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TE ENCONTRÉ.
Disclaimer: Todos los personajes
pertenecen a la maravillosa escritora S. Meyer. Yo solo juego con ellos y hago
lo que mi imaginación me dicta.
Raiting: T
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¿Qué pasaría si
Jasper no fuera un Cullen? ¿Y si Alice lo amará antes de conocerlo siquiera?
Capítulo 1.
Alice pov.
Toda mi familia y yo nos
preparábamos para la gran batalla. Una batalla que sería muy difícil de vencer,
pero no sería imposible.
-¿Has vuelto a ver algo más
Alice?- me preguntó Carliste, cortando el hilo de mis pensamientos.
-No papá, no he visto nada
más- le dije apenada, ése era mi don, ver cualquier cosa que pasaría en un
futuro, aunque el futuro fuese impredecible, nos afectase o no, en este caso
una amenaza y ni siquiera era capaz de decirles lo que nos esperaba.
-Alice, hija, no te
preocupes, sabemos lo suficiente para enfrentarlos- me dijo Carliste
acariciándome la mejilla y sonriéndome.
-Lo sé papá, pero si pudiera
ver más, todo sería más fácil.
-Alice no es nuestra primera
batalla, ni creo que sea la última, siempre hemos ganado, esta no va a ser
diferente- dijo Edward sabiamente. Era la verdad, habíamos luchado muchas veces
y nunca habíamos sido derrotados, pero tenía un mal presentimiento.
En ese momento tuve una
nueva visión. En ella veía a un vampiro hermoso, claro cómo no, pero este se
veía diferente, se veía que era un vampiro civilizado y sereno, nada que ver
con los neófitos que querían matarnos, matarnos para arrebatarnos nuestras
tierras. Era una época bastante dura. Casi todos los vampiros creaban un
ejército de neófitos para luchar. Para ser más fuertes y crear un imperio aún
mayor.
Ese vampiro era rubio y de
una complexión fuerte, no tan fuerte como Emmett, pero sí más fuerte que
Edward. Era perfecto. Las imágenes pasaron muy deprisa, como siempre, y me
horroricé con lo que vi en ellas. Ese vampiro estaba instruyendo a lo que
parecían ser neófitos, exactamente cien neófitos. Estaban en una especie de
explanada de aparcamientos gigante. Les estaba enseñando tácticas de lucha. En
ese instante, apareció ella, María, el vampiro más sanguinario nunca antes
visto, sus tácticas eran letales, no habíamos visto una cosa así desde James.
James fue un vampiro que intentó matar a mi casi hermana Bella, la rastreó y
casi la mata.
María era ambiciosa, lo
sabíamos gracias a Edward, ya que él, le había leído sus pensamientos una vez
que estuvo cerca de nuestra casa, siempre se quedaba lejos pero la contemplaba.
La idea de María era
vencernos para quedarse con nuestra residencia y de ese modo hacerse más
fuerte. Siempre era lo mismo, pero con María al mando, esta vez sería
diferente. Había decidido venir mañana a nuestra casa para aniquilarnos a
todos, se lo estaba susurrando al tal Jasper, ese vampiro tan sereno, el cual
asintió sin un ápice de contemplación.
-María- dijo Edward
mirándome con preocupación.
-¿María?- dijo Carliste
mirándome dudoso.
-Sí, María está formando el
ejército- le dije intentando ver otra visión.
-Estupendo, pues lucharemos-
dijo Emmett como siempre con ganas de pelear.
-No podemos ir a la ligera,
tenemos que pensar nuestra táctica- dijo Carliste mirando a Emmett.
En ese momento entraron
Bella y Nessie junto a Jacob.
-Hola mi amor- dijo Edward
acercándose a Bella y dándole un beso en los labios. Su amor destilaba mucha
envidia, sobre todo por mi parte, nunca había tenido a nadie a mi lado, una
familia sí, pero no el amor de un compañero.
-Ven aquí duendecillo- me
dijo Edward abrazándome, él era el único que sabía lo que yo estaba sufriendo a
causa de no tener a nadie a mi lado.
-Tita Ali, ¿vienes conmigo a
jugar?- me dijo mi preciosa sobrina sonriéndome.
-Claro mi amor- le dije
cogiéndole de la mano y llevándomela a su habitación.
Estuve con Nessie como tres
horas jugando, hasta que sus ojitos se cerraron por el cansancio y yo bajé
hacia el salón, donde estaba toda la familia reunida, Jacob también se
encontraba.
-Alice hemos estado pensando
todos y hemos llegado a una conclusión- dijo Carliste cuando yo me hube
sentado.
-¿Y qué es Carliste?- le
dije mirándole a los ojos, intentando descubrir de qué se trataba.
-Iremos mañana al
claro que hay a unos kilómetros de aquí, nos encontraremos con ellos a medio
camino, no lo esperaran y será mucho más fácil- me dijo Carliste
civilizadamente- pero tú te quedarás aquí con Nessie, la protegerás tú y sólo
tú, Bella y Edward tienen que ir a la batalla, necesitamos de sus poderes. Los
lobos están de nuestro lado, será sencillo- cuando oí esto me levanté a
velocidad vampírica y encaré a Carliste.
-Carliste no puedes estar
hablando enserio. No puedo quedarme aquí, me necesitaréis si cambian de planes-
le dije nerviosa.
-No Alice, tú te quedarás y
Edward tendrá línea directa con tus pensamientos- me dijo intentando
tranquilizarme.
-Carliste no es que dude de
mis habilidades, pero ¿me dejaréis a Nessie a mí sola?- le dije incrédula, pues
Bella y Edward, incluido sobre todo Jacob, eran muy sobreprotectores con ella y
nunca iban sin ella a ningún lado.
