Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

jueves, 21 de junio de 2012

MEZCLA DE SENTIMIENTOS


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Capítulo 3: Confesiones.

Bella pov.

Me encontraba en la clase de español y era la primera clase en toda mi vida, que no me había enterado de nada. Era muy extraño en mí, pero hoy tenía su explicación, estaba muy nerviosa, muy, muy nerviosa...
Hoy era el fatídico día del baile de fin de curso y claro, la señorita Alice Cullen consiguió convencerme para ponerme esa camiseta larga, porque no se podría llamar nunca vestido, me llegaba más arriba de medio muslo... Era completamente diminuto y encima si le añadías esos tacones mortales... ¿en qué estaría pensando yo ese día que accedí a sus locuras? Y lo peor de todo era que había convencido a todas las chicas que bailaban conmigo para ponerse ese conjuntito... Y para rematarlo, lo combinaríamos con un sombrero negro al estilo “chica mala”, según la pequeña demonio, ese sombrero nos haría ver muy sexys...
Me había obligado a andar en esos altos tacones durante horas y mis pies no lo soportaban más. Estaba adolorida, cansada y muerta de vergüenza por salir así... Y ni que hablar de cómo estaba mi novio...
Si, porque Edward estaba de lo más enfadado desde que vio el mini vestido y esos tacones. Él decía que era demasiado corto para bailar, que me hacía sentir muy sexy y eso me gustó tanto que quizás fue por eso que accedí a ponérmelo... No lo sé... Pero Edward estaba insoportable, era muy, muy celoso y sobreprotector y yo sabía que tenía razón, que era verdad que todos los chicos en el instituto nos mirarían con cara de deseo, pero al principio de montar la coreografía ni yo ni muchas chicas teníamos novios y nuestro principal propósito era ese, provocar...
La cuestión es que dentro de unas horas me veré enfundada en un precioso vestido si, pero diminuto y dentro de esos horribles tacones, no estaría más de un segundo viva encima de ese escenario... La verdad que con el paso del tiempo, mi estabilidad había mejorado considerablemente, pero no para calzarme esos tacones...
En ese momento sentí una bola de papel chocar en mi hombro derecho y no tuve que mirar para saber de quién se trataba... Era mi osito...
Me giré y vi esa preciosa sonrisa con esos hermosos hoyuelos que iluminaba su cara como la de un niño pequeño.
Abrí la bola de papel y sonreí como siempre con las ocurrencias de mi osito.
Bells, tu cabeza está echando humo de tanto pensar y ¡me estoy asfixiando!
Me giré de nuevo en su dirección y le dediqué una preciosa sonrisa, pero a la vez le saqué mi dedo, a lo que él me sacó la lengua...
Hacía mucho que no manteníamos ese tipo de conversación, ahora la verdad no teníamos tiempo para hacernos esas tonterías, entre los fuertes exámenes que teníamos y nuestras respectivas parejas... Aunque antes, siempre buscábamos tiempo para estar juntos y la verdad eso me ponía triste, pero ahora que estaba con Edward, todo era diferente. Me mimaba, me aconsejaba, me hacía reír, me hacía olvidar las cosas desagradables, era increíble, tan sólo llevábamos dos escasos días, pero era suficiente para darme cuenta de todas esas cosas, además nos conocíamos desde pequeños y era genial.
Así es que Edward estaba enfadado con su hermana por más que yo le dijera que no se enfadara con su hermana, y él alegaba que no le importaba nuestra relación, ya que me tendría que vestir con “esa tentación para todos los hombres” según él, la verdad me encantaba verle así de celoso, me demostraba que me amaba y su cara de enfado era adorable.
-Bells, ¿en qué piensas?- me dijo Emmett muy cerca del oído, provocando que saltase de mi asiento por el sobresalto.
-Emmett Cullen, no vuelvas a hacer eso- le dije poniendo mi mano derecha en mi pecho.
-¿Te he asustado? Pues es sólo el principio- me dijo con una sonrisa socarrona.
-No, me has cogido de improviso.
-Ya, claro...- dijo con mucha ironía- ¿Vamos a comer o qué? Me muero de hambre- dijo cogiendo mi mochila del suelo y poniéndola encima de la mesa para después meter mis libros.
-Qué raro que tengas hambre...
