*************************************
***********************************
Capítulo
9: Perdóname.
Bella pov.
-Bella no
soy ciega, a leguas se puede ver vuestro amor- dijo cogiendo la toalla del
suelo que se había caído- Aunque estoy un poco molesta porque no me has contado
nada, ¿cómo ha sucedido? ¿Y Edward?- dijo interrogándome por completo…
Ahí vamos…
-Verás…es
complicado…- la miré a los ojos directamente.
-Sé que lo
es, pero no por eso te vas a librar de mí señorita- dijo sentándose en la cama
y palmeando a su lado para que yo hiciera lo mismo. Y así lo hice.
-Yo no
sabía nada de estos sentimientos Alice, es un poco extraño…- le dije aturdida y
ella me cogió la mano y me la apretó suavemente, apoyándome. La verdad era que
lo necesitaba y le sonreí- Sólo empecé con Edward y para mí Emmett era como mi
hermano, mi mejor amigo, nada más…- dije convencida- Pero mis sentimientos me
estaban jugando una mala pasada, en realidad siempre he amado a Emmett, pero me
he hecho la ciega para no estropear lo nuestro, ¿sabes?
-Bella, sé
que no es cómodo hablar de esto conmigo, puesto que son mis dos hermanos, pero
te entiendo y te apoyaré en lo que sea- me sonrió y me alentó a seguir.
-Gracias-
la abracé y ella apretó su pequeño cuerpo con el mío- Las cosas se comenzaron a
complicar cuando salí disparada de tu habitación cuando me probé el vestido para
el baile, ¿lo recuerdas verdad?- ella asintió sonriente- Dios… Alice… cuando lo
vi, se me paró el corazón, estaba guapísimo y nos dejamos de mirarnos
intensamente, pero lo que lo remató todo fue tu estúpida pregunta sobre mi
trasero…- dije mirándola con una mueca y ella sonrió feliz.
-Ya claro…
¿fue horrible no? Creo que te gustó más de lo que deberías, cuando dijo “La
verdad Ali, Bella tiene un trasero estupendo”- dijo en un intento de imitar la
voz de Emmett, pero fracasó estrepitosamente y ambas reímos.
-La verdad
tienes toda la razón- coincidí con ella- Me gustaron demasiado esas palabras y
su cercanía provocaba que mi cuerpo entero se estremeciera por completo y
perdiera la noción del tiempo…- pensé en cómo me había sentido- Así que esta
mañana corté con Edward, no es que no lo quiera, pero es un cariño y un amor de
hermano, nada más- concluí.
-Pero, ¿ha
pasado algo más verdad?- dijo mirándome intensamente a los ojos, intentando
leer la respuesta en mis ojos- Porque, ¿qué pasa con Rose?- Dios… en ese
momento su imagen se coló en mi cabeza… la verdad era que no la odiaba, pero
probablemente tendría las mismas palabras que le había dicho a Edward esta
mañana… y sabía que me arrepentiría, como lo había hecho con Edward…
-¿Tienes
que saberlo todo, verdad?- le pregunté para aligerar el tenso ambiente que se
había creado en la habitación…
-Ya sabes
cómo soy- me sonrió feliz de su carácter.
-Bueno…
pues sí, ha pasado algo más…- dije recordando las palabras que me había dicho
Emmett sobre Edward y Rosalie…y que esta mañana yo misma le había dicho a
Edward, y al parecer era todo cierto… ya que no había desmentido nada, por lo
que era todo cierto…
Y en vez de
enfadarme con ellos, no lo estaba, la verdad que la repentina muerte de mi
padre y la situación en la que se encontraba mi madre, era para no tener nada
más en la cabeza, pero aun así, sólo sentía molestia, molestia porque ninguno
de los dos, ni Edward ni Rose, habían confiado en osito o en mí para contarnos
sus verdaderos sentimientos…pero no…no lo habían hecho…
Yo
simplemente les hubiera dado la razón, ya que a mi osito y a mí nos había
pasado lo mismo…
Una gruesa
lágrima rodó por mi mejilla y Alice enseguida me abrazó.
