonrisa.
-Sólo he dicho la verdad, señor Steve- hice una pausa- Lo único que quiero es que ese hombre no intente abusar de más mujeres- él asintió viendo mi punto y Edward me besó el dorso de la mano.
-Es un gesto muy atento por tu parte, señora Cullen- sonreí más ampliamente- Su secretaria, Ángela Weber, también ha declarado- abrí mucho los ojos y no pude más que agradecerle internamente a Ángela por su gesto de gratitud- Es la última persona que la vio antes de que el señor Denali intentase abusar de usted- yo asentí- Ha contado los hecho tal y como usted ha declarado, no me hace falta saber nada más.
-Y… respecto a la declaración de James…- hice una pausa- ¿No tengo que desmentir nada?- sentí la tensión en el brazo de Edward, pero era necesario atar todos los cabos para que ese hijo de puta se pudriese en la cárcel.
-No hace falta que pase un mal rato, señora Cullen- me sonrió y miró hacia mi vientre- Y más en su estado- le agradecí con la mirada- El señor Cullen fue bastante concluyente cuando hablé con él- yo sólo pude asentir y sonreírle a mi esposo.
Cuánto lo amaba…
-¿Necesita algo más?- intervino Edward y el señor Steve negó.
-No, nada más, les llamaré para decirles el día y la hora del juicio- los dos asentimos y nos levantamos de nuestros asientos.
-Perfecto- susurró mi esposo y cogió la mano del señor Steve- Muchas gracias por todo, estaremos en contacto- el hombre asintió y me miró a mí.
-Cuídese, señora Cullen- me sonrió y me apretó la mano- Espero que todo salga bien- ambos asentimos y salimos del despacho con una sonrisa pintada en la cara.
-Muchas gracias, señor Steve, nos veremos pronto- salimos de su despacho y nos despedimos también de la amable secretaria.
Estábamos esperando a que llegara el ascensor cuando el móvil de Edward comenzó a sonar.
-Es Alice- dijo con voz muy alegre cuando miró la pantalla del móvil- Buenos días, enana- sonreí por el mote de la pequeña de la familia.
-Salúdala de mi parte- susurré entrando en el ascensor junto con Edward.
Era increíble que hasta en el ascensor de este edificio hubiera cobertura…
-Si, acabamos de salir- hizo una pausa- Si, está bien- rodó los ojos ante la insistencia de Alice y yo no pude más que soltar una carcajada- ¿Qué no puedes ir a casa de mamá a comer?-me miró- Pero… nosotros no vamos a casa de mamá hoy a comer- su voz era totalmente de sorpresa y tuve que soltar una nueva carcajada al recordar que no le había dicho nada a Edward…
Le cogí el móvil a Edward y me lo puse en la oreja a la vez que salía del ascensor.
-Hola, Ali.
-¡Bella!- sonreí por la alegría de su voz.
-¿Cómo estás?- sentí el brazo fuerte de Edward alrededor de mi cintura.
-Muy bien- hizo una pausa- ¿Cómo es eso que no le has dicho nada a Edward de la comida con mi mamá?- sonreí.
-Se me ha olvidado por completo, Ali- hice una pausa- Pensaba decírselo ahora, pero has llamado tú- escuché una risilla por su parte- ¿Cómo está mi sobrina?
-Uf… está demasiado revoltosa, Bella- sonreí más ampliamente- No sé cuándo nacerá, pero será un torbellino- solté una carcajada ante su ocurrencia.
-Bueno… tiene a quién salir…- escuché la aterciopelada risa de mi hermoso esposo.
-Bueno… como sea- sonreí aun más- Hoy no podré ir a casa a comer porque Jasper ha quedado con unos amigos para comer, así que estaré ocupada- asentí a pesar de que no me veía.
-Lo entiendo- Edward me abrió la puerta del Volvo y le besé en los labios antes de montarme en el coche.
-Y tú… ¿cómo estás?
-Muy bien, Ali, Edward me consiente en todo lo que quiere- Edward me atrajo a su cuerpo y me besó en el cuello.
-Me alegro, Bella, nos diste un susto de muerte- asentí de nuevo- Pero, bueno, espero que ese cabrón se pudra en la cárcel.