-Un chico deportista y fuerte tiene que alimentarse Bells- me dijo despeinándome y riendo a carcajadas.
-Emmett Cullen, no vuelvas a hacer eso- le dije intentando peinarme.
-Es la segunda vez que me dices eso- dijo de nuevo con una sonrisa. No terminaría nunca con sus bromas... y por eso lo quería.
-Vamos a comer- le dije levantándome y nos dirigimos hacia la cafetería.
Ya todos, menos Alice y Jasper, nos esperaban en nuestra mesa y todos tenían sus bandejas de comida.
-Hola mi amor- le dije acercándome a Edward y le besé suavemente en los labios.
-Hola- murmuró contra mis labios con una sonrisa, cómo lo amaba...- ¿Qué tal te ha ido?- me dijo sentándome en sus piernas.
-Genial.
-No es verdad- intervino Emmett y lo miré con cara de “te mato”, no quería que Edward se enterase de mi estado de ánimo... Me diría que no bailase y yo quería hacerlo, más bien tenía que hacerlo. Tenía que demostrar que era valiente- Bella se ha llevado toda la clase muy pensativa, no se ha enterado de nada en su clase favorita y eso me está preocupando...- dijo Emmett simulando cara de preocupación y me miró con una sonrisa socarrona. Esta me las iba a pagar...
-¿Y eso? ¿Qué te pasa mi amor?
-Pues...- le miré con mi mejor cara de cachorrito abandonado- La verdad estaba pensando en ti, en lo mucho que te amo- le dije abrazándolo y giré mi cara para ver a un Emmett con cara de ¿enfado? ¿Qué le pasaba ahora? Creo que sufría bipolaridad de vez en cuando...
-Tú también me traes loco- me susurró Edward para que nadie más se enterase y yo sonreí feliz- Te he traído tu comida junto con la mía.
-¿Por qué haces eso? Quiero pagarme yo mi comida- le dije mirándolo con un puchero.
-Nada de eso señorita, ahora tienes un novio para que pague tu comida y te regale todo lo que te mereces.
-Marica- dijo Emmett riéndose de mi pobre Edward, iba a contestarle, pero Rosalie se me adelantó.
-¿Marica?- dijo una Rosalie mirando a Emmett con enojo- Pues entonces los maricas son unos perfectos caballeros- dicho esto se levantó y se dirigió hacia el bar para comprar una bolsa de patatas y volver a sentarse en su asiento. Me miró y me guiñó un ojo y yo no pude más que soltar una sonora carcajada.
-No te rías, Isabella Marie Swan, o me las pagarás- dijo un Emmett muy enfadado.
-Te dije que me las pagarías- le dije cogiendo un trozo de mi pizza para metérmela en la boca- Mmmmm- murmuré de lo buena que estaba y Edward me agarró por mi cintura para poner su boca en mi oído y susurrarme algo bastante erótico...
-Me vuelve loco que ese sonido salga de tu boca- su lengua pasó por el lóbulo de mi oreja y yo me estremecí de lo bien que se sentía...- Me encantaría ser el causante de ese sonido- iba a contestarle, juro que iba a contestarle con algo demasiado caliente para estar rodeados de gente, pero en ese momento una muy alegre Alice apareció corriendo como un torbellino hacia nosotros.
-Chicos tenemos que decirles algo- dijo Alice y en ese momento me di cuenta de que su mano y la mano de Jasper estaban juntas... No podía ser... Al fin mi amiga había conseguido su sueño, o ¿no?- Jasper y yo estamos saliendo- un grito de felicidad se escaparon de las bocas de Rosalie y mía.
-Ali, cariño, me alegro por ti- le dije levantándome de encima de Edward y tirándome literalmente encima de ella- Por fin ha pasado Ali, ¿ves? Te dije que estabais destinados para estar juntos- le dije muy contenta abrazándole, la verdad es que estaba muy contenta, me alegraba por mi amiga con todo mi corazón.
-Gracias, Bells- me dijo muy emocionada.
-¡Ali, por fin eres mi cuñada!- dijo Rose tan contenta como yo.
-Jasper Hale, como le hagas daño a mi hermanita te mataré, me olvidaré de que somos amigos- dijo un Emmett amenazante- Ahora, encantado de ser tu cuñado- dijo abrazándolo y la cara pálida de Jasper cambió a una de alivio y nosotras no pudimos más que reírnos.
