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Capítulo
13: Inolvidable.
Emmett pov.
Le quité el
fino vestido de su cuerpo y me encendí con verla con ese mini bikini…
Joder…
¿Por qué
carajo me hacía esto? La carne era débil y mi cuerpo más aún…
-Nena estás
para comerte…- le dije comiéndomela con los ojos y ella sonrió demasiado sexy
para mi bien…
-Ven a
comerme entonces…- dijo antes de salir disparada hacia el oscuro mar y yo corrí
hacia ella con una sonrisa en mis labios.
Contando
que mis piernas eran dos veces más largas que las de ella y mi forma física, no
tardé ni dos segundos en cogerla, tanto que ni rozo el agua.
-Eres
demasiado provocadora- le susurré en el oído como sabía que la hacía estremecer
y el efecto fue el deseado. Sonreí y pegué mi pecho en su espalda y muy
despacio nos adentramos en el mar.
Estaba
demasiado excitado como para que ella no lo hubiera notado y de repente de
giró.
-Qui…
quiero decirte algo…- mi preciosa novia se ruborizó y lo vi perfectamente a
pesar de ser de noche.
¿Qué
querría decirme? Bella se solía ruborizar siempre, eso era hasta que murieron
sus padres, ahora se había convertido en una mujer fría y distante con todos,
con todos menos con nosotros y eso se lo agradecía en el alma. Por eso, me
había extrañado bastante que se hubiera ruborizado en este instante, no ahora
cuando hacía dos segundos estaba provocándome.
-Dime- dije
lo más sereno que pude y la verdad era que la curiosidad me estaba matando…
-Estoy…- dijo
intentando tranquilizarse- Estoy preparada…- susurró demasiado bajito, pero lo
pude oír a la perfección.
¿Estaba
diciéndome que estaba preparada para hacer…?
-¿De
verdad?- le cogí su preciosa cara entre mis manos y la miré con todo el amor
que sentía por ella.
-Si, es lo
que quiero- juntó nuestros labios y yo la cogí de la cintura para alzarla y
pegarla a mi cuerpo.
Ahora sí
que era el hombre más feliz de todos.
-Gracias- susurré
emocionado- Te prometo que jamás te arrepentirás- me besó de nuevo y nos
abrazamos con todo el amor que sentíamos.
Te estás
volviendo un cursi, gritó mi conciencia y oh!, entonces viva la cursilería.
-Te tengo
preparada una sorpresa…- me dijo acariciando mi pecho con sus preciosas uñas
pintadas de rojo.
-¿Así?-
dije alzando una ceja y ella asintió sonriente. Me cogió de la mano y nos
encaminamos hacia la orilla- ¿Nos vamos?- dije con sorpresa.
-Si, la
sorpresa tiene que ser en la habitación- me besó ligeramente en los labios y
cogimos nuestra ropa y los zapatos y nos encaminamos hacia la casa.
Entramos y
escuchamos algunos gemidos sordos de fondo…
-Joder…-
murmuró mi chica dura- ¿No se pueden cortar ni un poquito?- dijo mirando el
principio de las escaleras.
-No… aunque
creo que yo tampoco podría cortarme…- la cogí de la muñeca y me miró burlona-
Ni un poquito…- le besé y la cogí en peso, ella puso sus manos alrededor de mi
cuello e inmediatamente enroscó sus piernas en mis caderas.
-Te amo- me
dijo con voz dulce antes de posar sus dulces labios en los míos.
Subí con
ella en brazos y en los segundos que tuve para poder respirar vi dónde estaba
nuestra habitación.
-¿Cómo
puedes estar aún más fuerte que hace unos días?- dijo tocando mi pecho y mis
brazos- Mmmmm estás cañón osito- eso fue lo que me faltó para tirarla a la cama
con suavidad y ponerme encima de ella.
-¿Estoy
cañón? ¿Si?- le besé y ella sonrió sobre mis labios.
-Demasiado
bueno- susurró con voz sexy y yo la besé de nuevo, metiendo mi lengua en su
boca sin previo aviso.
-Hermosa-
le dije y ella se separó un poco de mí, yo le miré extrañado.
