*************************************
***********************************
Capítulo
8: La verdad.
Emmett pov.
-Papá no
dejaré sola a Bella en ningún momento.
-Claro que
no hijo, Charlie puso en su testamento que su último deseo era que nosotros
adoptásemos a Bella- dijo con una media sonrisa en su rostro. La primera desde
que comenzó esta pesadilla.
Un momento…
¿adoptarla? ¿De verdad?
-¿D…de
ver…verdad?- dije incrédulo y feliz por primera vez, Bella podría vivir con
nosotros y estar con ella siempre…
-Si hijo,
claro que espero que ella quiera, ya que en unos meses cumplirá 17 años y tan
sólo se vería obligada a estar un año y pico con nosotros, eso o ir a un centro
de menores-Puse mi mayor cara de horror- Por supuesto eso no pasará Emmett, va
a ser un golpe muy duro hijo, ya lo ha sido con Charlie, ya viste como se puso,
imagínate cuando se entere que tendremos que desconectar a Reneé del respirador
artificial…
-Dios… esto
es de locos- dije derrotado- No quiero que Bella sufra papá, no puedo verla
desecha como estaba anoche, simplemente se me parte el alma- Ok, si, sé que eso
sonó demasiado cursi lo último, pero era la pura verdad.
-Hijo,
¿puedo preguntarte algo?
-Claro.
-¿Te gusta
Bella, verdad?- era una afirmación, aunque fuera una pregunta…
-Si, papá,
no creí poder querer tanto a una persona que no fueran mis padres- mi padre me
sonrió orgulloso.
-Me alegro
hijo, tu madre y yo te queremos más que a nuestra vida- me sonrió de nuevo- Y
respecto a Bella… ¿no está saliendo con tu hermano?
-Emmm-
¿cómo se lo decía?
-Emmett,
puedes confiar en mí.
-Ya no
están juntos papá, lo dejaron esta mañana.
-Está bien,
no quiero presionarte más, lo único que quiero es que no tengas problemas con
tu hermano- Ya… si tú supieras…
-Claro,
papá- le dije levantándome del asiento- Me voy a ver a Bella, no quiero dejarla
sola.
-Por
supuesto hijo, cuídala, esa niña se merece todo- dijo levantándose para
despedirse de mí- Si necesitas algo, llámame- dicho esto me abrazó y yo le
correspondí.
-Entonces…
¿cuándo se enterará Bella de lo de Reneé?
-Pues creo
que lo mejor será lo antes posible, no quiero que se enfade con nosotros por
haberle ocultado esa información hijo, yo me encargaré de decírselo.
Yo sólo
pude asentir y salí del despacho de mi padre con todo el aturdimiento del
mundo…
¿Cómo le
sentaría a Bella saber que sus padres no eran sus padres biológicos? ¿Podría
soportar la pérdida doble y vivir con nosotros?
Si, claro
que si, Bella podría soportar todo porque yo estaría a su lado, apoyándola y
mostrándole el camino a seguir.
Con ese
pensamiento, seguí mi camino hacia donde estaba el ser que más estaba amando en
mi vida.
Cuando
estaba a unos cinco metros de la puerta de la habitación donde se encontraba
Bella y Reneé, sonó mi móvil.
-¿Si?- ni
siquiera miré la pantalla de mi móvil.
-Emmett-
dijo la voz de Rosalie.
-Dime.
-Estoy en
la cafetería del hospital, ¿puedes venir, por favor?
-Claro,
estaré allí en unos minutos- corté sin siquiera molestarme en despedirme.
¿Qué
pasaría ahora con mi “novia”? Porque de lo que estaba claro era que aun seguía
siendo mi novia…
Me encaminé
hacia la cafetería y Rosalie estaba sentada con una humeante taza en sus manos.
-Hola- se
sobresaltó ante mi presencia, ya que estaba con su cabeza gacha con los ojos
cerrados. Rápidamente se levantó mirándome con lágrimas en los ojos y me abrazó
como nunca lo había hecho…
Ahora no
había rastro de amor, si no de dolor, arrepentimiento y pena…
-Shhh- le
susurré en el oído correspondiéndole al abrazo.