-Ali hazlo por mí por favor-
me dijo Bella acercándose a mí- Eres la mejor opción cariño- me dijo Bella
abrazándome y yo le devolví el abrazo- No quisiera que Nessie corriese ningún
peligro.
-Está bien Bells.
-Alice hemos pensado en la
idea de que podrías irte con Nessie fuera del Estado para que no corráis ningún
peligro, pero la batalla tendrá lugar en un sitio alejado de aquí y necesitamos
de tu don para poder luchar. Por lo que os quedaréis aquí y bajo ningún
concepto saldréis y menos Nessie, ya sabes que es muy testaruda- dijo Carliste
mirando a Bella, ésta rió y todos le seguimos, aligerando un poco el ambiente.
-Está bien me quedaré con mi
preciosa sobrina, no podría dejarla sola ni un solo segundo- eles dije a todos.
Era la verdad, desde que Nessie nació, esta casa estaba más feliz que nunca. Yo
la quería con todo mi ser, nadie le haría absolutamente nada.
-Iré a la reserva a ultimar
los últimos detalles con Sam y el resto de la manada- dijo Jacob levantándose
del sofá y dirigiéndose hacia la habitación de Nessie. Siempre hacia lo mismo y
a nosotros no nos molestaba, estábamos más que acostumbrados que un licántropo
fuera a sus anchas en una casa llena de vampiros.
-Juro que cualquier día
mataré a ese chucho- dijo Edward intentando levantarte para ir hacia la
habitación de su hija, pero Bella fue más rápida y agarró su brazo y lo volvió
a sentar.
-Edward, no te preocupes,
Jacob sabe muy bien lo que hace- le dijo acariciándole el brazo- No querría ver
a un vampiro enfadado defendiendo a su hija ni en sus peores pesadillas- le
dijo Bella besándole la mejilla- Ya tuvo algo de mi genio cuando la llamó
“Nessie” por primera vez delante de mí- le dijo Bella con una sonrisa malvada.
Todos estallamos en carcajadas, pues aún recordábamos ese día y nunca se nos
olvidaría.
Flash Back.
Era el cuarto día del
nacimiento de Reneesme y Bella estaba despertando. Todos estábamos expectantes
por un nuevo miembro en nuestro aquelarre, sobre todo tratándose del amor de mi
hermano Edward, de la hija siempre esperada de Esme y Carliste y por supuesto
una hermana para Emmett, Rosalie y yo.
Bella abrió sus ojos por
primera vez en esta nueva vida y nos dejó atónitos. Se levantó a velocidad
vampírica y la observamos. Estaba absolutamente preciosa, su aspecto había
cambiado bastante y se notaba más aún cuando el físico de los últimos días de
su vida humana era un horror.
Nos miraba sin ningún
destello de furia en sus ojos, más bien todo lo contrario, nos miraba con amor,
con mucho amor. Edward se acercó y ella no retrocedió.
-Bella, cariño- le dijo
Edward maravillado, al igual que todos, por su comportamiento tan sereno, nada
que ver con los neófitos normales.
-Edward- suspiró Bella y fue
acercándose aun más hasta llegar a mi hermano y se fundieron en un precioso
beso.
-Dios Bella tienes que
controlarte, me estas estrujando- dijo Edward y todos rieron, al igual que
ella.
-Lo siento- dijo Bella
apenada y hay nos miró a todos por primera vez. Nos miraba con adoración y en
ningún momento resultó una amenaza para nadie. En ese momento lloró Nessie y su
corazón palpitaba muy deprisa por el llanto. Bella miró a Edward.
- Es mi niña, ¿verdad?- le
dijo a mi hermano y él asintió- Quiero verla.
-No creo que sea conv…- le
comenzó a decir mi hermano pero yo le interrumpí.
-Claro Bella, ven- le dije
ofreciéndole mi mano y todos se me quedaron mirando atónitos. Bella no dudó ni
un instante en coger mi mano y las dos descendimos al piso inferior. Todos nos
seguían de cerca dudosos y preparados para lo que pudiera pasar.
Bella me soltó y se quedó
quieta. Cerró sus ojos y seguro estaba intentando controlar la quemazón que le
producía la ponzoña en su garganta. Era increíble como un neófito de tan solo
unos minutos podía hacer eso, pero era Bella, nunca sabías lo qué esperar de
ella.
-Bella, ¿te encuentras bien
como para seguir?- le susurré y sabía que lo escucharía a la perfección, como
todos los vampiros que nos encontrábamos en la sala.
-Sí, Alice, sólo me molesta
un poco, pero quiero ver a mi preciosa niña ya- me dijo sonriendo.
-Claro, se parece mucho a ti
Bella- le dije poniendo una mano mía en su espalda y la otra en su brazo,
previniendo cualquier cosa.
-Alice no me hagas sentir
una asesina de niñas preciosas con tu agarre- me dijo y todos quedamos más
atónitos aún. Era increíble. No pudimos más que reírnos.
Bella estaba a escaso dos
metros de Reneesme y en ese momento Jacob se volvió hacia nosotros, pues estaba
de espaldas cargando a la niña.
-¿Bella?- dijo Jacob dudoso.
-¿Quién más sería Jake?- le
dijo sonriéndole- Dios mío, es preciosa- dijo Bella mirando a su hija con
adoración.
-Ni se te ocurra acercarte a
mi Nessie- No podía ser cierto, ¿de verdad Jacob Black se había atrevido a
decirle eso a un neófito de tan sólo unos minutos?
-¿Qué acabas de decir Jacob
Black?- le dijo Bella soltándose de mi agarre con facilidad. Edward en ese
momento cogió a Reneesme en un abrir y cerrar de ojos y se colocó detrás de
nosotras con la niña en sus brazos, protegiéndola y con una sonrisa ladina en
sus labios. ¿Pero qué le estaba pasando a este vampiro por la cabeza? No era
una situación para reír.