-Jasper, yo no soy tan agresivo como Emmett, pero lo seré si le haces algo a mi hermanita- dijo mi querido Edward con toda la tranquilidad del mundo y yo me reí de él. Me acerqué a él y puse mis manos en su cuello.
-Te ves muy sexy cuando te enfadas- le dije besándole en los labios.
-Tú si que eres sexy y hoy tendré que pelearme con todo el instituto para que quiten sus miradas de mi sexy novia- me recordó el baile pasando su lengua por mis labios...
-Me encanta cuando estás celoso- le dije introduciendo mi lengua en su boca. Ya no había ninguna inocencia en nuestros besos, las hormonas las teníamos disparadas y no lo podíamos evitar...
-¿Os alquilo una habitación de hotel?- dijo un Emmett más molesto de lo que debería...
-Me encantaría- dijo Edward ofreciéndole la mejor sonrisa socarrona de toda su vida.
Emmett se quedó callado, pero se veía de lejos que estaba malhumorado, se levantó con Rosalie y los dos se fueron despidiéndose por supuesto ésta última solamente...
-¿Qué bicho le ha picado?- le dije a Edward mirándolo con mucha sorpresa e incredulidad.
-Ni idea, lleva un par de días de lo más raro- dijo pegándome a su cuerpo nuevamente- ¿Por dónde estábamos?- me dijo introduciendo de nuevo su lengua en la cavidad de mi boca y de verdad, ni podía tener un aliento más divino.
En ese momento sonó el timbre de las siguientes clases y nos tuvimos que separar a regañadientes.
-Después te veré mi amor- le dijo dándole un corto beso en los labios, pero él tenía otras intenciones... Me agarró de la cintura para acercarme a él y profundizó el beso.
-Tortolitos, tenemos que ir a clase- dijo una Alice y Edward gruñó cosas imperceptibles.
-¿Qué pasa? ¿No me vais a dejar besar a mi novia o que? Tú y Emmett me tienen harto- dijo un Edward un poco enfadado.
-Cariño- le llamé para captar su atención y que no se peleara con Alice, la verdad que con el tema del dichoso vestido, él estaba muy molesto con su hermana y eso no me gustaba en absoluto- Vamos- le dije agarrándole la mano y dirigiéndonos hacia las clases- Te quiero- le dije cuando llegamos a la puerta de mi clase y él me dio un suave beso en los labios, le sonreí y luego me dio un beso en la frente, era muy sobreprotector si, pero igualmente adorable, cómo lo amaba...
Entré en la clase y Emmett tenía cara de estar de muy mal humor, así que decidí intervenir, no sabía lo que le pasaba, pero algo importante era, mi osito no se ponía así por nada.

Emmett pov.

Me encantaba picar a Bella y hacerla rabiar, era algo que no podía dejar de hacerlo, simplemente me encantaba que me amenazara o que usara mi nombre completo para imponer.
Había estado toda la clase muy pensativa, demasiado pensativa, tanto que no se había enterado de nada en la clase y era su clase favorita, por lo que era bastante extraño... Decidí intervenir y mandarle una nota. Se la lancé y ella no tuvo que voltear para saber de quién era esa nota, aún así lo hizo y me miró. Yo le dediqué mi mejor sonrisa y ella me sonrió de manera deliciosa y de pronto me sacó su hermoso dedo... Yo en respuesta le saqué la lengua y esa me sonrió más ampliamente.
Parecíamos críos pero me daba lo mismo, la quería muchísimo y la protegería siempre.
La verdad estaba bastante molesto conmigo mismo, ya que desde hacer dos días no puedo quitarme a Bella de la cabeza y no en el buen sentido de la palabra...

Flash Back.

Estaba en mi habitación hablando con Rose, siempre la llamaba después del instituto si ella no venía a casa.
Cuando terminé de hablar con ella, cogí el teléfono para dejarlo en el salón, ése era su sitio y si no estaba ahí, mamá nos regañaría diciéndonos que no se enteraba cuando la llamaban si no dejábamos el teléfono en su lugar, lo cual entendía.
Estaba a punto de entrar en mi habitación, cuando escuché un grito de Bella y me asusté bastante, ¿qué le pasaría?
Pasó sólo un segundo y Bella corría en dirección hacia mí con la cabeza ligeramente ladeada hacia la dirección contraria, por lo que no estaba mirando para adelante, ¿qué le pasaría? ¿De qué o de quién estaría huyendo?
