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Capítulo
10: Lo sé…
Bella pov.
Después de
darme mi tan deseada ducha y despejarme de todo lo que me hacía sentir mi
osito, me acosté en la cama de Alice y comencé a pensar…
¿Por qué me
tenía que estar pasando todo esto a mí? ¿Por qué a los seres que tanto amo, les
tienen que pasar cosas horribles? ¿Cómo le diría a mi osito que en realidad no
eran mis padres biológicos? A pesar de que yo los sentía como tal…
Una única
palabra abarcaba todo lo que sentía, dolor…
Esa palabra
era la que me había acompañado por siempre en mi corta vida y, ¿por qué? ¿Por
qué tenía que haber dolor en mi vida?
No sé en
que momento me dormí sollozando…
Estaba en el parque con mi osito
jugando a la pelota, cuando mi mamá vino hacia nosotros con sangre en la cara…
-Mami- dije tropezándome con todo lo
que se ponía a mi paso. Mi pequeño cuerpo no podía correr más…- ¿Qué, qué te ha
pasado?- Intenté acercarme más a ella, pero no me lo permitió.
-Pasa que no eres mi hija, mira lo
que me ha pasado por tu culpa- dijo señalando su cabeza llena de sangre…
-Ma… mami- dije sollozando sin poder
ver más allá que mis lágrimas, que nublaban completamente mi vista…
-No soy tu madre y nunca lo seré- me
dirigió una sonrisa macabra y siniestra y se giró violentamente y de pronto
desapareció.
Miré a mi alrededor y mi osito
estaba también sangrando…
-O…osi…osito- dije entre sollozos y
él me miró por primera vez.
-No me vuelvas a decir osito, no
quiero saber nada de ti- escupió con odio.
-Osi…osito, ¿por qué? ¿Por qué me
haces esto?- dije intentando ir hacia él.
-No eres más que una desgracia para
todos, deberías morir de una vez…- dijo antes de perderse en el denso bosque
que había detrás de él.
-¡¡¡OSITO!!!- grité desesperada,
pero ahora estaba completamente sola y de repente me vi bañada en sangre…
-NOOOOOOO-
grité despertándome totalmente…- NO ES REAL, NO ES REAL…
Mi
respiración era errática y mis manos se dirigieron a mi pecho. Miré a mi
alrededor y estaba sola… Mi mirada se dirigió hacia el reloj de la mesita de
noche y marcaba un 2:55 en rojo brillante… Era lógico que Alice no estuviera
aún aquí…
Dios mío…
¿Por qué había tenido esa pesadilla tan horrible? No podía estar sola, me daba
miedo esa pesadilla…
Me levanté
rápidamente, sintiendo los frenéticos latidos de mi corazón… Tenía que estar
con mi osito, tenía que verlo…
Salí de la
habitación descalza y con lágrimas en mis ojos… Me dirigí directamente a la
puerta de su habitación y miles de pensamientos llenaron mi mente…
¿Estaría
dormido? ¿Le molestaría que entrase?
“Bella, mi
vida, por favor tranquilízate, no puedo verte así, se me parte el alma”
recordé y llamé a la puerta inmediatamente.
No contestó
nadie y cuando me giré para volver a la habitación de Alice, escuché la puerta
abrirse detrás de mí.
-¿Bella?-
dijo un dormido Emmett.
-Osito- me acerqué
rápidamente a él y lo abrecé con fuerza.
-Shhh,
pequeña, ¿qué te pasa?- me cogió en brazos sin ninguna dificultad y nos metió
en su habitación. Yo lloraba desconsoladamente…
-O…osi…osito-
dije con mucha dificultad y él me estrechó aún más en su fuerte pecho.
-Shhh,
tranquila mi vida- dijo besando mi frente con mucha dulzura. Yo lo abracé con
más fuerza si era posible y cerré los ojos. Sentí que se sentaba en su cama y
me dejaba en su regazo.
Al cabo de
los minutos, gracias a sus palabras tranquilizadoras y sus dedos haciendo
masajes en mi espalda baja, me tranquilicé.
