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Capítulo
18: ¿Enserio?
Bella pov.
Inmediatamente
se me vino a la mente un precioso niño de ojos verdes y pelo rubio…
-¿Es… estás
se… segura?- dije acercándome a ella y sentándome a su lado.
-No puedo
estar segura…- su voz ahora parecía más tranquila, ahora nos había soltado la
bomba a Alice y a mí…
-Rose-
intervino Alice por primera vez desde que Rose había soltado menuda noticia… La
rubia se giró para mirarla- ¿Tienes algún retraso?- dijo dejándonos a mi y a
Rose con la boca abierta por su inesperada serenidad…
-Si…- dijo
bajando la mirada- Creo que de dos semanas…- las dos la miramos inmediatamente.
-Rose- cogí
su barbilla e hice que me mirara- ¿No te has dado cuenta antes de ese retraso?
-No… con
las notas finales y el viaje no había pensado en ello…- dijo derrotada y Alice
y yo la abrazamos.
-No te
preocupes, ¿vale?- ella me apretó contra su cuerpo- Conseguiremos una prueba de
embarazo, ¿quieres que hable con Esme?- Rose levantó su mirada y negó
frenéticamente- No te preocupes, ni Alice ni yo diremos nada- miré a Alice.
-Por
supuesto, dime lo que necesitas y te lo traeré- dijo Alice acariciando la
espalda de Rose suavemente.
-Prime…
primero quie… quiero saber s… si es… estoy embar… embaraz- no pudo terminar
antes de sollozar fuertemente.
-Shh,
tranquila, no es bueno para el pequeñín que puede estar ahí- dije tocando su
tripa inexistente.
-Si,
apuesto a que será igualito a Edward si es niño…- dijo Alice soñadora y Rose y
yo tuvimos que soltar una carcajada.
Por fin
había conseguido la enana hacernos sonreír.
-Si, será
precioso- dije imaginándome la carita de ese bebé.
-Chicas-
nos interrumpió Rose- No sé… no sé si quiero tenerlo…- de nuevo bajó su mirada
y nosotras la miramos con horror en nuestros ojos- Es decir… amaría tenerlo, ya
sabéis que es mi sueño, pero no quiero tirar por la borda el futuro de Edward,
el mío me daría igual siempre y cuando pueda cuidar a mi bebé, pero Edward…
-¿Qué
dices?- dijo Alice poniéndose roja de la rabia.
-Si… Edward
quiere estudiar al igual que yo y no puedo privarle de algo que quiere hacer…-
sollozó de nuevo- No quiero que se arrepienta nunca de no haber hecho lo que
quería hacer…- de nuevo vinieron a sus ojos innumerables lágrimas y Alice y yo
nos miramos con una sonrisa.
-Antes que
nada no quiero que llores- dijo Alice demandante y la abrazó nuevamente- No
tienes qué preocuparte por eso- hizo una pausa mientras le quitaba unos
mechones del pelo de la cara a Rose- Nosotros podemos encargarnos de nuestro
precioso sobrinito- yo sonreí.
-No quiero
dejar a mi hijo con nadie para que sea una carga- dijo Rose demasiado segura y
Alice y yo nos miramos de nuevo.
-Lo que te
quiere decir Alice- miré de nuevo a Rose- Es que somos muchos y podemos
estudiar a la vez de cuidar al bebé- Rose me miró con una brillo especial en
los ojos.
-Sólo
estamos diciendo que están tus padres- Alice le tocó la mejilla a Rose con
cariño- Están los míos- yo sonreí al imaginar a Esme cogiendo a su nieto- Y
estamos nosotros, ¿te hace falta alguien más?
-Gracias
chicas- sollozó Rose a la vez que nos abrazaba con fuerza.
Alice y yo
nos miramos y sonreímos a la vez.
Estuvimos
mucho tiempo así, hasta que Rose se separó de nosotras.
-Quiero
confiar en Carliste…- hizo una pausa mi amiga y nos miró a ambas- Pero me da
mucha vergüenza decirle que puedo estar embarazada de Edward…
-Carliste
es comprensivo Rose, eso ya lo sabes- Alice asintió.
-Seré
sincera- dijo Alice- No creo que les guste mucho la idea a mi papá y a mi mamá,
por el tema de que sois jóvenes y tal… sólo tienes 14 años, tienes que
entenderles- Rose sollozó de nuevo- Pero jamás podría hacerle feliz otra cosa-
Rose miró a Alice y la abrazó de nuevo- Sólo te digo que hables con ellos, si
quieres Bella y yo podemos estar contigo apoyándote.