Fijé mi vista y vi a una endemoniada Alice corriendo detrás de Bella como una loca...
-Bella ven aquí-dijo Alice corriendo detrás de Bella como si su vida se le fuera en ello...
En ese momento chocó conmigo un cuerpo suave y delgado y supe que era Bella...
No me había visto y se había chocado con mi duro pecho... La verdad que las horas en el gimnasio merecían la pena, estaba cada vez más fuerte y eso a mi Rose le encantaba...
Cogí las muñecas de Bella para evitar que cayese al suelo y ahí me di cuenta de su atuendo...
Estaba enfundada en un precioso vestido azul eléctrico que contrastaba a la perfección con su pálida piel. Era corto, demasiado corto diría yo, pero le quedaba genial... No pude evitar mirarla con mucha intensidad y con algo de ¿lujuria?
Para el carro Emmett Cullen, no puedes pensar así, simplemente no puedes, va en contra de la vida que tú pienses así de tu amiga Bella... Yo y mi conciencia estábamos teniendo una batalla que queríamos ganar los dos...
Me estaba volviendo loco y decidí intervenir... o se daría cuenta de mis pensamientos y eso sí que no podría saberse jamás...
-Bella, ¿qué te pasa?- le dije agarrándole más fuertemente las muñecas para que reaccionara, siempre con un cuidado extremo, estaba en estado de shock al igual que yo hace unos momentos...
- La endemoniada enana quiere torturarme- dijo muy bajito y yo no pude aguantar más su mueca de niña pequeña asustada y exploté en sonoras carcajadas.
-Bells, no te escaparás siempre de mí- dijo la enana apuntando a Bella con su dedo acusador- Emmett dile a Bella lo bien que le queda ese vestido, la muy tonta dice que es demasiado corto- dijo Alice lo más natural del mundo... ¿por qué me preguntaba a mí? ¿Qué debía decir, que estaba estupenda e irresistiblemente sexy? Eso no Emmett Cullen, no es cortés...
Al carajo la cortesía, tenía que ser sincero...
-Haber...- dije soltándole las muñecas suavemente y le giré para ver toda su preciosa anatomía. Terminé con mi escaneo personal demasiado pronto para mi gusto y me fijé en su hermosa cara, estaba más ruborizada que de costumbre... y le contesté mirándola con la misma intensidad que antes y con los mismos pensamientos en mi cabeza... Quería besarla... Oh, Dios Emmett Cullen... ahora sí tienes que parar con esto... Cállate, le dije a mi conciencia y miré hacia su boca perfecta- Te queda absolutamente genial.
- ¿Ves?- dijo la enana acercándose a Bella- Emmett, ¿su trasero está bien definido en esa tela verdad?- dijo Alice de nuevo con mucha naturalidad, y la verdad que no era para menos... Pues conocíamos a Bella casi desde toda la vida y yo había estado junto a ella todos estos años, por lo que era muy normal que yo le aconsejara como amigo, pero mi mente sólo pensaba en lo sexy que se encontraba enfundada en ese precioso vestido... Y no pude ser más sincero en toda mi vida.
- La verdad Ali, Bella tiene un trasero estupendo- le dije guiñándole un ojo y me di media vuelta y entré en mi habitación sin más... No podía quedarme por más tiempo o haría una estupidez que me arrepentiría toda mi vida... Sentía que le estaba siendo infiel a mi Rose, eso nunca pasaría, pero ¿por qué me tentaba tanto Bella? Siempre éramos así y nunca había sentido esto que estoy sintiendo ahora...
No podía pensar más de esta manera, tendría que parar y lo conseguiría...

Fin Flash Back.

Me acerqué a la mesa de Bella cuando hubo sonado el timbre y no pude evitar preguntar... Estaba muy pensativa y tenía un ligero toque de tristeza, ella nunca era así...
-Bells, ¿en qué piensas?- le dije muy cerca de su oído sintiendo cómo se estremecía y se sobresaltaba.
-Emmett Cullen, no vuelvas a hacer eso- dijo poniendo su mano derecha en su pecho.
-¿Te he asustado? Pues es sólo el principio- le dije con una sonrisa socarrona para aligerar el ambiente.
-No, me has cogido de improviso.