-Así será, te llamaré mañana, ¿vale?
-Claro, cuando quieras, te quiero, cariño, cuida de ti y de mi sobrino- sonreí.
-Lo haré, te quiero, Al- colgué y miré a Edward.
-¿Me puedes decir el por qué no me has dicho nada de lo de la comida de mi madre?- sus ojos me recorrieron entera y yo me mordí el labio inferior- No hagas eso- deshizo el agarre de mis dientes y me miró con ojos penetrantes.
-Se me ha olvidado…- hice una pausa pensando en la manera de decirle el por qué no le había dicho nada…- Cuando me llamó tu madre, me dirigí hacia el baño mientras hablaba con ella y te vi ahí…. Desnudo y tremendamente sensual, joder…- el rubor que se extendió por mis mejillas fue tal que sentía mi cara arder completamente.
-Eres tan provocativa y dulce a la vez…- tocó mis mejillas y me abrazó, sintiendo su perfecto cuerpo debajo del mío.
-Te amo- susurré sobre su suave cuello y lo apreté más contra mí, sintiendo una nueva patada de mi hijo- ¿Lo has sentido?
-Dios… nunca me imaginé que iba a ser tan perfecto…- sus manos se posaron en mi pequeño vientre- Por supuesto que lo he notado- me sonrió torcidamente y me besó dulcemente en los labios- ¿Tienes hambre?- susurró sobre mis labios y yo asentí.
-Si y mucha- me sonrió de nuevo y me besó en la frente antes de separarme de él y arrancar el Volvo.
-Creo que iremos a casa de mis padres, nada les haría más ilusión que vernos allí a la hora del desayuno- sonreí y asentí.
-Pero… ¿no está Carliste en el hospital?
-No, tiene descanso hoy y mañana- volví a asentir sonriente.
Nos encaminamos hacia la mansión Cullen y en muy poco tiempo, llegamos. Ya estaba demasiado acostumbrada a la forma de conducir Cullen… incluso yo ya conducía de ese modo…
Se bajó del Volvo y avanzó rápidamente para abrirme la puerta como el buen caballero que era.
-Jamás me acostumbraré a tu caballerosidad, Edward Cullen- me abrazó y sentí su cálido aliento entrar por mi oído.
-Pues deberías, señora Cullen- sonreí ante mi nuevo nombre y nos encaminamos, sin dejar de abrazarnos, hacia el enorme portón.
Edward abrió con su llave y entramos en la casa más preciosa que había visto jamás.
-¿Quién…?- se escuchó a Esme con el delantal puesto y con una cuchara de palo en la mano.
Sin duda, era la imagen de mujer a seguir.
-Oh, Dios mío… mis niños- sonreí ante su saludo y corrió hacia nosotros para abrazarnos.
-Hola, cariño- me abrazó a mí antes que a su propio hijo y la abracé con todo el amor que sentía por aquella mujer.
Era mi segunda madre, sin duda.
-Hola, Esme- le sonreí y me separé de ella para besarle en ambas mejillas.
-Dios mío… tienes más tripa- sonreí feliz al haberse dado cuenta- ¿Cómo te sientes?
-Estupendamente, soportando las patadas de tu nieto- le dije dulcemente y ella sonrió maternalmente.
-Es increíble… ha empezado con las patatas igual que su padre…- mi sonrisa se ensanchó aun más al saber ese detalle.
-Eh… ¿Hola?- intervino Edward y las dos nos giramos y lo miramos.
-Hola, mi amor- Esme me dejó un momento para abrazar a su hijo.
-Hola, mamá- Edward le sonrió y le besó en ambas mejillas a la vez que la abrazaba efusivamente- Veo que ya no me quieres como antes…- hizo un mohín que me resultó demasiado gracioso y él alzó una ceja en mi dirección.
-Eso no es verdad- le besó en la frente, gracias a sus finos zapatos de tacón, pudo hacerlo- Sólo que ahora hay que mimar más a Bella y a mi nieto- le sonrió y en ese momento, apareció Carliste con algunas manchas de harina en su brillante camisa.