-¿Harí…
haríais eso por mí?- dijo mientras nos miraba con los ojos llorosos.
-Por
supuesto, tonta- la abracé y Alice hizo lo mismo- Te apoyaremos en todo, Rose,
no estarás sola- le susurré y ella se volvió a apretar contra mi cuerpo.
-¿Quieres
que se lo digamos a mi mamá antes que a nadie?- dijo Alice de repente- Te puedo
asegurar que ella no dirá nada y podrá conseguirnos lo que necesitamos- yo
asentí y me separé un poco de Rose para ver su reacción.
-Rose, no
te presionaremos en nada, todo será cómo tú quieras, ¿vale?- Rose me miró y
asintió.
-Si, se lo
diré a Esme, ¿pue… puedes llamarla?- comenzó a tartamudear de nuevo mientras
miraba a Alice.
-Por
supuesto- Alice se levantó sonriente y se acercó a ella- Sólo si quieres
verdaderamente, si no, pues haremos todo nosotras solas- le besó en la mejilla
y la abrazó efusivamente.
-Gracias-
susurró Rose con un hilo de voz- No sé qué haría sin vosotras- se separó de
Alice y me miró con una pequeña sonrisa- Por supuesto que quiero hablar con
Esme, será la persona indicada para esto- dijo segura y Alice y yo asentimos a
la vez.
-Está bien-
dijo la enana sonriente- Avisaré a mamá- dijo mientras daba saltitos
dirigiéndose a la puerta de la habitación.
-Ali- llamó
Rose y Alice se volvió- Gracias, enana- le sonrió y Alice le dedicó una sonrisa
radiante antes de marcharse de la habitación.
-Bella- me
llamó Rose y la miré- ¿Có… cómo se lo contaré a Ed… Edward?- dijo apenada y yo
le cogí sus manos y las puse entre las mías.
-Tienes que
confiar en él- la miré a sus ojos azules como el cielo- Debes contárselo con
total tranquilidad, ya verás como él será el primero que quiera seguir
adelante, lo conozco- dije pensando en el Edward de hace unos años que me traía
completamente loca.
-¿De
verdad?- dijo con un atisbo de emoción en su voz.
-Pues
claro, tonta- la abracé y ella puso su cara en el hueco de mi cuello- Edward
será el padre más sexy del planeta- pude sentir la vibración en mi piel por la
risa de Rose, yo inmediatamente solté una risilla.
-Y yo seré
la madre más cariñosa del mundo- dijo separándose de mí y poniendo sus manos en
su vientre- Ya lo quiero, ¿sabes?- una lágrima rodó por su mejilla- Espero no
llevarme ningún chasco si es que no estoy embarazada…- yo la miré
inmediatamente.
-Sinceramente,
esa tripilla que empieza a asomar, no creo que sea de gases, ¿o si?- ella soltó
una risilla y volvió a abrazarme.
-Gracias-
me apretó contra su cuerpo- ¿De verdad tengo tanta barriguita?
-Bueno… no
mucho, aún es inexistente, pero si te fijas bien, se te nota algo- mi mano se
dirigió a su vientre y lo toqué con suavidad.
Las dos
suspiramos de emoción a la vez y oímos unos golpecitos en la puerta.
-¿Se
puede?- se escuchó la maternal voz de Esme y las dos nos separamos a la vez que
dije un “pasa”- ¿Qué tal estáis?- Esme avanzó hacia nosotras seguida por Alice.
-Bueno…-
susurró mi amiga.
-Alice,
tengo que enseñarte una cos…- Rose no me dejó terminar, puso sus dedos en mis
labios y me miró con una medio sonrisa.
-No quiero
que os vayáis- la miré interrogante- Quiero que tanto tú, como Alice- miró a la
enana- Estéis aquí conmigo mientras le digo lo que pasa a Esme- su voz parecía
tranquila, pero aún había nerviosismo.
-¿Qué
tienes que decirme?- intervino Esme y las tres la miramos.
-Es… es
algo delicado- dije yo al ver que Rose no hablaba.
-¿Pasa
algo?- dijo Esme con voz preocupada y cogió la silla del escritorio de Alice y
la puso enfrente de nosotras para sentarse.