-Lo siento
tanto…- se apretó aun más contra mí y yo no me separé ni un centímetro.
No podía
rechazarla, le tenía demasiado cariño como para hacerlo… Además, los culpables
éramos todos, no sólo ella y mi hermano…
-Lo sé, yo
también- le besé en el tope de su cabeza y ella me acarició la mejilla,
mirándome con dolor.
Nos
sentamos en las sillas y comenzamos a charlar cuando se hubo tranquilizado.
-Emmett te
quiero contar todo.
-No tienes
por qué hacerlo, no quiero que te sientas en la obligación de…- me cortó.
-No,
escúchame, necesito contártelo, tienes que saber desde cuándo sabía mis verdaderos
sentimientos…- asentí y ella prosiguió- Yo te juro que no sabía que quería a
Edward, más bien amarlo, porque querer lo quería como a un amigo y cuñado-
suspiró- No lo sabía Emmett, tienes que creerme- me cogió las manos y yo se las
apreté en señal de apoyo- Ayer en la fiesta me di cuenta que extrañaba a Edward
y me acerqué a él para hablar… Mi cuerpo se sintió diferente ante esa cercanía,
sólo estábamos hablando, pero su mirada estaba clavada en lo más profundo de mi
ser, te mentiría si te dijera que lo busqué o que pasó porque quise, pero no,
no fue así, parece que nuestros cuerpos tomaron iniciativa propia y sólo bastó
un simple roce para llevarme a la locura- de su pecho salió un audible sollozo las manos. Me dolía, claro que me dolía,
joder… Era mi novia y mi hermano, pero ahora tenía que ser fuerte para poder
enterarme de lo que había sucedido- Luego todo pasó muy deprisa, llegasteis,
tú, Bella y los chicos y te besé como si mi vida dependiera de ello- Yo asentí,
recordando perfectamente ese arrebato que había tenido en el salón de actos- No
sentí lo mismo que sentí en los labios de Edward, Dios Emmett es tan duro… no
te imaginas lo que estoy sintiendo…- sollozó más fuerte y yo me levanté. Me
acerqué a ella y la levanté para abrazarla nuevamente.
-Shhh,
tranquila- le acaricié la espalda- Sé que es muy duro, joder, eres mi novia o
al menos lo eras ayer, porque ya no podemos seguir con esta farsa, y también se trata de mi hermano- ella sollozó
aun más…- No quiero que te sientas culpable Rose, joder… Yo también te besaba y
te acariciaba para intentar que Bella se alejara de mis pensamientos, pero era
imposible, yo también te debo una disculpa y quiero que esto termine lo mejor
posible, créeme que no me ha hecho ninguna gracia tener que pegarle a mi
hermano, pero entiéndeme, se había enrollado con mi novia y con eso no se
juega- la separé de mí para mirarle a los ojos- Te pido por favor que me
perdones, no tenía intención de que nada de esto ocurriese, pero ha sido
imposible pararlo, ya sabes que aquí- dije tocándome el pecho- no se manda…-
ella me sonrió, consiguiendo mi objetivo y me volvió a abrazar.
-Gracias
Emmett por ser tan comprensivo, perdóname por favor tú a mí, no puedo vivir con
esta culpa.
-Claro que
te perdono, aunque sospecho que hay más, ¿verdad?- ella bajó la mirada
avergonzada y asintió levemente- ¿Qué pasa?
-No sé, no
sé si te gustaría saberlo…
-Vamos
Rose, eres mi amiga, puedes confiar en mí.
-Es que es
algo muy… personal…- Vale, era lo que me sospechaba desde el primer momento.
-Ya… créeme
que no me hace falta saberlo, ¿qué decirte?- dije para cortar el tenso ambiente
que se estaba formando a nuestro alrededor…
-Supongo
que ahora sí que estarás enfadado…
-Bueno…
Bella y yo lo sabemos desde ayer- me miró sorprendida y confusa- Bueno… os sacamos tres años y las hormonas
son las mismas- le guiñé y ella se ruborizó violentamente- Te gastaría bromas a
ti y a Edward, pero en este instante no tengo humor ni ganas de nada, tan sólo
de estar con Bella y hacerle sentir lo mejor posible-
-La amas-
esto era una afirmación.