-Jacob más vale que corras y
sé rápido- le dijo Emmett a Jacob y en ese instante me volví a encarar a esos
dos. Todos estaban sonriendo de una manera malvada, ¿estaba yo volviéndome
loca?
-Pero, ¿qué pasa?- le dijo
Jacob a todos nosotros y en ese momento Bella soltó un rugido escalofriante. Ya
sabía el por qué todos los vampiros de esta casa se estaban riendo, era lo que
deseaban y sobre todo Edward, querían que Bella destrozase a Jacob.
-¿Estáis locos? Lo va a
matar, por Dios- le dije a todos los vampiros allí presentes, Carliste y Esme
dejaron de sonreír, Esme seguro por su decoración y Carliste por tener que
curar a Jacob, la verdad que la escena no podía ser más graciosa. Rosalie,
Emmett y Edward sonreían de oreja a oreja, incluso Reneesme estaba chocando sus
palmitas.
-Jacob Black corre- le dijo
Bella a un Jacob muerto de miedo. En un pestañeo los dos estaban afuera y claro
cómo no, Bella no tardó ni un segundo en cogerlo por la camiseta y lanzarlo
hacia un enorme árbol, éste crujió junto con la espalda de Jacob.
Todos salimos hacia el
exterior y Emmett y Edward estaban estallando en carcajadas junto co Rosalie,
estaban locos estos tres.
Bella lo cogió de nuevo y lo
tiró al suelo con una brusquedad increíble.
-No vuelvas a llamar a mi
niña “Nessie”, ¿te crees que es el monstruo del lago Ness?- le dijo Bella fuera
de sí. En ese instante todos soltamos una sonora carcajada que hasta Bella se
volvió hacia nosotros con una ceja alzada y dejando al pobre Jacob quejándose
de dolor en el suelo.
Fin Flash Back.
Aún nos reíamos del pobre
Jacob, pero ya lo considerábamos como uno más de la familia.
-Voy a ir con Rosalie a
cazar, ¿quién viene?- dijo Emmett seguro pidiendo al cielo que nadie lo
acompañara.
-No vamos a ir con ustedes,
tranquilo Emmett- dijo Edward, sabiendo sus pensamientos obscenos con Rosalie-
No quiero ser partícipe de vuestros encuentros.
-Oh, vamos hermanito, si tú
y Bella sois peores que yo y Rosalie- le dije Emmett con una sonrisa pintada en
el rostro. De verdad que a veces Emmett debería cerrar su bocota…
-Emmett Cullen te doy un
segundo para que salgas en este mismo instante de esta casa- dijo Bella
acercándose amenazadoramente hacia Emmett.
-Ehh, ¡Adiós chicos!- dijo
Emmett cogiendo a Rosalie del brazo y corriendo hacia el bosque. Yo no pude más
que reírme junto con Edward. Emmett entendía a la perfección a Bella, desde que
le ganó el pulso que echaron los dos cuando Bella tan sólo tenía dos semanas en
esta nueva vida.
-Yo me voy a cazar, ¿alguien
se viene?- les pregunté a todos los que estaban en la sala conmigo.
-Ali yo voy contigo, Edward
se quedará con Reneesme- me dijo Bella- Adiós mi amor, no tardaré- le dijo a
Edward besándole en los labios.
-Tened cuidado- nos dijo
Edward y nos encaminamos hacia el otro lado del bosque por el que habían ido
Emmett y Rosalie.
-Ali estás muy pensativa,
¿qué pasa?- me dijo Bella cuando saltamos el río en busca de la manada de
ciervos.
-Pues es obvio Bella, la batalla
me tiene preocupada, tengo un mal presentimiento- le dije parándome en seco al
igual que ella.
-Tonterías Alice, sabes que
siempre habéis salido vencedores de todas, esta no tiene por qué ser diferente-
me dijo muy segura.
-Es que, verás- le dije sentándome
en una roca y ella me siguió- He tenido una nueva visión, justo cuando tú,
Nessie y Jacob estabais entrando en casa- le dije recordando todas la
imágenes tan horribles que había visto.
-Bueno Ali, eso es
fantástico, ya sabemos muchas cosas de ellos y si ves sus decisiones sería
perfecto para aniquilarles.
-No es eso, verás, en esa
visión decidieron que vendrán mañana para atacarnos y quién es la partícipe de
todo, como ya sabes, es María, pero tiene un segundo al mando que me tiene en
ascuas- le dije pensativa.
-¿Un segundo al mando? ¿su
conejillo de indias?- me dijo acertando de lleno y yo asentí- Bueno le esperará
el mismo destino que a María- me dijo segura.
-¡No!- le dije fuera de mis
casillas y levantándome bruscamente de la roca, provocando que esta se hiciera
añicos.
-Ali relájate por Dios, no
es más que un vampiro sanguinario al igual que María, ¿por qué te pones así?-
me dijo mirándome a los ojos- Oh, no, espera Ali, hay algo más de lo que me
cuentas ¿verdad?- dijo Bella y de nuevo acertando. Me acerqué a ella y le
abracé fuertemente y ella me lo devolvió.
-Bells, creo que me estoy
enamorando de ese vampiro- le dije sollozando- Intento evitar que Edward se
entere, porque si lo hace me dirá que es un pensamiento suicida, pero es lo que
siento Bells, es lo que siento- le dije agarrándome más fuerte a ella.
-Ali no te preocupes, la
verdad es un pensamiento suicida, pero escúchame, ¿Cuál ha sido tu última
visión con él?- me dijo deshaciendo el abrazo y poniendo cada mano a cada lado
de mi cara.