-Alice,
ven- dijo Rose y la enana obedeció y se puso a su lado derecho, mientras que yo
estaba en el lado izquierdo- Bien… ahora si…- mi amiga cogió mi mano y la de
Alice y las apretó en señal de total nerviosismo.
-Si quieres
estar en privado con Esme, Alice y yo nos iremos- le dije mientras le
acariciaba la mejilla con la otra mano.
-No, no, de
verdad, quiero que os quedéis- nos sonrió y levantó la mirada para mirar a
Esme.
-¿Qué pasa,
hija?- Esme puso sus manos en las rodillas de mi amiga y le sonrió cálidamente.
-Creo que
estoy embarazada- dijo sin tartamudear ni una sola vez, de nuevo…
La cara de
Esme no tenía precio…
Estaba con
los ojos achicados estudiando las facciones de mi amiga con lentitud, su boca
era una perfecta línea, pero a medida que pasaban los segundos, se iba
ensanchando en una sonrisa.
-¿Estás
segura?- dijo con la voz más dulce que jamás le había escuchado nunca.
-No lo sé
con exactitud- dijo mi pobre amiga mirando a nuestra suegra.
-Bien…- se
levantó y cogió ambas manos de Rosalie, provocando que Alice y yo se la
soltásemos- Tenemos que hacerte una prueba de embarazo- la abrazó maternalmente
y pude distinguir una lágrima rodando por su mejilla.
-¿Qu… qué
te pa… parece?- susurró mi amiga con voz opacada por el pelo de Esme.
-Te voy a
ser sincera- se separó de ella y le sonrió- No me gustaría nada más que tener
un hermoso nieto correteando por aquí- yo le cogí la mano a Alice y nos miramos
sonrientes- Pero eres muy joven- Rosalie bajó su mirada- Pero no por eso te
privarás de traer al mundo a un precioso bebé- Esme sonrió ampliamente y la
abrazó de nuevo- Estaré contigo siempre, ¿vale?- Rosalie asintió mientras se
apretaba aun más contra el pequeño cuerpo de Esme- Decidas lo que decidas, yo
siempre estaré a tu lado apoyándote.
-Gra…
gracias- Rosalie sonrió a la vez que por sus mejillas corrían innumerables
lágrimas.
-No me las
des, estoy muy orgullosa por ti, sé que no será fácil, eres joven y querrás
estudiar, pero no te preocupes, todos nos haremos cargo de mi nieto- dijo
orgullosa y Alice y yo nos levantamos y las abrazamos.
-Mamá no
puedes decírselo a nadie- demandó Alice y todas nos separamos.
-Nena, tenemos
que decírselo a tu padre- Esme miró a Rosalie- Él mejor que nadie te hará las
pruebas convenientes, pero si crees que estarás incómoda con él, yo misma te
acompañaré al hospital y nadie sabrá nada- le cogió la cara con sus manos y le
besó en la frente.
-Gracias-
Rosalie la abrazó efusivamente y nos sonrió a Alice y a mí- Creo que será mejor
contárselo a Carliste- susurró.
-¿Estás
segura?- intervine yo y ella asintió.
-Es el
mejor médico que conozco y se tratará de su nieto- todas sonreímos.
-¿Cuánto
retraso tienes?
-Dos
semanas.
-Es muy
probable que estés embarazada Rose, si fuera así, ¿querrías tenerlo, verdad?
-Por
supuesto Esme- susurró mi amiga en el hueco del cuello de Esme- No podría
deshacerme de él jamás- pude distinguir una sonrisilla en la boca de Esme.
-¿Lo sabe
Edward?- dijo Esme mientras se separaba de Rose.
-No, sois
las primeras en saberlo.
-Pues
tienes que contárselo cuanto antes- Rose asintió.
-Si, pero
aún no estoy segura…
-Lo sé,
ahora mismo iré a buscar a Carliste- las tres asentimos- ¿Estás preparada?
-Nunca lo
estaré…- susurró mi amiga y todas soltamos una risilla.
-Tus padres
también tienen derecho a saberlo.
-Por
supuesto, cuando sepa el resultado serán los próximos en saberlo, después de
Edward…
-Oh, vamos,
mi hermanito se enamorará de la idea- dijo Alice con una sonrisa.
-Si, mi
hijo estará orgulloso, lo conozco y sé que no podría dejarte sola en esto- dijo
Esme a la vez que se separaba de Rose y le daba dos sonoros besos en la
mejilla- Ahora vuelvo- nos sonrió y se encaminó hacia la puerta para salir de
la habitación.