-Ya, claro...- dije con mucha ironía- ¿Vamos a comer o qué? Me muero de hambre- dije cogiendo su mochila del suelo y poniéndola encima de la mesa para después meter sus libros. Ante todo era un caballero.
-Qué raro que tengas hambre...
-Un chico deportista y fuerte tiene que alimentarse Bells- le dije despeinando su preciosa melena y riéndome a carcajadas
-Emmett Cullen, no vuelvas a hacer eso- dijo pasando su mano por su melena para intentar peinársela.
-Es la segunda vez que me dices eso- dije de nuevo con una sonrisa. Tenía que hacerla olvidar sus problemas, porque seguro que los tenía, lo averiguaría más adelante.
Desde que estaba saliendo con Rose, la verdad, Bella y yo pasábamos muy poco tiempo juntos, tan sólo en las clases y algún rato en mi casa cuando estábamos libres, pero no como antes y sinceramente, me dolía en el alma haberla dejado de lado por mi relación con Rose, pero yo sabía que ella lo entendía.
-Vamos a comer- dijo levantándose y nos dirigimos hacia la cafetería.
Estaba mi preciosa novia y el pringado de mi hermano Edward sentados hablando tranquilamente. Aún faltaban Jasper y la enana.
-Hola, mi amor- dijo Bella a Edward acercándose para besarle en los labios y en ese momento algo me molestó...
No sé lo que pasó, pero me molestó en lo más profundo de mi alma, quizás porque aún no terminaba de asimilar que Bella estuviera saliendo con Edward, tan sólo llevaban dos días y daban rienda suelta a sus hormonas...
-Hola, grandullón- me dijo mi preciosa rubia abrazándome para darme un tierno beso en los labios.
-Hola, preciosa- le dije posando mis manos en su estrecha cintura para intensificar el beso.
Nos sentamos y ahí vi que había dos bandejas de comida encima de la mesa...
-Hoy te compro yo tu comida y no quiero replicas, Emmett Cullen- me dijo mi preciosa novia cuando escuche un “¿qué tal te ha ido? Por parte de mi hermano y un “genial” por parte de Bella...
-No es verdad- intervine, era su novio ¿No? Tenía que saber la verdad sobre su novia, pero Bella tenía otros pensamientos porque me miró con cara de “te mato”, ¿qué tendría que ocultar? Ella no era así...- Bella se ha llevado toda la clase muy pensativa, no se ha enterado de nada en su clase favorita y eso me está preocupando...- dije simulando preocupación y luego la miré a ella cuando Edward la miraba preocupado y le dediqué una sonrisa socarrona.
-¿Y eso? ¿Qué te pasa mi amor?- dijo en tonto de mi hermano muy preocupado.
-Pues...- le contestó Bella con su mejor cara de pena- La verdad estaba pensando en ti, en lo mucho que te amo- dijo abrazando a mi hermano, así que era eso... Estaba pensando en mi hermano todo el santo día, ¿qué pasa? ¿No tenían suficiente con estar juntos todo el día o qué? Estaba muy molesto, más molesto que antes y Rosalie se dio cuenta.
-Emmett, ¿qué pasa?- me dijo bajito para que sólo me enterase yo.
-Nada mi amor, estos dos que no tienen otro sitio para besarse- le dije con molestia, pero la verdad era que me molestase que se besasen, daba igual el lado y ¿Por qué? No sabía mi molestia, todo esto era muy raro...
-¿Por qué haces eso? Quiero pagarme yo mi comida-dijo una Bella un poco molesta.
-Nada de eso señorita, ahora tienes un novio para que pague tu comida y te regale todo lo que te mereces- dijo el calzonazos de mi hermano, qué marica era...
-Marica- dije riéndome de Edward.
-¿Marica?- dijo Rosalie mirándome con mucho enfado- Pues entonces los maricas son unos perfectos caballeros- dijo pillándome totalmente por sorpresa, iba a contestarle pero se levantó  y se dirigió hacia el bar para comprar una bolsa de patatas y volver a sentarse en su asiento. Miró a Bella y le guiñó el ojo y Bella estalló en carcajadas...
Así que estas dos se estaban riendo de mí, de Emmett Cullen... eso era imposible...
-No te rías Isabella Marie Swan o me las pagarás- dije muy enfado, estaba muy molesto desde hace dos días y coincidencias de la vida, exactamente desde que me enteré de que Bella y Edward estaban saliendo... Me molestaba y mucho.