-Bella,
perdóname por presionarte tanto para que me contaras todo- me besó en el pelo- No
era mi intención Bells, todo esto es muy lioso y encima el acciden…- no la dejé
terminar cuando un sonoro sollozo se escapó en mi pecho…
Ahora todo
el peso de la realidad había recaído de nuevo en mí, mis padres…
Mi papá había
muerto ayer por la noche en la operación, no lo había superado… y mi mamá
estaba más muerta que en vida…en esa cama llena de monitores y cables por todos
lados…
Sentí a Alice abrazarme fuertemente y murmurarme
palabras de aliento, yo se lo agradecí apretándola más en mi pecho.
-Cariño
perdóname, he sido una tonta al haberte recordado eso- me susurró con voz
apagada y yo la miré inmediatamente.
-No Ali-
hipé- No te preocupes, sé que no has querido recordármelo, pero he estado
bastante tiempo sin poder desahogarme como quisiera- le revelé y ella me miró
con un signo de admiración y me volvió a abrazar.
Estuvimos
mucho tiempo en esa posición, hasta que unos golpecitos en la puerta nos
interrumpieron.
-Ali,
Bells- era mi osito, sonreí feliz- La cena ya está lista, bajad cuando queráis.
-Si,
Emmett, ya vamos- respondió Alice- ¿Vamos?
-Si, cuando
me vista- le dije señalando el pijama y ella asintió.
Me levanté
de la cama y cogí el pijama, quitándole la etiqueta con los dientes y me Alice
me miró divertida. Me lo puse rápidamente y Alice me miró maravillada.
-Te queda
mejor de lo que esperaba- dijo ilusionada- Emmett se morirá en cuanto te vea.
Yo me
ruboricé al instante y Alice soltó una risotada seguida de un empujón para que
saliésemos de la habitación.
Nos
encaminamos por el largo pasillo hasta las escaleras y nos topamos con Edward…
Nos miramos
al instante y Alice se acercó a él para saludarle.
-Hola
hermanito- le besó en la mejilla y lo abrazó efusivamente.
-Hola Ali-
dijo muy apagado de sí mismo y a mí se me partió el corazón…
Por mucho
que me hubiera traicionado de la peor forma, yo al fin y al cabo también yo le
había traicionado, aunque de distinta manera, pero finalmente igual.
-Bells, te
espero en el comedor, ¿vale?- dijo encaminándose a la cocina y yo sólo asentí.
Alice quería que Edward y yo arregláramos las cosas y yo por supuesto también
quería.
-Hola- le
dije apenas en un susurro y él inmediatamente subió su cabeza hasta que
nuestros ojos se conectaron.
Pude
distinguir perfectamente su labio hinchado por el golpe que le había dado
Emmett esta mañana…
-Hola- dijo
en el mismo tono que yo…
Se veía
agotado… con unas grandes ojeras debajo de sus ojos y con una tristeza
indescifrable… No pude resistir el impulso de abrazarlo y acorté la distancia
que nos separaba a ambos.
-Perdóname-
le dije cuando mis manos se enrollaron en su cintura. Él pareció confundido,
pero sus brazos se enroscaron en mis hombros y nos quedamos un rato así-
Edward, siento mucho lo de esta mañana- le dije con lágrimas en mis ojos y él
me apretó más contra sí.
-Shh, no
llores Bella- me besó el tope dela cabeza- Soy yo el que te tengo que pedir
perdón por no haber estado a tu lado en todo momento, por haber saciado a mi
cuerpo, antes que obedecer a mi mente- eso me dolió…
Me dolió
porque a pesar de que lo quería solamente como un hermano, aún seguía estando
dolida por todo lo que había pasado… El dolor de la muerte, el dolor del
enfado, el dolor de la injusticia… todo estaba acumulado en mi cuerpo en este
momento y era imposible no sentir dolor… y más aún cuando lo estaba escuchando
de su propia boca…
-Lo siento
tanto Bella- dijo de nuevo separándose de mí y cogiendo mi cara con ambas
manos- Perdóname, no tenía ni la menor idea de mis verdaderos sentimientos y
fue el peor momento para darme cuenta de ello- me besó en la frente, en un
gesto que solía hacer mi osito conmigo.
Poco a poco
me tranquilicé y pude encontrar mi propia voz- Edward me limpiaba ambas
mejillas con sus pulgares.