-Mi amor-
me miró con esos preciosos ojos azules- ¿Qué te ha pasado?
-He tenido
una horrible pesadilla- susurré y me acerqué de nuevo a su pecho.
-¿Una
pesadilla?- dijo tranquilo.
-Si, fue
horrible- me acurruqué como una niña pequeña y él me besó de nuevo en la
frente.
-¿Quieres
contármela?- me dijo alzando mi barbilla para que lo pudiese mirar a los ojos.
Yo enseguida asentí, pero después vino a mi mente, la pregunta que más me atormentaba…
¿Cómo le
diría a mi osito que en realidad no eran mis padres biológicos?
-Osito,
yo…- suspiré y él me alentó a seguir- Verás… tengo que contarte algo, pero me
es muy difícil decírtelo.
-Confía en
mí- me dijo besando mis labios suavemente y yo me derretí ante su toque.
-No quiero
que te enfades, por favor- le dije en modo de súplica y una gruesa lágrima de
deslizo por mi mejilla.
-Nunca
podría enfadarme contigo, preciosa- me sonrió con mi sonrisa favorita y yo
asentí.
-Mis
padres… mis padres- paré, tenía que pensar en las palabras exactas- Te contaré
todo desde el principio, así será más fácil- él asintió y cogió mis manos
delicadamente- Estaba en mi habitación y tenía mucha sed, así que me dirigí a
la cocina para coger un vaso de agua- recordé amargamente- Y cuando estaba
saliendo de la cocina, escuché las voces de mis padres en el despacho, sé que
es de muy mala educación escuchar conversaciones ajenas, pero escuché tan sólo
una frase y mis piernas no reaccionaban…- otra lágrima de deslizo por mi mejilla
y mi osito la quitó rápidamente con su pulgar- Si Renné, aunque
Bella no sea mi hija biológica, le dejaré toda mi herencia a ella… dijo mi
papá… - Emmett se tensó a mi lado y me miró más profundamente a los ojos. ¿Qué
le pasaba?
-Be… Bella… ¿tú, tú lo sabías?- me dijo incrédulo y yo me
quedé estática…
¿Acaso él lo sabía…? ¿Cómo se había enterado? ¿Me lo
había ocultado todo este tiempo?
-Osito, ¿t… tú lo sabías?- le contesté con la misma
pregunta que él y me levanté de inmediato de su regazo. Quedando justo enfrente
de él, tocando con mis pies descalzos el frío suelo…
-Yo… yo… si- dijo abatido, mirándome con tristeza…
Ahora me vino un ataque de ira… y lo peor era que lo iba
a pagar con él…
-¿T… tú lo sabías? ¿Todo este tiempo, y me lo has
ocultado?- dije enfadándome aún más…
-Bella, no, no es así, verás…- le corté.
-¿Cómo has sido capaz de ocultarme algo así? ¿Cómo?- dije
mientras gruesas lágrimas se deslizaban por mis mejillas… Ahora sí que estaba
llena de dolor… Estaba dispuesta a salir de aquella habitación, pero sus
fuertes brazos me rodearon la cintura y quedé atrapada entre su cuerpo y la
puerta…- Suéltame- pataleé sin ningún éxito…
-Bella, mi amor, tienes que escucharme- dijo suplicando y
yo le golpeé fuertemente en el pecho, pero él pareció no inmutarse…
-No me vuelvas a llamar amor- dije muy enfadada y miré a
sus ojos, éstos destilaban mucho dolor, jamás lo había visto así…
-No te soltaré hasta que me escuches, estarás aquí
conmigo dos horas o dos años, tú eliges- me dijo cambiando el semblante por uno
más serio y no pude más que asentir.
Lo amaba demasiado…
-¿Qué me dirás? ¿Qué has estado todo este tiempo a mi
lado porque sabías que no tenía a nadie en esta vida? Eh, contesta.
-No, déjame explicarte por favor- dejó una mano libre y
me acarició la mejilla- Por favor- me suplicó y yo sólo pude asentir. Me cogió
de nuevo y me sentó junto a él en la cama- Prométeme que no te iras, por favor,
es importante.