-Si.
-Me alegro,
espero que todo salga bien y quisiera verla, pero creo que lo que le dijo a
Edward no será nada en comparación con lo que tenga que decirme a mí- dijo
abatida.
-Tienes que
entenderle Rose, ha sido un palo muy fuerte haberse enterado de que sus padres
han tenido un accidente y que su novio no esté a su lado y para colmó esté
enrollándose con una de sus mejores amigas- dije lo más sincero que pude y ella
sólo pudo asentir.
-Dios…
debería estar apoyándola en todo en estos momentos y debería de haber estado
con ella cuando se enteró del accidente, soy una de sus mejores amigas, por
Dios…
-No te
preocupes, lo entenderá, dale tiempo, te quiere demasiado como para perderte-
intenté sonreírle, pero me salió una mueca…
-No sé que
decirte… yo no sé si podría perdonar esa traición Emmett…
-Lo hará,
es una buena persona y es comprensiva, pero ahora quiero que tú y Edward le
deis tiempo y espacio, que no le habléis a menos que ella os hable, sólo quiero
que os dirijáis a ella lo justo y necesario.
-Claro, es
lo menos que puedo hacer…- aun estaba abatida y le duraría hasta que Bella
fuera la de siempre…
Aunque eso
lo dudaba… Tras perder a sus padres todo sería diferente…
-Dile a
Edward que siento lo del puñetazo, ya hablaré con él en cuanto pueda- dije a
modo de despedida.
-Si, se lo
diré, espero que podamos estar como antes Emmett, es lo que necesito para
sentirme del todo feliz- me besó en la mejilla y yo le correspondí el beso.
Nos
despedimos y yo inmediatamente me dirigí hacia la habitación de Reneé. Llamé a
la puerta y su dulce voz me contestó un “pase”.
-Hola- le
dije con la mejor sonrisa que podía encontrar en este momento.
Toda la
conversación de mi padre y de Rose me estaban golpeando de repente…
¿Cómo iba a
hacer para no decirle nada? ¿Cómo decirle que no se pusiera así por alguien que
ni siquiera era su familia?
Lo sé…
sonaba un poco egoísta, pero no podía ver a mi pequeña en este estado…
-Hola- se
levantó y vino hacia mi corriendo. Me abrazó y yo sonreí como un idiota, cómo
la había extrañado…- Te he extrañado.
-Yo también
preciosa, ¿qué tal estás?
-Bien,
ahora que puedo ver a mamá, estoy bien- dijo mirándome con tristeza.
-Me alegro
princesa, no quiero verte llorar, me partes el alma- le besé en la frente y lo
siguiente que pasó me dejó perplejo…
Ella puso
ambas manos en mi cara y me besó tiernamente en los labios, sintiendo todo el
calor que emanaba su cuerpo…
Bella pov.
Cuando
Emmett y Carliste se fueron, miré a mamá a los ojos y decidí hacerle caso a lo
que me había dicho mi osito, “Háblale y tócale, ellos sienten y escuchan todo
lo que les dices”.
-Mami te
quiero mucho- le dije acariciando su mano, que descansaba sin ninguna vida
sobre el colchón. Varias lágrimas se escaparon de mis ojos inevitablemente…
Me levanté
del cómodo asiento y abracé a la persona que más quería en esta vida.
No sentía
ningún tipo de odio o lejanía hacia mi madre, porque sabía que en realidad no
era mi madre biológica, me había enterado hacía unos meses, mientras mis papás
hablaban en el despacho con la puerta entreabierta, pensando que yo estaba
totalmente dormida…
Flash back.
Salí de mi
habitación con la boca bastante seca y bajé las escaleras para encaminarme
hacia la cocina y tomarme mi tan deseado vaso de agua, cuando oí a mis padres hablar
en el despacho de mi papá.