-Edward, no
tienes por qué decir que fue en el peor momento- le miré a los ojos
sinceramente- Son cosas del destino y si pasó en este momento, fue porque era
mejor así, pasar por todo el dolor de golpe- le dije recordando todo el dolor
que sentía en este instante por todo- No te mentiré cuando te diga que no me
dolió enterarme de lo tuyo con Rose, pero sinceramente, no puedo juzgarte,
porque a mí me pasó exactamente lo mismo con Emmett- le sonreí débilmente y él
me correspondió esa sonrisa. Viéndose por primera vez, feliz.
-¿Sabes? La
verdad me alegro de que te hayas dado cuenta que amas a mi hermano- me dijo
cogiéndome ambas manos- Sinceramente, no me gustaría verte con otra persona que
no sea él, él te ama Bella y lo peor de todo era que yo lo sabía desde un
principio, o al menos lo sospechaba- dijo cuando le miré interrogante- Porque a
pesar de vuestra fuerte amistad, ninguno de los dos podríais vivir sin el otro
y eso es amor- me sonrió de nuevo y yo le correspondí con una sincera sonrisa.
-Gracias-
lo abracé de nuevo- Siento que todo esto haya pasado de esta forma, pero es
mejor así- le apreté contra mi cuerpo fuertemente- Claro que te perdono- le
sonreí cuando me separé de él y él estaba con una perfecta sonrisa en su
rostro.
-Entonces,
¿amigos?- dijo nervioso.
-Claro- le
sonreí de nuevo y le besé en la mejilla.
-¿Có…cómo
está tu madre?- dijo mirándome con pena.
-Bueno…
está como dormida…- dije recordando a mi bella mamá- Pero tengo esperanzas de
que se recupere pronto.
-Ya verás
como sí, por cierto…- dijo removiéndose el pelo, en un claro signo de nerviosismo-
Rose quiere hablar contigo- una punzada de alegría se instaló en mi pecho.
-¿De
verdad?
-Claro,
está muy preocupada Bella, quiere aclararlo todo contigo y está sufriendo por
no verte.
-Yo también
quiero hablar con ella, necesitamos hacerlo- él asintió conforme- Mañana la
llamaré y hablaré con ella- le sonreí- ¿Vienes a cenar?
-No, ahora
me ducharé e iré a casa de Rose, se alegrará cuando le diga que quieres hablar
con ella- me sonrió y me besó en la mejilla.
-Está bien,
mañana nos vemos- me despedí y me encaminé hacia el comedor.
-Hola
chicos- les dije a Alice y a Jasper, ¿dónde estaba mi osito?
-Está en la
cocina terminando de cortar la lechuga- me dijo Alice al ver mi cara
interrogante.
-Gracias…-
dije saliendo de las miradas divertidas de ambos.
Entré en la
cocina y lo que vi me encantó…
Mi osito
estaba de espaldas a mí, sin camiseta…
Dios…
Su fuerte espalda
estaba contraída al estar sus brazos ejerciendo fuerza, provocando que cada
músculo se tensara deliciosamente…
Sus
vaqueros estaban un poco caídos, dejando ver sus “calvin klein”…
Emmett se
dio cuenta de mi presencia y se giró rápidamente, dejándome ver esa preciosa
tableta de chocolate… Por Dios… ¿no se veía? No podía ir provocando por ahí de
esa manera…
-¿Te gusta
lo que ves?- dijo vacilón y yo sólo pude sonreírle de manera arrogante.
-¿La
verdad? Si, huele de maravilla- le dije refiriéndome a la comida, no a él. Por
lo que él avanzó hacia a mí con mi sonrisa favorita.
-¿Si?- me
dijo con una voz demasiado seductora…- Tú también hueles de maravilla- dijo
poniendo sus manos en mi cintura para después besarme el cuello pausadamente…
Emmett
sabía que ese era mi sitio más sensible y gemí en respuesta.
-Yo creo
que te gusta más de lo que querrías reconocer- me susurró mordiéndome el lóbulo
de la oreja. Yo puse mis manos en su trasero y él sonrió contra la piel de mi
mandíbula.