-Ahora
vuelvo- dijo levantándose de la cama con agilidad y mi miembro palpitó ante la
imagen de su trasero con la mini tela del bikini.
Bella cogió
algo de la maleta que no logré ver y se metió en el baño.
¿Qué
estaría haciendo?
En ese
momento alguien tocó la puerta suavemente y yo me levanté escondiendo mi excitación
como podía…
-Emmett- me
llamó la enana de mi hermana nada más abrir la puerta.
-¿Qué haces
aquí?- murmuré bajo para que Bella no se enterase de nada.
-Toma- me
tendió una bolsa y me sonrió.
-¿Qué es
esto?- dije mirando dentro de la bolsa.
-Deja de
hacer preguntas y ponte manos a la obra, no hay tiempo que perder…- dijo
mirándome con felicidad.
La miré con
sorpresa al ver las velas, las rosas y el champán.
-¿Cómo coño
sabes tú que Bella y yo va…?- me cortó.
-Somos
chicas, además de ser su amiga, hermana, confidente y cuñada- dijo sin más y
desapareció.
Yo el grité
un gracias bajito y se metió en su habitación sonriente.
Puse velas
por todos los lados, encendiéndolas con cuidado y haciendo un camino desde la
puerta del baño hasta la cama. Además le puse alrededor los pétalos de rosa
rojas y apagué las luces. También puse velas encima de las mesitas de noche y
me senté en la cama para esperar a mi mujer.
En unos
segundos se abrió la puerta del baño y levanté la mirada. Lo que vi me dejó
alucinado…
Mi bebé
estaba enfundada en un picardías negro de encaje, dejando ver las partes de su
cuerpo, pero inocentemente…
Sus pechos
estaban apretados, sin exceso, por el corpiño y sus perfectas piernas estaban
totalmente desnudas.
Parecía
irreal…
-¿Te gusta
lo que ves?- me dijo con la voz más sensual que había escuchado jamás.
Yo no le
contesté, no podía, simplemente me quedé mirándola con deseo, mucho deseo y
ella avanzó con cuidado hacia mi…
Nuestras
miradas estaban conectadas y muy pronto me llegó el olor de su delicioso
perfume…
-Estás…
estás hermosa- le dije levantándome y acercándome los pocos metros que quedaban
entre nosotros- Eres preciosa- le toqué en la mejilla y ella cerró los ojos con
una sonrisa.
-Te amo- me
susurró y yo no pude esperar más para besar esos labios que me volvían loco.
La besé
como si mi vida dependiera de ello y mis manos comenzaron a acariciar su
perfecto cuerpo.
-Eres mi
diosa- le susurré y ella enroscó sus brazos alrededor de mi cuello y comenzó a
besar la línea de mi mandíbula, dejando besos húmedos por toda la extensión de
mi mandíbula, cuello y se paró en la comisura de mis labios.
-Y tú eres
perfecto- me dijo con voz cargada de deseo y yo la cogí en peso y la dejé en la
cama con delicadeza.
-Quiero que
esta noche sea inolvidable para ti mi vida- le dije antes de atacar sus labios
rojos e hinchados y tiró levemente del
pelo de mi nuca.
Comencé a
acariciar sus brazos mientras bajaba hacia su cuello. Lo besé detenidamente con
besos húmedos y continuos y descendí poco a poco hasta llegar a sus pechos…
Éstos
estaban apretados y decidí liberarles de su presión… Le quité el corpiño
lentamente, deshaciendo los nudos de la suave seda que tenía desde su canalillo
hasta su estómago.
-Mmmm…-
gimió cuando le quité completamente el corpiño y mis manos masajearon esos
perfectos pechos.
Acerqué mi
boca hacia su pezón derecho y éste se irguió ante mi atenta mirada.
-Emmett… se
retorció entre mis brazos y sonreí feliz.
Puse mi
atención hacia su otro pezón y seguí descendiendo con mi lengua, hasta llegar a
su sexy pendiente del ombligo. Allí estuve torturándola un ratito hasta que me
cogió fuertemente de la nuca y me acercó a sus labios.