-Te dije que me las pagarías- dijo mordiendo un trozo de su pizza- Mmmmm- murmuró muy sexy, ese sonido se me clavó en la cabeza y juro que no podría salir de ella en años...
¿Qué me estaba pasando?
Esto no era normal, tendría que estar así por mi novia, no por mi cuñada...
A Edward parece que le gustó el sonido porque la agarró y comenzó a susurrarle cosas... y no se necesitaba una mente prodigiosa para saber lo que le estaba diciendo... Lo mismo que le diría yo...
En ese momento y gracias a Dios... Alice apareció como un torbellino por nuestro lado.
-Chicos tenemos que decirles algo- dijo Alice- Jasper y yo estamos saliendo- Rosalie y Bella soltaron un grito de alegría y se levantaron para felicitarla.
Esto era el colmo, no es que fuese un hermano gruñón o anticuado, pero con mi hermanita no se metía nadie...
-Ali, cariño, me alegro por ti- le dijo Bella- Por fin ha pasado Ali, ¿ves? Te dije que estabais destinados para estar juntos.
-Gracias Bells- dijo Alice muy emocionada.
-¡Ali por fin eres mi cuñada!- dijo mi querida novia con mucha alegría. No estaba de humor para nada y menos para enterarme de que Jasper la pudiese pervertir, lo mataría...
-Jasper Hale como le hagas daño a mi hermanita te mataré, me olvidaré de que somos amigos- dijo en amenaza, pero se puso tan blanco que suavicé mis facciones- Ahora, encantado de ser tu cuñado- dije abrazándolo y la cara pálida de Jasper cambió a una de alivio y todos en la mesa estallaron en carcajadas.
-Jasper yo no soy tan agresivo como Emmett, pero lo seré si le haces algo a mi hermanita- dijo el marica de mi hermano.
-Te ves muy sexy cuando te enfadas- escuché que le decía Bella a Edward.
-Tú si que eres sexy y hoy tendré que pelearme con todo el instituto para que quiten sus miradas de mi sexy novia- dijo Edward recordándole a Bella lo del baile... La verdad era que estaba deseando que llegase la hora del baile... Podría verla de nuevo con ese precioso vestido, pero lo siguiente que pasó no lo pude soportar y ahora sí que estaba encabronado...
-Me encanta cuando estás celoso- dijo Bella introduciendo su lengua en la boca de mi hermano. Sin ningún tipo de pudor...
-¿Os alquilo una habitación de hotel?- dije muy molesto, muy, muy molesto.
-Me encantaría- dijo el gilipollas de mi hermano queriendo hacerse el gracioso y yo me callé de inmediato, ¿qué estaba haciendo? No podía seguir pensando así...
Me quedé callado y cogí a Rosalie de la mano para que nos fuéramos fuera de la cafetería. Yo ni siquiera me preocupé en despedirme de ellos, se veía que estaban muy entretenidos... y sólo Rosalie se despidió.
Salimos y Rosalie y yo nos sentamos en las escaleras que había en la entrada del instituto.
-Ahora si Emmett, ¿qué pasa mi amor?- me dijo Rosalie bastante preocupada...
-Nada- le dije de malhumor.
-Emmett Cullen en este instante me dirás que coño te pasa, no es normal que estés enfadado- me dijo Rosalie levantándose y poniendo sus brazos en jarras, ahora sí que estaba enfadada...
-Rosalie, ¿no los ves? ¿Acaso no te das cuenta de cómo se comportan delante de todos?- le dije restregándome la frente con mi mano.
-Si Emmett los veo, pero veo a dos enamorados que demuestran su amor donde sea, no pueden ocultarlos, se nota a kilómetros que se aman Emmett- me dijo esta vez acercándose a mí y se sentó a horcajadas encima de mí- Cariño, tú y yo éramos así cuando empezamos a salir y éramos más pequeños- cuando me dijo esto, la miré con cara de “¿te has vuelto loca?”- Si, ya sé que sólo han pasado unos meses, que tenemos más o menos la misma edad, pero es diferente y lo sabes, ya se les pasará el calentón de sus hormonas cuando prueben lo nuevo- me dijo Rosalie restregando su sexo con el mío y la verdad ahí me olvidé de todo...
