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Capítulo escrito por Romiina.
Capítulo 2.
Yess pov.
Bailé con muchos chicos, viendo a mi amiga
Romina, sentada en una silla espantando a todas las molestas moscas… Jamás
cambiaría… podía formar una alfombra de chicos para que ella pisase y en vez de
sonreír, les daba una mirada de advertencia y los sacaba de su visión.
Sonreí ante la imagen…
De repente sentí un enorme cuerpo golpear mi
espalda y me giré con violencia.
-¿Qué…?- dije encontrándome con unos preciosos
orbes azules.
-Perdona- dijo sujetando mi brazo para no caer,
aunque ahora mismo no me importaba hacerlo…
Era guapísimo…
Tenía un cuerpo enorme, al menos mediría el metro
noventa y su pecho era tan ancho que pensaba que le reventaría la apretada
camisa que llevaba.
-Lo siento- le dije ruborizada.
-No, no te preocupes, ha sido mi culpa- me sonrió
con ternura y me sentí incómoda por su agarre. Él pareció notarlo y dejó mi
brazo libre- No te había visto, iba distraído y…
-Me suele pasar- le sonreí y él me mostró sus
relucientes dientes.
-Soy Emmett Mc Carthy, encantado- su sonrisa se
ensanchó y me miró con dulzura.
-Yo soy Yess Dawson, encantada- estreché su
cálida mano y le sonreí.
-¿Tú eres actriz, verdad?- me dijo con una ceja
alzada.
- Si- y locutora de radio… estuve a punto de
decirle, pero no me atreví.
-¿Me permites?- me dijo ofreciéndome su mano y yo
asentí. Cogí su mano y me empujó suavemente hacia su cuerpo- El lugar está
increíble- dijo mientras bailábamos.
-Bueno… mi amiga Romina y yo hemos hecho todo lo
que hemos podido- le sonreí y él me miró con sorpresa.
-¿Vosotras habéis hecho todo esto?- dijo
señalando el lugar con la cabeza.
-Si, hemos puesto mucho empeño.
-Pues es genial- me dijo con una sonrisa de niño
pequeño, mostrando dos adorables hoyuelos.
Bailamos por mucho tiempo y decidimos sentarnos
en unas sillas que estaban cerca. Yo alcé mi mirada en busca de mi amiga Rom,
pero no la vi por ningún lado.
-¿Esperas a alguien?
-No- lo miré a los ojos y me ruboricé al estar
tan pendiente de mí- Estaba buscando a mi amiga.
-¿Quieres que te acompañe a buscarla?
-No, estoy cansada, creo que me iré a mi
departamento- solté su cálida mano, sintiendo su ausencia y él me miró triste.
-¿Puedo acompañarte?- dijo con ternura y yo sólo
pude asentir.
¿Cómo podría negarme con esa carita tan dulce?
Fuimos hablando de trivialidades durante el
camino, que se me hizo extrañamente corto y nos paramos en la puerta. Conversar
con Emmett parecía cotidiano en mi día a día, no había silencios ni palabras
incómodas, todo fluía con mucha rapidez y facilidad.
-Ha sido un placer conocerte- me dijo cogiendo mi
mano para besar el dorso de la misma y yo sólo pude sonreír.
-Igualmente.
-Espero verte pronto- me dijo con una preciosa
sonrisa, alejándose con lentitud. Parecía que le costaba separarse de mí. Y yo,
inesperadamente, también extrañé su compañía.
-Yo también- le grité de vuelta y él se giró para
sonreírme de nuevo y volvió a su camino.
Me metí en el departamento y me dejé caer en la
puerta con una sonrisa bailando en mis labios.
-Fascinante…- murmuré para mí y volví a sonreír.
Miré a mi alrededor y me fijé que Romina aún no
había llegado… Todo estaba apagado y sin señales de vida.
Me levanté al cabo de los minutos y me quité los
zapatos en el camino, mientras me dirigía hacia la habitación.
Me quité el vestido y me puse mi pijama. Me tumbé
unos minutos en la cama, pero no podía dormir, tenía que contarle a Rom la
maravillosa noche que había tenido.
Me encaminé de nuevo al salón y me dejé caer en
el sofá.
No sé cuánto tiempo pasó, pero escuché las llaves
de Romina, con su característico sonido a campanitas y abrí los ojos
pesadamente.
¿En qué momento me había quedado dormida?
-TE TENGO QUE CONTAR ALGO- dijimos las dos al
unísono y yo no pude evitar sonreír y notar que mi cara ardía violentamente.
-Tú primero- me dijo sentándose en el sofá,
frente a mí.
-Verás hoy en el baile… conocí a un chico
maravilloso, bromista, soñador, tierno, lo pasé genial, era como si lo
conociera de años, realmente fue… mágico- suspiré y me reí.
-Vaya, ¿y cómo se llama el afortunado?
-Emmett- dije como si fuera la mejor poetisa de
todo el mundo y mi amiga sonrió.