-Te amo- le
dije antes de librarme de su agarre y seguir con mi tarea…
Cogí las
pequeñas braguitas y las bajé lentamente con las dos manos, acariciando sus
muslos en el proceso.
Levanté mi
mirada y le miré todo el cuerpo.
-Eres
perfecta…- susurré mirándolo como un puto pervertido y ella aprovechando mi
trance, se levantó arrodillándose ante mí y me quitó el bañador de un jalón
suave, dejándome totalmente a su merced.
-No puedo
esperar más…- me susurró mirándome con lujuria y yo le sonreí.
-Te amo- le
dije empujándola suavemente para tenderla en la cama de nuevo.
Cogí un
preservativo de encime de la mesa, pero Bella me lo arrebató de las manos.
-Quiero
ponértelo yo- me dijo sin una pizca de vergüenza y cómo me gustaba.
-Es
enorme…- dijo con una mueca graciosa mirando a mi miembro, yo sólo pude
sonreír.
Me lo puso
como toda una profesional y me miró con picardía mordiéndose el labio inferior.
-Si te
molesta, dímelo mi vida- le besé en la frente mientras la empujaba de nuevo
hacia el colchón y me coloqué en su entrada.
La fui
penetrando poco a poco, con mucho cuidado, lo menos que quería era hacerle
daño.
Muy pronto
sentí su barrera y la miré más intensamente, ella me sonrió y asintió.
Empujé un
poco más y pronto traspasé su barrera, esa que me indicaba que era solamente
mía, una lágrima rodó por su mejilla y yo me tensé en el instante, quise
moverme, pero ella me lo impidió.
-Shh, no te
muevas- me dijo abriendo los ojos y puso una mano en mi mejilla- Ya pasa el
dolor…- me miró intensamente y yo asentí- Te amo- me dijo mientras se movía,
buscando fricción entre nuestros cuerpos y yo con cuidado le di lo que quería…
-Te amo
princesa- le besé en la frente y poco a poco cogimos un ritmo que se adecuaba
al momento, lento y dulce, pero con seguridad…
Sus ojos
estaban centelleantes de deseo, produciendo que ese chocolate líquido se convirtiera
en un negro azabache y eso me encendía cada vez más…
Sus manos
me acariciaban la espalda de forma suave a veces y cuando me adentraba más en
ella, sus uñas se adentraban en mi piel de forma pecaminosa…
-Estás tan
húmeda…- le dije mientras mi miembro de adentraba con total facilidad en su
centro, como si siempre hubieran estado unidos…
-Te amo- me
dijo en un jadeo y yo uní nuestros labios mientras mis manos acariciaban su
cuerpo una y otra vez.
-Hermosa-
jadeé y ella sonrió con picardía mientras se retorcía de placer bajo mis
brazos.
-¡Emmett!-
callé su gemido con mis labios, sintiendo nuestras respiraciones erráticas.
-Bella…
Muy pronto
sentí su interior apretarme y me vi sumergido en las sensaciones más maravillosas
y placenteras que jamás sentí…
La miré más
intensamente y ella me sonrió dulcemente. Yo arremetí un poco más y me dejé
llevar por mi liberación…
-Dios…-
susurré cuando mi orgasmo llegó- Bella…- le besé en la frente- Gracias mi vida,
gracias- le dije mientras la besaba por toda la cara.
-Te amo- me
dijo antes de posar sus dulces labios en los míos y tirar del pelo de mi nuca
con dulzura.
-Te amo
princesa, te amo- le besé de nuevo y salí de su interior con cuidado, añorando
el calor con el que me envolvía su cuerpo…
Me puse
boca arriba en la cama y la atraje a mi pecho.
-Ha sido…
perfecto- susurró posando su hermosa cara en mi pecho y haciendo círculos en mi
estómago con sus suaves dedos.
-Eso se le
acerca un poco- le dije mientras cogía su mentón y la besaba nuevamente- ¿Te
sientes molesta?- le dije mirándola intensamente.
-No, aunque
te extraño…- dijo mirándome con un rubor en sus mejillas.
-Yo
también, pero no quiero obligarte a nada mi amor, quiero que descanses, tenemos
tiempo para hacerlo- le susurré en el oído, provocando un estremecimiento por
su parte, yo sonreí feliz.