-Pues él y yo estábamos en
una playa desierta, besándonos acostados en la orilla del mar. El agua era
cristalina y la arena blanca, todo era precioso. Los dos estábamos desnudos
Bells, besándonos y acariciándonos- le dije recordando cada detalle de la visión.
-¿Sabes qué? Yo no soy nadie
para juzgarte, y si quizá ¿el destino os depara un futuro juntos? Sería
perfecto Ali, es lo que tú necesitas cariño- me dijo Bella abrazándome de
nuevo- Quizás el sea un hombre bueno y la malvada María lo tenga ciego por sus ambiciones-
esto último me lo dijo con una seguridad increíble, pues era lo que Victoria
había hecho lo Riley, exactamente lo mismo, ¿y si tuviera razón?- Pero tienes
que prometerme que irás con mucho cuidado Alice Cullen, no quiero perderte y
antes tendrás que sabes el por qué está en el bando de María y te queda muy
poco tiempo para saberlo y ni se te ocurra ir donde están ellos, porque
entonces me veré obligada a contarle todo a Edward- me dijo señalándome con un
dedo.
-Lo juro, yo tampoco quiero
perderos a ninguno de vosotros y gracias, me has servido de mucha ayuda Bells-
le dije besándole sus mejillas- Pero por favor, no quiero que le digas nada a
Edward, ya sabes cómo se pone- le dije mirándole a los ojos.
-Te lo prometo, Edward no se
enterará pos mis labios- me dijo sellando este secreto conmigo. Nos dirigimos
hacia una nueva manada de ciervos, esta parecía que olía mejor que la otra.
Nos dejamos llevar por
nuestro instinto y cada una se fue al animal que más le apetecía, Bella se fue
por la parte norte y yo por la parte sur, así ningún animal tendría salida.
Después de saciarnos con al menos diez animales cada una, decidimos volver a
casa.
El camino a casa fue en un
cómodo silencio, no hablamos de nada y llegamos en tiempo récord.
-Mami- le dijo Nessie a
Bella.
-¿Qué pasa mi amor?- le dijo
Bella cogiéndola en brazos.
-No quiero que tú y tía Ali
estéis por ahí solitas de noche- dijo mi sobrinita casi llorando.
-No te preocupes pequeña, tu
tía Ali y yo somos muy fuertes y sabemos defendernos, pero te prometo que no
nos volveremos a ir de noche, ¿vale?- le dijo limpiando las lágrimas de sus
mejillas con una delicadeza extrema.
-Ya se lo he dicho yo a esta
brujita pero no me hace caso- nos dijo Edward encaminándose hacia su mujer y su
hija- ¿Qué tal os ha ido?
-Muy bien- le dijo Bella y
ella me miró a mí y me guiñó, yo sólo le sonreí.
-Nessie, cariño, tenemos que
decirte algo muy importante, no quiero que me interrumpas, escucha todo y
después dirás lo que tengas que decir ¿vale mi amor?- le dijo Edward a la niña
y ésta asintió levemente.
-Papá, mamá, Emmett, Rosalie
bajad por favor- les llamó Edward y en medio segundo todos estaban sentados en
la sala. Yo me senté en la alfombra con mis piernas cruzadas, como siempre-
Hija, mañana tu mamá, tus abuelos, tus tíos y yo iremos a un sitio en el que tú
no nos puedes acompañar, te quedarás con la tía Ali aquí y bajo ningún concepto
debes salir de casa. Quiero que te portes como una niña grande, como lo que
eres, ¿está bien mi amor?- le dijo Edward con mucha dulzura.
-Sí, papi, me portaré muy
bien con la tía Ali y no saldré de casa- le dijo la niña sonriendo- Tía Ali,
¿jugarás conmigo mañana a las muñecas?- me preguntó mi sobrina bajándose de las
piernas de Bella y acercándose a mí.
-Claro mi vida, a las
muñecas y a lo que quieras- le dije sonriéndole y levantando mis brazos para
poder cogerla. Vino corriendo hacia a mí y me abrazó con sus pequeños bracitos.
-Te quiero tía Ali- me dijo
mi hermosa sobrina besándome la mejilla derecha. Era un ángel.
-Muy bien señorita, es hora
de dormir para que mañana llegue rápido y puedas jugar con tía Ali a las
muñecas- le dijo Bella levantándose del sofá y cogiendo a su hija en brazos.
Edward las siguió.
-Alice no te tengo que decir
nada más cariño, simplemente ten mucho cuidado- me dijo Carliste besándome en
la frente- Tu madre y yo iremos de caza ahora.
-Emmett Cullen ni se te
ocurra destrozarme la casa con tus videojuegos o simplemente con tus encuentro
sexuales, porque de los contrario te tendrás que comprar una casa con tu sudor
para poder vivir, porque papá no te dará ni un centavo y no serás bienvenido en
esta casa- le dijo mamá muy seria, pues la última vez, mamá y yo tuvimos que
comprar casi la casa entera de nuevo y volver a decorarla por su culpa. Eso le
dolió bastante a mamá.
-Sí, mi sargento- le dijo
Emmett con un saludo militar.
-Muy bien mi amor, ahora
dame un beso- le dijo mamá señalando su mejilla. Papá y yo nos miramos y
estallamos en carcajadas. La escena no podía ser más graciosa, Emmett con lo
grande que era temiéndole a una mujer más bien bajita y dándole un beso en la
mejilla con mucho miedo.
-No querrías ver a tu madre
enfadada…- me susurró papá en el oído.
-Te he escuchado Carliste
Cullen- le dijo mamá seria de nuevo y papá y yo nos miramos con cara de horror.
-Ven aquí pequeña- me dijo
mamá y yo fui corriendo hasta ella y la abracé, la abracé como nunca lo había
hecho, no era mi madre biológica pero se le asemejaba mucho. La amaba con todo
mi ser.