-Me lo tendrás que presentar, para darle la
aceptación por completo- me advirtió juguetona y yo salté de alegría y la
abracé.
-¡Claro! Pero ahora cuéntamelo todo tú a mí- le
dije emocionada cruzando mis piernas.
-Pues cuando estaba sentada en la mesa, sentí la
mirada de alguien sobre mi y movida por la curiosidad indagué hasta encontrar
al dueño de aquella mirada tan profunda y maravillosa… me acerqué a él,
comenzamos a hablar y… hemos quedado para mañana en la tarde- juro que mi
corazón se saltó un latido por tanta alegría.
-¡QUÉ FELICIDAD!- le dije abrazándola, pero en
ese momento me acordé de algo excesivamente importante. Me levanté ante la
atenta mirada de Romina y me dirigí hacia nuestra habitación. Cogí la bolsa que
tenía preparada para ella y corrí de nuevo para tendérsela en ambas manos- Mira
tú atuendo para mañana- le dije con una sonrisa.
-Es fantástico- dijo emocionada mirando el
precioso conjunto.
Nos fuimos cada una a nuestra cama y demasiado
pronto se pasó el tiempo, sin siquiera poder dormir, pensando en mi héroe de
ojos azules.
Me levanté muy temprano, en realidad no tenía
nada mejor que hacer, ya que si no podía dormir, se me agarrotarían los
músculos y estaría mal después.
Me dirigí hacia la cocina y me bebí un vaso de
agua. Me senté en el sofá y encendí la televisión, esperando que al menos
hubiera algo decente para poder ver, aunque en realidad mi mente estaba en
Emmett…
Al cabo de tres horas al menos, más que aburrida,
decidí preparar el desayuno para cuando Romina se levantase y poder desayunar
juntas.
Y en eso estaba cuando mi preciosa amiga apareció
con su pijama.
Desayunamos y nos dirigimos a nuestra habitación
para ayudarle a prepararse para su cita. Se duchó y mientras se vestía, yo
decidí ducharme también para ver si me despejaba, pero fallé estrepitosamente…
Estaba muerta de sueño…
La peiné majestuosamente, ahora agradecía la
práctica que teníamos ambas en el tema moda-maquillaje.
-Preciosa me meteré a dar una ducha tengo mucho
sueño aún- le murmuré provocando una mirada extraña por su parte, ya que me
acababa de duchar hacía unos minutos…
Escuché unos toques en la puerta antes de abrir
el grifo del agua caliente. Ya tendría tiempo de conocer al galán de Rom…
Me relajé en la bañera llena con el agua caliente
y cerré los ojos. No sé en qué momento me quedé dormida, pero el agua helada me
estaba calando los huesos y por el frío mi cuerpo se contrajo y abrí los ojos
inmediatamente…
Miré el reloj de mi muñeca y eran las cuatro y
media…
¿Cuánto tiempo había dormido?
Se supone que Rom tenía la cita con su galán a
las 3 y si yo había escuchado los golpes en la puerta, suponiendo que el chico
era puntual, había estado aquí más de una hora…
-Joder…- murmuré mientras notaba mi piel
totalmente helada.
Abrí de nuevo el grifo mientras le quitaba el
tapón a la bañera y me relajé de inmediato con el agua caliente que salía del
grifo. Me salí rápidamente y me envolví en una toalla mientras salía a mi
habitación.
Me vestí con un pantalón deportivo y un top, ante
todo quería estar cómoda, ya que no saldría de casa y me encaminé hacia la
cocina.
Preparé todo lo necesario para hacer tallarines a
la carbonara, mis favoritos y me dispuse a hacerlos.
Media hora después ya estaba comiendo mi pasta
favorita y viendo la televisión.
¿Cómo le estaría yendo a Romi? ¿Se portaría él
bien con ella?
No pude evitar esos pensamientos mientras me
levantaba a recoger todo. Esperaba de veras que mi amiga estuviera bien y que
lo estuviera pasando bien.
Cuando estaba metiendo el plato y el vaso en el
lavavajillas, escuché el timbre de casa. Automáticamente miré el reloj y eran
las 5 y cuarto…
¿Sería Romina? Lo más seguro es que se hubiera
olvidado las llaves, aunque era muy temprano, pero, ¿quién más sería?
-Rom, ¿te has olvidado de nuevo las llav…- corté mi
broma ante la mirada más preciosa de todas.
-¿Vengo en mal momento?- dijo mirándome burlón y
yo miré a mi atuendo…
Mi pelo estaba un poco enmarañado, ya que no me
lo había secado con las prisas y ahora me arrepentía… y mi vestimenta dejaba
mucho que desear…
-N… no- dije ruborizándome gravemente.
-No quiero interrumpir, si lo prefieres puedo
venir en otro mom…- le corté.
-No, por favor, pasa- le dije haciéndome a un
lado y él asintió con una sonrisa.