-Te lo prometo- dije sin ningún deje de tranquilidad.
-Me enteré hace un día Bells- dijo con un tono sincero en
la voz- Tras la muert…- paró y me miró. Yo asentí y prosiguió, no sin lágrimas
en mis ojos- Tras la muerte de tu papá, mi padre me llamó para que
conversáramos y me lo explicó todo- me acarició el rostro y yo lo dejé- Me dijo
que no eran tus padres Bella, yo no daba crédito a la situación y me contó que
Charlie tiene muchos bienes económicos y que toda su herencia estaba a tu
nombre- Recordé de nuevo la conversación de mis padres… Si Renné, aunque Bella no sea mi hija biológica, le dejaré toda mi
herencia a ella, esa frase la recordaría toda mi vida…- Y dijo que su
última voluntad era que mis papás te adoptarán- Ahogué un grito, que salió a
satisfacción y Emmett por primera vez medio sonrió… ¿Qué los Cullen me
adoptarían? Pero, ¿no estaría mi mamá para cuidarme?
-Emmett- le dije más exaltada que antes y él pareció
saber mi pregunta antes siquiera de decirla…- ¿Y mi madre? ¿Cómo van a
adoptarme tus padres si mi mamá está viva?- No me gustó nada tu rostro… Me
imaginé lo peor y me levanté de nuevo- ¿Acaso mi madre…?- Él me miró triste y
se levantó y se puso al lado de mí.
-Por favor, te lo suplico, tranquilízate, esto lo
deberíamos estar hablando mañana con mi padre, no ahora…- dijo desesperado-
Bella no te he ocultado nada, te lo juro, te amo demasiado como para perderte,
por favor, tienes que tranquilizarte- me abrazó y yo sólo pude estrecharlo aún
más.
-Emmett, ¿mi mamá no despertará nunca, verdad?- sollocé
más fuerte si eso era posible y él me estrechó aún más en sus brazos.
-Bella, tu mamá está dormida, pero estará así siempre-
dijo con la voz más dolorosa que había escuchado jamás… y me miró
automáticamente a los ojos, encontrándolos llenos de dolor y tristeza… cargados
de lágrimas- Ella está viva gracias a un respirador artificial…-susurró muy
despacio y bajo, tanto que me pareció que no le había escuchado.
-¿M… me estás diciendo que mi ma… mamá no está vi… viv…
viva?- él sólo pudo asentir con pena y yo me derrumbé en sus brazos. Solté un
sollozo ensordecedor y lo próximo que escuché fue la puerta de la habitación
abrirse y entrar un Carliste triste, con lo que parecía una inyección en su
mano… - No, por favor…- dije antes de que el frío líquido entrase en mi
organismo y cerrase los ojos automáticamente…
Emmett
pov.
-Bella, tu mamá está dormida, pero estará así siempre-
dije con mucha pena y dolor, Bella me miró a los ojos y no había ni rastro de
vida en esos preciosos ojos marrón chocolate, tan sólo había dolor, mucho dolor
y con innumerables lágrimas cayendo por sus pálidas mejillas…mi corazón se
estrujó doloroso… - Ella está viva gracias a un respirador artificial…- susurré
sin ninguna intención de que me escuchase…
-¿M… me estás diciendo que mi ma… mamá no está vi… viv…
viva?- Yo sólo pude asentir y ella se derrumbó automáticamente en mis brazos.
Soltó el sollozo más ensordecedor de todos y me asusté. Me asusté por su estado
de ánimo y sólo atine a ver cómo mi padre entraba en mi habitación con una
inyección en la mano…- No, por favor…- dijo mi ángel antes de derrumbarse totalmente
en mi cuerpo…
-Acuéstala- dijo mi padre demandante y le obedecí. Mi
padre me siguió de cerca y él se puso al otro lado de la cama- Pequeña,
perdóname, pero tienes que descansar…- le dijo mientras le acariciaba su rostro
bañado en lágrimas.