-Ten cuidado mami- le dijo
con mucho cariño.
-Siempre mi amor- me dijo
dándome un beso en la frente y después cogió a papá del brazo y se encaminaron
los dos hacia el bosque.
-Yo me fui a darme un baño
relajante. Pasaron horas y horas y en mi cabeza sólo estaba su perfecta cara
mirándome con esos ojos color carmín, estaba empezando a amarlo, lo sabía, pero
antes tenía que conocerlo como dijo Bella, no podía fiarme y más siendo el
enemigo.
Me salí del jacuzzi y me
envolví en una toalla. Me vestí con una falda preciosa de cuadros en rosas y
marrones, cogí una camisa de mi armario, ésta era de Giorgio Armani, tenía dos
tonos de marrones, en claros y en oscuros, era perfecta para esa falda y remate
mi atuendo con unos preciosos tacones marrones, igualando el tono de la camisa.
Me maquillé suavemente, me peiné y me dirigí hacia la habitación de mi pequeña
sobrina.
-Hola mi amor, ¿dormiste
bien?- le dije abriendo las cortinas de su cuarto para que entrara claridad.
-Sí, tía Ali- me dijo
restregándose sus ojos con sus manitas.
-Me alegro, hoy te
vestiré como yo cariño, ¿te gusta?- le dije dándome una vuelta delante suya
para que me viera bien.
-Sii, tía Ali, me gusta
mucho- me dijo saltando de alegría en la cama.
-Muy bien señorita, antes a
la ducha y después te vestiré preciosa- le dije cogiéndola en brazos y
llevándomela hacia su cuarto de baño, llené la bañera con agua calentita y la
metí dentro cuando le hube quitado toda la ropa.
Terminé de bañarla y comencé
a secarle su pequeño cuerpecito, la peine y comencé a ponerle la ropa. La falda
le quedaba espectacular y la camisa genial, terminé poniéndole unas manoletinas
con un lazo precioso.
Le sequé el pelo y le puse
una cinta rosa, igualando con los cuadros de la falda, estaba realmente
preciosa.
-Ya está señorita, estas
preciosa- le dije cogiéndola para que se viese en el espejo con facilidad.
-Soy igual de guapa que tía
Ali, soy igual de guapa que tía Ali- decía mientras bailaba por todo su cuarto,
yo solo pude sonreír.
Bajamos al salón, donde nos
esperaban todos. Nos miraron y sonrieron.
-Vaya, vaya, pero si es la
niña más hermosa que he visto en toda mi vida- le dijo Emmett a Nessie y esta
se sonrojó abrazando a su tío- No sé por qué pero ese rubor me suena de
alguien- dijo Emmett mirando a Bella y ésta le sonrió.
-Ven aquí mi niña- le dijo
Bella abriendo sus brazos hacia su hija y ésta corrió hasta su madre y la
abrazó.
-Pórtate bien mi amor,
nosotros tardaremos unas horas- le dijo Edward abrazando a su hija por la
espalda en los brazos de su mujer.
-Sí, papi me portaré muy
bien, lo prometo- le dijo Nessie dándole un beso a Edward en la mejilla.
-Mi vida ven con la abuela-
le dijo Esme y la niña se bajó de los brazos de su madre y se dirigió hacia su
abuela.
-Te quiero abu- le dijo
Nessie a Esme y Carliste se les acercó.
-Oye me voy a poner celoso,
¿no hay nada para el abuelo?- dijo Carliste fingiendo celos. La niña le echó
los brazos a Carliste y éste la cogió encantado.
-A ti también te quiero
mucho abu- le dijo la niña abrazándolo por el cuello. La escena era digna de
fotografiar y así hice, siempre tenía mi cámara a mano. No me pude contener en
este momento y les eché una foto a todos. Bella y Edward estaban sonriendo de
una manera muy tierna mirando a su hija cómo abrazaba a su abuelo y besaba por
detrás la mejilla de su abuela. Emmett y Rosalie estaban también mirando a la
niña con una sonrisa pintada en el rostro. Era una fotografía preciosa.
-Muy bien cariño ven con la
tía Ali, que te daré de desayunar y jugaremos a las muñecas, ve la cogerlas a
tu habitación mi amor- le dije para quedarme a solas con toda la familia.
-Vale- dijo la niña
emocionada y mirándonos a todos por última vez hasta que desapareció por las
escaleras.
-Alice cuídamela por favor,
es todo para mí- me dijo Bella aguantando sus sollozos.
-No te preocupes Bella, la
cuidaré como si fuese mi hija- le dije abrazándola.
-Hermanita ten mucho cuidado
y lo que sea nos avisas, lo que sea- me dijo Edward dándome un beso en la
mejilla.
-Mi vida cuídate mucho- me
dijo mamá sollozando.
-Tranquila mamá, sé cuidarme
sola, la que tienes que tener cuidado eres tú- le dije besándole sus mejillas.
-Alice volveremos tan pronto
como podamos- me dijo papá abrazándome.
-Enana cuida bien de mi
sobrina y no hagas novillos- me dijo Emmett dándome un abrazo de oso y como
siempre aligerando el ambiente, porque todos soltamos una sonora carcajada por
otra de sus ocurrencias.
-Lo haré osito- le dije
besándole en la mejilla.
-Ali cariño, ten mucho
cuidado con esa enana, la queremos demasiado al igual que a ti- me dijo Rosalie
abrazándome como nunca lo había hecho.
-Seguro- le dije
devolviéndole el abrazo.
En pocos segundos se fueron
hacia el claro, todos tenían caras tristes pero había una fortaleza en ellos
nunca antes vista. Yo también estaba muy, pero que muy triste por todo esto,
tan sólo pedía que ninguno de ellos resultase herido, era lo que más deseaba.