Me dirigí
hacia la cocina a por mi vaso de agua, no quería interrumpirles en su
conversación y mi garganta ardía por un poco de agua, así que saqué del
frigorífico el agua helada y la bebí directamente de la botella. Mi garganta y
mi boca me lo agradecieron al instante y volví a dejar la botella en su sitio
después de llenarla, me la había bebido entera…
Estaba
pasando por delante del despacho cuando oí unas palabras que hicieron que mis
piernas pararan en seco en mitad del salón…
-Si Reneé,
aunque Bella no sea mi hija biológica, le dejaré toda mi herencia a ella- dijo
mi padre muy convencido.
-¿Estás
seguro mi amor? No quiero que mi pequeña tenga problemas en un futuro por eso,
ya sabes cómo es tu familia mi vida…
Gruesas lágrimas
comenzaron a caer por mi mejilla inconscientemente…
¿Acaso yo
no era…?
No podía
ser, yo era una Swan de pies a cabeza, ¿por qué diría eso mi papá?
-Claro que
si Reneé, ella se merece todo y me da
igual lo que diga mi familia, haré lo que yo quiera, para eso es mi dinero.
Escuché
unos pasos y lo más rápido que pude subí las escaleras en dirección hacia mi
habitación.
Cerré la
puerta de mi habitación y las lágrimas nublaban mi mente y tapaban mis ojos,
dificultándome el camino hacia la cama. Conseguí llegar hasta ella con mucha
dificultad y me tapé entera, incluso la cabeza, ahogando mis sollozos con la
almohada.
¿Por qué?
¿Por qué no eran mis papás biológicos?
Yo los
amaba más que a mi vida y ellos también a mí, ¿por qué tenía que enterarme de
esto?
Sollocé aún
más y escuché unos pasos muy cerca de la puerta de mi habitación, seguro que
eran mis padres para darme mis buenas noches…
-¿Bella?-
se escuchó la voz de papá cuando abrió la puerta de mi habitación.
No
contesté, no podía contestar. No podía verme en este estado y darse cuenta que
me había enterado de la conversación entre mamá y él.
Escuché
cómo se acercaba y mis manos limpiaron con agresividad las lágrimas de mi cara.
Cerré fuertemente los ojos y me quedé muy quieta, haciéndome la dormida…
-Hija- se
sentó en la cama y quitó el pelo que estaba pegado en mi cara a causa de las
lágrimas…
-Está
dormida- dijo mamá muy cerca de mí. Me acarició la cara con mucha suavidad y
depositó un beso en mi frente- Somos tan afortunados por tenerte mi amor.
-Te quiero
más que a mi vida hija, nunca lo olvides- me besó mi papá en la mejilla y sentí
que su peso desaparecía del colchón. Escuché los pasos hasta llegar a la puerta
de mi habitación y poco después escuchar un “te amo” por parte de ambos, antes
de cerrar la puerta.
Sollocé
fuertemente durante probablemente toda la noche, cuando se descontrolaban los
sollozos, los ahogaba con la almohada, para que mis papás no se dieran cuenta
de nada.
Después de
muchos pensamientos, llegué a la conclusión de que mis padres no me lo habían
dicho porque simplemente no había que hacerlo, que simplemente estábamos
perfectamente así, amándonos como unos verdaderos padres biológicos a sus
verdaderos hijos. Sonreí, por primera vez en la noche, por la decisión de mis
padres, no querían verme sufrir y esa noticia sería algo que no cambiaría,
porque los amaba con toda mi alma y lo seguiría haciendo, pero a partir de
ahora con más intensidad…
Final Flash Back.
-Te amo
mucho mamá, eso nunca cambiará- Apoyé mi cabeza en su pecho, como hacía de
pequeña y hablé con mi mamá todo lo que pude, antes de que el sueño me
venciera.
Me desperté
un poco desorientada, pero cuando vi la cara relajada de mamá, supe donde
estaba…
Me
desperecé levemente y me dirigí hacia el baño para refrescarme la cara y la
boca, a sentía reseca, no sin antes besar la frente de mamá.