-¿Está
contenta?-dijo mi amiga cuando Esme salió de la habitación.
-Por
supuesto, nunca he visto ese brillo en los ojos de mi madre- dijo la enana
sonriente.
-Y que lo
digas- las tres nos abrazamos y sonreímos.
-Todo
saldrá bien, podré ponerle vestiditos rositas a mi sobrinita- soñó Alice.
-Alice,
deja de engatusar al pobre bebé que aún no sabemos si existe- dije con voz
dulce- Y si está ahí dentro- toqué la tripa de Rose- Puede que sea niño…
-No lo
será, será una hermosa niña- demandó la enana y yo rodé los ojos.
-Como sea,
lo querremos igualmente- le besé en la mejilla a Rose y le sonreí.
-Gracias
por todo, chicas, no sé qué habría hecho sin vosotras.
-Pues pensar
que es un niño cuando es una niña…- dijo Alice y no pudimos más que soltar una
carcajada.
Nos sentamos
en la cama y empezamos a imaginar ropitas de bebé por cualquier lugar de la
casa y a un precioso bebé cargado por sus padres…
-¿Se
puede?- dijo la maternal voz de Esme abriendo la puerta de la habitación y las
tres miramos hacia la puerta.
-¿Qué tal,
chicas?- dijo Carliste con una sonrisa radiante, igual que la de Emmett…
Mi osito…
-Bien-
respondió Alice y se levantó para abrazar a su padre, yo bien me levanté
cogiendo a Rose de la mano.
-Me ha
dicho Esme que tienes algo que decirme- esta vez se dirigió solamente a Rose.
-Si- mi
amiga se ruborizó hasta límites insospechados…
Un momento…
¿Rosalie
Hale ruborizada? ¿La imponente rubia ruborizada?
Vamos… si
me lo hubieran dicho hace días me hubiera reído en su cara…
-Bien-
Carliste avanzó y cogió a mi amiga de la mano y le sonrió cálidamente- Cuéntame
lo que quieras, quiero que me tengas confianza en todo, Rose- la miró a los
ojos y mi amiga asintió.
-Es algo…
es algo vergonzoso…- la cara de mi amiga parecía un arbolito de navidad y yo
sofoqué una risa por la importancia del tema.
-Eso ya lo
veo- dijo Carliste a la vez que acariciaba una de sus mejillas con la punta de
sus dedos.
-Vamos a
sentarnos- intervino Esme y todos asentimos antes de sentarnos.
Rosalie,
Alice y yo estábamos sentadas en la cama de Alice y Esme y Carliste estaban
sentados en las sillas del escritorio, justos enfrente de nosotras.
-Vale-
susurró mi amiga y subió su mirada hasta encontrarse con Carliste- Cr… creo que
es… estoy emb…- no pudo seguir y varias lágrimas rodaron por sus mejillas…
Alice y yo
la arropamos con nuestros brazos y le susurramos palabras de tranquilidad.
-¿Embarazada?-
dijo Carliste incrédulo y las tres lo miramos fijamente a los ojos.
-S… si-
murmuró Rose bajando su mirada a la altura del sótano más o menos.
Esme le
agarró la mano derecha a Carliste y éste la miró.
-Rosalie no
sabe si es seguro- intervino Esme maternalmente.
-Hay que
hacerle una prueba de embarazo- dijo se repente serio.
-¿Qu… qué
pasa Carliste?- susurró Rose asustada por su voz seria.
-Tienes
catorce años…- todas le miramos a los ojos fijamente- Es probable que… es
probable que tu cuerpo aún no esté preparado para albergar una nueva vida- dijo
al fin y todas soltamos un grito.
-¡¿Qué?!-
dije con voz muy, muy asustada.
-Tranquilizaros,
por favor- Carliste se levantó e hizo que Esme hiciera lo mismo y se acercaron
a nosotras.
Las tres
nos levantamos y nos abrazamos a esas dos personas que tanto queríamos y
adorábamos.
-No os
preocupéis- nos susurró Carliste con voz dulce, había terminado con la voz
seria- Os seré sincero- hizo una pausa y pude sentir las manos de Esme en mi
espalda, reconfortándome de mi temor y las manos de Carliste en Rose y Alice-
Rosalie es muy joven, su cuerpo aún está experimentando cambios nuevos y puede
que su cuerpo no esté del todo formado- escuchamos un fuerte sollozo por parte
de Rose- Pero para saberlo con certeza, iremos al hospital y mi colega te hará
las pruebas, ¿te parece?