-Vale-
bostezó y yo la acomodé mejor en mi pecho y la rodeé su cintura con mi brazo-
Te amo osito- me besó por última vez antes de que se dejara vencer por el
sueño.
-Te amo
princesa, descansa- le besé en la frente y la contemplé hasta que Morfeo se
apoderó de mi cuerpo…
Con una
sonrisa en mis labios, dormí junto al amor de mi vida…
Bella pov.
Sentí el
brazo de mi osito rodearme posesivamente y su aroma colarse por mi nariz.
De repente,
toda la noche mágica apareció frente a mis ojos…
Mi osito
encima de mí, con sus manos acariciando todo mi cuerpo, mientras se adentraba
en mi cuerpo suavemente a la vez que sus labios se posaban en los míos en una
batalla que ninguno de los dos estaba dispuesto a perder…
Sonreí como
una tonta mientras espabilaba mi cuerpo… y se estaba espabilando demasiado…
Pensar en
esas escenas tan eróticas y sentir el brazo de mi osito cogiendo mi cintura
sensualmente, no ayudaba para aplacar la revolución de hormonas a la que estaba
sometido mi cuerpo…
Abrí los
ojos y vi la vista más preciosa que había visto jamás…
Mi osito
estaba totalmente dormido, como un bebé, con una mueca muy graciosa en sus
labios, entreabiertos levemente, con sus espesas pestañas formando una perfecta
línea en sus ojos.
Su
respiración estaba acompasada por su sueño, bajando su pecho suavemente,
pareciendo casi irreal tanta belleza…
Levanté mis
dedos para acariciar sus suaves mejillas, avanzando hacia su corta barba,
haciéndome cosquillas.
-Bueno días
preciosa- susurró con voz soñolienta y yo sonreí como una idiota.
-Hola
guapo- le dije con voz pícara, acercándome sugerentemente a su cuerpo,
provocando que el pequeño Emm…, no tan pequeño, se despertara notoriamente…
-Eres
provocadora y mala Bella Swan- susurró en mi oído, provocando que todos los
pelos de mi cuerpo se pusieran de punta.
-Sabes que
me encanta serlo- le dije restregando mi sexo con el suyo, mientras le mordía
el lóbulo de la oreja sensualmente.
Me impulsé
suavemente con las piernas, hasta quedar a horcajadas encima de él.
-Joder…-
dijo mirando mis pechos y bajando por mi torso con un mirada llena de lujuria…
-Te amo- le
dije antes de adentrar mi lengua en su boca con total lentitud, torturándolo.
-Bella-
gimió bajito sobre mis labios y yo sonreí, sintiéndome totalmente poderosa por
hacerle sentir ese placer…
Agradecí
interiormente el estar desnuda, al igual que él, porque mi cuerpo pedía a
gritos sentir el suyo totalmente…
Lo empujé suavemente
para que quedara totalmente tendido en el colchón y cogí el preservativo de la
mesita de noche.
-Chica
precavida, me gusta- susurró mirando mi acción, yo sólo pude sonreír
sensualmente.
-Siempre-
le guiñé un ojo mientras quitaba el envoltorio con los dientes, con un cuidado
extremo para no partir la dichosa gomita. Tiré el envoltorio en cualquier lugar
y descendí el preservativo por el pequeño Emm- Mi pequeño Emm…- dije antes de
besar con suavidad su ingle, pero enseguida sentí las manos de mi osito cogerme
por las muñecas e impulsarme hacia su cuerpo.
-Aquí- dijo
poniéndome en la misma posición en la que estaba, a horcajadas encima de él…
-Te amo- le
dije posando mis labios en los suyos, mientras mi cuerpo ascendía por su
miembro.
-Bella…-
gimió en cuanto mi centro ascendió completamente por su miembro, aunque dejando
un buen trozo fuera…
-Emmett…
por Dios…- grité demasiado alto sintiendo toda su longitud en mi cuerpo… y era
la cosa más maravillosa y placentera que había sentido nunca.