-Buenos días, hijos- nos sonrió y me abrazó a mí con cuidado de no mancharme.
-Hola, Carliste- le sonreí y le besé en ambas mejillas.
-¿Cómo estás?
-Muy bien, gracias- mi sonrisa se ensanchó y él asintió.
-¿Cómo estás, hijo?- Carliste se dirigió hacia Edward  se abrazaron fraternalmente.
En ese momento, un ladrido me desconcertó y miré hacia la puerta de la cocina, encontrándome con una Yuna medio tumbada en el suelo con sus patas delanteras y con su rabito moviéndose sin parar.
-¡YUNA!- grité y me agaché con los brazos abiertos para darle la bienvenida.
Corrió hacia mí y se paró justo enfrente de mí para no tirarme de espaldas y hacerme daño…
¿Es posible que un cerebrito tan pequeño pudiese tener tanta inteligencia?
Al parecer, si.
-Ven, cariño- ella avanzó despacio y miró mi tripa, como queriendo saber qué ocurría ahí dentro. No pude más que soltar una carcajada.
-¿Qué pasa?- sentí a Edward en mi espalda y se agachó a la misma altura que yo.
-Me está mirando la tripa como queriendo descubrir que está pasando en mi cuerpo…- todos, incluida yo, soltamos una sonora carcajada.
Yuna se acercó más a mí y me lamió toda la cara. Mis brazos se cerraron en torno a su cuerpo y la abracé como si mi vida dependiera de ello.
-Te he echado mucho de menos, muchachita- soltó un ladrido y me lamió de nuevo, pero esta vez, en las manos- Has crecido mucho, cariño- la miré más detenidamente y ahí me di cuenta que su pelaje tenía reflejos canelas.
Preciosa.
-Está preciosa- Yuna se acercó a Edward y le puso las patas en sus piernas- ¿Qué pasa, pequeña?- le acarició la cabeza y el lomo y ella cerró los ojos en un total gesto de satisfacción.
-Es muy buena- murmuró Esme y yo asentí- Cuando la trajimos, Carliste y yo, se quedó el primer día esperando en la puerta, no quería comer ni beber, hasta que comencé a acariciarle y a hablar con ella- sonreí antes las palabras de Esme.
-Tu madre tiene un don para los animales, hijo- susurró Carliste.
-Me lo imagino, si es que derrocha amor por todos lados- Edward se levantó y abrazó su madre.
 -Te quiero tanto, hijo- sonreí ante la imagen y Yuna me lamió la mano, de nuevo.
-Hermosa- le susurré tocando su cabecita y sintiendo cómo Edward me ayudaba a levantarme de mi posición.
-Imagino que mi nieto tendrá hambre, ¿no?- asentí mirándola con una sonrisa.
-Imaginas bien- ella asintió sonriente.
-Ven, déjame ayudarte- Edward me quitó la chaqueta y la colgó, junto a la suya, en el perchero de la entrada.
-Te amo- le susurré y le besé en los labios antes de encaminarnos hacia la cocina, con una Yuna escoltándome a mi lado.
-¿Qué os apetece?- nos sentamos en el taburete de la barra americana de la cocina, todos menos Esme, que se fue hacia el mueble y comenzó a sacar cosas- Tu padre me estaba ayudando a hacer un pastel de mora para la merienda- sonreí sabiendo que a Edward le encantaba ese pastel.
-¿Lo has hecho para que me quede aquí todos los días a comer, verdad?- me reí ante la pregunta de Edward y éste agarró mi cintura y me sentó en su regazo.
-Puede ser… aunque no igualaré jamás la compañía de Bella- sonreí ante su declaración.
-Tu compañía no se puede comparar con nada ni nadie, Esme- le aseguré sintiendo los besos húmedos de Edward en mi cuello.
-Bah, tonterías…- dijo como si nada- ¿Qué tal… crepes con chocolate?- la boca se me hizo agua cuando escuché eso y yo asentí frenética.
-Si, mamá, sólo hazlo- sonreí ante las palabras de mi hermoso esposo y le besé en los labios antes de bajarme de su regazo sin ninguna dificultad a pesar de mis altos zapatos y mi barriguita.