Salí del
baño y me senté en la silla, mirando las perfectas facciones de mamá, era
verdad que no me parecía en nada a ella, pues ella era rubia con los ojos más
celestes que había visto jamás, claro que eso había sido antes de haber
conocido a mi osito, aunque él los tenía más azules, y yo era castaña con ojos
marrones. Sin duda, dos polos opuestos…
En ese
momento alguien llamó a la puerta y no pude evitar la sonrisa que se formó en
el rostro cuando mi osito apareció por la puerta…
Cuánto lo
amaba… Dios…
Y pensar
que había estado enamorada todos estos años de él y no me había percatado…
-Hola- me
dijo con su perfecta sonrisa, enseñando esos hoyuelos que me volvían loca…
-Hola- Me
levanté muy deprisa y fui corriendo hasta él con una sonrisa en mis labios.
Abracé su enorme cuerpo con todo el amor que podía- Te he extrañado.
-Yo también
preciosa, ¿qué tal estás?
-Bien, ahora
que puedo ver a mamá, estoy bien- le dije un poco triste.
Estaba
triste por lo obvio, pero también por ocultarle a mi osito que en realidad mis
padres no eran mis padres biológicos…
-Me alegro
princesa, no quiero verte llorar, me partes el alma- me besó en la frente y ahí
supe que todo lo que había pasado anoche había sido real.
Todo lo que
nos habíamos confesado, había sido verdad. Sonreí como una imbécil ante los
recuerdos que agolparon mi mente…
Me acerqué
a sus deliciosos labios y los rocé, un simple roce que me hacía ver las
estrellas y no querer nada más. Él afianzó su agarre en mi cintura y me
respondió rápidamente… Yo profundicé el beso y le toqué su hermoso pelo.
-Te amo
tanto- me susurró con la respiración agitada… Y eso era lo más erótico que podía
escuchar…
-Y yo a ti,
no puedo estar lejos de ti osito- le susurré agarrando su camisa.
-No lo
estaré- me besó en la frente- Siempre estaré a tu lado princesa, pase lo que
pase- me abrazó con mucho amor.
“Estaré a
tu lado pase lo que pase…”
Esas palabras
golpearon mi corazón fuertemente… ¿De verdad estaría a mi lado a pesar de estar
ocultándole la verdad?
Miré hacia
esos hermosos pozos azules que tanto me gustaban y ahí supe que decía toda la
verdad, que no me dejaría jamás…
Le sonreí
con felicidad por primera vez desde que toda esta pesadilla había comenzado y
él me cogió de la cintura y me alzó hasta su altura para besarme con dominio.
-Te quiero
tanto osito- le susurré sobre sus labios cuando nos separamos por falta de
aire.
-Lo eres
todo para mí- fue lo que me susurró antes de atacar a mis labios nuevamente.
Estuvimos
bastante tiempo así, hasta que la panza de mi osito comenzó a sonar
ruidosamente por falta de comida… Yo sólo pude reírme de él.
Cuando me
miró, vi felicidad en sus ojos, por primera vez.
-¿Y tú de
que te ríes?- dijo avanzando hacia mí. Pues yo estaba a un lado de la cama
sosteniendo la mano de mamá y él estaba en el otro lado.
-De ti-
dije levantándome y saltando hacia su cuerpo, poniendo mis piernas alrededor de
su cintura. Le toqué el enorme pecho suavemente y me relamí los labios con
gusto. Este cuerpo sería mi muerte total…
-Mmmm-
gimió mirándome lo que estaba haciendo- Eres peligrosa- me susurró sonriente
mientras ponía sus manos en mi trasero y lo apretó suavemente. Yo dejé escapar
un gemido y noté algo demasiado duro rozando con mi sexo…
-Dios…-
ataqué sus labios y mis manos fueron hasta su espalda, acariciándola o
arañándola suavemente cuando su sexo rozaba con el mío…
Escuché
cómo se abría la puerta de repente y en menos de un pestañeo, bajé del cuerpo
de mi osito y puse mi mejor cara de niña buena. Miré a Emmett de reojo y éste
me miraba con diversión…
-¿Interrumpo?-
dijo la voz maternal de Esme.
-En
absoluto- avancé hasta ella y la abracé dulcemente.
-Oh mi
niña, lo siento tanto- desbordé varias lágrimas al igual que ella y sentí cómo
mi osito nos abrazaba a ambas.