Muy pronto
comencé con un vaivén lento y sincronizado, dándome cuenta que ya no me
molestaba en absoluto, parecía que mi cuerpo había estado esperándolo por
siempre…
-Eres
deliciosa…- susurró cogiendo mis pechos con mucho cuidado y acariciándolos con
dulzura mientras cerraba los ojos con total placer…
-Te amo-
jadeé- muchísimo…- jadeé de nuevo y él bajó sus manos hasta mi trasero y lo
apretó suavemente, ayudándome con el frenético vaivén que se estaba
produciendo, llevándome al límite…
Sus brazos
se contraían por el esfuerzo de levantar y bajar mi cuerpo una y otra vez,
provocando una fina capa de sudor por toda su anatomía… no había visto cosa más
erótica jamás…
-Dios…
Bella…- abrió los ojos y estaban en llamas… esos dos pozos azules estaban casi
negros por el deseo y su boca entreabierta, saliendo de ella sonoros jadeos,
fue lo que me faltó para llegar a mi liberación…
-¡Emmett!-
jadeé fuertemente en el hueco de su cuello… menos mal que mi jadeo se amortiguo
con la piel de su cuello, si no, se me hubiera escuchado a kilómetros…
-¡¡Bella!!-
apretó su cuerpo contra el mío y supe que había llegado a su ansiado clímax…
-Te amo- le
dije nuevamente mientras me desplomaba completamente encima de su ancho y
fuerte pecho- Hermoso- le sonreí y él me devolvió la sonrisa con cara dulce y
me besó en la frente con mucho amor.
-Gracias
por ser tan maravillosa- me sonrió y me apretó más contra sí.
-Gracias a
ti por quererme tanto- le sonreí de nuevo.
-Por amarte
tantísimo princesa- me sonrió como sólo él sabía hacerlo- Sé que esto- señaló
la habitación- No era lo que esperabas para tu primera vez- dijo apenado y yo
lo miré directamente a los ojos.
-¿Qué?-
dije confundida por todo lo que decía…
¿Acaso él
se arrepentía de todo lo que había pasado? Lo miré con horror…
-No es lo
que piensas- dijo antes de besar mi frente- Es que no sé… a todas las chicas os
gusta algo más…- pensó en la palabra correcta- Romántico…- terminó al fin con
su discurso idiota…
-No- dije
sin más y lo más convencida del mundo. Él me miró con confusión…
-¿Cómo que
no?- me levantó un poco de su cuerpo y ambos nos sentamos en la cama.
-Que no…
para mí ha sido la noche más bonita y perfecta de todas- dije con una sonrisa,
él me miraba con atención- Has sido bueno, cariñoso, romántico, atento y
inmensamente perfecto, ¿qué más se puede pedir? Tengo suficiente con esto y
esta noche la había soñado miles de veces- Emmett me miraba con alegría en sus
ojos y con esa sonrisa de niño que tanto le caracterizaba- Pero sin duda,
ningún sueño se compara con la noche tan perfecta que me has dado tú- le sonreí
y él se abalanzó literalmente hacia mí, con un cuidado extremo por supuesto,
algo inusual en él… aunque la verdad era que conmigo siempre era así.
-Te amo, te
amo, te amo…- me susurró mientras me daba besos por toda la cara- Gracias- me
dijo de nuevo y yo lo abracé con todo el amor que sentía hacia él. No podía
amarlo más…
-De nada
osito- le besé por última vez en los labios y sentí el frío del ambiente, a
pesar de ser verano, en mi cuerpo desnudo al levantarme de la cama…
-Como sigas
en ese estado no saldrás de la habitación hoy…- dijo Emmett con los ojos
ardientes de pasión, pasando su lengua por su labio inferior…
-Eres tú el
que me provocas mirándome y haciendo eso…- señalé su perfecta boca- Aunque la
verdad es que no me importaría estar aquí encerrada contigo…- le guiñé y me
encaminé hacia el cuarto de baño, perdiendo todo el pudor que me quedaba y
sonriendo feliz.