-Te ayudo, Esme- me acerqué a ella.
-No, tú eres mi invitada y tú te quedarás ahí sentadita, tranquila y disfrutando de la compañía de mis hombres favoritos- me sonrió- Que no se entere Emmett…- solté una carcajada ante su broma y volví a mi sitio a regañadientes.
-Bien… pero te prohíbo que cuando vengas a casa, hagas algo, ¿entendido?- ella asintió sin hacerme mucho caso y se enfrascó en hacernos el desayuno.
-Al menos deja que te ayude con los zumos y el café- la miré- Por favor…- puse mi voz de mayor pena y ella, al fin, accedió.
-Está bien, pero hazlo sentada- asentí y cogí el exprimidor y las naranjas frescas y las puse encima de la barra, justo enfrente de mi asiento.
Comencé a exprimir y Edward puso una mano en mi vientre, sintiendo, nuevamente, una patada de mi hijo.
-Creo que tu hijo te pateará el trasero por ser tan bueno y pesado…- susurré mirándolo se soslayo mientras vertía las naranjas exprimidas en las finas copas que tenía enfrente.
-Claro…- me acarició más el vientre y de nuevo, otra patada- Es increíble cómo puede moverse ahí dentro sin tener espacio…- susurró como pensando en voz alta.
-La verdad que ese es un misterio increíble- dijo Carliste mientras miraba mi vientre.
-Y… ¿cómo os ha ido con el abogado?- preguntó Esme dejando la masa de los crepes en la sartén.
-Muy bien- intervine yo mientras llenaba la última copa de zumo.
Yuna me lamió la pierna y me di cuenta que no se había movido ni un ápice de su postura anterior.
-Creo que a tengo mi escolta personal- dije mientras me levantaba y sentía cómo me seguía desde atrás.
-Si… se nota que te ama, Bella- dijo Esme mirando a Yuna.
Yo sólo pude sonreír y dirigirme hacia la cafetera y hacer el café.
Justo cuando estaban terminados los crepes y el chocolate caliente, el café estaba en su punto para tomar.
-Con leche y dos cucharadas de azúcar- murmuró Edward sabiendo mi café favorito de memoria.
-Exacto, mi amor- le sonreí y comenzamos a desayunar entre risas y hablando de todo un poco, contándole lo que había sucedido con el señor Steve.
Cuando terminamos de desayunar, los hombres recogieron todos los platos, cubiertos, vasos y cacharros del desayuno y los metieron en el lavavajillas mientras Esme y yo nos íbamos al jardín trasero a disfrutar del cálido día.
-Tiene muy buena pinta…- murmuré señalando el agua de la piscina.
-Si… el agua ya se está calentando con el sol y apetece mucho- yo asentí a la vez que me sentaba en la cómoda silla- ¿Te apetece bañarte?
Lo sopesé durante un breve segundo, la verdad era que quería bañarme, claro que quería, pero lo que no tenía era un bikini para poder hacerlo.
-Tranquila, bikini tienes gracias a Alice- la miré con sorpresa.
-Cuando os fuisteis de luna de miel, además de arreglar las tres habitaciones para mis nietos- sonreí- También metimos ropa de Rose y tuya aquí, por si os apetecía quedaros a dormir algún día o lo que sea- yo asentí sonriente y nada de sorprendida…
La verdad era que no me extrañaba nada la decisión de Alice… siempre acertaba con todo.
-Si, voy a bañarme- Esme me sonrió cálidamente y se levantó de su asiento y me animó a seguirla.
Justo cuando estábamos subiendo el primer peldaño de las enormes escaleras, Edward me cogió de la cintura, con mucho cuidado y me acercó a su cuerpo de adonis perfecto.
-¿Dónde vas, preciosa?- me susurró en el oído y sentí la punta de su lengua en el lóbulo de mi oreja…
Joder… íbamos a tener un grave problema Edward y yo…
-A por un bikini que me ha apetecido bañarme en la piscina, ¿te animas?- le susurré de la misma forma que él y sentí la punzada de su erección en mi trasero.
Oh, joder…



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¡Hola a tod@s!