Ni siquiera me di cuenta que
mi sobrinita había bajado ya, hasta que me puso las manos muy cerca de mi cara.
-¿Tía Ali?- me dijo un poco
asustada.
-Dime mi amor.
-Te estaba llamando pero no
me contestabas- me dijo preocupada.
-No te preocupes, estaba
pensando- le dije sonriéndole para tranquilizarla- Ahora vamos a por tu
desayuno princesa- le dije cogiéndole la mano y dirigiéndome hacia la cocina.
Nessie se alimentaba de dos maneras, con sangre y con comida humana. La sangre
le hacía crecer más rápido y la necesitaba de vez en cuando, pero casi siempre
comía comida humana.
Le preparé un biberón con
cereales y se lo di. Era muy grande para muchas cosas, pero aún prefería sus
biberones.
Estuvimos un rato con su
desayuno y nos fuimos hacia el salón para jugar con las muñecas.
Había pasado casi tres horas
desde que se fueron. Estaba muy preocupada, pues no sabía que estaba pasando
allí. En ese instante mi mente se inundó con una nueva visión.
El tal Jasper estaba
acechando algo, no parecía que estuviera en la batalla, pues no había ningún
otro vampiro con él. Su cara era de puro dolor y arrepentimiento y si no fuera
un vampiro, podría decir que estaba llorando.
Saltó un río demasiado
conocido para mí, era el río que estaba detrás de nuestra casa.
No podía ser, no podía estar
pasando. Jasper nos estaba acechando a Nessie y a mí, pero no lo veía como una
amenaza, más bien como una advertencia de algo, ¿qué estaría haciendo aquí? Y
más aún ¿cómo había pasado desapercibido por Edward? No entendía nada.
Miré hacia abajo y mi
pequeña sobrinita estaba dormida en mis brazos, sin pensarlo dos veces la cogí
en brazos y pensé, pensé como nunca en toda mi existencia hacía pensado. No
podía salir de casa, sería un blanco fácil y si me quedaba aquí no tendría
escapatoria y más con una niña humana en mis brazos. Se desataría su instinto y
podría matar a mi pequeña y eso nunca lo permitiría.
Apareció en mi cabeza una
idea brillante. Dejaría a Nessie en el sótano de la casa, allí jamás la podría
oler y jamás le podría oír los latidos de su corazón, pues había muchos metros
de tierra y la habitación era totalmente blindada, allí era donde Emmett y
Rosalie tenían sus encuentros sexuales para que nadie los pudiese escuchar y
funcionaba.
Con ese pensamiento corrí
como nunca antes lo había hecho y me encaminé hacia el sótano de la casa.
Desperté a Nessie para decirle que la dejaría aquí y que no hiciera ningún
ruido.
-Mi amor escúchame bien, no
puedes hacer ningún ruido aquí abajo- le dije mirando sus ojitos brillantes por
las lágrimas que amenazaban con salir- Yo iré arriba a ver a un hombre que no
sé si será bueno o malo, pero por favor no puedes hacer ningún ruido mi vida,
vendré muy pronto, ni siquiera te darás cuenta de que me he ido, ¿confías en
mí?- le dije abrazándole su pequeño cuerpecito. Su cuerpo temblaba ligeramente
a causa del llanto- No llores mi vida, eres una niña grande y podrás hacerlo,
¿está bien?- le dije acercándome más a ella, como si eso fuera posible- la
aparté un poco de mi cuerpo y la miré a los ojos. Estaban llenos de lágrimas,
pero poco a poco se fue tranquilizando y por fin habló.
-Tía Ali me tienes que
prometer que vendrás pronto, por favor, tengo mucho miedo- me dijo mi niña
muerta de miedo y abrazándome de nuevo.
-No te preocupes princesa,
pronto estaré aquí, intenta dormir ¿sí?- le dije y ella asintió.
Me fui hacia la puerta y le
mandé un beso imaginario con mi mano y ella hizo lo mismo. Me dolía en el alma
dejarla solita en ese lugar, pero no tenía opción, tenía que entretenerlo y
saber de una vez quién era ese hombre y cómo se había atrevido a venir aquí sin
que nadie se lo hubiese impedido.
Cerré todas las puertas del
sótano, a Nessie nunca le podría pasar nada si hacía lo que yo le había dicho.
Me senté en el sofá como si
fuese lo más normal del mundo y pronto, muy pronto para mi gusto, llegó a mis
fosas nasales un olor muy dulce. Era un olor exquisito, olía a pino y a lavanda
con un toque de caramelo, era perfecto, era él…
Me levanté de un salto del
sofá y lo esperé.
Mis visiones no le habían
hecho justicia, era más que guapo, era hermoso. Llegó a la puerta y con una
delicadeza extrema la abrió sin siquiera romperla, era increíble, era una
amenaza y no debería de ir así de sereno a caso del enemigo.
Cuando pasó por la puerta,
seguro notó mi presencia y alzó la mirada. Me perdí en esos pozos rojizos, me
miraba con tal intensidad que tuve que apartar la mirada y volver a mirarle, no
me podía permitir que mis sentimientos me jugasen malas pasadas en una
situación como ésta.
-¿Quién eres y qué estás
haciendo aquí?- le dije un poco aturdida, veía como mis músculos se relajaban
al instante el contra de mi voluntad, ¿qué me pasaba?
-Soy Jasper y tú deber de
ser una integrante de este gran aquelarre, ¿no es así?- me dijo muy seguro.
-No has contestado a mi
última pregunta- le dije desafiante.
-Ni tú a la mía- me dijo
sinceramente.
-No te importa quién soy- le
dije mirando de nuevo a sus ojos.