-Eres
demasiado traviesa para tu bien…- dijo con voz sensual y tuve que girarme para
mirar su perfecta anatomía desnuda ante mí…
-Si… no me
importaría nada…- dije dejando mi mirada en su miembro, despierto de nuevo…
-Joder…-
escuché que medo gruñía medio jadeaba y levanté mi mirada para verlo levantarse
rápidamente de la cama y venir hacia mí con pasos vacilantes y totalmente
sensuales…- Ven aquí niña mala- me dijo antes de cogerme en brazos y
adentrarnos en el baño- Ahora me toca a mí…- lo miré confundida, ya que no
sabía a lo que se refería…
M quedó
totalmente claro a que se refería cuando me sentó en la taza del váter y
encendió el grifo, esperó el agua caliente y dejó el agua correr…
Su cuerpo
desnudo, totalmente flexionado, con sus músculos en tensión era mi total
perdición… Joder… no podía estar más bueno… ese culo te invitaba a apretarlo
con devoción, su fuerte y ancha espalda te incitaba a acariciarla y sus
hermosos cabellos te hacían perder la noción del tiempo mientras los
acariciabas…
Mi sonrisa
se ensanchó aún más pensando en lo que haríamos ahora…
Iba a
amarme otra vez…
Sonreí como
una idiota cuando se acercó a mí y atapó mi labio inferior entre sus dientes,
gemí sobre sus labios incontroladamente…
-Te amo
preciosa- me susurró antes de cogerme de nuevo, sin ninguna dificultad y nos
metimos en la ducha.
-Te amo-
enrollé mis brazos alrededor de su cuello y lo acerqué más a mí para besar sus
dulces labios.
El agua
caliente caía sobre mi pelo y mi espalda, de una manera deliciosa. Su boca
estaba unida a la mía y sus manos me acariciaban de manera totalmente ilegal…
Mis manos
bajaron hasta sus fuertes hombros y acariciaron esa perfecta piel musculosa y
delicada a la vez…
-Eres hermoso-
susurré sobre sus labios mirándolo con determinación.
-No más que
tú- dijo antes de atacar mis labios de nuevo y bajar sus manos hacia mis pechos.
Yo cerré
los ojos ante el placer que me invadía y él aprovechó para besar mi cuello, son
besos sensuales y demandantes…
-Te amo-
dijo antes de agarrar mi trasero y subirme más hacia su cuerpo, dejando mi
entrada justamente delante de su miembro…
-Emmett…-
gemí incontroladamente al sentir su miembro rozar mi sexo se manera lenta y
tortuosa…
-Dime lo
que quieres y lo tendrás…- susurró con voz cargada de deseo y yo me humedecí en
ese instante…
-Te
necesito…- dije cerca de su oído, lamiéndolo y mordiéndolo sensualmente.
-Bella…-
gimió ante mis palabras y me dejó un momento en el suelo para coger algo de
encima de la encimera del mueble- Vas a acabar con el poco autocontrol que me
queda- dijo enseñándome el dichoso condón…
-Uhmmm…-
dije quitándoselo de las manos y acercándome de nuevo para deslizarlo por su
miembro…
-Joder… ¿lo
tienes que hacer todo jodidamente erótico?- dijo provocando una sonrisa sensual
por mi parte.
Sin previo
aviso, volvió a cogerme en brazos y me colocó tal y como estaba antes… rozando
su miembro con mi necesitada intimidad…
Nos miramos
y pude ver puro deseo, con un matiz de amor, pero siempre latente…
Puse mis
manos en sus hombros y poco a poco se fue deslizando en mi interior…
-Dios…
Emmett… clavé mis uñas desesperadamente en la piel de su espalda y él pareció
no inmutarse, ya que arremetió más profundamente con su miembro…
-Bella…-
gimió sobre mis labios antes de besarme con desesperación…
Sus manos
bajaron a mi trasero y apretó fuertemente, no sintiendo ningún daño ni
molestia… para profundizar más sus estocadas… aun así su miembro era demasiado
grande y se quedaba una gran parte afuera de mi cuerpo…
-Mmmmmm…-
gemí y besé sus labios mojados por el agua que nos caía encima de nuestros
cuerpos… la escena no podía ser más bonita y erótica a la vez…
-Preciosa…-
me dijo mirándome con sus ojos cargados de deseo y esta vez su estocada fue más
profunda que las anteriores… tuve que agarrarme a sus fuertes brazos para no
caer- ¿Te gusta?- dijo con voz ronca y yo no pude contestarle… no estaba para
eso…
Cogí su
cuello y metí mi lengua en su boca, con rudeza, él pareció encantarle, ya que
siguió con la misma fuerza que yo arremetiendo con su lengua en mi boca…
Yo estaba
que no podía más y sabía que pronto llegaría mi querido orgasmo…
-Más
fuerte…- le dije cuando me pude recuperar un poco… con voz raramente conocida
para mí.