Rosalie era sensual, tremendamente sensual y a pesar de sus escasos 13 años, era muy provocadora, tanto que ya habíamos pasado el siguiente paso, el cual pasó hace justo una semana y estaba ansioso por volverlo a repetir. Sólo habíamos experimentado con nuestro cuerpo, pero qué bien se sentía, nuestras hormonas estaban revolucionadas y la verdad que no me importaba.
En ese momento sonó el timbre y gruñí por lo bajo a lo que Rosalie soltó una sonora carcajada.
-Ven aquí preciosa- le dije mordiéndole suavemente el cuello y ella suspiró.
-Te amo- me dijo sonriéndome tiernamente y yo la besé con más ímpetu aún.
-Princesa, ¿vamos?- le dije poniéndola de pie con extremo cuidado y nos despedimos, por supuesto la acompañé hasta su clase y me fui a la mía, aún no había ni rastro de Bella...
Pasaron unos minutos y vi cómo mi hermano besaba a Bella en los labios muy apasionadamente y yo estaba que echaba humo por las orejas... ¿Qué pasa? ¿Es que no tienen otro sitio para hacerlo o qué?
Quité la mirada de la puerta de la clase dónde estaban ellos y miré al frente. No pasaron ni dos segundos cuando tuve a Bella delante.
-Osito- cuando me decía eso me derretía y ella lo sabía, jugaba con ventaja, pero esta vez no iba a ser igual como las otras veces.
-¿Qué?- le dije muy molesto, no quería tener este sentimiento de... ¿celos?, dijo la vocecilla de mi conciencia. ¡No! Le grité y parece que se calló...
-¿Qué te pasa Emmy?- otro mote por supuesto de Bella, ni Rosalie me decía diminutivos...
-Nada, ¿qué debería pasarme?- dije cuando el señor Banner entró por la puerta y todos se fueron a sus asientos.
-Me lo dirás- dijo sentándose al lado de mí.
Pasaron unos cuarenta y cinco minutos y Bella no había atendido nada de la clase, ni la explicaciones ni mucho menos a los ejercicios que había mandado...
Estaba escribiendo una especie de nota, más bien era el testamento de lo lago que era...
-Toma- me dijo tendiéndome una hoja doblada. La cogí y comencé a leerla.
Osito,
No sé qué es lo que te pasa y estoy muy preocupada.
Sé que nos hemos distanciado mucho en estos meses, pero eso no cambia el cariño y el afecto que te tengo, sabes que te quiero con todo mi corazón.
En ese momento, una sonrisa involuntaria se posó sobre mis labios, era muy dulce y buena y yo no era más que un tonto... ¿celoso? Gritó de nuevo mi conciencia, ¡MOLESTO! Le grité yo a ella, pero ese pensamiento no impidió que mi sonrisa se ensanchara y que terminara de leer la nota.
Quizás la relación entre tú y Rosalie y la mía con Edward hayan causado ese distanciamiento, pero a pesar de eso nunca te cambiaré por nadie, siempre serás mi osito. Te prometo no ser tan empalagosa con Edward, pero tú mejor que nadie tienes que entenderme, tú y Rosalie lo habéis hecho igual, incluso peor, creo...
Tu bebé dulce.
Casi, casi me hizo llorar con esto último, era la verdad, pero no podía mostrar que era un sensible, yo era un macho y no podía llorar.
Ése mote se lo había puesto a Bella hace muchísimo tiempo y no se lo había vuelto a decir desde que estaba con Rosalie...
Bella tenía toda la razón, al igual que yo cuando lo pensé... Nuestras relaciones sentimentales con nuestras respectivas parejas habían causado ese alejamiento, pero ya no más, ya no me alejaría de ella nunca más.
Sonó el timbre y cogí a Bella en brazos, pesaba bastante poco y le abracé con todo el cariño que sentía por ella, la quería, era mi amiga de toda la vida y eso nunca cambiaría...
-Perdóname por ser un estúpido. Bells- le dije besándole su mejilla derecha.
-No tengo nada que perdonarte, sabes que te quiero mucho osito para tener que hacerlo- me dijo besándome muy cerca de la comisura de los labios y apuesto que fue inconscientemente por la cara que se le quedó, estábamos bastante cerca, más cerca que de costumbre y entonces sucedió lo que menos imaginaría nunca...




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