-Yo creo que si te importa,
tu estado de ánimo me dice que te pongo nerviosa, ¿es cierto?- me dijo con una
sonrisa ladina, ¿cómo coño sabía eso él?
-Te equivocas- le dije
convincente.
-Oh, yo creo que voy muy
bien encaminado- a pesar de su altanería, no me parecía una amenaza en
absoluto.
-¿Qué pasa? ¿Ya te cansaste
de ser el perrito faldero de María?- cuando le dije eso se quedó de
piedra. Me miraba como si fuera un fantasma.
-¿Co…como sabes tú eso?- me
dijo nervioso.
-Ahora creo que el que está
nervioso eres tú- le dije my segura de mis palabras. En ese momento avanzó
hacia mí de una manera muy espeluznante y le gruñí en respuesta, poniéndome en
posición de ataque. Él dejó de avanzar hacia mí viendo la amenaza y de nuevo mi
cuerpo se relajó de inmediato, era como una fuerza sobrenatural que hacía que
estuviera a merced de todo mi cuerpo. Era una sensación demasiado extraña.
-Dime cómo sabes tú eso- me
dijo con pena en su voy y por primera vez me dio mucha lástima.
-Simplemente lo he visto- le
dije revelándole más información de la cuenta y maldije entre dientes.
-¿Qué lo has visto? ¿Cómo?-
me dijo avanzando de nuevo hacia mí, esta vez no pude tensar mis músculos pues
estaban a merced de esa fuerza sobrenatural y sólo pude gruñir- Tranquila, no
voy a hacerte daño- y no sé por qué dejé de gruñir, aceptando que el avanzara
hacia mí. Estaba a medio metro de mí- Eres muy hermosa- me dijo acariciándome
la mejilla y yo cerré los ojos automáticamente. Se sentía demasiado bien, pero
tenía que ser fuerte, no dejarme manipular por él.
-Sí lo he visto, puedo ver
el futuro- le dije para que se impactara un poco.
-Me encanta, tienes un don,
es muy útil, yo también tengo otro, puedo controlar el estado de ánimo de
cualquier persona- me dijo acercándose más a mí. ¿Por qué me contaba todo eso?-
Tu hermano Edward me mandó hacia aquí Alice- me dijo sonriéndome. Qué bien
sonaba mi nombre en sus labios- para decirte que la batalla está terminada, que
los Vulturis vienen para ver el desastre de la batalla y me ha dicho que
confíes en mí.
-¿Qué Edward qué?- le dije
atónita- Pero si eres el enemigo, ¿cómo te iba a mandar aquí?- le dije muy
intrigada, esto era de locos.
-Verás, anoche escuché como
María hablaba con otro vampiro diciéndole que los neófitos e incluso yo,
serviríamos de carnada para vuestro aquelarre y así ella vencería y a mí me
daría una patada. Yo le resultaba muy útil, por mi don de controlar las
emociones, a los neófitos los tenía a su merced- me dijo muy apenado- Me
arrepentí de inmediato de lo que le haríamos a tu aquelarre y partí yo solo
hacia aquí. Me encontré a todo tu aquelarre en aquel claro esperándonos y olí a
nuestros enemigos naturales, a unos licántropos. Me puse bastante nervioso,
pero enseguida el tal Edward leyó mis pensamientos y supo que no era una
amenaza. De ese modo le expliqué a todos los demás las tácticas que teníamos
preparadas y muy pronto vencieron fácilmente. La mujer de Edward, Bella creo,
mató a María con facilidad, nunca he visto a un vampiro con cara de ángel y que
a la hora de matar fuese así de letal, pero como ya sabes las apariencias
engañan- me dijo guiñándome un ojo y yo le sonreí- Aunque eso era antes de
venir a esta casa, ahora he visto a dos vampiros con cara de ángel que pueden
resultar letales a la hora de defender lo que es suyo- yo no pude más que
apartar mi mirada.
En ese momento llegaron
todos. Tenían las ropas rasgadas y sus caras con algunos arañazos. Me dio tanta
alegría verlos que corrí hacia ellos y los abracé uno a uno.
-¿Dónde está mi bebé,
Alice?- me dijo Bella con cara de horror.
-Dios, mi pequeña- le dije y
salí pitando hacia el sótano. Nessie dormía profundamente, era todo un
angelito. La cogí en brazos y le dije a Bella con la mirada que esperase, ella
asintió y me siguió en silencio.
Llegamos a la sala y todos
nos miraban expectantes.
-No podía arriesgarme a que
le pasara algo. Tuve una visión en la que Jasper vendría y no lo pensé dos
veces y la llevé hacia el sótano- le dije tendiéndole la niña a Bella.
-Muchas gracias Ali, no sé
qué haría sin mi tesoro- me dijo Bella cogiendo abrazando a su ángel.
-Quizás sea mejor llevarnos
a la niña de aquí, Jasper no está acostumbrado a estar con humanos- nos dijo
Carliste a Bella y a mí.
-Carliste- su voz, era
perfecta- No veo inconveniente ninguno, si lo has dicho por mis ojos, son
lentillas, quería que María y todo el ejército se pensara que yo también me
alimentaba de humanos- dicho esto, se quitó las dos lentillas, dejando ver los
preciosos orbes dorados que tenía al igual que nosotros- No podría hacerle daño
a un humano y más a una niña tan hermosa.
-Si lo decía por el color de
tus ojos, entonces perfecto- dijo Carliste con una sonrisa- Alice estarás
intrigada ¿no?- me dijo papá sabiamente. Claro que lo estaba- Pues verás
llegamos al prado y los lobos estaban escondidos entre los árboles. Al instante
apareció Jasper y nos dispusimos a atacarle, pero Edward nos dijo que parásemos
que no era ninguna amenaza- yo escuchaba atentamente las palabras de mi padre-
Nos dijo todo lo que tenían planeado hacer y Edward le dijo que se viniese
aquí, para protegerte a ti y a Nessie. Lo siguiente pasó muy deprisa, ha sido
una batalla muy parecida a la que tuvimos con Victoria. Los Vulturis vinieron
tarde, como siempre, eso ya lo sabes, estuvimos conversando con ellos y nos
dijeron que le devolviésemos la visita- me dijo papá con serenidad.