-Papá, yo…- me derrumbé, jamás me había visto llorar
nadie, pero esto era una excepción, mi ángel estaba traumatizada y eso me
rompía el estrujado corazón que en estos momentos tenía…
-Hijo, shhh- mi papá me abrazó y yo pasé mis brazos por
su cintura, como cuando era niño- Has hecho bien en contárselo, he estado
presente en toda la conversación, no quería interrumpirte- me susurró despacio-
Pero he tenido que inyectarle un sedante para que se tranquilizara y durmiera,
no es bueno para su salud esos ataques de histeria…- se separó de mí y me dio
un beso en la frente- Ahora descansa junto a ella, será lo primera que quiera
ver cuando despierte- me sonrió y le dio una última mirada a Bella antes de
salir- Descansa hijo, hasta mañana- dijo antes de cerrar la puerta.
-Mi vida…- susurré mientras me acomodaba a su lado. Puse
su pequeña cabeza en mi pecho y con un brazo le rodeé y con el otro la acerqué
más a mi cuerpo, dejándola en su estrecha cintura.
No quería dormir, mi ángel me podría necesitar en
cualquier momento, pero el cansancio me venció demasiado pronto para mi gusto…
-Emmett…- escuché que me llamaban a lo lejos…- Osito…-
abrí automáticamente los ojos cuando escuché esa palabra. Sólo había una
persona que me llamaba así…
Miré hacia abajo y me encontré con el amor de mi vida
mirándome con ojos tristes, pero con un deje de alivio.
-Hola- le dije mientras le sonreía y ella me devolvió la
sonrisa débilmente.
-Hola.
-¿Qué tal has dormido?- le dije sin moverme aún, no
quería estar lejos de su cuerpo.
-Supongo que como un tronco, después del horrible sedante
que me puso tu papá- era demasiado lista, como para que ese gran detalle se le
hubiese olvidado…
-Me alegro, lo necesitabas- le dije sincero y ella
asintió.
-Gracias- me dijo antes de abrazarme fuertemente con sus
pequeños brazos. Yo sólo pude besar su pelo y acercarla más a mí, como si eso
fuera posible…- Y perdóname por lo de anoche, de verdad, no puedo perderte a ti
también- dijo mientras varias lágrimas se escapaban de sus ojos. Yo las limpié
enseguida.
-Shhh, no tengo nada que perdonarte preciosa, perdóname
tú por haberte ocultado que lo sabía, de verdad, pensé que era mejor decírtelo
con el tiempo.
-Prefiero pasar todo el dolor de golpe- me dijo muy
vulnerable y yo le besé en la frente y la estreché aún más en mi pecho- ¿Por
qué eres tan bueno conmigo?
-Porque te amo más que a mi vida, ¿acaso eso no es
suficiente?- le dije entregándole mi corazón en bandeja de plata y ella sonrió
por primera vez con una sonrisa de felicidad.
-Gracias, gracias por estar aquí conmigo- se separó sólo
un poco para poder mirarme a los ojos- Gracias por ser parte de mi vida y
gracias por cuidarme, te amo Emmett Cullen- me dijo antes de posar sus
delicados labios en los míos.
-Me alegra escuchar eso- profundicé el beso y le toqué
ambos brazos con mucha dulzura.
De repente se escucharon varios golpes en la puerta y
dije un “Pase”.
-Buenos días mis tesoros- era mi mamá y traía consigo una
bandeja llena de comida. La dejó encima de la mesita de noche y se dirigió
hacia las cortinas para abrirla sólo un poco, para que no nos molestase los
rayos del sol.
-Hola mamá- dije con una sonrisa. Bella se incorporó
rápidamente ante la divertida mirada de mi mamá.
-Hola Esme- Bella le sonrió y mi mamá se acercó a ella y
la estrechó entre sus brazos.
-Me alegro de que te hayas tranquilizado, hija- le dijo
con una voz cargada de amor.
-Gracias por todo- susurró Bella en el oído de mamá y
ésta la estrechó más en sus brazos.