-Bueno…
está muy mal decir que me gusta un poco demasiado mi mejor amigo y ex cuñado-
le dije picaronamente pasando mi lengua por su cuello. Emmett se separó un poco
de mí y me miró detenidamente a los ojos.
-¿Estás
bien, verdad?- me dijo preocupado.
-Si te
refieres a Edward, si, estoy bien, hemos hablado hace unos minutos y ya esta
todo solucionado- le sonreí y él me sonrió feliz.
-Me alegro
preciosa- se acercó a mí y me besó tiernamente en los labios- Te amo- me dijo
aún en mis labios.
-Y yo a ti
vacilón- le sonreí de nuevo y sus manos bajaron hasta mi trasero, para tocarlo
suavemente.
-Me encanta
ese pijama- susurró mirándome con detenimiento y me sentí totalmente expuesta
ante su intensa mirada.
Esa mirada
me encendió y lo cogí por el cuello para besarle con hambre.
-Chicos,
¿os queda much…?- Alice se quedó muda al vernos y de repente soltó una sonora
carcajada- Chicos, por favor, esperad a después de la cena- dijo en tono
burlón.
-No- dijo
Emmett aún anclado en mí- Después te la llevarás a tu habitación y no podré
verla hasta mañana- dijo mirándome con una sonrisa y yo sólo pude sonreírle.
-Si,
Emmett… mucho tiempo…- dijo irónica- Vamos, tengo hambre.
Alice se
fue de la cocina y nosotros acortamos la escasa distancia que había entre
nosotros y nos volvimos a besar.
-¿Qué me
haces?- susurró contra mis labios- Me vuelves loco…- susurró de nuevo, pero
esta vez con la voz más sexy que le había escuchado jamás…
-Emmett…- medio
gemí medio suspiré ante su declaración y él me agarró más fuertemente de la
cintura y me besó con mucha pasión, demasiada para estar adónde estábamos…
-Te amo más
que a nada en esta vida, quiero estar a tu lado para siempre- me susurró muy
bajito y yo le sonreí.
-No
esperaba menos- me miró y me volvió a besar.
-Bella,
quiero hacer esto bien y nos falta algo para eso…- dijo mirándome intensamente.
-¿Si? ¿El
qué?
-Que seas
mi novia- me sonrió y yo sentí un hormigueo en mi estómago- Bella, ¿querrías
ser mi osita?- yo sólo pude soltar una sonora carcajada ante su ridícula
pregunta, pero aun así había sido lo más romántico del mundo.
-Si, claro
que quiero ser tu osita, osito- le sonreí y me tiré a sus brazos para besarlo.
Diez
minutos después, tras los insistentes gritos de la enana que se moría de
hambre… qué exagerada era… Salimos de la cocina y nos encaminamos al comedor,
donde estaban una Alice y un Jasper mirándonos ceñudos…
-¿No
habréis estrenado la encimera de la cocina, verdad?- dijo Alice socarronamente.
-¡Alice!-
le grité indignada y ella me sonrió maquiavélicamente.
-Enana deja
de inventar cosas y vamos a cenar, me estoy muriendo de hambre- dijo mi novio,
qué bien sonaba eso… Sonreí como una tonta mientras nos sentábamos en las
sillas.
Después de
unos veinte minutos, terminamos de cenar el exquisito pollo al horno con
patatas asadas, estaba realmente delicioso…
-Te
felicito hermanito, estaba de muerte- dijo Alice sonriente.
-Lo sé-
dijo arrogante y le di un empujón. Él sólo me sonrió feliz- Tenemos que daros
una noticia- dijo Emmett sin dejar de mirarme- Bella y yo estamos saliendo-
dijo sin más y yo me acerqué para besarlo.
-Uhmmmmm,
¿de verdad?- dijo la enana cortando el delicioso beso que me estaba dando mi
osito.
-Si- dije
yo antes de juntar nuestros labios de nuevo.
-¡Bien!-
exclamó alto y muy feliz. No pudimos más que reírnos de ella- Felicidades
hermanito, al fin tendré a Bella durante más tiempo para ira comprar- dijo ya
imaginando las salidas al centro comercial… Oh, oh…
-De eso
nada, no me separaré de ella en ningún momento- volvió a besarme y Jasper y
Alice soltaron una carcajada.