-Me alegro de verdad que no
hayáis salido heridos ninguno. Estaba bastante preocupada.
-¿Y por qué deberías estar
preocupada Ali?- me dijo Emmett- Con alguien como yo, tan fuerte, no hay
problema para luchar- Emmett siempre tan galante…
-Sí, Emmett lo que tú digas,
yo no era la única con cara de preocupación esta mañana- le dije sinceramente.
-No lo dirás por mí, yo
estaba muy sereno- dijo Emmett y como siempre todos estallamos en carcajadas.
-Si machito sereno, vámonos
a darnos una ducha y a que me hagas un masaje por todo el cuerpo- le dijo Rosalie
jalándole del brazo. Todos nos miramos, incluido Jasper. En ese momento fue
cuando nuestras miradas se encontraron de nuevo y esta vez no aparté la mirada,
aunque quisiera no podría jamás, estaba embobada y ni siquiera presté atención
a la conversación que tenía mi familia y Jasper.
-Tía Ali- me llamó mi
pequeñaja y ahí fue cuando corté la conexión visual.
-Dime cariño- le dije con
dulzura.
-No estoy enfadada contigo-
me dijo mirándome con sus ojitos.
-¿Por qué deberías estarlo?-
le dije con mucha intriga.
-Por haberme dejado solita
en el sótano, sé que lo hacías por mi bien y porque me quieres tanto como yo te
quiero a ti- me dijo alzando sus bracitos para que la cogiese. La cogí en
brazos y le puse su carita en mi cuello, me encantaba que se durmiese en mis
brazos y el olor a bebé era espectacular.
Dirigí mi mirada hacia
Jasper y éste me miraba con mucha ternura y ¿amor? No podía mirarme con amor,
tan sólo me conocía de una hora.
-Nosotros también vamos a
ducharnos, ¿te vienes mi amor?- le dijo Bella dirigiéndose a su hija.
-Sí, mami, estoy muy
cansada- le dijo Nessie con voz cansada.
-Descansa princesa- le dije
besándole su pelo y tendiéndosela a Bella.
Edward y Bella se fueron
hacia su habitación y yo me quedé con mamá, papá y Edward.
-Jasper aquí tienes tu casa
siempre que quieras y si te quieres unir a nuestro hermoso aquelarre, no tienes
más que decirlo- mamá siempre tan comprensiva.
-Me encantaría unirme a
vosotros, pero antes quiero que todos vosotros estéis de acuerdo, incluido esa
hermosa niña que me ha conquistado- dijo Jasper mirándome.
-Por supuesto, pero creo que
a todos les caíste de maravilla, a unos más que a otros- dijo Carliste
mirándome a mí y sonriéndome. Un momento, ¿estaba insinuando que…? Oh por Dios,
¿tan obvio era?
-Yo voy a ducharme corazón-
me dijo mamá acercándose a mí y dejándome un beso en la frente y subió hacia su
cuarto.
-Yo también voy a ducharme,
tengo guardia en el hospital- dijo Carliste dándome un beso en la mejilla y
dirigiéndose hacia su habitación. Él siempre tan correcto.
-Creo que nos han dejado
solos para que solucionemos nuestras diferencias- me dijo Jasper cuando mi
padre hubo desaparecido de la sala.
-No creo que vayamos a
solucionar nada- le dije altaneramente.
-Creo que te voy a tener que
bajar los humos señorita- dijo con una educación exquisita- ¿Me permites?- me
dijo ofreciéndome un brazo y yo lo acepté con lentitud, a sabiendas de que le
molestaría.
Nos dirigimos hacia el patio
que teníamos detrás de nuestra casa y nos sentamos en el balancín que teníamos.
-¿Me vas a explicar cómo es
eso de que me viste antes de que apareciera o no quieres?- me dijo mirándome
intensamente con esos ojos dorados iguales a los míos.
-Bueno, como ya sabrás puedo
ver el futuro, aunque siempre es impredecible, se acerca mucho a lo que suele
pasar. Estaba siguiendo a María muy de cerca cuando apareciste tú. María te
estaba susurrando algo y la verdad tu cara era de total indiferencia y sin un
ápice de contemplación- le dije sinceramente y él hizo un movimiento de cabeza
para que siguiera contándole- Te vi cómo instruías al ejército de neófitos sin
ningún tipo de dificultad. La verdad era una situación un poco rara, poder
controlar a cien neófitos de una vez, pero ahora lo entiendo todo, tu don para
controlar las emociones le venía perfecto a María- Jasper se veía abatido cada
vez que hablaba de María, no será que…Oh por Dios, ¡claro! ¿Cómo no me había
dado cuenta antes?- Jasper perdóname no sabía que tú y ella estabais jun…- no
me dejó continuar. Puso un dedo en mis labios y me sentí defallecer. Era
perfecto y lo amaba, lo amaba con toda mi alma. Lo supe en el momento que lo vi
por primera vez en mis visiones, nuestro futuro estaría unido- No puedes
imaginarte el tiempo que llevo esperándote- me dijo dirigiendo su mirada a mis
labios.
-Me has hecho esperar mucho
tiempo- le dije tomándole el pelo y acercándome más a él, quedando a escasos
centímetros de su boca.
-Mis disculpas señorita- me
dijo caballerosamente y juntó nuestras bocas en un precioso beso.
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