-¿Por qué
me tiene que pasar esto Esme?- puse mi cabeza en su pecho y ella me acarició la
cara retirándome el pelo en el proceso.
-Shhh,
tranquila, nunca estarás sola mi vida- me susurró besándome en la frente y yo
la miré buscando su mentira. Sabía que jamás me mentiría en eso, pero ya no
podía creerme todo lo que me decían…
En su
mirada, vi lo mismo que había visto en mirada de Emmett hace tan sólo unos
momentos, sinceridad y amor, mucho amor.
-Gracias-
fue lo único que pude decir antes de que me dejara llevar de nuevo por las
lágrimas.
Nos
sentamos en las sillas alrededor de la cama donde se encontraba mamá y nos
quedamos en silencio, simplemente contemplando el cuerpo y la cara relajada de
mamá.
-¿Estará
sufriendo?- dije con la cabeza en el regazo de Esme.
-No hija,
ella no siente nada de dolor- dijo Esme acariciando mi pelo.
-Mamá me
llevaré a Bella a casa para que se duche y coma- dijo mi osito levantándose y acercándose
a nosotras.
-Claro
hijo, Alice le ha preparado a Bella su cama en su habitación- rodó los ojos
Esme y se me escapó una sonrisa. Esme al ver que había conseguido su objetivo,
sonrió también- Ya sabes cómo es…
Me levanté
de mi posición y los músculos de mi espalda me dolían mucho al estar
agarrotados…
-Que
descanses hija, yo estaré aquí con ella- dijo Esme levantándose y acariciándole
la mano a mamá.
-Está bien-
accedí sintiendo que era lo mejor, estar aquí tantas horas sólo me perjudicaba,
aunque también tenía que aprovechar todo el tiempo con mamá.
-Te quiero
mucho Bella- me abrazó y depositó innumerables besos en mi cara, haciéndome
parecer una niña pequeña.
-Yo también
a ti Esme- le sonreí y le besé en la mejilla.
Mi osito me
cogió de la cintura y miré por última vez a mi mamá y le sonreí débilmente
antes de cerrar la puerta.
Avanzamos
hasta los aparcamientos y Emmett me ayudó a subir al gran jeep, era enorme,
tanto que me recordaba a él.
Llegamos a
la mansión Cullen en menos de quince minutos, lo cual agradecí, sólo quería
llegar y descansar.
-Ven- dijo
mi osito cuando había aparcado. Me quitó el cinturón de seguridad y me atrajo
hacia él, sintiendo todo el calor de su cuerpo- Necesito darte un beso antes de
que la enana me separé totalmente de ti- le sonreí ante su teoría y cedí a su
agarre.
Su lengua
lamía el contorno de mis labios, haciéndome gemir audiblemente y él sonreía sobre
mis labios. Yo adentré mi lengua sin previo aviso y él me agarró más
fuertemente, gimiendo sobre mis labios.
Muy pronto
para mi gusto nos tuvimos que separar por falta de aire, pero eso no le impidió
besar mi cuello, haciendo un húmedo camino por toda la extensión de mi cuello.
-Emmett- le
miré con mucho deseo y él pasó su mirada de mis ojos a mis labios- Tenemos que
parar o no podré más tarde- dije con la poca fuerza de voluntad que me quedaba.
-Tienes
razón, eres demasiado irresistible como para poder parar a tiempo- me besó
rápidamente antes de bajar el jeep. Me abrió la puerta y pronto llegamos a la
puerta de entrada de la casa.
-¡¡Bella!!-
gritó Alice saltando del regazo de Jasper y éste me sonrió.
Yo le
sonreí y abracé a mi amiga con mucho cariño.
-Hola Ali-
le susurré.
-Hola
Bells, ¿qué tal estás?
-Ahora que
estás aquí conmigo, mejor- le dije sinceramente y ella apretó más el abrazo.
-Lo siento-
me dijo, pero ya no tenía lágrimas para soltar y afiancé más mi agarre.
Nos
separamos y Jasper me abrazó tiernamente.
-Lo siento
Bells- me besó en la frente- No te preocupes por nada, nosotros estaremos junto
a ti siempre- dijo con la tranquilidad que le caracterizaba.