-Si-
susurró sin más y todos nos separamos.
De repente
pude distinguir un color violáceo en la cara de mi amiga y sus manos temblar.
-¿Qué te
pasa?- dije asustada y Rose me miró.
-Cre… creo
que necesito ir al baño…- dicho esto corrió y Alice la siguió muy cerca.
Cerraron la
puerta del baño y muy pronto se escuchó las arcadas de mi amiga…
-No sé
dónde tiene la cabeza tu hijo…- susurró en el oído de Esme, pero yo lo pude
escuchar a la perfección debido a mi cercanía.
-Puede
pasar Carliste, puede pasar- le tranquilizó Esme.
-Pero es
que son tan jóvenes… siempre los apoyaré Esme… pero no quiero que dejen de
estudiar ni de hacer sus obligaciones por un bebé…- Esme rodó los ojos.
-Carliste-
se miraron a los ojos- ¡Vamos a ser abuelos!- dijo emocionada y pude ver la
sonrisa de Carliste.
-Si…
abuelos…- se abrazaron y después se besaron- Los apoyaremos en todo Esme… no me
imaginaba tener un nieto correteando por aquí tan pronto…
-Carliste-
le llamé para que me prestaran atención- Si es por el tiempo que emplearán en
el bebé- Esme me sonrió- Nosotros nos encargaremos de eso, Emmett y yo
tendremos tiempo este año al ser el último y todos podemos colaborar para que
ni Edward ni Rose tengan que dejar de estudiar- Carliste me sonrió.
-Eres tan
buena, hija- se acercó a mí y me abrazó.
-Gracias,
eres como un padre para mí, papá- le dije por primera vez y pude ver las
lágrimas corriendo por las mejillas de Esme.
Era la
primera vez que le había dicho papá, de verdad que lo sentía como tal…
Las
lágrimas se empezaron a acumular en mis ojos…
-Er… eres
nuestra hija- dijo Carliste emocionado y Esme se acercó a nosotros y nos
abrazó.
A esta
altura yo ya estaba llorando como una magdalena, pero aun así les dije lo que
sentía…
-Os quiero
mucho, nunca os podré agradecer que me apoyarais y preocupaseis como lo habéis
hecho- cerré los ojos y los abracé- Ese bebé será una bendición para esta casa,
sólo de pensar en que podía abortar…- un escalofrío recorrió mi columna
vertebral.
-No pienses
en eso hija, nosotros no queremos eso, pero no quiero obligarles a nada, de
verdad que me dolería que quisiesen abortar- dijo Carliste a la vez que
acariciaba mi pelo.
-No lo
harán, Rose sería incapaz de hacer tal cosa- nos tranquilizó Esme.
-No puedo
pensar en más muertes en mi vida…- susurré con voz rota y sentí los cuerpos de
Carliste y Esme achucharse contra el mío.
-No pienses
en eso, preciosa, ahora seremos felices- me prometió Esme y pude
tranquilizarme.
Alice y
Rose salieron del baño y ésta última no tenía muy buena cara…
Carliste se
separó de mí con suavidad y me besó en la frente con ternura.
-Te quiero
muchísimo.
-Y yo a ti-
le sonreí y miramos a mis dos hermanas, porque así lo sentía.
-Rose,
¿cómo te encuentras?- Carliste avanzó hacia ella y le cogió de la mano.
-Muy
cansada y con fatiga…
-Es normal,
son las primeras molestias del embarazo- los ojos de Carliste estaban
totalmente brillantes y yo sonreí. Le tocó la frente con suavidad y la miró de
nuevo- Tu temperatura está bien, pero tenemos que ir al hospital para hacerte
las pruebas- Rose asintió.
-Pero antes
tengo que contárselo a Edward- todos asentimos.
-Si, será
lo mejor- Carliste la besó en la frente- Mientras voy llamando a mi colega,
iros preparando para irnos y tú habla con Edward- dijo esto último señalando a
Rose.
-Vale- mi
amiga asintió con un brillo especial en los ojos.
-¿Quieres
que estemos aquí contigo?- dijo Alice y Rose negó.
-No, quiero
contárselo a solas- dijo segura y todos estuvimos de acuerdo.
-Ya verás
como mi hijo te apoyará y se volverá loco de contento- Esme la abrazó y le besó
en la frente.