El segundo capítulo de INOLVIDABLE de la semana. ¡¡Siiiiii!! :D
Bueno... esta semana he podido cumplir con la mitad de la promesa, ya que el capítulo de MEZCLA DE SENTIMIENTOS, no lo tendré listo hasta mañana, perdonad chic@s, pero ayer fue un día de family total... Así que no tuve tiempo ni para empezarlo...
Ya, seguro, seguro, que la semana que viene podré cumpliros completamente :D Y muy pronto, subiré mi OS para el concurso, me habéis preguntado y si, va viento en popa :D Va genial, me está gustando mucho el resultado y espero, por Dios, que guste a tod@s :D
Te dedico el capítulo a ti, mi querida TODO, mi Yessi :D Gracias, mi niña, por estar ahí siempre y contar conmigo para lo que sea, ya sabes que tienes aquí a una persona en quién confiárselo TODO :D Te quiero mil millones, nena.
Para mi angelito de la guardia, quien vela por mí y se preocupa por mi estado y porque mis historias sigan viento en popa (como dice ella), Lourdes :D Gracias por todos tus comentarios y por seguir leyéndome pese a todo :D Te lo agradeceré siempre. Si, lo pasé estupendamente y disfruté mucho de la sorpresa de mi bebé (mucha piscina, bebidas, comida y mucha bici :D) ¡Gracias por todo! Millones besos y abrazos.
Y para tod@s los demás, que no se dan a conocer, pero están ahí leyendo mis historias :D 
¡¡Muchos de besos y abrazos a tod@s!!
Romiina^.^



4 comentarios:

  1. Romi,
    Me ha encantado y maravillado!!!...es un capítulo super tierno...todos pendientes de Bella :)
    Espero que lo del juicio y todo lo además, acabe genial....veremos como se presenta la historia :)
    Muchas gracias por la dedicatoria de hoy y por todas las demás...la verdad, es que siempre que la leo me sacas una sonrisa :)
    De todas formas, no creo que me merezca tanto como para ser tu ángel de la guarda...sólo me preocupo por la gente que me importa y a la que quiero...simplemente :)
    Me alegro de que todo te haya ido genial y de que te lo hayas pasado en grande al lado de tu bebe...me alegro muchísimo por tí!!! :)
    Seguiré esperando con ansias el resto de capítulos para leerlos y, por supuesto, tu historia para el concurso...ya me muero por leerla!!!! :)
    Muchos besosss y abrazosss
    Lourdes

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    1. Hola, Lourdes!!! :-)
      Muchisimas gracias por haber comentado el capitulo, de verdad, q siempre me sacas una sonrisa sincera en el rostro :-)
      Cuando te digo q eres mi angel de la guarda, eres mi angel de la guarda, siempre estas preocupandote por mi y comentando los capitulos, dejndo tu opinipn y sabes q es muy importante para mi. Lo eres porq asi lo siento, nena, de verdad q asi es. Me alegro mucho de q yo conparta ese grupo de las personas q te importan y te preocupan, yo tb me preocupo por todas vosotras. Me importais mucho :-)
      Yo tb me alegro porq te lo hayas pasado de maravilla y q hayas descansado :-)
      Espero verte por aqui pronto. Mañana subire MEZCLA DE SENTIMIENTOS ;-)
      Muchos besos y abrazos, Romiina^.^

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  2. Romina hermoso capitulo, me gusta como esta toda la familia pendiente de Bella y q la cuiden y que bien que se descubre todo y que esos malos paguen por todo el daño que han causado. uyyy que decir de ese lenguaje corporal wao.
    Nena muchos besos

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  3. Romi un capí muy hermoso. Me fasina lo mucho que Edward la cuida y busca siempre su bienestar. Él es un amor además de su familia. Ellos la cuidan mucho y la protegen, él es un esposo modelo, lo adoro. El fic se esta poniendo buenísimo. Espero todo lo del juicio se favorable para Bella, ya que James debe pagar se comportó como un patan. Deseo obtenga su merecido. Me encanta que el abogado les dio buenas noticias. Ansiosa por más, un saludo enorme.

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