-Joder…-
gruñó y arremetió aún más fuerte en mi interior…- Bella…
-Emmett…
Mi cuerpo
estaba en total éxtasis y lo invadió una oleada de placer, tan conocida para mí
ahora…
-¡¡Emmett!!-
grité y él me besó en los labios para acallar los gemidos que salían de mi
boca…
Mi cuerpo
lo envolvió de manera deliciosa y lo sentí más intensamente, como si eso fuera
posible…
-Bella…-
susurró sobre la sensible piel de mi oído y cerré los ojos fuertemente por el
placer que me daba su aliento en mi piel… Sentí su cuerpo temblar y supe que su
orgasmo había llegado… me apretó más contra su cuerpo y le besé en su cuello-
¡¡Bella!!- dijo antes de dar una última estocada y desplomarse con cuidado
sobre la pared, quedando mi espalda contra los fríos azulejos, pero no me
importó…
Sus manos
se apoyaron en los azulejos y su frente se apoyó en la mía.
-Eres
perfecta…- me dijo mientras me miraba con ojos excitantes… nuestras
respiraciones estaban aún erráticas y sentí que me besaba de nuevo.
Me imaginé
la escena desde la puerta del baño y gemí audiblemente…
Emmett
estaba totalmente mojado, con su pelo pegado a su frente… Sus labios estaban
hinchados y rojos por los ardientes besos que nos habíamos dado y su cuerpo en
total tensión, relajándose poco a poco por la errática respiración de su
cuerpo…
Joder…
Y sus manos
encima de los azulejos, aprisionándome de manera totalmente sensual…
Gemí de
nuevo…
-Uhmmm…
Emmett…- dije mientras cerraba mis ojos y sentí su sonrisa encima de la piel de
mi cuello.
-Dime…-
dije sabiendo lo que estaba sintiendo ahora mismo y abrí los ojos.
-Quiero
más- dije mordiéndome el labio inferior y pude ver llamas en sus preciosos ojos
azules…
-¿Más?-
dijo demasiado sensual y yo asentí con una sonrisa- Pero no quiero que estés
molesta, es muy reciente lo de anoc…- puse mis dedos en sus labios, callándolo
por un momento y pasé mi lengua por la comisura de su boca…
-No estoy
molesta, es más creo que me volveré adicta…- dije de la manera más sensual que
pude y pude sentirlo gruñir…
-Eres mi
perdición…- dijo antes de besarme de nuevo.
-¿Has
traído más condones?- dije separándome un poco de él y él asintió sonriente-
Chico listo- dije antes de besar sus ardientes labios y palpar encima de la
encimera otro envoltorio.
Esta vez
fue totalmente rudo, porque yo así lo quise… pero siempre con la delicadeza que
caracterizaba a mi osito…
Nuestros
cuerpos jamás dejaron de estar unidos, al igual que nuestras miradas jamás
dejaron la otra…
Sus grandes
y varoniles manos acariciaban con determinación todo mi cuerpo, apretando mi
trasero de vez en cuando…
Su boca
dejaba la mía para atender mis erectos pezones por la excitación de mi cuerpo,
llevándome cada vez más y más alto…
Esta vez
las estocadas fueron más intensas y placenteras, pensaba que cada vez era mejor
y esa idea me encantaba…
-Eres
deliciosa…- me susurró mientras salía de mi cuerpo con dulzura.
-Y tú eres
perfecto- le besé y cogí una esponja para lavar su enorme cuerpo.
Nos miramos de nuevo y pude ver amor, puro
amor…
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