-Ahora nos
veremos, hija- Carliste le besó en ambas mejillas y le sonrió.
-Vale- Rose
sonrió y de nuevo, las tres nos abrazamos efusivamente.
Sentimos la
puerta cerrarse y nos separamos.
-Ha ido
bien… creo…
-Ya te dije
que mis padres estarían un poco recelosos al principio por lo de los estudios y
la edad, pero son muy comprensivos- dijo Alice y yo la miré con una sonrisa.
-Son
geniales- dije sinceramente y de nuevo volvimos a abrazarnos.
-Avisaré a
Edward para que venga aquí, ¿vale?- dijo Alice.
-Vale, pero
dile que lo espero en su habitación, tengo que vestirme de todas formas- sonrió
y nos separamos.
-Está bien,
si necesitas algo, lo que sea, no dudes en llamarnos, ¿ok?
-Si, mamá-
me sonrió y me abrazó.
-Que tengas
mucha suerte Rose- le animó Alice y las dos salimos de la habitación.
-¿Crees que
Edward se tomará bien la noticia?- dudé yo…
Si… lo
conocía bastante bien como para saber que él no la obligaría a hacer nada, pero
todavía me quedaba un deje de duda…
-Pues claro
que se lo tomará bien- la enana me cogió de la mano y avanzamos hacia las
escaleras- No podría ser de otra forma, además, esa niña será querido por todos
nosotros- tuve que rodar los ojos por su cabezonería de que sería niña…
-¿Y si es
niño, eh, listilla?- le removí un poco su perfecto cabello cuando toqué el
último escalón.
-No lo
será- susurró en mi oído- Tú serás la que tendrás al niño- me sonrió y me
guiñó. Yo de nuevo rodé los ojos…
-Si,
claro…- miré hacia donde estaban antes los chicos y allí seguían sin haberse
inmutado de nada…
La verdad
era que cuando las tres estábamos en la habitación de Alice, nadie,
absolutamente nadie, podía molestarnos…
-Bebé-
llamé a mi hombre y éste me miró y me sonrió.
-¿Qué pasa,
cariño?- se levantó del sofá y avanzó hasta a mí.
-Edward,
Rose te espera en tu habitación, quiere hablar contigo- intervino Alice
mientras avanzaba dando saltitos hacia donde estaba Jasper.
-¿Hablar?
¿Pasa algo?- dijo Edward un poco asustado a la vez que yo le daba un beso a
esos labios que me volvían loca.
Sus manos
fueron hasta mi cintura y me pegó contra su fuerte pecho.
-Te amo- le
susurré con una sonrisa y él me sonrió sexymente- Edward es importante-
intervine yo y él me miró.
-¿Sabes
algo?- dijo con una ceja alzada a la vez que caminaba hacia nosotros.
-Si, pero
no te voy a decir nada- Edward me miró interrogante y bufó a la vez que subía
las escaleras.
-Ahora sí
pequeña renacuajo- reí ante su mote- Me vas a decir lo que está pasando- me
miró directamente a los ojos y sus manos se posaron en mis mejillas.
-No puedo
decirte nada osito- él me miró más profundamente- Es algo per… personal de
Rose… ella os lo dirá- le aseguré y él asintió.
-Te he
echado de menos, preciosa- me sonrió antes de darme un profundo beso en los
labios.
Su aliento
cálido y dulce hicieron que todas mis terminaciones nerviosas de dispararan
provocando un ligero estremecimiento…
-Me encanta
lo que te hago sentir…- susurró pasando sus dedos por mi hombro desnudo.
-Y a mí lo
que me haces- le sonreí de nuevo y le besé con mucha pasión.
Alguien
carraspeó al lado nuestro y nos separamos rápidamente, bueno… más bien fui yo
quien me separé, porque Emmett me agarró por la cintura no estando mucho por la
labor…
-Chicos-
dijo Carliste mirándonos con una sonrisa- Después de comer iremos al hospital-
pude ver como Emmett lo miraba interrogante- Rose os lo dirá todo cuando baje-
Emmett asintió y yo lo miré en agradecimiento.
-¿Qué le
pasa a mi hermana?- sentí la voz de Jasper asustada mientras se levantaba de al
lado de Alice.
-Nada, no
es nada grave- dijo con voz seria y yo cerré los ojos involuntariamente al
recordar las palabras de Carliste…
“Tienes catorce años… Es probable
que… es probable que tu cuerpo aún no esté preparado para albergar una nueva
vida”.