-No tienes que darlas, mereces que te cuidemos Bella,
eres muy importante para nosotros- le besó en la mejilla y se dirigió a mí con
una sonrisa- Emmett, tenéis que desayunar, dentro de una hora iremos al
hospital- luego se volvió a Bella- Alice tiene tu baño listo y tu ropa
preparada, ve a su habitación cuando hayas terminado de desayunar- le besó en
la mejilla y luego se acercó a mí- Te amo, hijo- me sonrió y me besó en la
frente como cuando era un niño pequeño, yo le sonreí y la abracé fuertemente.
-Te quiero mucho, mamá- le dije antes de deshacer el
abrazo y ella me sonrió feliz antes de salir de la habitación.
-Te amo- me dijo Bella y me giré hacia ella y la acorralé
entre mi cuerpo y el colchón.
-Y yo a ti, preciosa, eres lo más importante de mi vida- le besé suavemente en los labios y me despegué de ella.
Mi pequeño amiguito estaba despertando de su larga siesta
y no era lo correcto…
La miré con amor y ella me devolvió la misma mirada
mientras atacaba una tortita.
-Tengo hambre- dijo después de masticar y meterse otro
trozo en la boca.
-Me alegro, tienes que alimentarte- le dije mientras
cogía un vaso con zumo de naranja.
-Emmett, no quiero que dejes de hacer cosas por mí,
tienes que seguir tu vida, lo que más quiero es que estés a mi lado siempre,
pero tú también tienes tu vida- dijo mirándome a los ojos.
-No quiero una vida en la que tú no estés a mi lado- le
dije sin modo a réplica y ella asintió feliz.
Era lo que deseaba, hacerla feliz para siempre.
Muy pronto terminamos nuestro abundante desayuno y Bella
salió de mi cama con rapidez.
-Tengo que ducharme y vestirme- miró el reloj de la
mesita de noche- Y tan sólo tengo veinte minutos- dijo antes de besarme en los
labios y sonreírme.
-Está bien, espero que la enana no se haya pasado con el
conjuntito…- dije sabiendo el “delicado” gusto de mi hermanita…
-No te preocupes- me besó y salió de mi habitación con
ese andar putamente sexy… Ni siquiera se lo proponía e inconscientemente era
muy sensual…
Quité esos perversos pensamientos de mi mente y me dirigí
hacia la ducha. Me desnudé completamente y me metí en la bañera. Abrí el grifo
del agua caliente y puse los chorros del agua directos a mi espalda. Necesitaba
relajarme urgentemente y a pesar de que había dormido bien, por primera vez
desde que esta pesadilla había comenzado, aún tenía mi espalda agarrotada…
Unos diez minutos después salí y me puse la toalla
alrededor de mi cintura. Me encaminé hacia el armario y cogí unos vaqueros y una
camiseta negra. Me vestí rápidamente y salí, con la bandeja en mis manos, de mi
habitación. Estaba pasando por la habitación de mi hermana cuando escuché su
voz.
-Te ves genial- escuché la voz de mi hermana desde el
otro lado de la puerta y no pude evitar pararme.
-Alice voy al hospital, no a un pase de modelos- dijo mi
princesa asteada…
No quise intervenir, porque seguro sería una pelea con mi
hermana, a sí que decidí pasar de largo y encontrarme con mi madre en las
escaleras.
-¿Cómo está, hijo?- dijo mamá bajando las escaleras
conmigo.
-Bueno… ahora que sabe toda la verdad, parece que está
más tranquila- dijo mirándola a los ojos- No pude evitar decírselo anoche,
mamá- dijo triste mientras entraba en la cocina.
-No te preocupes, hijo, lo has hecho perfectamente- me
dijo con una sonrisa- Es mejor que lo sepa y así evitar que se enfade con
nosotros por ocultarle algo- me dijo acariciando mi brazo.
-Tienes razón, además ya es imposible arrepentirse, ya
está dicho- le dije convencido y escuchamos el inconfundible taconeo de mi
hermana, seguido de unos pesados pasos de Bella.
-Estás genial- volví a escuchar y eso era malo cuando
venía de mi hermana, ¿qué le habría puesto a Bella?