-Felicidades-
dijo Jasper levantándose para palmearle la espalda e Emmett y para darme un
beso en la mejilla.
-Espero que
no seas bruto con ella- dijo Alicer acercándose a nosotros.
-Nunca
podría- me besó ligeramente en los labios y se levantó para coger a su hermana
en brazos y besarle en ambas mejillas. Yo sólo pude sonreír ante la escena.
-Chicos,
Alice y yo vamos a salir ahora, ¿os venís con nosotros?- dijo Jasper mirándonos
a ambos.
-¿Te
apetece?- me dijo Emmett.
-No mucho,
prefiero quedarme aquí contigo- me sonrió feliz y se volvió hacia Jasper.
-Jasper,
otro día, ¿vale?- le dijo mi osito- Tenemos que descansar para mañana.
-Claro, no
os preocupéis- dijo con una sonrisa- Vamos, os ayudaremos a recoger todo esto-
dijo Jasper levantándose y recogiendo los platos y los vasos de la mesa.
Todos
recogimos rápidamente y Emmett y yo nos sentamos en el sofá del salón.
-Si
necesitáis algo me llamáis, ¿ok?- dijo Alice cogiendo mis manos y me levanté de
la silla para abrazarla.
-Claro que
sí, gracias por todo- le susurré en el oído y ella me apretó más contra su
cuerpo.
-De nada
cuñadita- dijo socarronamente- Mañana os acompañaré al hospital, ¿vale?
-Si, me
encantaría que estuvieras conmigo- le sonreí y ella asintió.
-Puedes
dormir conmigo en mi cama. Es suficiente grande- me dijo Alice refiriéndose a
su gran cama de matrimonio.
-Claro.
-¿Vamos?-
le dijo Jasper y ella asintió.
-Cuida de
mi hermana, Jasper- dijo mi osito en modo sobreprotector.
-Por
supuesto, hasta mañana chicos.
-Adiós- le
dijimos al unísono.
-Chao- dijo
Alice.
Cuando
cerraron la puerta, Emmett se abalanzó a mí literalmente, por supuesto, sin
hacerme el menor daño.
-Te amo- me
susurró antes de juntar nuestros labios en un suave beso.
En menos de
un segundo, Emmett me tumbó en el sofá y se colocó encima de mí, soportando
todo su peso en sus fuertes brazos, que en este momento estaban en tensión y
era lo más erótico que había visto hasta ahora.
Sus manos
me tocaron desde el pelo hasta la punta de mis pies, con una suavidad increíble
y yo me estremecí completamente. Mis manos no se hicieron esperar y tocaron su
suave pelo rizado, haciendo círculos y masajeando suavemente.
En ese
momento nos miramos y su boca se dirigió a la mía con potencia y seguridad. Yo
lo acerqué aún más a mí con mis manos en su nuca y él introdujo su lengua en mi
boca.
-Emmett…-
le advertí.
-¿Uhmm?-
dijo sin dejar de besarme.
-Tenemos
que parar- le dije con una fuerza de voluntad sobre humana.
-¿Por qué?-
me dijo sin dejar de besarme la línea de la mandíbula.
-Porque
Edward está aún en casa…- le dije como si fuera lo más obvio.
-¿Edward
está aquí?- dijo incrédulo mientras se separaba de mí por primera vez, sólo lo
justo para poder mirarnos a los ojos.
-Si.
-¿Por qué
no me ha saludado?
-¿Te tengo
que recordar lo de esta mañana, genio?- le dije tomándole el pelo y él me
sonrió débilmente.
-Tengo que
hablar con él- dijo serio y yo lo miré interrogante- Necesito arreglar nuestras
diferencias, ya las he arreglado con Rosalie- dijo mirándome detenidamente.
-¿Has
hablado con Rose?- dije con una ceja alzada y él asintió- ¿Y qué habéis
hablado?
-Pues me ha
contado todo lo que sucedió desde que se fueron del baile, sin añadir detalles…por
supuesto- su rostro era sincero y tranquilo, sin una pizca de celos o rencor,
lo cual agradecí de inmediato sonriéndole. Él me sonrió más cálidamente que
antes y me besó dulcemente- Me ha dicho Rose que quiere hablar contigo- Emmett
me contó toda la conversación que habían tenido en la cafetería del hospital.