-Por cierto, buenas tardes- me besó en la mejilla
y creí desfallecer ante ese simple toque, qué bien se sentía…
-Hola- dije sin salir de mi asombro, él sólo
sonrió de nuevo.
-Venía a hacerte una proposición- dijo con
ternura.
-¿Si? ¿De qué se trata?- dije sentándome en el
sofá y palmeando a mi lado para que él hiciese lo mismo.
-Si, tu vestimenta es aceptada para ello- me dijo
burlón mientras señalaba mi ropa y yo me ruboricé al tiempo que sonreía.
-Bueno… aunque sea así, me cambiaré- dije
levantándome del sofá.
-Entonces, ¿aceptas?- me dijo con una perfecta sonrisa.
-Pues claro- le sonreí y me encaminé hacia mi
habitación- Si quieres algo, cógelo- le dije mientras entraba en la habitación.
Ahora tenía una polémica… ¿Qué me pondría? Es
más… no sabía ni adónde iría…
Abrí el armario y lo que me encontré tenía que decir
que fue mi salvación… Sonreí con anticipación…
Había una bolsa con la marca de mi ropa
preferida, volví a sonreír ante la invención de mi amiga Rom…
Era increíble…
Saqué la bolsa y vi unos preciosos pantalones
pitillo color verde azul oscuro, una blusa marrón claro, igualando con la
chaqueta y los zapatos planos…
¿Cómo sabría ella que yo hoy iría…?
Me fijé mejor en la bolsa y ahí estaba lo que estaba
buscando con ansias…
Mi querida Yess,
Te parecerá increíble que haya acertado que ibas
a salir con el bombón de tu galán, pero ya sabes que tengo un sexto sentido.
Como sea, quiero que te lo pongas y disfrutes de tu día amiga. Te quiero
muchísimo y quiero que te diviertas como nunca.
Te quiero,
Rommi^.^
Pd: Si, ya me lo agradecerás, pero de momento no
hagas esperar a tu hombre y vístete rápido. Hazte una coleta alta desenfadada,
ya sabes como se consigue.
Sonreí de nuevo y corrí hacia el baño para
hacerle caso a mi amiga.
No era increíble… era perfecta.
Me vestí y me miré directamente al enorme espejo.
Tenía que decir que me quedaba todo de lujo…
Mis pechos estaban ahora en aumento gracias
al corte en pico de la blusa y mi trasero estaba perfecto con los apretados
pantalones, que se ajustaban en los sitios claves…
Me cogí la “coleta desenfada” según Rom, era
increíble como esa cabecita podía maquinar todo rápida e increíblemente, me
maquillé casi inexistentemente y salí a ver a Emmett.
-Waoo, estás increíble- se levantó dejando la
cerveza encima de la mesa. Estás muy guapa- me sonrió y me besó en la mejilla.
-Gracias, ¿vamos?- le dije cogiendo las llaves
para salir. Él asintió y salió conmigo.
-Es una sorpresa- dijo invitándome a subirme a un
enorme coche.
-Emmett, ¿qué es este monstruito?- dije yo con
una sonrisa burlona. Por supuesto yo ya sabía que era un enorme jeep, pero me
hacía mucha gracia cuando intentaba explicar algo serio.
-Es mi bebé, Yess- dijo orgulloso.
-Oh, lo trataré con mucho cariño- le sonreí y él
me la devolvió. Me ayudó a subir al jeep y emprendimos nuestro viaje.
-¿Dónde vamos?- le dije mientras tarareaba la
canción que se escuchaba en la radio.
-Es una sorpresa, ya te lo he dicho- me guiñó un
ojo y sonrió.
Llegamos en menos de veinte minutos y me ayudó a
bajar.
Miré a mi alrededor y no me podía creer dónde
estábamos…
-¿Es esto el parque de atracciones?- dijo mirando
todo con mucha expectación.
-Pues claro, ¿qué más sería?- dijo burlón y yo me
lancé en sus brazos.
-Oh, gracias- le dije mientras lo abrazaba, él
pareció dudar, pero me estrechó en su ancho pecho.
-De nada, vamos- me cogió de la mano y nos
encaminamos hacia el parque de atracciones.
-Hacía mucho que quería venir- le dije sonriente.
-Bueno… eso esperaba oír- me sonrió y nos paramos
en un puesto de helados- ¿Quieres uno?- me dijo señalando los deliciosos
helados que había.
-Si- le sonreí y me acerqué a ver los sabores-
Chocolate, por supuesto- le dije con una sonrisa y él asintió. Pidió nuestros
helados y nos fuimos para la noria.
Nos comimos el helado hablando de todo un poco,
mientras la hora del Crepúsculo nos acechaba y hacía partícipe de nuestra
hermosa cita.
Emmett, era el ser más increíble que había
conocido nunca… Era bromista, caballeroso, cariñoso y sobre todo un amigo…
Quizás, sólo quizás, ahora mismo podía sentir más
que una simple amistad…
¿Amor?
No lo sabía… pero me gustaba la idea…
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