Dios… sólo
esperaba que Rose estuviera totalmente formada para que ese bebé pudiera nacer
perfectamente…
-No me
mientas Carliste, algo tiene que estar pasando para que mi hermana tenga que ir
al hospital- cuando me di cuenta ya estaba enfrente de Carliste con cara de
preocupación absoluta y la verdad que no era para menos…
-No te
puedo contar nada, ella es la que tiene que hacerlo, por favor tranquilízate,
no es nada grave, sólo algo complicado…- susurró mi padre, porque así lo
sentía.
En ese
momento, Alice se acercó a Jasper y lo abrazó por la espalda.
-No te
preocupes, Jazz- susurró, pero éste no pareció inmutarse.
-Jazz-
intervine yo y me separé un poco de Emmett- No te preocupes, ¿vale?- los ojos
azules de Jasper me miraron con tristeza- Como ha dicho Carliste es algo
complicado, nada más- me acerqué a él y lo abracé- Además, tu hermana es
demasiado explosiva como para guardarte algún secreto- sentí su risa contra mi
pelo y yo sonreí.
-Vale-
susurró y se separó de mí y me dio un beso en la mejilla.
-De nada-
dije mientras volvía a los brazos de mi osito nuevamente.
-¿Quieres
jugar a la play, Bells?- dijo Alice para aligerar el ambiente y yo asentí,
cogiendo la mano de mi osito para que me acompañara.
Y así
estuvimos hasta que Rosalie y Edward bajaron las escaleras cogidos de la mano…
Rosalie pov.
Cuando las
chicas salieron de la habitación, me apresuré hacia la habitación de Edward y
me vestí rápidamente.
Me puse un
fino vestido de algodón que me llegaba por encima de las rodillas y me calcé
unas sandalias planas…
Si… planas…
quién me diría que yo, Rosalie Hale, me pondría unas sandalias planas en mi
vida…
Inmediatamente
mis manos se dirigieron a mi vientre…
-Si estás
ahí, pequeña cosita, quiero que sepas que ya te amo con todo mi corazón- sonreí
y varias lágrimas se deslizaron por mis mejillas…
Escuché
unos golpecitos en la puerta y dije un “pasa”.
-¿Qué te
pasa mi amor?- la voz de Edward parecía asustada e inmediatamente me limpié las
lágrimas que tenía en mi rostro- ¿Te duele algo? ¿Te sientes mal?- avanzó hacia
mí rápidamente y se sentó junto a mí en la cama.
Esa cama
donde habíamos unido nuestro amor y como producto de ello, ahora yo llevaba,
probablemente, un bebé naciendo dentro de mí.
Por Dios
Rose… qué cursilería… pero sin duda tenía razón…
-¿Rose?-
Edward me despertó de mi batalla interna y lo miré directamente a esas dos
esmeraldas verdes.
Sus manos
cogieron las mías y la besaron con dulzura.
-Cariño…-
mi voz se notaba con un deje de temor- Cre… creo que est… estoy embar…
embarazada…- dije al fin y su cara pasó por varias muecas y colores…
Ahora sus
manos bajaron como por inercia propia y se quedó estático. Sus ojos tenían un
brillo especial, pero su boca se abría como un pescado necesitando agua…
parecía querer decir algo, pero no llegaba a decirlo…
-¿Q… qué?-
dijo al fin con voz mezclada entre la confusión y la felicidad…
-Creo que
estoy embarazada- dije sin tartamudear ni una vez y él agrandó sus preciosos
ojos.
-¿D… de
verdad?- sus manos volvieron a coger las mías y me miró con una sonrisa.
-S… si- lo
próximo que hizo no me lo esperaba ni en mis mejores sueños…
Sus labios
chocaron con los míos de manera totalmente dulce y sus manos me abrazaron la
cintura, acercándome a él…
Mis manos
se dirigieron hacia su suave pelo cobrizo y profundicé el beso…
Necesitaba
de él, necesitaba estar a su lado siempre y que nos apoyáramos mutuamente.
Su lengua
rozó mi labio inferior y yo abrí mi boca inmediatamente, sintiendo su cálido y
delicioso aliento se coló por toda mi cavidad, provocando un pequeño gemido por
mi parte…
No sabía
por qué, pero ahora mi cuerpo estaba muy sensible y podía llegar al éxtasis con
tan sólo un beso… y más si era de Edward…
-Te amo-
dijo separándose un poco de mí y sonriéndome como un niño pequeño.