Yo
escuchaba en silencio, comprendiendo lo que mi amiga sentía desde el principio,
sintiéndome unida a ese MEZCLA DE SENTIMIENTOS…
-Edward me
ha dicho exactamente lo mismo- Emmett me miró interrogante cuando le dije esto
y alzó una ceja- Me lo encontré en las escaleras cuando Alice y yo íbamos a
cenar con vosotros- le dije tranquila y con una sonrisa, recordando la
conversación que había tenido con Edward, había salido mejor de lo que
esperaba.
-Y… ¿cómo
fue?
-Nos hemos
perdonado- dije mirando esos pozos azules que me volvían loca- Y se veía muy
arrepentido Emmett, quiero que os perdonéis por favor, no soporto que estéis
enfadados- le abracé fuertemente, sintiendo todos sus músculos bajo mis brazos,
me sentí protegida.
-No quiero
que te preocupes por eso princesa- me susurró en el oído suavemente- Edward y
yo arreglaremos las cosas, es más, ahora mismo iré a su habitación a hablar y
estaremos como siempre- me separó de él y me besó en los labios con un roce.
-Vale, yo
me voy a dormir, tengo mucho sueño- dije mientras se me escapaba un bostezo
involuntaria.
-Vale,
mañana iremos a primera hora al hospital- me dijo mientras me levantaba con él-
Te acompañaré a la habitación de la enana- me dijo con una sonrisa y yo asentí.
Nos
encaminamos a la habitación de Alice y Emmett no soltó mi mano en ningún
momento, no podía ser más tierno.
-Buenas
noches preciosa- se despidió cuando llegamos a la habitación de Alice- Que
descanses y sueña conmigo- me sonrió, haciendo que esos preciosos hoyuelos se
vieran, pareciendo un niño pequeño. Se inclinó lentamente y me besó en los
labios.
Qué dulce
se sentían sus calientes labios en los míos…
-Buenas
noches- le contesté yo con una sonrisa sobre sus labios- Por supuesto que
soñaré contigo, no podría soñar con otra cosa- le volví a sonreír y puse mis
manos en su nuca, acercándolo más a mí para profundizar el beso. Nuestras
lenguas lucharon por la victoria, pero ninguno se daba por vencido.
-Bella…-
gimió sobre mis labios y juro que mi tanga se mojó completamente…
Joder…
necesitaba una ducha de agua helada enseguida…
-Hasta
mañana- le sonreí dulcemente separándome de él. Tenía que parar ahora o no
podría más tarde…
-Adiós
osita- dijo burlón y yo lo empujé cariñosamente hacia afuera de la habitación.
Lo besé por última vez y cerré la puerta…
-Dios…-
susurré cuando me apoyé en la puerta ya cerrada.
Me quité el
pijama por el camino, dejándolo encima de la cama y me metí en el baño para
darme una ducha, que me despejara totalmente de esta calentura…
Emmett pov.
Bella cerró
la puerta de la habitación de Alice y ya la echaba de menos…
Juro que si
no hubiese tenido ella la fuerza de voluntad para separarnos, ahora estaríamos
en la cama de mi hermana haciendo cosas maravillosas…
JODER…
Tenía que
controlarme, Bella se lo merecía, no podía dejarme llevar por las hormonas y
estropearlo todo. Era lo que más quería, pero este no era el momento…
Con esos
pensamientos me encaminé hacia la habitación de mi hermano. Llamé con unos
golpes en la puerta y escuché un “pasa” del otro lado.
-¿Puedo
pasar?- le dije asomando mi cabeza a su habitación. Él me miró incrédulo por
estar en su habitación y después asintió.
-¿Qué
quieres?- dijo enfadado y yo me senté al lado de él en el sofá.
-Hablar
contigo- le dije mirándolo- Tenemos que hablar.
-Si tú lo
dices, lo dejaste todo muy claro esta mañana.