-Gracias
chicos, gracias por pasar esto conmigo- les dije a los tres.
-No tienes
nada que agradecer pequeña- dijo mi osito besándome en la frente- ¿Qué te
apetece cenar?
-Lo que
quieras- dije sinceramente.
-Está bien-
dijo besándome nuevamente- ¿Jasper te quedas a cenar?
-Claro.
-Está bien,
Ali prepárale el baño a Bella, por favor- dijo antes de soltar mi mano y sonreírme
cálidamente. Yo le respondí con otra sonrisa y Alice me cogió la mano.
-Vamos
Bells, tengo un pijama estupendo para ti- Jasper rodó los ojos junto con Emmett
y yo solté una pequeña carcajada.
Estos nunca
cambiarían…
-Nosotros
nos encargaremos de la cena- dijo mi osito mirándome a los ojos.
-¿Vosotros?
¿Sabéis cocinar?- pregunté sorprendida.
-¿Cómo te
piensas que se han criado Alice y Edward?
Solté una
carcajada cuando Alice me soltó y avanzó hasta su hermano.
-Tú- puso
su dedo en el enorme pecho de Emmett- Solamente nos has tenido que dar de comer
un par de veces, nada más- dijo enfadándose.
-¿Te parece
poco?- dijo mi osito con una ceja alzada sin quitar su mirada sobre la mía. Yo
estaba aguantando la carcajada que amenazaba con salir…
-Emmett
Cullen no te pases de listo, que bastante tengo con arreglarte tu habitación-
dijo volviéndose hacia mi con una sonrisa triunfal. Yo la miré y ella me guiñó
un ojo divertida.
No pude más
y Jasper y yo soltamos la carcajada del siglo. Claro que segundos después, la
enana y mi osito comenzaron también a reírse.
Emmett negó
con la cabeza y se adentró en la cocina, no sin antes guiñarme el ojo burlón.
-Vamos
Bells- dijo Alice cogiendo mi mano y subimos al primer piso. Nos dirigimos
hacia la habitación de Alice y me preparó el baño rápidamente, dejando toallas
y mi famoso pijama con la ropa interior encima del mueble del baño.
Me duché
con agua hirviendo, necesitaba relajar todos mis músculos y dejé escapar
algunas lágrimas, que se dispersaban con el agua que caía sobre mi cara…
Necesitaba
esas lágrimas en este momento de soledad, era mi desahogo, ya que las retenía
cuando estaba delante de mi osito, no me gustaba verle triste…
Me puse la
ropa interior que me había dado Alice, no sé por qué pero ella esperaba que me
quedase a dormir, ya que el tanga y el pijama aun conservaban las etiquetas de
oysho, mi tienda favorita para pijamas y ropa interior…
-Alice-
salí del baño envuelta en una toalla con la ropa interior y el pijama en una
mano y con la otra me aguantaba la toalla del pelo.
-¿Si?- dijo
como una niña buena.
-Me hubiera
bastado un chándal viejo para dormir, no tenías que gastarte nada.
-No, tú te
lo mereces Bells- se levantó de la cama y se acercó a mí- Además lo tenía desde
la semana pasada, pensaba dártelo hoy de todas formas, por haber ganado el
concurso- me sonrió con cara de niña buena y me fue imposible negarme.
-Gracias,
no sé que haría sin vosotros- la abracé fuertemente y ella me besó en la
mejilla con una sonrisa.
-Vamos,
póntelo, estoy segura que a mi hermanito Emmett le encantará- dijo guiñándome
un ojo y yo dejé caer la toalla de mi pelo ante la impresión…
¿Cómo…cómo
lo sabía?
-¿Có…como
sabes tú…?- no pude seguir.
-Bella, no
soy ciega, a leguas se puede ver vuestro amor- dijo cogiendo al toalla del
suelo que se me había caído- Aunque estoy un poco molesta porque no me has
contado nada, ¿cómo a sucedido? Y ¿Edward?- dijo interrogándome por completo…
Ahí vamos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios son la base inicial que todo escritor necesita para que su inspiración fluya. Tu opinión es muy importante para mí.
Por favor, ¡NO TE VAYAS SIN COMENTAR!