Salimos mi madre y yo de la cocina y lo que vi no tenía
precio…
JODER…
Bella estaba vestida con una camisa blanca con botones en
el centro, justo en medio de su pecho… y para rematar, llevaba una preciosa
falda de tablas azul marino, viendo sus piernas perfectamente torneadas y
firmes… Con unos zapatos planos, de mismo color que la falda, que tenían una
moña.
Su pelo estaba recogido en un moño desenfadado, casi
casual, viéndola como una perfecta diosa…
JODER…
-Emmett aparta la mirada o me llenarás el suelo de babas-
dijo mi madre muy burlona y por primera vez la miré a ella, quitando la mirada
del perfecto cuerpo de Bella.
-Mamá es imposible no mirarla- le dije con mi perfecta
sonrisa y ella negó con la cabeza.
-Eres como tu padre…- dijo antes de acercarse a las
chicas- Estáis guapísimas- las besó a cada una y se giró para mirarme- Emmett
ve tu con Bella en el jeep, Alice y yo iremos después- me guiñó un ojo y yo le
sonreí como un idiota.
-Gracias mamá- le dije mientras desaparecía escaleras
arriba- Estás preciosa- le dije muy cerca de su rostro y ella me miró a los
ojos y me sonrió.
Alice y mi mamá se fueron escaleras arriba y nos dejaron
solos.
-Gracias, tú también estás muy guapo- me besó en la
mejilla y yo la cogí de la mano inmediatamente.
-Te queda demasiado bien esa falda para tu propio bien-
le susurré en el oído y ella se estremeció. Yo le cogí de la nuca y la besé con
amor, pero con un deje de pasión.
-Emmett-me advirtió, pero sin ganas de parar.
-Mejor vámonos…- no le dije lo siguiente porque no sabía
si estaba preparada aún… Como un “vámonos o te quitaré esa falda ahora”… no era
ni el momento ni el lugar, pero a mi amiguito parecía darle igual todo…
-Si…- me miró con una mirada intensa y me cogió de la
mano para salir al cálido día- Tengo que decir que Alice ha acertado de lleno
con esta falda- dijo señalando su ropa- Hace bastante calor- dijo cogiendo su
hermosa melena y poniéndola en su espalda.
-Si- sólo la pude mirar y ayudarla a subir al jeep, ¿Qué
más podría decirle?
La falda se le subió un poco, más aún de lo que ya le
quedaba…, y yo no pude dejar de mirarla…
-¿Algo que te guste?- dijo con voz pícara y enseguida me
recompuse y le sonreí con su sonrisa favorita.
-Más de lo que debería- le susurré antes de darle un beso
en los labios.
Esta niña sería mi muerte si me seguía provocando de esa
manera…
Me subí rápidamente al jeep y nos dirigimos al hospital.
Todo el camino me la pasé cantando todas las canciones del disco y Bella no
paraba de reír, era lo que quería…
Llegamos al hospital en muy poco tiempo y aparqué al lado
del coche de mi padre. Me bajé y ayudé a Bella para que se bajase, de nuevo,
haciendo que la dichosa falda de levantase…
-Contrólate Emmett- susurré muy bajito para mí y ella me
sonrió y me besó en los labios suavemente.
-Te amo- me dijo sin más antes de juntar nuestros labios
nuevamente.
-Yo más aún- le sonreí y le di un último beso antes de
encaminarnos a la entrada del hospital.
Nos dirigimos directamente hacia la habitación donde se
encontraba Reneé y cuando abrimos la puerta, mi papá se encontraba allí.
-Buenos días- nos dijo papá acercándose a nosotros. Me
abrazó y después le dio a Bella dos besos en ambas mejillas antes de estrecharla
en su pecho- Perdóname por lo de anoche, pero era necesario- la separó de él y
le sonrió.
-Lo sé- Bella le sonrió.
-Ven, tenemos que hablar- dijo mi padre y Bella y yo
asentimos.
Salimos de la habitación, no sin antes acercarse Bella a
su madre y besarle en la frente, y nos dirigimos al despacho de mi papá.