-Y yo a ti-
lo abracé y sentí sus fuertes brazos rodearme la espalda, apoyando su cara en
el hueco de mi cuello.
-¿Desde cuando
lo sabes?
-La verdad
es que he caído hoy…- él se separó de mí y me cogió las manos a la vez que me
miraba interrogante- Tengo un retraso de dos semanas- dije al fin y su boca se
extendió en una perfecta sonrisa- Aún no lo sé seguro Edward, no me he hecho
ninguna prueba de embarazo- su sonrisa desapareció y el brillo de los ojos
también.
-¿Me estás
diciendo que puede que no estés embarazada?
-Si…- dije
con pena y él me volvió a abrazar.
-Rose-
susurró justo en mi oído- Si no estuvieras embarazada me daría mucha pena,
aunque por otro lado podemos tener más hijos más adelante- yo asentí
entendiendo su punto- Pero si estás embarazada Rose- se separó de mí de nuevo y
me miró a los ojos- Sería el hombre más feliz del mundo- varias lágrimas
cayeron por mis mejillas y lo abracé de nuevo.
-Gracias,
Edward, gracias- sollocé- No sé qué haría si te lo hubiera tomado mal…
-Shh, no
podría jamás- sentí su sonrisa en la suave piel de mi cuello- Te juro que no os
faltará nada, me pondré a trabajar para manteneros- me separé inmediatamente de
él.
-No, no
quiero que sacrifiques tus estudios por nada, Edward, seré yo la que lo lleve
hacia adelante, no quiero que te arrepientas en un futuro de no haber podid…-
no me dejó acabar, sus dedos se posaron en mis labios y me sonrió.
-Haremos
una cosa- dijo pensativo- Seguramente me quedará tiempo para trabajar- iba a
reclamar, pero no me dejó- Pero si tuviese tiempo, lo haré- aseguró- Aunque hay
otra opción- yo lo miré interrogante- Nuestra abuela Esme nos dejó una herencia
enorme a cada uno de nosotros tres- yo abrí mucho los ojos, no sabía nada…
-¿Una
herencia?- él asintió.
-Si, la
única condición que puso fue que la tuviéramos al cumplir los 18 años- yo
asentí- No quería que derrochásemos el dinero.
-Era
inteligente- Edward asintió con una sonrisa- Pero no entiendo al punto al que
quieres llegar…
-Es fácil-
me aseguró- Cogeremos ese dinero para mantener al bebé- yo me levanté de un
salto y lo miré con horror.
-¡No puedes
hacer eso!- él se levantó- ¡No te dejaré hacerlo!
-Si, si lo
harás- se acercó a mí y sus manos se acercaron a mi cintura para pegarme a su
cuerpo- Lo harás por él- tocó mi vientre por primera vez y su cara se iluminó
de felicidad.
-No puedo-
dije entre sollozos- No puedo coger nada de tu dinero, además yo también tengo
una herencia de mi abuelo…- le confesé al fin y su cara era de total sorpresa.
-¿Tienes
una herencia?- dijo incrédulo.
-Si y puedo
cogerla cuando yo quiera, mi abuelo dijo que nos la gastaríamos de todas
formas, antes o después- Edward me limpió las lágrimas de mis mejillas con sus
pulgares y me sonrió.
-Era
inteligente- dijo al igual que yo anteriormente y me abrazó- Sé que todos nos
ayudarán, me huelo a que todos lo saben menos yo y te lo han dicho- yo asentí.
-Si,
primero lo supieron las chicas y luego tus padres…- se separó completamente de
mí.
-¿Mis
padres lo saben ya?- su ceja se alzó.
-Si, fueron
los que me aconsejaron de todo y hoy, después de comer, iremos al hospital- su
cara no tenía precio…
-Entonces…
soy el padre del bebé- sonreí ante sus palabras- Y, ¿soy el último que me
entero?
-Bueno… no
lo mires de esa forma- le aclaré- Estaba asustada y temía tu reacción- bajé la
mirada, pero él, inmediatamente, cogió mi barbilla e hizo que lo mirase a los
ojos.
-¿Mi
reacción?- yo asentí, sin poder hablar- No seas tonta, jamás podría dejarte con
un hijo mío en tu vientre- me besó con todo el cariño y dulzura del mundo y nos
abrazamos como si nuestra vida dependiera de ello.
Ahora
estaba feliz…
Ahora no me
faltaba nada…
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