-Edward- le
puse mi mano en su hombro y él no la quitó, lo que me dio un poco de esperanza-
Perdóname tío, siento haberte pegado un puñetazo en la cara- le dije dirigiendo
mi mirada a su labio hinchado- Han pasado demasiadas cosas en muy pocas horas y
me ha superado todo- le miré con súplica y él asintió escuchándome- Te mentiría
si te dijera que no estoy molesto por lo vuestro- dijo refiriéndome a él y a Rosalie-
Pero no son celos, más bien es malestar por haber estado con una persona que
ciegamente creí haber amado.
-Lo sé-
dijo por primera vez- Yo también me siento de ese modo, Emmett, joder… creí que
amaba a Bella por sobre todas las cosas, quería estar a su lado por siempre,
pero el amor que le tenía a Rosalie era el verdadero y me di cuenta ayer…- dijo
tirando de su pelo nerviosamente.
-Bueno, yo
ya hablé con Rose, te lo habrá dicho- él asintió- Y nosotros estamos bien, la
verdad que yo os entiendo porque me ha pasado exactamente lo mismo y la verdad
es que me alegro que hayamos podido solucionarlo a tiempo- él me sonrió por
primera vez y yo le respondí de la misma manera. Mi hermano pasó sus brazos por
mis hombros y me abrazó con mucho cariño, hacía mucho tiempo que no nos
abrazábamos…- Quita o pareceremos mariconas- le dije sonriéndole con mi típico
humor y él me golpeó en el brazo.
-Nunca
cambiarás- dijo sonriendo- Yo también quiero pedirte perdón por todo lo que te
dije y por haberme acos…- le corté.
-Te has
vuelto muy sincero Edward últimamente…- dije sinceramente- No quiero detalles,
Rose me lo mencionó y no soy gilipollas como para no entenderlo- le sonreí de
nuevo y él hizo lo mismo- Sólo quiero que os cuidéis.
-Por
supuesto- dijo seguro- Por cierto, ¿qué pasa con la mamá de Bella?
Uf… ¿le
tendría que decir la verdad?
Absolutamente,
sí… Edward me entendería y sabía guardar un secreto como ese.
-Verás-
dije de pronto serio y él me miró raro. La seriedad conmigo no congeniaban en
absoluto…- Reneé está viviendo gracias a un respirador artificial, no puede
respirar con sus pulmones- le dije abatido.
-¿Qué?-
medio gritó levantándose.
-Si, ella
jamás despertará.
-Pero eso
no puede ser Emmett, ¿qué pasará con Bella?
-Antes que
nada, tranquilízate joder…- dije desesperado- Hable con papá esta mañana y al
parecer los padres de Bella no son sus verdaderos padres- me miró horrorizado-
Los padres biológicos de Bella murieron en un accidente de tráfico y Bella
estaba en el coche, pero por suerte, ella sobrevivió- él me escuchaba
expectante- Reneé la vio por primera vez en el hospital mientras estaba en su
turno y no dudó en ningún momento en adoptarla. Charlie y ella la adoptaron
inmediatamente al no tener ninguna familia reconocida. Por supuesto sirvió el estado
económico de Charlie y su feliz matrimonio- Edward se volvió a sentar a mi
lado- Bella no sabe nada de eso, por supuesto y tengo que decírselo Edward,
porque Charlie dejó en su testamento que quiere que mamá y papá adoptaran a
Bella, si a ellos les pasaba algo- la cara de Edward era un poema…
-Emmett,
claro, joder… eso es lo que tienen que hacer mamá y papá- dijo convencido-
Pero, ¿Bella no sabe nada de que Reneé no volverá a despertar, verdad?
-No y se lo
tenemos que decir cuanto antes Edward, no quiero que nos odie por ocultárselo…
-Y, ¿qué
harás?
-Decírselo
mañana, hablaré con papá antes y se lo diré, no puedo esperar más.
-Será muy
duro Emmett… ella no tiene a nadie y por nada del mundo la dejaremos sola- dijo
seguro y yo sonreí al pensar lo mismo que yo.
Ahora el
problema era decírselo y cómo se lo tomaría…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios son la base inicial que todo escritor necesita para que su inspiración fluya. Tu opinión es muy importante para mí.
Por favor, ¡NO TE VAYAS SIN COMENTAR!