Nos sentamos en los sillones y papá se sentó enfrente de
nosotros.
-Bella, no quería que te hubieses enterado así de lo de
tu madre, pero la verdad, no creo haber superado la dulzura con la que te lo
dijo Emmett- me miró sonriente y yo le devolví la sonrisa.
-Carliste, no te preocupes por lo que tengas que decirme-
miré a Bella expectante- Como le dije a Emmett, prefiero pasar por todo el
dolor de golpe- dijo segura mirando a mi padre a los ojos.
-Bien, verás- dijo pensando en las palabras exactas- Como
ya sabrás, tu madre no puede respirar por ella misma, así que la ayuda un
respirador artificial- Bella asintió- No podemos tenerla así por siempre,
porque eso no es vida- dijo mi padre triste.
-Lo sé, ¿me quieres decir que tendréis que desconectarla
del respirador, verdad?- dijo acertando de lleno y mi padre asintió. Por
extraño que pareciera, Bella no lloró, más bien al revés, se lo estaba tomando
con mucha tranquilidad todo y eso me asustaba- Creo que ya no tengo lágrimas
para llorar- dijo triste- Así que, si, es lo que deseo, que de una vez mi madre
descanse en paz- dijo con una madurez nunca vista en ella. Siempre había sido
madura, pero esto la había cambiado por completo.
-Me alegro de que no te opongas, no quiero ver a mi amiga
Reneé así para siempre- dijo papá levantándose hacia Bella y la cogió de las
manos para incorporarla- Debes saber que nosotros siempre estaremos a tu lado-
la abrazó y Bella pasó sus delicados brazos por la cintura de papá- Nunca te
dejaremos sola, hija, te queremos demasiado- dijo con una sonrisa y Bella se la
devolvió por primera vez.
-Emmett me contó la última voluntad de mi papá- susurró
despacio, aún abrazaba a mi papá.
-Si, eso es otro asunto que tenemos que hablar- dijo
separándose de ella y le dio un beso en la frente- Tomad asiento- dijo
encaminándose hacia la mesa.
Bella y yo nos cogimos las manos y mi padre sonrió ante
aquel detalle, nos sentamos cada uno en un asiento frente a mi padre y le
miramos atentos.
-Charlie viene de una familia muy acomodada- Bella
asintió- Al parecer no teníais relación con su familia, ¿no?
-Si, sólo coincidimos una vez y fue mejor no repetirlo-
Bella me apretó la mano y yo la acaricié el dorso de la suya con la otra libre.
-Me lo suponía- mi padre le sonrió y Bella sonrió
débilmente- Charlie te ha dejado toda la herencia, completamente toda, al
principio era parcial para tu madre y para ti, pero por los hechos que
ocurrieron…- mi padre se negaba a repetir las duras palabras del “accidente” y
yo asentí en apoyo.
-Si, lo sé…- murmuró Bella.
-Todo el dinero y todos los bienes materiales son para
ti, pero mientras cumplas los dieciocho años, yo seré tu avalista y el que
cuide todo lo tuyo, ¿estás conforme?
-Por supuesto, Carliste, no conozco una persona mejor que
tú para eso- le sonrió con tranquilidad y mi papá le cogió la mano que
descansaba encima de la mesa.
-Vivirás con nosotros hasta que tengas edad para hacerlo
sola, ¿de acuerdo? Ni Esme ni yo permitiremos que vivas sola- le dijo seguro.
-No quiero molestar Carliste, bastantes estáis haciendo
ya por mí.
-Tonterías- dijo mi papá con una sonrisa- Te vendrás con
nosotros y cuando tengas dieciocho ya hablaremos, ¿vale?- Bella asintió y se
levantó para ir hacia mi padre y besarle en la mejilla.
-Gracias- le susurró y le abrazó fuertemente.
-No tienes que agradecer nada, Bella, aún si tu padre no lo
hubiera puesto en sus últimas memorias, yo mismo te hubiese adoptado igual- le
sonrió y le besó en la frente.
Ahora se podía decir que podía respirar tranquilo…
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